21 feb 2013

Incrustados e integrados en la investigación: los ‘embedded librarians’



1. Introducción
LAS BIBLIOTECAS UNIVERSITARIAS, entendidas en el sentido tradicional de un espacio físico bien delimitado e identificado que acoge y centraliza los diversos servicios que se ofrecen a la comunidad investigadora, han sido víctimas de una enorme pérdida de protagonismo en la última década.
Si hablamos de investigación y dejamos al margen el gran segmento de los alumnos, podemos decir que el investigador se ha independizado del bibliotecario, al menos físicamente. Las causas de todo esto son evidentes y conocidas: el consumo en exclusividad de información electrónica por parte de los investigadores, la facilidad para acceder a ella y el contar con usuarios cada vez más avezados los ha alejado de nuestro lecho.
Una de las primeras consecuencias que ha traído consigo este nuevo escenario es la pérdida de contacto directo con los investigadores, lo que ha provocado un asilamiento cada vez más mayor que, finalmente, ha acabado desembocando en un menor conocimiento de sus necesidades. Comenzamos por tanto esta nueva década en un momento interesante en el que tal vez tengamos que repensar cuáles son nuestras funciones y como debemos orientar los servicios de las bibliotecas destinadas a la investigación.
Recientemente, y en el contexto que hemos descrito en diversas bibliotecas universitarias, he ido impartiendo una serie de charlas sobre las posibles nuevas tareas y roles que podían ir asumiendo los bibliotecarios para la puesta en marcha de nuevos servicios de asesoramiento y apoyo en la investigación. Durante la preparación de los materiales cada vez tenía más claro la necesidad y la razón de ser un profesional de la información, bibliotecario, documentalista o como queramos llamarlo, que trabajara más apegado al investigador; una persona integrada en las propias estructuras de la investigación que fuera juez y parte de los procesos de producción y generación del conocimiento científico en cualquiera de sus fases.
Como no sabía muy bien cómo denominar a esta nueva raza de bibliotecarios consulté la bibliografía anglosajona y, efectivamente, ya habían reflexionado sobre el tema, llamándolos “embedded librarian”, y ese era justo el concepto que tenía en mente y que necesitaba.
La traducción al castellano responde a algo así como bibliotecario integrado (Torres-Salinas, 2009) o bien, como tradujo Nicolás Robinson, a bibliotecario incrustado (Robinson, 2010), cualquiera de las dos traducciones me parece correcta y nos sirve para acercarnos a esta nueva forma de entender la bibliotecaria universitaria.
2. El concepto de embedded librarian
Pero antes de nada veamos de donde procede esta denominación, ya que nos puede aclarar bastante a qué nos referimos cuando hablamos de “embedded”.
Una de las primeras noticias bibliográficas que tenemos sobre el término “embedded librarian” la podemos localizar en Dewey (2005). Este autor nos dice que se utilizó esa terminología para establecer una clara analogía con el trabajo realizado por aquellos periodistas que acompañaron al ejército norteamericano durante la guerra de Iraq. Éstos fueron denominados como “embedding journalists” ya que se basaban en el principio de que asociándose y mezclándose con el ejército iban a conseguir mejores historias. Por tanto se trataba de una inmersión, de una integración en el día a día de un grupo profesional, en este caso los militares, totalmente distinto para intentar comprenderlo con mayor nitidez al poder compartir experiencias comunes y poder observarlos directamente.
Esta forma de entender la labor periodística fomentaba la cooperación y generaba una mayor empatía. En nuestro caso, si donde pone periodista ponemos bibliotecario y donde pone militar ponemos investigador, está clara cuál es la filosofía de un “embedded librarian”.
Según la perspectiva de Shumaker y Talley (2009), el trabajo de este nuevo bibliotecario se desarrolla en entornos físicos alejados de sus despachos, se caracteriza por trabajar para pequeños grupos muy específicos y especializados de usuarios donde las relaciones con sus miembros son fundamentales y además están involucrados en su temas de investigación y dinámicas de trabajo por lo que se comparten todo tipo de responsabilidades y actividades. Se intentaría de este modo superar el modelo de pregunta-respuesta que sigue predominando en la biblioteca universitaria española.
Por tanto uno de los mantras esenciales del embedded es el “just be there” (Covone yLamm, 2010), ya que se trata más de formar parte de la comunidad investigadora que de un servicio que se ofrece a la misma. Este nuevo modelo está en la actualidad en pleno desarrollo y para que nos hagamos una idea de su calado sólo remito a los dos números monográficos dedicados a los “embedded librarians” que se acaban de publicar en las revistas Information outlook (2010) y Public services quarterly (2010). Es, por tanto, un tema emergente y al que tenemos que estar atentos.
Pero si dejamos el terreno de las ideas y nos preguntamos más específicamente qué puede hacer un “bibliotecario incrustado” en el ámbito de la investigación, creo que en nuestros centros la solución pasa por trabajar en el marco de los grupos y proyectos de investigación; allí sí tiene sentido una persona integrada ya que son unidades abarcables. Se me ocurre por ejemplo el siguiente conjunto de labores esenciales que se podría desempeñar y que, por supuesto, están estrechamente relacionadas con el mundo de la información/documentación:
1) Intervención activa en todo el proceso de publicación de artículos y trabajos científicos (gestión de borradores, preparación de preprints/postprints, envío de manuscritos, traducción, etc…).

2) Difusión y diseminación de las publicaciones, resultados y objetos digitales del grupo a través de internet (difusión en la web 2.0, puesta en acceso abierto de los trabajos, gestiónwebsite, etc…).

3) Organización y conservación efectiva de los discos duros de los investigadores y otros materiales del grupo (data sharing y curation, políticas de conservación de los datos, creación de wikis, etc…).

4) Conocimiento y gestión de las múltiples plataformas que manejan los investigadores (de revistas online, de agencias evaluadoras, de sistemas de gestión curricular, de solicitud de proyectos, etc.…).

5) Gestión de la visibilidad y el impacto del grupo (informes bibliométricos, asesoramiento para sexenios o acreditaciones, políticas de publicación).

Además de incrustarnos, de ahorrarles tiempo en tareas que no son puramente investigación y de ser parte efectiva del sistema, el objetivo final al que se debería tender sería, como apuntan Kesselman y Watstein (2009), la creación desde un punto de vista bibliotecario de un nuevo modelo de publicación/comunicación científica basado en la co-creación, con un papel más activo que el que se juega ahora.
3. Reflexión final
Cuando hablamos de “embedded librarian” hablamos por tanto de un bibliotecario al que se le añaden nuevas competencias, que goza de una mayor especialización temática y científica pero que, sobre todo, se mimetiza con sus grupos específicos de trabajo, que sale fuera de sus fronteras desarrollando su labor en diversos despachos satélite y que se hace cargo de tareas que anteriormente sólo llevaba a cabo el investigador. Es un por tanto un profesional híbrido investigador/bibliotecario que no trata de alfabetizar informacionalmente a nadie a base de guías sino que sabe hacer y resolver las cosas directamente.
Probablemente muchos bibliotecarios y profesionales de la información ya lleven a cabo estas labores, como refieren Drewes y Hofman (2010), la “embedded librarianship” es un término nuevo pero un viejo concepto en las bibliotecas universitarias, pero dudo que sea la práctica común ya que el perfil de un bibliotecario universitario actual es el de proveer información pero no el de ayudar activamente a crearla.
Por ello, tal vez ni siquiera esté claro que deba ser la biblioteca universitaria la encargada de desempeñar estas tareas, lo que sí es evidente es que se trata un nicho de trabajo por explotar. No se trata por tanto de dinamitar las labores actuales, tan válidas como hace un siglo, sino de plantear nuevas formas y actitudes a la hora de desempeñar nuestro trabajo.
4. Referencias Bibliográficas
Covone, N.; Lamm, M.I. “Just Be There: Campus, Department, Classroom and Kitchen”. Public Service Quarterly, 2010, v. 6, n. 2, pp. 198-207.
Dewey, B.I. “The Embedded Librarian: Strategic Campus Collaborations”. Resource Sharing & Information Networks, 2005, n. 1/2, pp. 5-17.
Information Outlook. Embedded librarianship issue, 2010, v. 14, n.1. [Número monográfico]
Kesselman, M.Watstein, S.B. “Creating Opportunities: Embedded Librarians”.Journal of library administration, 2009, v. 49, n. 4, pp. 383-400.
Public Services Quarterly. Embedded Librarianship. 2010, v. 6, n. 2/3. [Número monográfico].
Robinson, Nicolás. “El bibliotecario ‘incrustrado’”. Docu ¿qué?: entre olas de información, marzo 2010.
Shumaker, DavidTalley, MaryModels of embedded librarianship final report. Special Libraries Association Research Grant, 2009.
Cómo citar este artículo:
Torres-SalinasDaniel. “Incrustados e integrados en la investigación: los ‘embedded librarians’”. Anuario ThinkEPI, 2011, v. 5, pp. ¿¿-??


Fuente: http://www.thinkepi.net/incrustados-e-integrados-en-la-investigacion-los-embedded-librarians

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