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9 dic 2018
He metido la pata en las redes sociales, ¿cómo lo arreglo?
Por: Dimas Pardo

Una vez hecha la 'cagada' en redes
sociales, sólo queda saber reaccionar. MAX PIXEL
"Quien habla es esclavo de
sus palabras". ¿Quién le iba a decir al polímata barbudo
de Aristóteles que, tantos años
antes, iba a definir a la perfección nuestros problemas con las redes? También
podemos preguntarle qué opina del asunto, de manera mucho más accesible,
a James Gunn, que iba a seguir dirigiendo la famosa franquicia
de Guardianes de la Galaxia hasta que alguien decidió echarle en cara
tuits escritos hace ya unos años. O directamente a Adele, que cada vez más
consciente del ambiente de crispación de Twitter, declaró: "Cuando
Twitter apareció tuiteaba estando bebida, estuve a punto de arruinarlo todo en
varias ocasiones. Así que mi equipo decidió que (los mensajes) tenían que pasar
por dos personas y luego todo tenía que aprobarlo alguien".
No sólo
la más alta cúpula de actores, cantantes y políticos son susceptibles de
fastidiarla en redes y ser devorados por la plebe encarnizada, no. Mucho me
temo que cualquiera podemos caer en ello.
Es posible que, dado el escaso número de seguidores que tenemos, no se levante
tanto alboroto, sin embargo, ya se encargarán, currículum en mano, las posibles
empresas que iban a contratarte, de buscar cualquier trapo sucio en tu haber
para tener la mínima excusa para prescindir tus servicios. "Pensar de otra
manera sería ingenuo", afirma respecto al tema David Valks, gerente
de Become Recruitment, asesoría de recursos humanos con sede en Sídney.
Por eso,
porque vivimos en un tiempo difícil lleno de gente frágil que puede
consternarse a la mínima con nuestra humilde opinión, hay que cuidar más que
nunca nuestra reputación online.
Eso es, hay que llevar bastante cuidado con el tribunal público (y casi siempre
desconocido) que sopesará cada una de nuestras palabras en la Red, de tan despiadada manera que desearemos nunca
haberlas enunciado.
Repasemos,
entonces, en busca de un claro en este aciago temporal, algunos de los consejos
para salvar mínimamente el cuello cuando la hayamos pifiado en redes. "No me gustan las vacas. Me dan mala
vibra", hemos puesto, por ejemplo, en nuestra red social preferida, antes
de salir de casa. Polémico cuanto menos. Hasta que no hemos vuelto no teníamos
Internet y no podíamos imaginar el revuelo que se montaría acerca de nuestra
modesta opinión sobre el ganado bovino.
Encontrar
el problema:
Quizá a
la vuelta, cuando al fin encendamos el ordenador, encontremos cientos de tuits
o comentarios amenazadores y todo resulte demasiado confuso. Lo primero es encontrar
el problema, ver exactamente que lo originó, sopesar si se trata de un
problema real, verdaderamente dañino, caer en la cuenta de cuándo ha sucedido e
intentar planear una estrategia para solventarlo.
Prestar
atención de forma empática:
Mantengan
la calma, es demasiado tarde para borrar el comentario, todo el mundo sabe ya
nuestra opinión sobre las vacas, así que respiren, que nadie vaya a desmayarse.
Una vez que hayamos visto y localizado nuestro error, no nos quedará otra que
apechugar y escuchar de forma empática lo que tienen que decirnos las
redes. Ponernos en su pellejo. Tomar el pulso de golpe a la sociedad.
Pedir disculpas de ser necesario. Quizá nos guíen hacia otra opinión más
"respetable" si racionalizamos y nos dejamos imbuir por la empatía y
el buen gusto.
No
borrar quejas:
Si
quieres engendrar más furia, entonces sí, borra cuanto quieras los comentarios
y sugerencias de los afectados, pero si intentas un ambiente cordial es mejor
que no lo hagas. Además, alguien cabreado con lo que has dicho ("No me
gustan las vacas") volverá una y otra vez a quejarse y a mostrar su
disconformidad con tu opinión. El experto en redes sociales y community
manager del magacín musical Wake and Listen, Ray Vegas, opina
que "cada caso y queja tiene solución, aunque hay ocasiones en las que es
imposible dar respuesta. Cuando entran en juego insultos y faltas de
respeto no hace falta ni contestar, esa persona se está definiendo a ella misma
y pierde toda la credibilidad con sus palabras."
Máxima
rapidez en la respuesta
Intenta
ser lo más rápido posible respondiendo a la sublevación que ha creado tu
comentario. Responde a la queja en el mismo momento que la detectes.
Confirma que la has recibido, te has dado por aludido y estás trabajando en
ello para dar, lo antes posible, solución. "Mejor contestar al momento o
cuanto antes. Ese será el comienzo del fin del problema. Si en cambio tardas un
par de días en contestar, el problema erosionará tu mente durante todo ese
tiempo y la repercusión podrá ser aún mayor. Así que mejor trabajar en un buen
comunicado o mensaje para finiquitarlo cuanto antes.
Tus followers más fieles te lo agradecerán.", afirma al respecto
Ray Vegas.
Dialogar
públicamente
Al igual
que no borraremos las quejas en forma de comentario también debemos departir e
intentar solventar el problema con comentarios a la vista de todos. Otros
usuarios se percatarán de que has actuado y darán fe de tu empeño a la hora de
solucionar el conflicto. María Rueda, marketing manager en Ártica ST,
empresa de software, nos ayuda también con su opinión: "Creo que
mantener un diálogo abierto y sincero con los usuarios es lo mejor en estos
casos. Banear nunca es la solución y hoy en día, en la era de la
transparencia e inmediatez, la gente demanda precisamente sinceridad y
honestidad en todos los aspectos, incluidas las empresas."
Cerrar
el círculo
Una vez
hayas terminado con el problema, o veas más o menos el fuego
extinto, agradece la paciencia y reitera tus disculpas, pide perdón por
las molestias. En la medida de lo posible cierra el tema en un ambiente
cordial. "Cuando pasen unos días o semanas, te darás cuenta de que las
cosas se irán apaciguando, poco a poco todo el mundo irá quitándole peso a lo
sucedido", nos confirma Ray Vegas.
Aun
así, cautela
Con todo
y con ello, aunque creas haber solucionado el problema inmediato, limpiar
una reputación es mucho más duro que borrar todos tus tuits "nocivos" antes de que
alguien busque en tu historial para echártelo, años después, en cara por alguna
supuesta razón. Pies de plomo y cautela se aconseja en estos tiempos tan duros,
porque antes o después, Dios no lo quiera, nos toparemos de nuevo con esa foto
en la que salimos "piripis" en las novatadas del primer año de
universidad. Sí, esa que nos resultaba tan graciosa pero que a muchos puede
herir en su sensibilidad hasta decidir fastidiarte.
Fuente bibliográfica
PARDO, DIMAS, 2018. He metido la pata en las redes sociales, ¿cómo lo arreglo? ELMUNDO [en línea]. [Consulta: 9 diciembre 2018]. Disponible en: https://www.elmundo.es/f5/comparte/2018/11/15/5bec5043468aeb4f7b8b45dc.html.
11 nov 2018
Tu pareja te espía en redes sociales: por qué lo hace y qué puede encontrar
Por: Ada Nuño
Foto:
iStock.

¿Hemos
sido siempre infieles y las nuevas tecnologías solo lo ponen de manifiesto o
por el contrario han aumentado los engaños por su culpa?
Hace poco la modelo Kendall Jenner admitió que crea cuentas
de Instagramfalsas para espiar a sus exnovios. Quizá llame la atención
que un personaje de la esfera pública, de los que parecen estar por encima
del bien y del mal, lleve a cabo conductas que relacionamos más con personas
con bajos niveles de autoestima y con comportamientos tóxicos,
pero, realmente, en el mundo de las redes sociales (que nadie
puede negar a estas alturas que han venido para quedarse), ¿es tan raro este
'modus operandi'?
Hay una
teoría de Michel Foucault, conocida como 'El panóptico', que se basa
en la instauración de una estructura circular en el centro de una cárcel. Desde
ahí alguien podrá espiar continuamente a los presos, para observar sus patrones
de comportamiento. Ellos saben que están siendo espiados, pero no cuándo
exactamente. Eso demuestra que sus comportamientos cambian mucho, intentan
portarse bien. Extrapolado a muchas otras cuestiones, esta teoría también
nos enseña cómo han evolucionado los tiempos. Los presos antes temían ser
espiados. Ahora nos gusta ser observados continuamente.
Quizá
usted conozca a alguien que no utiliza de una manera moral o ética
las redes sociales. Hay anécdotas de lo más curiosas. La que se creó un perfil
de empresa en Facebook (por el que hay que pagar) para poder espiar a
alguien, o la pareja que se intercambió todas las contraseñas de sus
cuentas con el consabido peligro que eso conlleva. Probablemente
usted, si está en alguna red social (y si no está sus amigos le
reprocharán que no se las haga, porque si no subes tus stories a Instagram es
como si no existieras) alguna vez ha 'stalkeado' (acosar o espiar de toda la
vida de Dios) a alguien.
La teoría de la cárcel de Michel Foucault, 'El panóptico', se ha extrapolado a las redes sociales
Pero,
¿dónde está el límite? ¿Cuándo comprendemos que nos hemos convertido en
'voyeurs' 2.0 y que lo que estamos haciendo no estaría realmente admitido
en ninguna sociedad si no tuviéramos una pantalla delante para
protegernos?
Se ha
hablado mucho de las redes sociales, que producen depresión, que son
fuente de ansiedad, que cuando subimos una foto y nos dan un 'like' segregamos
dopaminas que producen felicidad, que tener demasiados 'selfies' en tu
perfil de Instagram es un claro indicador de tu personalidad
narcisista y egocéntrica... y lo que queda.
El
"¿tú de quién eres?" propio del pueblo ha pasado a ser "¿cómo te
llamas en Instagram?", y juzgamos instantáneamente a una persona en cuanto
le damos a seguir a su perfil, basándonos en sus fotos (ese cachito
de su vida que quiere compartir con nosotros) aun sin conocerla de nada.

Pero más
allá de las consabidas fotos de sushi, festivales, gatos y playas de
Tailandia están los problemas que pueden producir. En la era de las redes
sociales es mucho más fácil tener problemas con tu pareja. Porque no
ha respondido a mis mensajes aunque estaba en línea y aun así se atrevió a
subir algo a Instagram. Porque no quiero ver las fotos que tiene con su ex o
con su nueva pareja en Facebook. Porque ha agregado a alguien que no
conozco. Porque.
En este
artículo hemos seleccionado algunas historias, contadas por personas
reales (que el lector quizá conozca, quizá se encuentre cada día en el metro o
por la calle, quizá incluso se vea reflejado en alguna de ellas) que se han
atrevido a confesar haber realizado alguna de estas conductas poco éticas,
que pocos se atreven a contar. A veces son los causantes, en otras ocasiones
han sufrido situaciones que han cambiado sus vidas y sus relaciones. Todas
ellas tienen algo en común: han sido de una honestidad que alarma. Algo
remarcable en los tiempos del wifi.
La
historia de N.P es, sin duda, digna de contar. Comienza con una
anécdota aparentemente sencilla y común: sospechaba que su novio le era infiel
con una compañera de la carrera. En las ocasiones en que podía "coger
prestado" su teléfono no obtenía suficiente información como para llegar a
una verdadera conclusión, por lo que fue un paso más allá: acababa de
surgir WhatsApp web, que por aquel entonces aún no requería de ninguna
identificación, y decidió instalar la cuenta de su novio en el ordenador. Así
podía ver las conversaciones de su pareja sin miedo a ser descubierta
y tirar un poco del hilo, como una araña, leyendo lo que se había escrito
con sus amigos meses y meses atrás.
Poco a
poco fue encajando todas las piezas. Se enteró no solo de que, en palabras
textuales: "desde hacía dos veranos tenía una cornamenta como la del padre
de Bambi", sino que los amigos de su pareja solían quedar para
frecuentar prostíbulos, lo que la dejó en una situación muy delicada de cara a
las amigas de N.P que salían con ellos. Era como saber que en algún
lugar hay una bomba que puede explotar en cualquier momento y no
poder decírselo a nadie. El novio, por su parte, jamás se enteró de lo que ella
hacía, aunque, claro, se sorprendía de que ella "conociera todos sus secretos".
¿Y la
legalidad?
¿Hasta
que punto es legal espiar a tu pareja en redes? Dejando la moralidad a un lado,
en España está prohibido -sin el previo consentimiento de la persona espiada,
lógicamente-, según el artículo 198 del código penal. Y aun así existen en
la actualidad varias aplicaciones que permiten a los celosos rastrear el
teléfono móvil de otra persona. Pero, ¿qué es lo que nos hace saltarnos
incluso la legalidad para espiar a nuestra media naranja?
¿Quieren
decir algo este tipo de comportamientos de la persona en
cuestión? Según E.H, que sufrió en sus carnes justamente lo
contrario, rotundamente sí. Su pareja le obligaba a que le enseñase todos
los 'retuits' que hacía a otras personas. Si alguien le daba
a "favorito" (para los que no estén familiarizados con el
lenguaje de Twitter sería algo así como demostrarle a la persona que ha escrito
un comentario que te encanta eso que ha puesto) su pareja le obligaba a
borrarlo. De juzgado de guardia. Hasta que finalmente fue el propio
E.H el que descubrió que era su novio (ahora ex) el que le estaba
engañando. Y también lo hizo a través de las redes sociales.
Aunque
la obsesión por controlar la vida de los demás puede ser peligrosa, en
ocasiones es mejor el remedio que la enfermedad. A.N se enteró de que
la persona que había conocido en Grindr (red social para la comunidad
homosexual), y que, hasta donde él sabía era su pareja desde hacía dos
meses, realizaba "orgías" -en palabras textuales- con otras
personas que seguía conociendo gracias a la aplicación.
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Foto:
iStock.
Pero a
veces las razones por las que se realizan estas acciones no son tan claras
como podría parecer. Es interesante también el caso de R.N, que
podría protagonizar perfectamente un episodio de 'Catfish'. Llevaba dos años
con su pareja, con la que vivía, cuando comenzó a vislumbrar comportamientos
extraños en ella. Todas las noches se quedaba despierta, frente al
ordenador, cuando R.N. ya se había acostado. En una ocasión en la que no podía
dormir, R. se acercó y esta cerró con rapidez las páginas web en las que se
encontraba inmersa. Con el tiempo descubrió que se había hecho un perfil
falso en Facebook, con una foto que no era la suya, y agregaba gente que
conocía en 'Chat Roulette' para hablar con ellos. ¿La razón? "Falta de
confianza y autoestima", alegó. Necesitaba "sentirse querida".
R. la perdonó, a pesar de todo, y estuvieron juntos otros cinco años más.
A veces esta clase de comportamientos esconden falta de autoestima y seguridad
¿Nos
hemos acostumbrado a estas maneras de comportamiento y las estamos comenzando a
aceptar? No hace mucho tiempo nos parecía una locura quedar con alguien
que habíamos conocido a través de internet. A día de hoy dar 'match' por
'Tinder' comienza a ser la regla y lo que nos parece extraño es acercarnos
a alguien en un bar -muy a la vieja usanza- y pedirle el teléfono. Comenzamos a
ser más lo que nuestro perfil en la red social dice de nosotros que
nosotros mismos.
¿Por
qué?
Según M.S,
psicóloga, hay varios factores que causan por un lado el engaño sistemático
entre las parejas mediante las redes sociales y el posterior seguimiento y
espionaje que proviene del mismo. Se encuentran al alcance de cualquiera,
y gracias a ellas nos es muy fácil conocer nuevas personas y establecer lazos
con ellas. Empezamos a vernos unos a otros más como medios (conquistas fáciles)
que como fines. Nadie quiere comprometerse. Igual que sucede con la comida
rápida o con la obsolescencia programada las personas también somos
de usar y tirar. Puro consumismo. Y por otro lado comienza a ser más importante
lo que aparentes, lo que pareces en redes sociales (exitoso, feliz, con una
relación que va viento en popa) que lo que eres.Ha llegado la era del
postureo (como pasa con ‘stalkear’ esta palabra ya tiene vida propia) y
del narcisismo.
En un
mundo donde es mucho más fácil engañar también lo es espiar. Las dos caras
de una misma moneda. Y en lugar de afrontar los problemas cara a cara la
cobardía nos obliga a hacerlo través de una pantalla.
¿Será
siempre así? Y, aún más importante, ¿era antes así también solo que no teníamos
oportunidad de saberlo? Quizá somos infieles por naturaleza y las redes
sociales, aunque tratan de mostrar la mejor cara de nosotros, también se convierten
en un espejo donde volcamos lo peor. Quién sabe. Lo único que está claro
es que no es irremediable. Basta con atreverse y pulsar el botón
'desactivar'...
Fuente bibliográfica
NUÑO, ADA, [sin fecha]. Redes Sociales: Tu pareja te espía en redes sociales: por qué lo hace y qué puede encontrar. [en línea]. [Consulta: 11 noviembre 2018]. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-11-05/espiar-en-redes-sociales_1632386/.
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31 oct 2018
6 movimientos en Internet que no sabes que dejan rastro para que te espíen
Por: HuffpostideasMx
Afortunadamente los internautas estamos más conscientes de lo importante que es la información que le damos a terceros en un ambiente digital.
Cada vez está más a la mano el contrato de privacidad de los sitios, y los formularios no son obligatorios la mayoría de las veces.
Pero, ¿qué pasa cuando la información que le dejamos a otras empresas está oculta en pequeños movimientos que dejan rastro? Esto se descubre a partir del análisis de metadatos.
Esta información, al parecer inofensiva, puede crear un perfil impersonal de nuestros gustos y necesidades.
Y tras generar parámetros y encasillamientos, se crean bases de datos que se utilizan en muchos casos para fines comerciales.
Peor aún, este uso sin control puede significar un riesgo para la seguridad de una organización y las personas.
Gran parte de las empresas y las personas no tienen control riguroso de los metadatos y, por lo tanto, ponen en riesgo sus infraestructuras y datos personales permitiendo que delincuentes cibernéticos tengan acceso a información sensible.
Estos son algunos movimientos en Internet que no sabías que dejaban un rastro:
1. HORAS DE CONEXIÓN: Con ella se puede saber desde huso horario hasta localización y horas de trabajo de los empleados.
2. GEOLOCALIZACIÓN: Algunos tweets y publicaciones dicen claramente desde dónde se generaron.
3. BÚSQUEDAS: Todos los intereses, inquietudes y dudas normalmente se encuentran en los términos de búsqueda de Google.
4. NÚMERO DE PERFILES EN REDES SOCIALES: En un perfil público de una red social se informan muchas más cosas.
5. NÚMERO DE SEGUIDORES: ¿Qué tanto publica y qué tanto resuena entre la gente?
6. PUBLICACIONES MARCADAS COMO FAVORITAS: También se pueden rastrear los gustos e intereses del internauta.
Utilizando únicamente los metadatos, se puede identificar a un solo usuario de entre otros 10,000, con una precisión del 95%.
El costo del cibercrimen ya representa un 0,8% de la economía mundial, superando al tráfico de drogas y armas.
Fuente bibliográfica
HUFFPOSTIDEASMX, 2018. 6 movimientos en Internet que no sabes que dejan rastro para que te espíen. Huffington Post [en línea]. 22 octubre 2018. [Consulta: 31 octubre 2018]. Disponible en: https://www.huffingtonpost.com.mx/2018/10/22/6-movimientos-en-internet-que-no-sabes-que-dejan-rastro-para-que-te-espien_a_23565186/.
18 jul 2018
Cómo los televisores inteligentes son usados para extraer información de sus usuarios
/s3.amazonaws.com/arc-wordpress-client-uploads/infobae-wp/wp-content/uploads/2018/07/05121734/Smart-TV-1.jpg)
Los smart-TV están siendo utilizados para
recolectar preocupantes cantidades de datos
Reinventados
para la era del streaming, los televisores smart ocupan
hoy día
un espacio fundamental en hogares de todo el mundo, gracias a distintas
plataformas como Netflix y YouTube que permiten acceder,
desde el living de la casa, a millones de contenidos como películas y series
sin tener que moverse del sillón.
Pero un
costado oculto asociado a la nueva y omnipresente tecnología está siendo puesto
al descubierto, en medio de crecientes preocupaciones en torno a la filtración
de datos personales de usuarios de redes sociales como Facebook. Una
investigación llevada adelante por el periódico The New York
Times asegura que la codiciada información de millones de propietarios de
televisores inteligentes está siendo recolectada, en muchos casos
sin que los afectados siquiera lo sepan.
El
artículo destaca cómo, durante los últimos años, distintas compañías han
implementado nuevas herramientas que les permiten saber qué contenidos ven los
usuarios de televisores conectados a Internet, datos que luego son usados para
enviar publicidad personalizada a otros dispositivos dentro del hogar, como
teléfonos y tabletas.
Pero en
medio de un reclamo por mayores regulaciones y tras la reciente aprobación en
California de la ley de privacidad online más estricta de todo EEUU, los
expertos alertan que en muchas oportunidades la información es sustraída sin que la gente lo sepa.
/s3.amazonaws.com/arc-wordpress-client-uploads/infobae-wp/wp-content/uploads/2018/07/05121727/Smart-TV-3.jpg)
Entre
las firmas señaladas se encuentra Samba TV, una empresa que estudia los
gustos televisivos de sus usuarios para poder recomendarles los shows ideales,
adaptados a sus preferencias. Según consigna el New York Times, la
compañía en cuestión ha recolectado la información de 13,5 millones de usuarios
de televisores inteligentes en los EEUU.
Luego de
asegurarse acuerdos con firmas de la talla de Sony, Sharp, TCL y
Philips, Samba TV pudo colocar su software dentro de algunos de sus
televisores Samba TV lo que significó un primer gran triunfo, al ingresar
con su programa de monitoreo en millones de hogares.
Una vez
los aparatos son configurados para su primer uso, una advertencia le
comunica al usuario sobre la presencia de Samba TV en sus aparatos, con la
supuesta finalidad de poder ayudarles a decidir qué ver de forma mucho más
sencilla, sobre todo teniendo en cuenta la infinidad de contenidos disponibles
en la actualidad.
Pero los
expertos critican que dicha advertencia no
especifica el alcance de esa recolección de información de los usuarios. Si
se tiene en cuenta que alrededor del 90 por ciento de los consultados accede a
utilizar el software, la envergadura de la problemática toma mayor importancia.
/s3.amazonaws.com/arc-wordpress-client-uploads/infobae-wp/wp-content/uploads/2018/07/05121707/Smart-TV-4.jpg)
Entre
sus capacidades de rastreo, Samba TV puede
básicamente ver todo lo que el propietario del televisor ve en su pantalla. Desde
los shows y publicidades que son proyectados hasta los videojuegos que son
utilizados. Detalles sobre, por ejemplo, sus gustos personales a la hora de ver
canales de noticias o su preferencia partidaria a la hora de ver los debates
presidenciales de las primarias que tuvieron lugar en 2016, pueden ser
recolectados sin que el usuario lo sepa.
Samba TV
no vende directamente a los anunciantes la data de sus usuarios sino que
estos le pagan a la compañía para que
dirija los comerciales de productos vistos durante tandas publicitarias, a
otros dispositivos dentro del hogar.
"Cada
versión ha identificado que utilizamos la tecnología para reconocer qué es lo
que se muestra en pantalla y crear beneficio tanto para el consumidor como para
nuestra empresa, sus socios y anunciantes", explicó
al NYT Bill Badi, un vocero de la compañía.
Fuente bibliográfica
Cómo los televisores inteligentes son usados para extraer información de sus usuarios. Infobae 05-06-2018 [en línea]. [Consulta: 18 julio 2018]. Disponible en: https://www.infobae.com/america/eeuu/2018/07/05/como-los-televisores-inteligentes-son-usados-para-extraer-informacion-de-sus-usuarios/.
4 jul 2018
Lo que debes hacer (y lo que no) en las redes sociales : 13 errores
* Facebook elimina las reacciones personalizadas
Son, más que una agenda de contactos virtual, la extensión de nuestro propio yo, y en ellas solemos relajarnos y compartir (algunos más, otros menos) nuestras vidas. Muchas veces sin ser conscientes de toda la información que estamos haciendo pública. Te damos algunos consejos que te ayudarán a saber si lo que estás compartiendo en tus redes te puede favorecer o, al contrario, hacerle un flaco favor a tu reputación online.
1. Chismorrear
Según el portal Trece Bits, es lo peor que puedes hacer en tu Facebook.
Si has discutido con alguien, no airees vuestros trapos sucios. Además de dar imagen de follonero, lo que digas puede ser hasta delito.
2. Consultorio psicológico
Si acabas de vivir una ruptura sentimental o cualquier otra pérdida o tienes un disgusto, no llenes tu muro de mensajes de autoayuda o de quejas por lo mal que te sientes. Tu imagen también puede salir perjudicada, tanto entre tus contactos personales, que te verán como alguien con problemas, como profesionales, presentes o futuros, que pueden pensar que no eres apto para desempeñar un determinado trabajo.
3. Discutir y aún menos de política
Está a la orden del día. Sobre todo por la actualidad política revuelta de los últimos tiempos. ¿Quién no ha presenciado en sus redes sociales alguna de estas disputas? Discutir no está mal, pero mejor abandonar la discusión antes de llegar al insulto. Hay amistades que se han roto para siempre por una disputa en Facebook. Además darás una imagen agresiva y hasta de mala educación.
4. Hablar mal de tu jefe o empresa
Aunque no tengas a tu jefe entre tus contactos en esa red social, si no tienes bien configurada la privacidad o alguno de tus compañeros de trabajo (de los que sí tienes como contacto) se lo dice… no hace falta que te contemos cómo acaba la historia. De cara a tus compañeros de trabajo tampoco es aconsejable: pueden perder interés en ti y el clima de trabajo se puede volver bastante insoportable. De cara a tus contactos que estén sufriendo el desempleo, además, quedarás tirando a mal.
5. Pedir demasiados favores
Según los expertos en redes sociales del portal “The Online Mom”, si acabas de abrir tu negocio, crear tu web o participas en un concurso, no está mal que una vez solicites a tus amigos que den al me gusta a tu nueva página o te voten. Dos veces ya es ponerse pesado. Con tres te aborrecerán.
6. Alardear
Es genial que hayas conseguido ese trabajo que tanto deseabas, o que estés superenamorado de tu nueva pareja, pero mejor que seas sutil y agradecido y no alardees de lo bien que te va. La gente no suele encajar bien los alardes, pero sí la humildad.
7. Publicar a todas horas lo que haces
A tus amigos tampoco les interesa demasiado (por no decir nada) lo que desayunas, cuántos kilómetros has corrido, lo que comes o los minutos que te quedan a ti y a tus pies (las fotos de pies son un clásico de esta sección, igual que las de platos con comida) para salir del trabajo. Publica cuando tengas algo interesante que decir, si no, al final a nadie le interesarán tus contenidos y dirán: “Ya está otra vez publicando chorradas, el pesado este”.
8. Publicar fotos de niños
Pide permiso antes de publicar las fotos de un acontecimiento, por ejemplo, una fiesta, en que aparezcan niños: tus amigos podrían no estar de acuerdo con que sus hijos pululen libremente por las redes por si caen en manos de algún ciberdelincuente, secuestrador o pederasta.
9. Dar Me gusta a tus propias publicaciones
Resulta un poco paradójico teniendo en cuenta que si lo has publicado es porque se sobrentiende que te gusta. Además quedarás como un auténtico egocéntrico.
10. Compartir bulos
Antes de compartir una noticia que te resulta un tanto extraña, asegúrate de la fuente. Por la red circulan fakes que se convierten en virales gracias a los usuarios desinformados. No contribuyas a ensuciar las redes con este tipo de virus.
11. Invitar a tus amigos a jugar a tus juegos
Solo dos preguntas: ¿No te has parado a pensar que tus amigos pasan de esos juegos? ¿No te has parado a pensar que si compartes ese contenido en horario laboral pueden verlo tu jefe o tus compañeros de trabajo? La respuesta ya la sabes.
12. Publicitar tus vacaciones
Si quieres facilitar la tarea a los amigos de lo ajeno o a los depredadores sexuales, no puedes hacer otra cosa mejor que anunciar que te vas de vacaciones o ir dejando tu ubicación a cada momento.
13.Publicar fotos de fiestas y borracheras.
Muchas fotos bebiendo no favorecen a tu reputación online. Si te tomas una copa (o dos), mejor que solo lo sepas tú.
Fuente bibliográfica
VALLÉS, ROMINA, 22-06-2018. Facebook: No te pierdas los consejos sobre lo que debes hacer (y lo que no) en las redes sociales. La Vanguardia [en línea]. [Consulta: 4 julio 2018]. Disponible en: http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20180603/443965098087/facebook-instagram-reglas-consejos-redes.html.
30 may 2018
¿Por qué Internet es el culpable de que no creas en Dios?
Por:
Kate Nateras
Las
afiliaciones religiosas son afectadas por el uso de la Red
Hoy en
día el Internet permite transmitir mensajes de cada una de las religiones,
creencias y sectas a todos sus seguidores y conectarse con un gran número de
personas, pero ¿qué pasa con aquellos que no creen en un ser supremo? Las
personas que pasan gran tiempo conectadas saben que no existe una religión
correcta, ya que se ven afectadas por la posmodernidad.
Aunque
los medios de comunicación benefician a este grupo de personas, ya que les
facilita información, libros, noticias, entre otras cosas, también existen los
que prefieren otro tipo de información dentro de la web. El Internet abre
totalmente nuevas formas de pensar, más a las personas con dudas de este tipo,
además de que los de generaciones más recientes no quieren enredarse en temas
religiosos y no tienen tantas necesidades espirituales.
A los
jóvenes no les atraen las actividades religiosas como leer la Biblia,
rezar, orar o ir a la iglesia. Sobre todo nos interesa crear un pensamiento más
crítico. Quizá éste es el motivo de que seamos agnósticos o llanamente ateos.
Más que insatisfacción en las actividades acostumbradas en una religión,
siempre estamos buscando el porqué de todo. Nos cuestionamos cualquier tema y
recurrimos a libros, investigaciones y, por supuesto, a información en
Internet. Dudamos de la existencia de movimientos a los que personas como
nuestros abuelos y nuestros padres siempre han estado acostumbrados a cumplir,
de tal manera que nos lo enseñan a nosotros. Aunque cuando cumplimos una cierta
edad, tomamos la decisión de continuar con esas costumbres o simplemente dejar
de seguirlas porque hemos creado nuestro propio criterio.
La
Universidad de Chicago afirma que el uso de Internet y la educación están
arriba de la religión en las prioridades de la sociedad. La Red aumentó 80 %
mientras que la preocupación por terminar la escuela de 17 a 27 %, dejando a 10
% de personas más sin inclinaciones religiosas.
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Allen
Downey, profesor de ciencias informáticas de la Olin College of
Engineering, dice que los estudiantes universitarios sin afiliaciones
religiosas de 1985 a la actualidad han aumentado de 8 % a 25 %. Involucrando
también factores como la educación religiosa, la educación y los entornos
rurales/urbanos, creando un vínculo entre ellos y dando como conclusión que el
uso del Internet provoca desapego a la religión. Downey no acredita esto a una
causalidad, pues no hay una causa directa con el uso del Internet y el aumento
de personas sin afiliaciones religiosas, pero intenta crear una relación y no
encuentra otra explicación.
El
Internet y el acceso fácil de información generan un mundo de contradicciones,
lo que te da la oportunidad de conocer otras culturas y otras ideologías, en
contraste con lo que pasaba en la antigüedad. En la actualidad es más fácil
interactuar con personas con otra religión, con dudas morales como las de
ellos o simplemente personas que no creen en Dios. Esto se da con mayor
probabilidad en comunidades homogéneas, ya que te permite relacionarte con
personas de creencias de todo tipo y hace que cuestiones tu propia ideología.
Las
innovaciones siempre repercutirán en los temas de interés público (religión,
cultura, política, etc.). Mientras pasen los años es una situación que menos se
podrá controlar. Las normas, en comparación con las del pasado, han cambiado y
ahora las creencias son más libres. Hoy en día es más fácil que la gente se
cuestione sobre la existencia de las cosas supremas que nos fomentaron desde chicos
y teniendo acceso a la red es un poco más “fácil” que lo resuelvan con sus
propias conclusiones o con ayuda de pensamientos de otros.
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Sin
embargo, en la actualidad no sólo es el Internet la causa del desapego a la
creencia de Dios, también está la ciencia y la filosofía, ya que entre ellos
siempre ha existido la rivalidad de la razón y la fe, la delgada
línea entre el conocimiento y las creencias. Aunque otra de las razones sea la
libertad, una sensación en tu vida gracias a la que crees poder hacer lo que
quieres sin ser castigado eternamente, pero todas la razones necesitan de más
estudios e investigaciones para ser comprobadas. Creer en un ser supremos
no es malo, pero tampoco es malo no hacerlo. En cierto modo todos formamos
nuestras propias creencias y nuestros propios criterios basados en ciencia,
filosofía o religión, aunque la realidad sea que nunca sabremos quién o qué
tenga la razón.
Fuente bibliográfica
NATERAS, KATE, 28-05-2018. ¿Por qué Internet es el culpable de que no creas en Dios? [en línea]. [Consulta: 30 mayo 2018]. Disponible en: https://culturacolectiva.com/tecnologia/la-intervencion-del-internet-en-tus-creencias-religiosas/.
25 abr 2018
¿Qué ocurriría si solo leyeras periódicos impresos durante dos meses?
Por: Miriam
Garcimartin
El periodista Farhad Manjoo llevó a cabo un
experimento en el que durante un par de meses solo utilizó la prensa en papel
para mantenerse al tanto de las noticias.
Ahora ha querido compartir sus conclusiones.
Internet
se ha convertido en una de las fuentes de información favoritas de los
usuarios, ya sea a través de los medios de comunicación online, los blogs o las
redes sociales. Cada vez son menos las personas que leen periódicos impresos, y
mucho menos a diario. Pero, ¿podría
hoy un ciudadano mantenerse informado prescindiendo de Internet y acudiendo
solo a la prensa escrita?
Farhad
Manjoo, periodista de 'The New York Times' especializado en tecnología, ha
querido hacer la prueba. Durante casi dos meses, apagó sus notificaciones de
noticias digitales y se desconectó de las redes sociales. A cambio, se suscribió a los periódicos impresos 'The
Times', 'The Wall Street Journal' y 'The San Francisco Chronicle' y a la
revista semanal 'The Economist'. Manjoo se permitió ciertas licencias, como
recibir boletines informativos por correo electrónico o escuchar podcasts. Es
decir, eligió solo aquellos formatos que, asegura, "apreciaran la
profundidad y la precisión" en lugar de la velocidad.
El
periodista ha querido compartir cómo cambió su vida durante esas semanas. Uno de los efectos inmediatos
fue sentirse menos ansioso y adicto a las noticias, aunque
paradójicamente reconoce que estaba mejor informado. También era una
persona con más tiempo libre. Pero, ¿realmente todo fue tan positivo?
Manjoo
asegura que él siempre ha preferido leer las noticias en pantallas a las que
podía acceder solo con pulsar un botón. Al aproximarse a la prensa en papel,
las páginas le parecieron demasiado grandes y el tipo de letra demasiado
pequeño. Pero no solo el formato
dificulta la consulta de las noticias, también el precio es un hándicap importante.
Por ejemplo, una suscripción anual
a 'The Times' cuesta lo mismo que el mejor iPhone de Apple.
Salvado
el formato, para Manjoo leer las noticias
impresas le permitió darse cuenta de las trampas a las que nos vemos sometidos
con las noticias en Internet. En el periódico, la noticia aparece
junto a un artículo de análisis, mientras que en las redes sociales ya viene
predefinida, sesgada y acompañada por un flujo interminable de comentarios que
distorsionan los hechos. "Es
exactamente nuestra lealtad a la multitud, a lo que otras personas dicen sobre
las noticias, en lugar de las noticias en sí mismas, lo que nos hace
susceptibles a la desinformación", señala.
Otra de
las causas de la desinformación es la
rapidez que exige la tecnología. Sin embargo, Manjoo asegura que esto choca
frontalmente con la lentitud de la
vida real, e impide que los profesionales puedan tomarse su tiempo para
verificar y contextualizar las noticias. El periódico recoge informaciones del
día anterior, pero ya trabajadas. "Cuando
lees (las noticias) una vez al día, el mundo parece contenido y
comprensible".
Las
conclusiones finales del columnista de 'The New York Times' son dos. La primera
es que no es necesario leer
periódicos impresos para estar mejor informado: basta con crear un ritual
de noticias propio en el que se seleccionen aquellos medios y formatos que
permitan al usuario tener un conocimiento más profundo de la información. La
segunda es que no es que los
periódicos sean tan geniales: "lo que era tan malo eran las redes
sociales".
Fuente bibliográfica
GARCIMARTIN, MIRIAM, 13 de marzo de 2018. ¿Qué ocurriría si solo leyeras periódicos impresos durante dos meses? media-tics.com [en línea]. [Consulta: 25 abril 2018]. Disponible en: http://www.media-tics.com/noticia/8028/medios-de-comunicacion/que-ocurriria-si-solo-leyeras-periodicos-impresos-durante-dos-meses.html.
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The New York Times
30 mar 2018
El amor puede poner en riesgo tu seguridad en internet
Por: Ricardo E. Ulke

El hecho
de que muchas parejas compartan actividades y dispositivos digitales forma
parte, en gran medida, de construir una relación moderna. Pero esta realidad
también implica una responsabilidad conjunta de mantenerse seguros en el mundo
digital.
Dado que
las parejas comparten tantas actividades y dispositivos conectados, esto puede
provocar la exposición de los datos, daños en el dispositivo, o la pérdida de
dinero, incluso para la persona más cuidadosa de la pareja. Un estudio de
Kaspersky Lab descubrió que 82% de las parejas comparte equipos. Por ejemplo, 8
de cada 10 comparten computadoras con su pareja y la mitad permite que tengan
acceso a sus teléfonos. El 77% también maneja en conjunto con su pareja algún
tipo de cuenta, ya sea para entretenimiento, transacciones bancarias, compras u
otras actividades conjuntas.
Dado que
las parejas comparten tantas actividades y dispositivos conectados, esto puede
provocar la exposición de los datos, daños en el dispositivo, o la pérdida de
dinero, incluso para la persona más cuidadosa de la pareja.
Un
estudio de Kaspersky Lab descubrió que 82% de las parejas comparte equipos. Por
ejemplo, 8 de cada 10 comparten computadoras con su pareja y la mitad permite
que tengan acceso a sus teléfonos. El 77% también maneja en conjunto con su
pareja algún tipo de cuenta, ya sea para entretenimiento, transacciones
bancarias, compras u otras actividades conjuntas. Cuando las personas fueron
encuestadas, la mitad de las personas (57%) que estaban en una relación amorosa
dijeron que creían ser más conocedoras que sus parejas en lo que respecta a
actividades y seguridad en el mundo de Internet, y los hombres (75%) son los
más propensos a pensar que son más conocedores que su otra mitad.
Aquellos
que se clasifican como la persona más conocedora en la relación, a menudo se
encuentran ayudando a la otra –94% dice que siempre está tratando de ayudar a
su otra mitad con preguntas sobre tecnología. Sin embargo, la ayuda a veces no
es deseada y un tercio (31%) de las personas que saben que sus parejas son
mejores en TI, evitan pedir ayuda cuando se encuentran en una situación
complicada en línea. Experimentar estas dificultades es común, ya que muchas
personas, según la encuesta, se comportan de forma insegura en línea.
Por lo
tanto, es importante seguir unos simples pasos ayudarán a las parejas alcanzar
la responsabilidad compartida para su seguridad en Internet:
1. Dialogar: Cuando comience a compartir dispositivos y cuentas, por
ejemplo, computadoras, banca en línea y suscripciones a fuentes de streaming,
establecer reglas básicas sobre lo que está dispuesto a compartir y con qué
propósito.
2. No tener miedo a pedir ayuda al otro: Especialmente si uno de los dos es más conocedor que el
otro. Si vos sos el más conocedor de los dos, asegurate de que tu pareja sienta
que puede hablar contigo sobre la seguridad en Internet; esto significa que
podrá ayudar a proteger mejor a tu pareja y a su mundo digital en conjunto. Y,
si tenés menos conocimiento que tu pareja, pedir ayuda y hablar abiertamente
sobre la seguridad cibernética, no es necesario sufrir solo o sola.
3. Responsabilidad compartida: Establecer pautas de seguridad inteligentes para que ambos
las sigan, como nunca iniciar sesión en una red Wi-Fi insegura, o nunca
descargar archivos de fuentes desconocidas o no verificadas.
4. Utilizar la tecnología para protegerse
mutuamente: Las soluciones de seguridad más
recientes pueden cuidar cada aspecto del mundo digital de una pareja, desde
proteger contraseñas, hasta construir defensas contra las amenazas más
recientes conocidas y también desconocidas.
Fuente bibliográfica
ULKE, RICARDO E., A.B.C., [sin fecha]. El amor puede poner en riesgo tu seguridad en internet - Tecnologia - ABC Color. [en línea]. [Consulta: 30 marzo 2018]. Disponible en: http://www.abc.com.py/tecnologia/el-amor-puede-poner-en-riesgo-tu-seguridad-en-internet-1686928.html.
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