25 abr 2017

Cómo y para qué quieres ser buena persona



¿Para qué quieres ser buena persona? ¿Quieres construir relaciones fuertes y vivir a gusto contigo mismo?

¿O quieres dar gusto a los demás, como una “buena persona”, para quedar bien con ellos?
En esta entrada procuraremos hacer un retrato realista de la buena persona y reflexionaremos sobre si compensa (o no) ser buena gente.

1. ¿Cómo es una buena persona?

Todos tenemos un conocimiento intuitivo de la buena persona.
Desde que somos pequeños, hemos escuchado: “Juan es buena persona.” Y hemos asociado la cualidad de “bueno” a acciones amables y bondadosas en favor de los demás.
Utilicemos ese conocimiento para describir a la buena persona. Quizás, en el retrato mental que tú haces, la asocies a unas cuantas acciones como estas.

➜ ¿Qué hace una buena persona para ser “buena”?

  • Respeta la Regla de Oro. Es esa que dice: Trata a los demás como querrías que te trataran a ti.
  • Respeta la Regla de Plata, que es como la anterior, pero al revés: No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.
  • Escucha a los demás con paciencia.
  • Muestra un interés sincero por la gente. Les hace preguntas. Intenta ver las cosas desde su perspectiva (eso es empatía).
  • Es amable. Se le nota, además, en esos pequeños gestos que todos recibimos con agrado: saludar con una sonrisa, decir “gracias”, utilizar el “por favor”, etc.
  • Cuida de sus relaciones importantes. Las valora. Las fortalece con pequeños gestos cotidianos y con acciones mayores, cuando los suyos la necesitan.
  • Muestra consideración ante las necesidades de otras personas. Es sensible ante tales necesidades. Incluso, a la hora de tomar sus decisiones, la buena persona trata de que otros no salgan perjudicados.
  • Ofrece su opinión sin imponerla como la más acertada.
  • Otorga el beneficio de la duda.
  • Apoya y ayuda a los demás, en lo que esté en su mano. Coopera para hacer del mundo un lugar mejor.
  • Anima a la gente. Comparte y extiende la alegría. Hace cumplidos a los demás. Celebra sus buenas noticias.
  • Habla bien de los demás, cuando tiene algo positivo que contar.
  • Muestra tolerancia a las diferencias. Trata a las personas con respeto, independientemente de su edad, género, nacionalidad, estatus social, etc.
  • Siembra paz, en lugar de conflicto y discordia.
  • Perdona. Incluso cuando la ofensa es grande, trata de dejar atrás el resentimiento cuando está lista para hacerlo.
  • Comparte. La buena persona da porque le nace hacerlo y también recibe con generosidad.
  • Practica la honestidad. Sus palabras son de fiar.
  • Practica la lealtad, hacia sus valores y hacia la gente que es importante para ella.
  • Asume su responsabilidad, en los errores que cometa o en las situaciones en las que se vea envuelta. Opción preferible a quejarse, culpar a otros… y acciones similares que conoces.
  • Se acepta. Se respeta. Se quiere. Es buena persona también para sí misma.
  • Etc.

➜ ¿Qué esperas tú de una buena persona?

Seguramente te reconozcas a ti mismo en unas cuantas acciones de esa lista, porque el mundo está lleno de personas que hacen cosas buenas. Pero no de personas perfectas.
1. Una buena persona comete errores.
Se equivoca, como cualquiera. A veces es amable u honesto con quien no debe. Otras, desconfía de los suyos. Le falla la paciencia. Etc.
2. Una buena persona hace cosas malas.
De tanto en tanto, toma decisiones que se apartan de lo virtuoso.
Porque no es una santa, sino una persona que trata de tomar decisiones que van en la línea de la bondad. Y, como a la mayoría nos pasa, puede desviarse del camino que elige.
3. Una buena persona NO es la que dice que sí a todo.
Decir que NO puede ser bueno para ella, pero es malo para ti, porque no es lo que esperas.
También es malo para mí, si espero que esté ahí siempre que la necesite y no estoy dispuesta a hacer lo mismo. La buena persona no tiene porqué tolerar ese abuso.


➜ Oooohh… Las expectativas…

Esperamos que los demás sean buenos. Que no nos juzguen. Que nos traten con respeto y consideración. Y, si puede ser, con cariño y algodoncitos.
Mientras tanto, nosotros decimos: “la gente es mala” (porque no hace lo que nos gusta). Y nos quedamos tan anchos. Juicio rápido. Consideración, cero. Y de cariño, ni hablemos.
Hay expectativas sobre los demás que son muy poco realistas. Cada cual tiene sus valores, sus preferencias y sus prioridades. Y no van a encajar con las nuestras todo el tiempo.
Eso no quita que las buenas personas sí existan. Tú eres una de ellas cuando eliges comportarte bien con los demás y contigo mismo.
Y seguirás siendo buena persona si te equivocas, si das algún mal paso o si no le das a la gente todo lo que espera.

2. ¿De qué sirve ser buena persona?

Hay buenas personas que eligen serlo para ganar la aprobación de los demás. También esperan que tratando a los demás con “algodoncitos”, ellos se comporten de un modo similar.
Naturalmente, sufrirán decepciones a sacos.
La buena persona que no sufre decepciones es la que elige hacer el bien porque eso va de acuerdo con su forma de entender las relaciones. Es buena por convencimiento propio. Y, sí, le beneficia.
  • Primero, porque actúa de acuerdo con lo que piensa. Así se siente bien consigo misma.
  • Y segundo, porque construye vínculos sanos y fuertes con los demás.
Muchos preferimos estar cerca de personas que practican en la línea de las acciones que hay en la lista de arriba.
Preferimos estar en compañía de buenas personas, que nos traten con respeto y consideración, antes que al lado de alguien que acostumbra a tratarnos con la punta del pie.
Afortunadamente, no nos faltarán las buenas compañías.
En las relaciones, lo similar atrae a lo similar. Y, quienes queremos practicar la bondad, encontramos buena gente de quien aprender.


3. ¿Quieres unirte a quienes intentamos ser buena gente?

Si te unes a la práctica de la bondad…
1) Te vas a sentir mejor, en general.
Compruébalo. Piensa ahora mismo en una buena persona que conozcas. Recuerda las cosas que hace y que dice.
Acto seguido, piensa en una persona “mala”, de esas que tienen por costumbre destruir, usar o pisotear a otros.
Contrasta las dos sensaciones. ¿Con cuál te sientes mejor?
Cuando estás pendiente de las buenas personas y no le das toda tu atención a la violencia, la traición, la corrupción, etc., te sientes mejor.
Y no estás despegando los pies de la realidad, ya que lo bueno también existe y es muy abundante.
2) Te vas a sentir mejor contigo mismo.
Prestar atención a la gente buena y a sus acciones, te ayuda a prestar atención a lo bueno que hay en ti y a sacarlo a la luz.
Gracias a eso, mejorarán tus relaciones y, también, la forma en la que ves el mundo. Dejará de ser una cloaca infesta, si ahora la ves así. Y todo ello redundará en que vivas más a gusto.
No, no me creas. Compruébalo. Aunque este punto va a llevar un poquito más de tiempo que el primero.
3) Vas a inspirar a la gente.
Serás una de esas personas en quienes se fijan tus amigos, tus hermanos, tus hijos… toda la gente con la que tengas contacto.
Otros aprenderán a ser buenas personas y a hacer del mundo un lugar más amable gracias a que tú eres un ejemplo vivo de ello. También es una ganancia a considerar, ¿no?
Eso es lo que te espera si decides practicar la bondad. A mí me parece que sale bastante rentable. Queda que tú lo experimentes por ti mismo y veas si los beneficios te convencen o no.

Fuente bibliográfica
CASANDRA, 2017. Cómo y para qué quieres ser buena persona. Tus Buenos Momentos [en línea]. [Consulta: 25 abril 2017]. Disponible en: https://tusbuenosmomentos.com/buena-persona/. 

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