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9 dic 2018

He metido la pata en las redes sociales, ¿cómo lo arreglo?

Por: Dimas Pardo


Una vez hecha la 'cagada' en redes sociales, sólo queda saber...

Una vez hecha la 'cagada' en redes sociales, sólo queda saber reaccionar. MAX PIXEL


"Quien habla es esclavo de sus palabras". ¿Quién le iba a decir al polímata barbudo de Aristóteles que, tantos años antes, iba a definir a la perfección nuestros problemas con las redes? También podemos preguntarle qué opina del asunto, de manera mucho más accesible, a James Gunn, que iba a seguir dirigiendo la famosa franquicia de Guardianes de la Galaxia hasta que alguien decidió echarle en cara tuits escritos hace ya unos años. O directamente a Adele, que cada vez más consciente del ambiente de crispación de Twitter, declaró: "Cuando Twitter apareció tuiteaba estando bebida, estuve a punto de arruinarlo todo en varias ocasiones. Así que mi equipo decidió que (los mensajes) tenían que pasar por dos personas y luego todo tenía que aprobarlo alguien".

No sólo la más alta cúpula de actores, cantantes y políticos son susceptibles de fastidiarla en redes y ser devorados por la plebe encarnizada, no. Mucho me temo que cualquiera podemos caer en ello. Es posible que, dado el escaso número de seguidores que tenemos, no se levante tanto alboroto, sin embargo, ya se encargarán, currículum en mano, las posibles empresas que iban a contratarte, de buscar cualquier trapo sucio en tu haber para tener la mínima excusa para prescindir tus servicios. "Pensar de otra manera sería ingenuo", afirma respecto al tema David Valks, gerente de Become Recruitment, asesoría de recursos humanos con sede en Sídney.

Por eso, porque vivimos en un tiempo difícil lleno de gente frágil que puede consternarse a la mínima con nuestra humilde opinión, hay que cuidar más que nunca nuestra reputación online. Eso es, hay que llevar bastante cuidado con el tribunal público (y casi siempre desconocido) que sopesará cada una de nuestras palabras en la Red, de tan despiadada manera que desearemos nunca haberlas enunciado.

Repasemos, entonces, en busca de un claro en este aciago temporal, algunos de los consejos para salvar mínimamente el cuello cuando la hayamos pifiado en redes. "No me gustan las vacas. Me dan mala vibra", hemos puesto, por ejemplo, en nuestra red social preferida, antes de salir de casa. Polémico cuanto menos. Hasta que no hemos vuelto no teníamos Internet y no podíamos imaginar el revuelo que se montaría acerca de nuestra modesta opinión sobre el ganado bovino.

Encontrar el problema:
Quizá a la vuelta, cuando al fin encendamos el ordenador, encontremos cientos de tuits o comentarios amenazadores y todo resulte demasiado confuso. Lo primero es encontrar el problema, ver exactamente que lo originó, sopesar si se trata de un problema real, verdaderamente dañino, caer en la cuenta de cuándo ha sucedido e intentar planear una estrategia para solventarlo.

Prestar atención de forma empática:
Mantengan la calma, es demasiado tarde para borrar el comentario, todo el mundo sabe ya nuestra opinión sobre las vacas, así que respiren, que nadie vaya a desmayarse. Una vez que hayamos visto y localizado nuestro error, no nos quedará otra que apechugar y escuchar de forma empática lo que tienen que decirnos las redes. Ponernos en su pellejo. Tomar el pulso de golpe a la sociedad. Pedir disculpas de ser necesario. Quizá nos guíen hacia otra opinión más "respetable" si racionalizamos y nos dejamos imbuir por la empatía y el buen gusto.

No borrar quejas:
Si quieres engendrar más furia, entonces sí, borra cuanto quieras los comentarios y sugerencias de los afectados, pero si intentas un ambiente cordial es mejor que no lo hagas. Además, alguien cabreado con lo que has dicho ("No me gustan las vacas") volverá una y otra vez a quejarse y a mostrar su disconformidad con tu opinión. El experto en redes sociales y community manager del magacín musical Wake and Listen, Ray Vegas, opina que "cada caso y queja tiene solución, aunque hay ocasiones en las que es imposible dar respuesta. Cuando entran en juego insultos y faltas de respeto no hace falta ni contestar, esa persona se está definiendo a ella misma y pierde toda la credibilidad con sus palabras."

Máxima rapidez en la respuesta
Intenta ser lo más rápido posible respondiendo a la sublevación que ha creado tu comentario. Responde a la queja en el mismo momento que la detectes. Confirma que la has recibido, te has dado por aludido y estás trabajando en ello para dar, lo antes posible, solución. "Mejor contestar al momento o cuanto antes. Ese será el comienzo del fin del problema. Si en cambio tardas un par de días en contestar, el problema erosionará tu mente durante todo ese tiempo y la repercusión podrá ser aún mayor. Así que mejor trabajar en un buen comunicado o mensaje para finiquitarlo cuanto antes. Tus followers más fieles te lo agradecerán.", afirma al respecto Ray Vegas.

Dialogar públicamente
Al igual que no borraremos las quejas en forma de comentario también debemos departir e intentar solventar el problema con comentarios a la vista de todos. Otros usuarios se percatarán de que has actuado y darán fe de tu empeño a la hora de solucionar el conflicto. María Rueda, marketing manager en Ártica ST, empresa de software, nos ayuda también con su opinión: "Creo que mantener un diálogo abierto y sincero con los usuarios es lo mejor en estos casos. Banear nunca es la solución y hoy en día, en la era de la transparencia e inmediatez, la gente demanda precisamente sinceridad y honestidad en todos los aspectos, incluidas las empresas."

Cerrar el círculo
Una vez hayas terminado con el problema, o veas más o menos el fuego extinto, agradece la paciencia y reitera tus disculpas, pide perdón por las molestias. En la medida de lo posible cierra el tema en un ambiente cordial. "Cuando pasen unos días o semanas, te darás cuenta de que las cosas se irán apaciguando, poco a poco todo el mundo irá quitándole peso a lo sucedido", nos confirma Ray Vegas.

Aun así, cautela

Con todo y con ello, aunque creas haber solucionado el problema inmediato, limpiar una reputación es mucho más duro que borrar todos tus tuits "nocivos" antes de que alguien busque en tu historial para echártelo, años después, en cara por alguna supuesta razón. Pies de plomo y cautela se aconseja en estos tiempos tan duros, porque antes o después, Dios no lo quiera, nos toparemos de nuevo con esa foto en la que salimos "piripis" en las novatadas del primer año de universidad. Sí, esa que nos resultaba tan graciosa pero que a muchos puede herir en su sensibilidad hasta decidir fastidiarte.



Fuente bibliográfica
PARDO, DIMAS, 2018. He metido la pata en las redes sociales, ¿cómo lo arreglo? ELMUNDO [en línea]. [Consulta: 9 diciembre 2018]. Disponible en: https://www.elmundo.es/f5/comparte/2018/11/15/5bec5043468aeb4f7b8b45dc.html

11 nov 2018

Tu pareja te espía en redes sociales: por qué lo hace y qué puede encontrar

Por: Ada Nuño

Foto: Foto: iStock.

¿Hemos sido siempre infieles y las nuevas tecnologías solo lo ponen de manifiesto o por el contrario han aumentado los engaños por su culpa?



Hace poco la modelo Kendall Jenner admitió que crea cuentas de Instagramfalsas para espiar a sus exnovios. Quizá llame la atención que un personaje de la esfera pública, de los que parecen estar por encima del bien y del mal, lleve a cabo conductas que relacionamos más con personas con bajos niveles de autoestima y con comportamientos tóxicos, pero, realmente, en el mundo de las redes sociales (que nadie puede negar a estas alturas que han venido para quedarse), ¿es tan raro este 'modus operandi'?

Hay una teoría de Michel Foucault, conocida como 'El panóptico', que se basa en la instauración de una estructura circular en el centro de una cárcel. Desde ahí alguien podrá espiar continuamente a los presos, para observar sus patrones de comportamiento. Ellos saben que están siendo espiados, pero no cuándo exactamente. Eso demuestra que sus comportamientos cambian mucho, intentan portarse bien. Extrapolado a muchas otras cuestiones, esta teoría también nos enseña cómo han evolucionado los tiempos. Los presos antes temían ser espiados. Ahora nos gusta ser observados continuamente.

Quizá usted conozca a alguien que no utiliza de una manera moral o ética las redes sociales. Hay anécdotas de lo más curiosas. La que se creó un perfil de empresa en Facebook (por el que hay que pagar) para poder espiar a alguien, o la pareja que se intercambió todas las contraseñas de sus cuentas con el consabido peligro que eso conlleva. Probablemente usted, si está en alguna red social (y si no está sus amigos le reprocharán que no se las haga, porque si no subes tus stories a Instagram es como si no existieras) alguna vez ha 'stalkeado' (acosar o espiar de toda la vida de Dios) a alguien.
La teoría de la cárcel de Michel Foucault, 'El panóptico', se ha extrapolado a las redes sociales

Pero, ¿dónde está el límite? ¿Cuándo comprendemos que nos hemos convertido en 'voyeurs' 2.0 y que lo que estamos haciendo no estaría realmente admitido en ninguna sociedad si no tuviéramos una pantalla delante para protegernos?

Se ha hablado mucho de las redes sociales, que producen depresión, que son fuente de ansiedad, que cuando subimos una foto y nos dan un 'like' segregamos dopaminas que producen felicidad, que tener demasiados 'selfies' en tu perfil de Instagram es un claro indicador de tu personalidad narcisista y egocéntrica... y lo que queda.

El "¿tú de quién eres?" propio del pueblo ha pasado a ser "¿cómo te llamas en Instagram?", y juzgamos instantáneamente a una persona en cuanto le damos a seguir a su perfil, basándonos en sus fotos (ese cachito de su vida que quiere compartir con nosotros) aun sin conocerla de nada.

Foto: iStock.
 Foto: iStock.

Pero más allá de las consabidas fotos de sushi, festivales, gatos y playas de Tailandia están los problemas que pueden producir. En la era de las redes sociales es mucho más fácil tener problemas con tu pareja. Porque no ha respondido a mis mensajes aunque estaba en línea y aun así se atrevió a subir algo a Instagram. Porque no quiero ver las fotos que tiene con su ex o con su nueva pareja en Facebook. Porque ha agregado a alguien que no conozco. Porque.

En este artículo hemos seleccionado algunas historias, contadas por personas reales (que el lector quizá conozca, quizá se encuentre cada día en el metro o por la calle, quizá incluso se vea reflejado en alguna de ellas) que se han atrevido a confesar haber realizado alguna de estas conductas poco éticas, que pocos se atreven a contar. A veces son los causantes, en otras ocasiones han sufrido situaciones que han cambiado sus vidas y sus relaciones. Todas ellas tienen algo en común: han sido de una honestidad que alarma. Algo remarcable en los tiempos del wifi.

La historia de N.P es, sin duda, digna de contar. Comienza con una anécdota aparentemente sencilla y común: sospechaba que su novio le era infiel con una compañera de la carrera. En las ocasiones en que podía "coger prestado" su teléfono no obtenía suficiente información como para llegar a una verdadera conclusión, por lo que fue un paso más allá: acababa de surgir WhatsApp web, que por aquel entonces aún no requería de ninguna identificación, y decidió instalar la cuenta de su novio en el ordenador. Así podía ver las conversaciones de su pareja sin miedo a ser descubierta y tirar un poco del hilo, como una araña, leyendo lo que se había escrito con sus amigos meses y meses atrás.

Poco a poco fue encajando todas las piezas. Se enteró no solo de que, en palabras textuales: "desde hacía dos veranos tenía una cornamenta como la del padre de Bambi", sino que los amigos de su pareja solían quedar para frecuentar prostíbulos, lo que la dejó en una situación muy delicada de cara a las amigas de N.P que salían con ellos. Era como saber que en algún lugar hay una bomba que puede explotar en cualquier momento y no poder decírselo a nadie. El novio, por su parte, jamás se enteró de lo que ella hacía, aunque, claro, se sorprendía de que ella "conociera todos sus secretos".

¿Y la legalidad?
¿Hasta que punto es legal espiar a tu pareja en redes? Dejando la moralidad a un lado, en España está prohibido -sin el previo consentimiento de la persona espiada, lógicamente-, según el artículo 198 del código penal. Y aun así existen en la actualidad varias aplicaciones que permiten a los celosos rastrear el teléfono móvil de otra persona. Pero, ¿qué es lo que nos hace saltarnos incluso la legalidad para espiar a nuestra media naranja?

¿Quieren decir algo este tipo de comportamientos de la persona en cuestión? Según E.H, que sufrió en sus carnes justamente lo contrario, rotundamente sí. Su pareja le obligaba a que le enseñase todos los 'retuits' que hacía a otras personas. Si alguien le daba a "favorito" (para los que no estén familiarizados con el lenguaje de Twitter sería algo así como demostrarle a la persona que ha escrito un comentario que te encanta eso que ha puesto) su pareja le obligaba a borrarlo. De juzgado de guardia. Hasta que finalmente fue el propio E.H el que descubrió que era su novio (ahora ex) el que le estaba engañando. Y también lo hizo a través de las redes sociales.

Aunque la obsesión por controlar la vida de los demás puede ser peligrosa, en ocasiones es mejor el remedio que la enfermedad. A.N se enteró de que la persona que había conocido en Grindr (red social para la comunidad homosexual), y que, hasta donde él sabía era su pareja desde hacía dos meses, realizaba "orgías" -en palabras textuales- con otras personas que seguía conociendo gracias a la aplicación.

Foto: iStock.
Foto: iStock.


Pero a veces las razones por las que se realizan estas acciones no son tan claras como podría parecer. Es interesante también el caso de R.N, que podría protagonizar perfectamente un episodio de 'Catfish'. Llevaba dos años con su pareja, con la que vivía, cuando comenzó a vislumbrar comportamientos extraños en ella. Todas las noches se quedaba despierta, frente al ordenador, cuando R.N. ya se había acostado. En una ocasión en la que no podía dormir, R. se acercó y esta cerró con rapidez las páginas web en las que se encontraba inmersa. Con el tiempo descubrió que se había hecho un perfil falso en Facebook, con una foto que no era la suya, y agregaba gente que conocía en 'Chat Roulette' para hablar con ellos. ¿La razón? "Falta de confianza y autoestima", alegó. Necesitaba "sentirse querida". R. la perdonó, a pesar de todo, y estuvieron juntos otros cinco años más.

A veces esta clase de comportamientos esconden falta de autoestima y seguridad

¿Nos hemos acostumbrado a estas maneras de comportamiento y las estamos comenzando a aceptar? No hace mucho tiempo nos parecía una locura quedar con alguien que habíamos conocido a través de internet. A día de hoy dar 'match' por 'Tinder' comienza a ser la regla y lo que nos parece extraño es acercarnos a alguien en un bar -muy a la vieja usanza- y pedirle el teléfono. Comenzamos a ser más lo que nuestro perfil en la red social dice de nosotros que nosotros mismos.

¿Por qué?
Según M.S, psicóloga, hay varios factores que causan por un lado el engaño sistemático entre las parejas mediante las redes sociales y el posterior seguimiento y espionaje que proviene del mismo. Se encuentran al alcance de cualquiera, y gracias a ellas nos es muy fácil conocer nuevas personas y establecer lazos con ellas. Empezamos a vernos unos a otros más como medios (conquistas fáciles) que como fines. Nadie quiere comprometerse. Igual que sucede con la comida rápida o con la obsolescencia programada las personas también somos de usar y tirar. Puro consumismo. Y por otro lado comienza a ser más importante lo que aparentes, lo que pareces en redes sociales (exitoso, feliz, con una relación que va viento en popa) que lo que eres.Ha llegado la era del postureo (como pasa con ‘stalkear’ esta palabra ya tiene vida propia) y del narcisismo.

En un mundo donde es mucho más fácil engañar también lo es espiar. Las dos caras de una misma moneda. Y en lugar de afrontar los problemas cara a cara la cobardía nos obliga a hacerlo través de una pantalla.

¿Será siempre así? Y, aún más importante, ¿era antes así también solo que no teníamos oportunidad de saberlo? Quizá somos infieles por naturaleza y las redes sociales, aunque tratan de mostrar la mejor cara de nosotros, también se convierten en un espejo donde volcamos lo peor. Quién sabe. Lo único que está claro es que no es irremediable. Basta con atreverse y pulsar el botón 'desactivar'...


Fuente bibliográfica
NUÑO, ADA, [sin fecha]. Redes Sociales: Tu pareja te espía en redes sociales: por qué lo hace y qué puede encontrar. [en línea]. [Consulta: 11 noviembre 2018]. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-11-05/espiar-en-redes-sociales_1632386/

31 oct 2018

6 movimientos en Internet que no sabes que dejan rastro para que te espíen

Por: HuffpostideasMx


side view on hacker in process with laptop and big digital screen

Afortunadamente los internautas estamos más conscientes de lo importante que es la información que le damos a terceros en un ambiente digital. 

Cada vez está más a la mano el contrato de privacidad de los sitios, y los formularios no son obligatorios la mayoría de las veces.

Pero, ¿qué pasa cuando la información que le dejamos a otras empresas está oculta en pequeños movimientos que dejan rastro? Esto se descubre a partir del análisis de metadatos.

Esta información, al parecer inofensiva, puede crear un perfil impersonal de nuestros gustos y necesidades.

Y tras generar parámetros y encasillamientos, se crean bases de datos que se utilizan en muchos casos para fines comerciales.

Peor aún, este uso sin control puede significar un riesgo para la seguridad de una organización y las personas.

Gran parte de las empresas y las personas no tienen control riguroso de los metadatos y, por lo tanto, ponen en riesgo sus infraestructuras y datos personales permitiendo que delincuentes cibernéticos tengan acceso a información sensible.

Estos son algunos movimientos en Internet que no sabías que dejaban un rastro:
1. HORAS DE CONEXIÓN: Con ella se puede saber desde huso horario hasta localización y horas de trabajo de los empleados.

2. GEOLOCALIZACIÓN: Algunos tweets y publicaciones dicen claramente desde dónde se generaron.

3. BÚSQUEDAS: Todos los intereses, inquietudes y dudas normalmente se encuentran en los términos de búsqueda de Google.

4. NÚMERO DE PERFILES EN REDES SOCIALES: En un perfil público de una red social se informan muchas más cosas.

5. NÚMERO DE SEGUIDORES: ¿Qué tanto publica y qué tanto resuena entre la gente?

6. PUBLICACIONES MARCADAS COMO FAVORITAS: También se pueden rastrear los gustos e intereses del internauta.

Utilizando únicamente los metadatos, se puede identificar a un solo usuario de entre otros 10,000, con una precisión del 95%.


El costo del cibercrimen ya representa un 0,8% de la economía mundial, superando al tráfico de drogas y armas.


Fuente bibliográfica
HUFFPOSTIDEASMX, 2018. 6 movimientos en Internet que no sabes que dejan rastro para que te espíen. Huffington Post [en línea]. 22 octubre 2018. [Consulta: 31 octubre 2018]. Disponible en: https://www.huffingtonpost.com.mx/2018/10/22/6-movimientos-en-internet-que-no-sabes-que-dejan-rastro-para-que-te-espien_a_23565186/


18 jul 2018

Cómo los televisores inteligentes son usados para extraer información de sus usuarios




Los smart-TV están siendo utilizados para recolectar preocupantes cantidades de datos

Reinventados para la era del streaming, los televisores smart ocupan 
hoy día un espacio fundamental en hogares de todo el mundo, gracias a distintas plataformas como Netflix YouTube que permiten acceder, desde el living de la casa, a millones de contenidos como películas y series sin tener que moverse del sillón.

Pero un costado oculto asociado a la nueva y omnipresente tecnología está siendo puesto al descubierto, en medio de crecientes preocupaciones en torno a la filtración de datos personales de usuarios de redes sociales como Facebook. Una investigación llevada adelante por el periódico The New York Times asegura que la codiciada información de millones de propietarios de televisores inteligentes está siendo recolectada, en muchos casos sin que los afectados siquiera lo sepan.

El artículo destaca cómo, durante los últimos años, distintas compañías han implementado nuevas herramientas que les permiten saber qué contenidos ven los usuarios de televisores conectados a Internet, datos que luego son usados para enviar publicidad personalizada a otros dispositivos dentro del hogar, como teléfonos y tabletas.

Pero en medio de un reclamo por mayores regulaciones y tras la reciente aprobación en California de la ley de privacidad online más estricta de todo EEUU, los expertos alertan que en muchas oportunidades la información es sustraída sin que la gente lo sepa.


Entre las firmas señaladas se encuentra Samba TV, una empresa que estudia los gustos televisivos de sus usuarios para poder recomendarles los shows ideales, adaptados a sus preferencias. Según consigna el New York Times, la compañía en cuestión ha recolectado la información de 13,5 millones de usuarios de televisores inteligentes en los EEUU.

Luego de asegurarse acuerdos con firmas de la talla de Sony, Sharp, TCL y Philips, Samba TV pudo colocar su software dentro de algunos de sus televisores Samba TV lo que significó un primer gran triunfo, al ingresar con su programa de monitoreo en millones de hogares.

Una vez los aparatos son configurados para su primer uso, una advertencia le comunica al usuario sobre la presencia de Samba TV en sus aparatos, con la supuesta finalidad de poder ayudarles a decidir qué ver de forma mucho más sencilla, sobre todo teniendo en cuenta la infinidad de contenidos disponibles en la actualidad.
Pero los expertos critican que dicha advertencia no especifica el alcance de esa recolección de información de los usuarios. Si se tiene en cuenta que alrededor del 90 por ciento de los consultados accede a utilizar el software, la envergadura de la problemática toma mayor importancia.


Entre sus capacidades de rastreo, Samba TV puede básicamente ver todo lo que el propietario del televisor ve en su pantalla. Desde los shows y publicidades que son proyectados hasta los videojuegos que son utilizados. Detalles sobre, por ejemplo, sus gustos personales a la hora de ver canales de noticias o su preferencia partidaria a la hora de ver los debates presidenciales de las primarias que tuvieron lugar en 2016, pueden ser recolectados sin que el usuario lo sepa.

Samba TV no vende directamente a los anunciantes la data de sus usuarios sino que estos le pagan a  la compañía para que dirija los comerciales de productos vistos durante tandas publicitarias, a otros dispositivos dentro del hogar.

"Cada versión ha identificado que utilizamos la tecnología para reconocer qué es lo que se muestra en pantalla y crear beneficio tanto para el consumidor como para nuestra empresa, sus socios y anunciantes", explicó al NYT Bill Badi, un vocero de la compañía.


Fuente bibliográfica
Cómo los televisores inteligentes son usados para extraer información de sus usuarios. Infobae 05-06-2018 [en línea]. [Consulta: 18 julio 2018]. Disponible en: https://www.infobae.com/america/eeuu/2018/07/05/como-los-televisores-inteligentes-son-usados-para-extraer-informacion-de-sus-usuarios/

4 jul 2018

Lo que debes hacer (y lo que no) en las redes sociales : 13 errores


Por: Romina Vallés





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* Antes de publicar cualquier contenido, deberías leer esto

* Facebook elimina las reacciones personalizadas

Son, más que una agenda de contactos virtual, la extensión de nuestro propio yo, y en ellas solemos relajarnos y compartir (algunos más, otros menos) nuestras vidas. Muchas veces sin ser conscientes de toda la información que estamos haciendo pública. Te damos algunos consejos que te ayudarán a saber si lo que estás compartiendo en tus redes te puede favorecer o, al contrario, hacerle un flaco favor a tu reputación online.

1. Chismorrear
Según el portal Trece Bits, es lo peor que puedes hacer en tu Facebook.
Si has discutido con alguien, no airees vuestros trapos sucios. Además de dar imagen de follonero, lo que digas puede ser hasta delito.

2. Consultorio psicológico
Si acabas de vivir una ruptura sentimental o cualquier otra pérdida o tienes un disgusto, no llenes tu muro de mensajes de autoayuda o de quejas por lo mal que te sientes. Tu imagen también puede salir perjudicada, tanto entre tus contactos personales, que te verán como alguien con problemas, como profesionales, presentes o futuros, que pueden pensar que no eres apto para desempeñar un determinado trabajo.

3. Discutir y aún menos de política
Está a la orden del día. Sobre todo por la actualidad política revuelta de los últimos tiempos. ¿Quién no ha presenciado en sus redes sociales alguna de estas disputas? Discutir no está mal, pero mejor abandonar la discusión antes de llegar al insulto. Hay amistades que se han roto para siempre por una disputa en Facebook. Además darás una imagen agresiva y hasta de mala educación.

4. Hablar mal de tu jefe o empresa
Aunque no tengas a tu jefe entre tus contactos en esa red social, si no tienes bien configurada la privacidad o alguno de tus compañeros de trabajo (de los que sí tienes como contacto) se lo dice… no hace falta que te contemos cómo acaba la historia. De cara a tus compañeros de trabajo tampoco es aconsejable: pueden perder interés en ti y el clima de trabajo se puede volver bastante insoportable. De cara a tus contactos que estén sufriendo el desempleo, además, quedarás tirando a mal.

5. Pedir demasiados favores
Según los expertos en redes sociales del portal “The Online Mom”, si acabas de abrir tu negocio, crear tu web o participas en un concurso, no está mal que una vez solicites a tus amigos que den al me gusta a tu nueva página o te voten. Dos veces ya es ponerse pesado. Con tres te aborrecerán.

6. Alardear
Es genial que hayas conseguido ese trabajo que tanto deseabas, o que estés superenamorado de tu nueva pareja, pero mejor que seas sutil y agradecido y no alardees de lo bien que te va. La gente no suele encajar bien los alardes, pero sí la humildad.

7. Publicar a todas horas lo que haces
A tus amigos tampoco les interesa demasiado (por no decir nada) lo que desayunas, cuántos kilómetros has corrido, lo que comes o los minutos que te quedan a ti y a tus pies (las fotos de pies son un clásico de esta sección, igual que las de platos con comida) para salir del trabajo. Publica cuando tengas algo interesante que decir, si no, al final a nadie le interesarán tus contenidos y dirán: “Ya está otra vez publicando chorradas, el pesado este”.

8. Publicar fotos de niños
Pide permiso antes de publicar las fotos de un acontecimiento, por ejemplo, una fiesta, en que aparezcan niños: tus amigos podrían no estar de acuerdo con que sus hijos pululen libremente por las redes por si caen en manos de algún ciberdelincuente, secuestrador o pederasta.

9. Dar Me gusta a tus propias publicaciones
Resulta un poco paradójico teniendo en cuenta que si lo has publicado es porque se sobrentiende que te gusta. Además quedarás como un auténtico egocéntrico.

10. Compartir bulos
Antes de compartir una noticia que te resulta un tanto extraña, asegúrate de la fuente. Por la red circulan fakes que se convierten en virales gracias a los usuarios desinformados. No contribuyas a ensuciar las redes con este tipo de virus.

11. Invitar a tus amigos a jugar a tus juegos
Solo dos preguntas: ¿No te has parado a pensar que tus amigos pasan de esos juegos? ¿No te has parado a pensar que si compartes ese contenido en horario laboral pueden verlo tu jefe o tus compañeros de trabajo? La respuesta ya la sabes.

12. Publicitar tus vacaciones
Si quieres facilitar la tarea a los amigos de lo ajeno o a los depredadores sexuales, no puedes hacer otra cosa mejor que anunciar que te vas de vacaciones o ir dejando tu ubicación a cada momento.

13.Publicar fotos de fiestas y borracheras.
Muchas fotos bebiendo no favorecen a tu reputación online. Si te tomas una copa (o dos), mejor que solo lo sepas tú.


Fuente bibliográfica
VALLÉS, ROMINA, 22-06-2018. Facebook: No te pierdas los consejos sobre lo que debes hacer (y lo que no) en las redes sociales. La Vanguardia [en línea]. [Consulta: 4 julio 2018]. Disponible en: http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20180603/443965098087/facebook-instagram-reglas-consejos-redes.html

30 may 2018

¿Por qué Internet es el culpable de que no creas en Dios?


Por: Kate Nateras




Las afiliaciones religiosas son afectadas por el uso de la Red

Hoy en día el Internet permite transmitir mensajes de cada una de las religiones, creencias y sectas a todos sus seguidores y conectarse con un gran número de personas, pero ¿qué pasa con aquellos que no creen en un ser supremo? Las personas que pasan gran tiempo conectadas saben que no existe una religión correcta, ya que se ven afectadas por la posmodernidad.

Aunque los medios de comunicación benefician a este grupo de personas, ya que les facilita información, libros, noticias, entre otras cosas, también existen los que prefieren otro tipo de información dentro de la web. El Internet abre totalmente nuevas formas de pensar, más a las personas con dudas de este tipo, además de que los de generaciones más recientes no quieren enredarse en temas religiosos y no tienen tantas necesidades espirituales.

A los jóvenes no les atraen las actividades religiosas como leer la Biblia, rezar, orar o ir a la iglesia. Sobre todo nos interesa crear un pensamiento más crítico. Quizá éste es el motivo de que seamos agnósticos o llanamente ateos. Más que insatisfacción en las actividades acostumbradas en una religión, siempre estamos buscando el porqué de todo. Nos cuestionamos cualquier tema y recurrimos a libros, investigaciones y, por supuesto, a información en Internet. Dudamos de la existencia de movimientos a los que personas como nuestros abuelos y nuestros padres siempre han estado acostumbrados a cumplir, de tal manera que nos lo enseñan a nosotros. Aunque cuando cumplimos una cierta edad, tomamos la decisión de continuar con esas costumbres o simplemente dejar de seguirlas porque hemos creado nuestro propio criterio.

La Universidad de Chicago afirma que el uso de Internet y la educación están arriba de la religión en las prioridades de la sociedad. La Red aumentó 80 % mientras que la preocupación por terminar la escuela de 17 a 27 %, dejando a 10 % de personas más sin inclinaciones religiosas.


creencias religiosas 2

Allen Downey, profesor de ciencias informáticas de la Olin College of Engineering, dice que los estudiantes universitarios sin afiliaciones religiosas de 1985 a la actualidad han aumentado de 8 % a 25 %. Involucrando también factores como la educación religiosa, la educación y los entornos rurales/urbanos, creando un vínculo entre ellos y dando como conclusión que el uso del Internet provoca desapego a la religión. Downey no acredita esto a una causalidad, pues no hay una causa directa con el uso del Internet y el aumento de personas sin afiliaciones religiosas, pero intenta crear una relación y no encuentra otra explicación.

El Internet y el acceso fácil de información generan un mundo de contradicciones, lo que te da la oportunidad de conocer otras culturas y otras ideologías, en contraste con lo que pasaba en la antigüedad. En la actualidad es más fácil interactuar con personas con otra religión, con dudas morales como las de ellos o simplemente personas que no creen en Dios. Esto se da con mayor probabilidad en comunidades homogéneas, ya que te permite relacionarte con personas de creencias de todo tipo y hace que cuestiones tu propia ideología.

Las innovaciones siempre repercutirán en los temas de interés público (religión, cultura, política, etc.). Mientras pasen los años es una situación que menos se podrá controlar. Las normas, en comparación con las del pasado, han cambiado y ahora las creencias son más libres. Hoy en día es más fácil que la gente se cuestione sobre la existencia de las cosas supremas que nos fomentaron desde chicos y teniendo acceso a la red es un poco más “fácil” que lo resuelvan con sus propias conclusiones o con ayuda de pensamientos de otros. 


creencias religiosas 3

Sin embargo, en la actualidad no sólo es el Internet la causa del desapego a la creencia de Dios, también está la ciencia y la filosofía, ya que entre ellos siempre ha existido la rivalidad de la razón y la fe, la delgada línea entre el conocimiento y las creencias. Aunque otra de las razones sea la libertad, una sensación en tu vida gracias a la que crees poder hacer lo que quieres sin ser castigado eternamente, pero todas la razones necesitan de más estudios e investigaciones para ser comprobadas. Creer en un ser supremos no es malo, pero tampoco es malo no hacerlo. En cierto modo todos formamos nuestras propias creencias y nuestros propios criterios basados en ciencia, filosofía o religión, aunque la realidad sea que nunca sabremos quién o qué tenga la razón.




Fuente bibliográfica 
NATERAS, KATE, 28-05-2018. ¿Por qué Internet es el culpable de que no creas en Dios? [en línea]. [Consulta: 30 mayo 2018]. Disponible en: https://culturacolectiva.com/tecnologia/la-intervencion-del-internet-en-tus-creencias-religiosas/

25 abr 2018

¿Qué ocurriría si solo leyeras periódicos impresos durante dos meses?


Por: Miriam Garcimartin

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 Un columnista de 'The New York Times' prescindió de Internet para informarse.

El periodista Farhad Manjoo llevó a cabo un experimento en el que durante un par de meses solo utilizó la prensa en papel para mantenerse al tanto de las noticias. Ahora ha querido compartir sus conclusiones.

Internet se ha convertido en una de las fuentes de información favoritas de los usuarios, ya sea a través de los medios de comunicación online, los blogs o las redes sociales. Cada vez son menos las personas que leen periódicos impresos, y mucho menos a diario. Pero, ¿podría hoy un ciudadano mantenerse informado prescindiendo de Internet y acudiendo solo a la prensa escrita?

Farhad Manjoo, periodista de 'The New York Times' especializado en tecnología, ha querido hacer la prueba. Durante casi dos meses, apagó sus notificaciones de noticias digitales y se desconectó de las redes sociales. A cambio, se suscribió a los periódicos impresos 'The Times', 'The Wall Street Journal' y 'The San Francisco Chronicle' y a la revista semanal 'The Economist'. Manjoo se permitió ciertas licencias, como recibir boletines informativos por correo electrónico o escuchar podcasts. Es decir, eligió solo aquellos formatos que, asegura, "apreciaran la profundidad y la precisión" en lugar de la velocidad.

El periodista ha querido compartir cómo cambió su vida durante esas semanas. Uno de los efectos inmediatos fue sentirse menos ansioso y adicto a las noticias, aunque paradójicamente reconoce que estaba mejor informado. También era una persona con más tiempo libre. Pero, ¿realmente todo fue tan positivo?

Manjoo asegura que él siempre ha preferido leer las noticias en pantallas a las que podía acceder solo con pulsar un botón. Al aproximarse a la prensa en papel, las páginas le parecieron demasiado grandes y el tipo de letra demasiado pequeño. Pero no solo el formato dificulta la consulta de las noticias, también el precio es un hándicap importante. Por ejemplo, una suscripción anual a 'The Times' cuesta lo mismo que el mejor iPhone de Apple.

Salvado el formato, para Manjoo leer las noticias impresas le permitió darse cuenta de las trampas a las que nos vemos sometidos con las noticias en Internet. En el periódico, la noticia aparece junto a un artículo de análisis, mientras que en las redes sociales ya viene predefinida, sesgada y acompañada por un flujo interminable de comentarios que distorsionan los hechos. "Es exactamente nuestra lealtad a la multitud, a lo que otras personas dicen sobre las noticias, en lugar de las noticias en sí mismas, lo que nos hace susceptibles a la desinformación", señala.

Otra de las causas de la desinformación es la rapidez que exige la tecnología. Sin embargo, Manjoo asegura que esto choca frontalmente con la lentitud de la vida real, e impide que los profesionales puedan tomarse su tiempo para verificar y contextualizar las noticias. El periódico recoge informaciones del día anterior, pero ya trabajadas. "Cuando lees (las noticias) una vez al día, el mundo parece contenido y comprensible".

Las conclusiones finales del columnista de 'The New York Times' son dos. La primera es que no es necesario leer periódicos impresos para estar mejor informado: basta con crear un ritual de noticias propio en el que se seleccionen aquellos medios y formatos que permitan al usuario tener un conocimiento más profundo de la información. La segunda es que no es que los periódicos sean tan geniales: "lo que era tan malo eran las redes sociales".



Fuente bibliográfica
GARCIMARTIN, MIRIAM, 13 de marzo de 2018. ¿Qué ocurriría si solo leyeras periódicos impresos durante dos meses? media-tics.com [en línea]. [Consulta: 25 abril 2018]. Disponible en: http://www.media-tics.com/noticia/8028/medios-de-comunicacion/que-ocurriria-si-solo-leyeras-periodicos-impresos-durante-dos-meses.html.

30 mar 2018

El amor puede poner en riesgo tu seguridad en internet


Por: Ricardo E. Ulke



El hecho de que muchas parejas compartan actividades y dispositivos digitales forma parte, en gran medida, de construir una relación moderna. Pero esta realidad también implica una responsabilidad conjunta de mantenerse seguros en el mundo digital.

Dado que las parejas comparten tantas actividades y dispositivos conectados, esto puede provocar la exposición de los datos, daños en el dispositivo, o la pérdida de dinero, incluso para la persona más cuidadosa de la pareja. Un estudio de Kaspersky Lab descubrió que 82% de las parejas comparte equipos. Por ejemplo, 8 de cada 10 comparten computadoras con su pareja y la mitad permite que tengan acceso a sus teléfonos. El 77% también maneja en conjunto con su pareja algún tipo de cuenta, ya sea para entretenimiento, transacciones bancarias, compras u otras actividades conjuntas.

Dado que las parejas comparten tantas actividades y dispositivos conectados, esto puede provocar la exposición de los datos, daños en el dispositivo, o la pérdida de dinero, incluso para la persona más cuidadosa de la pareja.

Un estudio de Kaspersky Lab descubrió que 82% de las parejas comparte equipos. Por ejemplo, 8 de cada 10 comparten computadoras con su pareja y la mitad permite que tengan acceso a sus teléfonos. El 77% también maneja en conjunto con su pareja algún tipo de cuenta, ya sea para entretenimiento, transacciones bancarias, compras u otras actividades conjuntas. Cuando las personas fueron encuestadas, la mitad de las personas (57%) que estaban en una relación amorosa dijeron que creían ser más conocedoras que sus parejas en lo que respecta a actividades y seguridad en el mundo de Internet, y los hombres (75%) son los más propensos a pensar que son más conocedores que su otra mitad.

Aquellos que se clasifican como la persona más conocedora en la relación, a menudo se encuentran ayudando a la otra –94% dice que siempre está tratando de ayudar a su otra mitad con preguntas sobre tecnología. Sin embargo, la ayuda a veces no es deseada y un tercio (31%) de las personas que saben que sus parejas son mejores en TI, evitan pedir ayuda cuando se encuentran en una situación complicada en línea. Experimentar estas dificultades es común, ya que muchas personas, según la encuesta, se comportan de forma insegura en línea.
Por lo tanto, es importante seguir unos simples pasos ayudarán a las parejas alcanzar la responsabilidad compartida para su seguridad en Internet:

1. Dialogar: Cuando comience a compartir dispositivos y cuentas, por ejemplo, computadoras, banca en línea y suscripciones a fuentes de streaming, establecer reglas básicas sobre lo que está dispuesto a compartir y con qué propósito.

2. No tener miedo a pedir ayuda al otro: Especialmente si uno de los dos es más conocedor que el otro. Si vos sos el más conocedor de los dos, asegurate de que tu pareja sienta que puede hablar contigo sobre la seguridad en Internet; esto significa que podrá ayudar a proteger mejor a tu pareja y a su mundo digital en conjunto. Y, si tenés menos conocimiento que tu pareja, pedir ayuda y hablar abiertamente sobre la seguridad cibernética, no es necesario sufrir solo o sola.

3. Responsabilidad compartida: Establecer pautas de seguridad inteligentes para que ambos las sigan, como nunca iniciar sesión en una red Wi-Fi insegura, o nunca descargar archivos de fuentes desconocidas o no verificadas.

4. Utilizar la tecnología para protegerse mutuamente: Las soluciones de seguridad más recientes pueden cuidar cada aspecto del mundo digital de una pareja, desde proteger contraseñas, hasta construir defensas contra las amenazas más recientes conocidas y también desconocidas.



Fuente bibliográfica
ULKE, RICARDO E., A.B.C., [sin fecha]. El amor puede poner en riesgo tu seguridad en internet - Tecnologia - ABC Color. [en línea]. [Consulta: 30 marzo 2018]. Disponible en: http://www.abc.com.py/tecnologia/el-amor-puede-poner-en-riesgo-tu-seguridad-en-internet-1686928.html. 
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