Por: Marcela Isaías
De acuerdo a una nueva reglamentación, pueden reemplazarlos desde
profesores de educación física hasta quienes sólo tienen el secundario.
Los profesionales reunidos en la Biblioteca Pedagógica Eudoro Díaz,
preocupados por el tratamiento de su oficio. (Foto: A. Celoria)
"Ah, estás leyendo...¿Podés venir que tengo un grado
solo?". La pregunta la escuchan seguido los bibliotecarios escolares de
parte de los directivos. Según describen, forma parte del poco
conocimiento que se tiene de la profesión, pero además de la
desvalorización de la función que cumplen. Tanto es así que un grupo de
ellos se reunió para manifestar su enérgico rechazo a una nueva
reglamentación docente que va en ese mismo sentido y admite que, por
ejemplo, profesores de educación física, y hasta personas que sólo
poseen el título secundario, se puedan inscribir para reemplazarlos.
Este grupo de bibliotecarias que trabaja en salas de
lecturas provinciales, y sobre todo en instituciones educativas, toma la
posta para hacer pública esta preocupación que avala que "cualquier
persona que tenga hasta el nivel obligatorio aprobado pueda cubrir
reemplazos en estos cargos". Según detallan, el malestar inmediato se
remite al decreto 3029 del 23 de octubre pasado sobre la "Reglamentación
de la carrera docente", y que lleva la firma del gobernador Antonio
Bonfatti y de la ex ministra Letizia Mengarelli. Enseguida citan una
maraña de resoluciones y artículos que, aseguran, darían legalidad a lo
que consideran un atropello a la profesión.
La charla se da en la sala de la Biblioteca
Provincial Pedagógica Eudoro Díaz, de Alem y Gaboto. Están para analizar
qué pasa con estas funciones y dar sus testimonios Fernando Díaz
Pacífico, Mónica Tell, Adriana Gómez, Andrés Rearte, Susana Murias,
Mariela Nadal, Mabel Marchese, Viviana Godoy, Celina Doria, Beatriz
Bartolotta, Graciela González de Durana y Marta Müller, todos
bibliotecólogos de profesión.
Explican, citando diferentes normativas, que hoy por
hoy "para ejercer el cargo de bibliotecario con el título secundario
alcanza". Mencionan como ejemplo reciente que el sistema de
inscripciones del Ministerio de Educación (on line) ha admitido que se
anoten profesores de cualquier área para esta tarea.
Situación conocida. La situación,
por la que pueden ejercer de bibliotecarios los docentes que no poseen
el título de la especialidad, no es nueva, de hecho reconocen que en
distintas realidades los maestros han asumido esta función. La
diferencia es que ahora se profundiza a partir del mencionado decreto.
"Donde trabajo ya se han anotado para reemplazar
personas que sólo tienen el título secundario", alerta Viviana Godoy,
que ejerce en una escuela primaria y pública de la zona sur. Y para
graficar lo que ya padece el sector agrega: "A mí ya me reemplazaron en
otras oportunidades dos curas con sotanas que hasta repartían
estampitas, además de una profesora de educación física que tomó un
reemplazo y quedó interina en el cargo de bibliotecaria".
Algo parecido ocurrió días atrás en la Pedagógica de
Alem y Gaboto, donde ya se anotaron para hacer reemplazos dos personas
con títulos de profesores de educación física. "¿Nosotros podemos ir a
dar clases de matemática o de educación física también? Está claro que
no", expresan para describir lo absurdo de lo que atraviesan
profesionalmente.
Formación.El pedido pasa porque se
dejen sin efecto aquellos artículos de las normas vigentes que permiten
que no haga falta tener el título de bibliotecólogo para esta tarea.
Remarcan además que han sido formados para tratar con niños, jóvenes,
adolescentes y con distintas profesiones; además de conocer lo técnico
de este oficio y tener entre otros deberes a cargo preservar el
patrimonio cultural. Por eso —señalan— no se entiende que se pueda dar
el visto bueno a que cualquier persona ocupe estos cargos. "Estas
medidas de alguna manera ignoran a las instituciones que forman
bibliotecarios", manifiestan.
"Allí donde no hay bibliotecarios para cubrir los
cargos, hasta docentes podemos tolerar para ejercer el rol, pero no que
lo cubra cualquiera", opinan.
Según analizan, estas normativas que avanzan en
contra de la profesión se inscriben de alguna manera en la
desvalorización del papel que cumplen, sobre todo en las escuelas, y que
viene de larga data. "Tenemos desdibujadas las funciones", apunta
Andrés Rearte, quien recuerda que es común que se los corra de la
función específica para suplir cualquier otra. "Creo que todos hemos
pasado alguna vez por la misma experiencia de que nos pregunten si para
ser bibliotecarios hay que estudiar", dice con inquietud por el no
reconocimiento que tiene la biblioteca como aporte a la educación.
La charla se prolonga con vivencias y datos que
detallan cómo ejercen su profesión: "El gobierno no tiene ni planes de
capacitación para bibliotecas ni programas de equipamiento para ellas.
Es más, cuando queremos hacer algún curso de capacitación o de
actualización debemos pedir un imprevisto o cambiar cursos porque el
Ministerio no nos da permiso para capacitarnos".
Sin referentes.Tampoco tienen
referentes directos en el organigrama de Educación. Lo dicen con un
ejemplo claro: "Los docentes de grado y de las especialidades (como
música o plástica) tienen sus propios supervisores. Nosotros no. No
tenemos referentes propios. No estamos en ningún lado". Y algo más que
describe Marta Müller sobre su cargo en la Eudoro Díaz, y que muestra
las contradicciones que padecen a nivel laboral: "Antes pertenecíamos al
nivel primario, pero ahora somos de superior. Sin embargo, cobramos
como primario (el sueldo es menor). Y además, hubo titularizaciones para
el nivel primario donde no nos pudimos inscribir porque nos reconocen
la antigüedad en superior".
Ahora esperan que esta situación no se profundice y
que los escalafones finales (se hacen a partir de las inscripciones) no
admitan para cubrir los cargos de bibliotecarios a quienes no se han
preparado para esa noble función.
Fuente: http://www.lacapital.com.ar/ed_educacion/2012/12/edicion_184/contenidos/noticia_5040.html