5 oct 2017

Larga vida al libro impreso

Por: Jesús Hernández



Todo cambio supone una pequeña revolución. La llegada de los formatos digitales de las diferentes manifestaciones culturales (música, cine, literatura, arte…) fue recibida hace unos años con escepticismo y temor.  Del mismo modo, los más agoreros aseguraban que el libro impreso estaba herido de muerte y que las ediciones digitales terminarían con las impresas en cuestión de un par de años. Nada más lejos de la realidad. Hoy podemos afirmar que la revolución digital no hace sino abrir otra ventana, ofrecer otra manera de consumir literatura, que no excluye al producto impreso.

Si bien es verdad que el libro digital ha ganado adeptos, esto no significa que el libro impreso los haya perdido. Más bien ambos conviven en un mundo editorial que tras unos años de decadencia, vuelve a ver cómo sus perspectivas remontan. De hecho, los últimos datos publicados por el Observatorio de la Lectura y el Libro, dependiente del Ministerio de Educación, señalan que tras la fuerte caída de 2013 y el estancamiento de 2014 y 2015, durante el 2016 la producción de libros impresos creció un 6,4%. Estos mismos datos reflejan que los libros en papel representaron el 70,7% del total, mientras que la edición electrónica abarca el 29,3%.

Una primera lectura de estos datos nos hace comprender que el formato digital no sólo no ha sustituido al impreso sino que éste continúa manteniendo su hegemonía.  Otro marcador que demuestra la buena salud del sector editorial español es que, en la actualidad, España es el segundo país europeo con mayor número de librerías, sólo superado por Alemania. Este estudio realizado por la Federación de Editores Europeos avala la tesis de los que pensamos que, pese a la omnipresente digitalización, el valor del libro impreso y sus características diferenciales continúan siendo apreciadas por los lectores.

La industria del libro impreso cuenta, además, con nuevas herramientas para su desarrollo. Por ejemplo, las que ofrecen los nuevos sistemas de impresión bajo demanda, que permite tiradas mucho más pequeñas basadas en las demandas directas de cada consumidor, eliminando así los costosos stocks y el gasto que éstos suponen tanto para editoriales como para librerías y puntos de venta.

Además, este tipo de impresión más flexible permite que las editoriales más pequeñas o incluso los editores particulares puedan realizar tiradas de manera más asequible. Así, con la impresión bajo demanda los editores pueden actualizar y modificar las obras con un coste muy bajo, lo que permite que las editoriales sean mucho más ágiles y flexibles de lo que eran anteriormente.

Por otro lado, estas tiradas cortas bajo demanda facilitan la recuperación de algunos títulos previamente descatalogados, y encuentran su aplicación ideal en el sector de la educación, pues ahora se pueden actualizar fácilmente los contenidos en reediciones “a medida”.

El libro impreso aún tiene mucho que ofrecer, y un público amplio que no está dispuesto a dejar que la experiencia táctil de la lectura sea reemplazada por la frialdad de la pantalla. Porque más allá de las palabras, el libro físico ofrece algo que el digital no podrá: una experiencia sensorial mucho más completa.

De hecho hay estudios que aseguran que recordamos mejor los textos leídos en un formato impreso porque el contexto (los márgenes, las arrugas de la página, el olor, el hecho de pasar las páginas…) nos ayuda a formarnos una imagen mental más acertada de aquello que leemos. Los expertos plantean, además, que la lectura en formatos electrónicos suele ser más superficial, y por tanto la concentración es menor.


El libro electrónico da respuesta al cambio de hábitos de algunos lectores, y hoy podemos elegir bien el formato digital o el impreso según nuestros diferentes momentos de lectura y necesidades concretas. No dejemos que la llegada de una nueva tecnología nos haga olvidar todas las ventajas del formato impreso y el largo recorrido que aún tiene por delante.

Fuente bibliográfica
HERNÁNDEZ, JESÚS, 2017. Larga vida al libro impreso. La lectora futura [en línea]. [Consulta: 5 octubre 2017]. Disponible en: https://lalectorafutura.comlarga-vida-al-libro-impreso/. 

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