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19 jun 2017
Los futuros próximos de las bibliotecas públicas
Por: Mariano
Vespa
Oráculo
y depositario del saber y desarrollo humanos, las bibliotecas se encuentran
sometidas a una transformación que reconfigura su rol no sólo en relación con
los nuevos paradigmas digitales sino en sus visiones y alcances. Un
relevamiento del estado de la cuestión con tres de los principales
especialistas en el mundo: Hannelore
Vogt, Gillian Daly y Alberto Manguel.
En el
libro Historia de las bibliotecas (Ediciones Ampersand, 2015), Frédéric Barbier
establece un recorrido sobre las evoluciones de las bibliotecas en Occidente.
En relación con el presente, un contexto donde convergen nuevos modos de
socialización, redes sociales y un mayor individualismo, la función de la
biblioteca en tanto institución y representación tiende a desplazarse. Como
institución, “deberá representar el ideal de una sociedad fundada en el
derecho natural, la cual plantea el imperativo de la igualdad”. Ese
objetivo impulsa un compromiso mayor en la funcionalidad de la biblioteca: ya
no sólo se trata de transferencia de contenidos o de preservación y apropiación
del patrimonio colectivo, sino que se posiciona como un espacio de interacción.
Razón de ser
Gillian
Daly, una de las responsables de la red que asesora y promueve a más de
quinientas bibliotecas en Escocia (SLIC), estuvo de visita en Buenos Aires en
marzo, invitada por la Fundación Filba y el British Council. En distintas
capacitaciones a bibliotecarios y en una conferencia magistral, trasladó la
experiencia de gestión en SLIC, sobre todo en relación con la manera de pensar
las bibliotecas públicas en un presente proclive a la evanescencia:
—Creo
que el propósito fundamental de las bibliotecas no ha cambiado. La gente dice
que, debido a que vivimos en una era digital, no necesitamos bibliotecas,
tenemos Google para encontrar información, tenemos Wikipedia, que sabe todo,
pero en realidad en la era digital se ha vuelto más importante entender en qué
información se puede confiar. Creo que hay más demanda de servicios de
biblioteca y de ese ambiente, sobre todo para el tipo de apoyo que una
biblioteca puede ofrecer: el acceso a información confiable, pero también sobre
las habilidades del personal de la biblioteca y las comunidades de apoyo.
En
sintonía, Alberto Manguel, director de la Biblioteca Nacional (BN), considera
que las bibliotecas superviven, en tanto su función no es monógama.
—Una
biblioteca almacena todo tipo de documentos y textos, cualquiera sea su
soporte: papel o pantalla, material o virtual. Desde los principios del
lenguaje escrito hemos preservado nuestras palabras en soportes tan diversos
como la arcilla, el caparazón de la tortuga, el bambú, el papiro, la piedra,
los nudos de los quipus, el pergamino y el papel. Y una biblioteca debe
preservar todo esto en la medida en que logre conseguirlo. Los textos virtuales
son tan sólo una parte de nuestro acervo y la tecnología electrónica no es la
última de las tecnologías que inventaremos para comunicarnos. Vendrán otras que
no imaginamos ahora y a ésas también la biblioteca les reserva un lugar.
La
Biblioteca Pública de Colonia (CPL) es pionera, no sólo por sus tempranas
innovaciones en relación con el paradigma digital, sino por apostar al
fortalecimiento de participación. No sólo ofrece un vasto catálogo, impreso y
en e-book, sino que también proporciona asistencia en materia de educación y
recreación a la población vernácula –cerca de un millón de habitantes– y a
regiones cercanas, entre las que se incluyen otros países, como Luxemburgo o
Bélgica. En 2015 fue galardonada como la mejor biblioteca del año. Hannelore
Vogt, directora desde 2008, es una referente ineludible en la materia: ha
escrito varios textos que aportan una nueva mirada sobre el alcance de las
bibliotecas y es consultora en la materia en distintos puntos del planeta.
—La
educación en el siglo XXI incluye la alfabetización digital, ya que el uso de
nuevas tecnologías y redes sociales es esencial para la plena participación
social. Las bibliotecas no son sólo lugares llenos de libros, sino que son
vibrantes espacios de experiencia. No son sólo salas de lectura y lugares de
silencio, sino lugares para conocer y aprender. Estimulan la acción y el hacer,
pero también permiten que uno se tranquilice y se inspire. Un ejemplo
interesante de esto proviene de Dinamarca. Se basa en las “Four rooms of
change” [teoría del psicólogo sueco Claes F. Janssen]. Las bibliotecas deben
seguir las tendencias tecnológicas y sociales y ajustar sus ofertas en
consecuencia. La gente ya no quiere ser mera consumidora. Ellos quieren crear,
ser activos y probar cosas nuevas. Quieren compartir sus ideas y conocimientos
con otros.
Daly
coincide en la importancia de las bibliotecas en la construcción de la
ciudadanía, sobre todo en relación con las coyunturas político-mediáticas:
—Creo
que son importantes para la democracia y creo que muchas de las cuestiones que
estamos viendo a nivel mundial, en este momento, apuntan a que las personas
están mal informadas sobre las decisiones políticas que están tomando. No sé si
sucede lo mismo en Argentina, pero los medios están influyendo negativamente.
El presidente Trump sigue tuiteando noticias falsas. Cualquiera puede publicar
en un blog, sin antecedentes ni investigación, y puede ser considerado un
hecho. Todas las librerías de la red son diferentes, pero estamos tratando de
estandarizar los procesos, queremos que sea una experiencia mucho más
igualitaria para que todos nuestros ciudadanos tengan acceso a los mismos
apoyos para la educación, para el aprendizaje y para todas las otras
necesidades a través de la vida.
Uno de
los proyectos que desarrolla SLIC es “Every child a member”, que fomenta
la membresía desde niño, ya sea desde el nacimiento mismo o en la escuela.
También sucede lo mismo en Colonia, a través del programa Bookbabys:
VOGT: Es
importante comenzar con los niños tan pronto como sea posible. Por un lado para
inspirarlos a leer, por otro lado las sinapsis para el lenguaje en nuestro
cerebro se están desarrollando mejor en los primeros seis años de nuestra vida.
Bookbabys es un programa especial para niños pequeños que es perfecto para
comenzar el aprendizaje permanente y crea una relación especial con las
bibliotecas desde muy temprana edad. Este es un tipo de terapia de biblioteca
donde madres con niños de 0-2 años visitan la biblioteca una vez por semana
para cantar canciones, decir rimas, bailar y divertirse mucho.
Manguel
considera que se trata de una experiencia potencial para llevarse a cabo en la
BN:
—Es una
divisa excelente que a cada niño, junto al certificado de nacimiento, se le dé
una tarjeta de lector para que la noción de identidad no sea sólo la de
pertenecer a una determinada nación sino a la comunidad universal de lectores.
De la transacción a la interacción
Capacitaciones
para el desarrollo de habilidades, asesoramiento en la confección de
currículos, clases de comunicación, sesiones de información sobre salud,
inclusiones a personas desprotegidas [ver recuadro], eventos culturales. El
listado de las iniciativas que apuntan a la igualdad de oportunidades puede ser
exhaustivo.
Según el
sitio web de Mep Library, que reúne a miembros parlamentarios de la Unión
Europea, en Europa más de cuatro millones y medio de personas acceden por
primera vez a internet en una biblioteca pública y cerca de dos millones de
usuarios lo hacen usualmente porque es el único espacio que tiene acceso
gratuito. En un contexto donde la cifra de analfabetismo en la UE es del 20%,
alrededor de un millón y medio de personas se acercan a las bibliotecas para
capacitarse y luego aplicar a determinados trabajos. Aunque quizá no tenga el
mismo grado de privaciones que otros países, en Escocia un 20% de la población
no tiene acceso, fundamentalmente en las comunidades alejadas.
DALLY:
queremos asegurarnos de que todo el mundo, sin importar de dónde procedan,
tengan la oportunidad, y eso es muy difícil porque los dispositivos digitales
suelen ser caros y todo se mueve tan rápidamente. Eso significa que es muy
difícil para las personas mantenerse al día, lo mismo para las bibliotecas. Así
que estamos muy enfocados en la capacitación de nuestro personal para que
podamos estar al día con todas estas nuevas tecnologías.
En
Argentina, gran parte de las bibliotecas populares nucleadas en Conabip permite
el uso de computadoras en red y tiene clases de apoyo escolar o encuentros con
artistas. Para SLIC, uno de los grandes desafíos para llevar adelante una
biblioteca es concientizar a aquellos que por pudor –que no sepan leer o
necesiten algún tipo de apoyo– no se acercan a la biblioteca.
V: En
una era de comunicación digital y redes, se necesitan espacios para que las
personas se reúnan y se comuniquen en persona. Junto a la casa y el trabajo,
las bibliotecas se están convirtiendo cada vez más en un “tercer lugar” donde
esto es posible. La importancia de las bibliotecas como lugares de encuentro es
cada vez mayor. Otra distinción es que las bibliotecas, además de ser
extremadamente democráticas, son una de las pocas plazas libres del comercio.
La
concepción de Vogt puede tomarse como un reverso o reescritura de
la frase de Nietzsche; en este caso, donde termina la biblioteca,
empieza el mercado. Desde 2013, CPL fomenta la participación interactiva del
público mediante el Makerspace, laboratorios de creación y espacios de
intercambio donde, por ejemplo, se digitalizan discos o se desarrollan
podcasts. La biblioteca se convierte en catalizadora de experiencias creativas.
En sintonía, SLIC ha realizado, en los últimos años, el hackatón Future
Libraries, en el que distintos equipos de estudiantes, graduados o
entrepeneurs, desarrollan innovaciones de productos o servicios para las
bibliotecas. Tanto CPL como SLIC ofrecen, como un modo de vincular la
participación y el ecosistema digital, infraestructura que va desde
iPads, impresoras 3D, anteojos de realidad virtual o cúteres láser.
Las
bibliotecas se pliegan a los entornos digitales con una activa participación en
las redes sociales. En Escocia, gran parte de las bibliotecas se comunica con
sus usuarios a través de Facebook. Daly cuenta que la biblioteca de Orkney, una
de las islas del norte, ha recibido varios premios en todo el Reino Unido por
la forma en que utilizan Twitter. El perfil @OrkneyLibrary tiene más seguidores
que habitantes de la isla. Hace un año, cuando postearon sobre una actividad de
su club de lectura, invitaron a J.K. Rowling a que participase del evento. La
creadora de Harry Potter dudó, entonces la biblioteca le ofreció que si ella
efectivamente los visitaba, llevarían lemon pie. Rowling no suele participar en
eventos públicos, pero una ingeniosa conversación en Twitter posibilitó su visita.
La BN también tiene una activa participación en @BNMMArgentina, no sólo en
relación con la promoción de sus actividades y sus fondos, sino que también
visibiliza archivos de otras bibliotecas y los cronogramas de distintas
instituciones culturales argentinas. Manguel considera que cada nueva
tecnología tiene influencia sobre la literatura:
—Toda
tecnología, todo medio que usa las palabras –escritas, orales, iconográficas–,
y por lo tanto todos los medios electrónicos, tienen su lugar en la biblioteca.
Por ejemplo, a partir de Twitter, no sólo nacen las “verdades alternativas” de
Trump sino también la forma poética similar al haiku japonés, determinada por
la extensión de un tuit (140 caracteres) que usan varios escritores hoy, por
ejemplo Margaret Atwood.
La nube de Babel
Uno de
los tópicos relevantes a la hora de pensar las bibliotecas del futuro es cómo
llevan a cabo sus políticas de digitalización. Los tres entrevistados coinciden
en que desarrollar un plan masivo requiere una cantidad de recursos impensada,
incluso podría demorar una centuria
V: Para
una biblioteca pública, es importante ofrecer acceso móvil a los datos del
catálogo, también a través del teléfono móvil, pero no tanto para ofrecer todo
el contenido en línea. En Alemania tenemos un proveedor de servicios donde las
bibliotecas pueden adquirir libros electrónicos y ofrecerlos a sus clientes. En
Colonia, los usuarios de la biblioteca tienen acceso a 40 mil libros
electrónicos. El proveedor de servicios está tratando con las editoriales sobre
cuestiones de derechos de copia, por lo que no todas las bibliotecas tienen que
hacerlo.
No bien
asumió, Manguel declaró en algunas entrevistas la necesidad de actualizar el
catálogo y llevar adelante un plan de digitalización del acervo. La BN tiene
prevista una campaña para pedir donaciones con el fin de adquirir maquinaria
para aumentar el ritmo de digitalización.
—Por el
momento, estamos digitalizando obras de dominio público, sobre todo los
documentos más frágiles, para permitir su consulta. Y el plan incluye, por
supuesto, el acceso público. También estamos colaborando con otras bibliotecas
nacionales para negociar cuestiones de derechos de autor, para poder proponer a
los usuarios un acceso limitado a obras aún en derechos, lo que en casi todo el
mundo se llama “fair use” (“uso legítimo o razonable”) de un texto para
consulta, investigación, cita, etc.
La
figura del uso legítimo no está tipificada en la ley de propiedad intelectual
argentina, algo que en otros países está reconocido. Eso habla de la
obsolescencia de la legislación local, pero también suscita discusiones a nivel
internacional. El programa holandés de desarrollo Public Libraries 2020 ha
impulsado una reforma de la ley de copyright, con la necesidad de ciertas excepciones
para las bibliotecas que permitan mayor accesibilidad y una circulación
transfronteriza de contenidos.
En
varias de sus conferencias y apariciones públicas, Robert Darton –historiador
del libro y la lectura– se preocupa porque Google lleva digitalizados alrededor
de 30 millones de libros, un acervo de treinta bibliotecas, sobre todo porque
detrás de eso hay una lógica comercial. Daly cree que Google es un asistente
que aún no conocemos, imprevisibile e inmanejable como sus algoritmos.
—La
gente necesita ser consciente de que, si bien el servicio es gratuito, su
organización es comercial. De todas formas, creo que hay un montón de ejemplos
de Google y otras organizaciones que trabajan bien con las bibliotecas, que
tratan de apoyar nuestro trabajo y pueden tener un impacto positivo. En las
bibliotecas de Glasgow, tenemos una iniciativa llamada Garaje Google. Google
estableció un espacio masivo en la biblioteca y ofrece capacitación en
habilidades digitales a los usuarios de la biblioteca.
Construir
un horizonte colaborativo, accesible e inclusivo es una de las piedras
filosofales de las bibliotecas públicas, que piensan a largo plazo, sin perder
de vista las activaciones y alcances del presente. Acaso una de las mayores
dificultades que atraviesan es la demanda de recursos técnicos y económicos
pero, como señala Vogt, a veces puede suplirse con una estrategia creativa que
genere pequeños logros.
Dos ejemplos de inclusión
Una de
las apuestas que lleva adelante SLIC es el apoyo a las personas que viven con
demencia. Por ejemplo, usan distintas colecciones de fotografías antiguas del
vecindario para activar distintos recuerdos y que los usuarios gocen de cierto
bienestar, dentro de sus posibilidades. También cuentan con accesibilidad para
personas ciegas y disminuidas, a través de una cantidad superlativa de
audiobooks. En Escocia –según cuenta Daly–, las bibliotecas fueron fundadas
bajo el principio de igualdad y oportunidades para todos, entonces su propósito
está en la adaptación de la infraestructura a las distintas necesidades. CPL,
en cooperación con grupos de voluntarios, ha participado en actividades que
integran a los refugiados que tienen el derecho a residencia, desde ofrecerles
el lugar para aprender alemán u otros conocimientos hasta generar visitas
guiadas a la biblioteca o apoyar proyectos de voluntarios locales. También
incluye la posibilidad de apoyo escolar o lecturas multilingües de cuentos para
los niños. Fue tal la demanda, que en 2015 inauguraron The Sprachraum, un piso
cercano a la biblioteca, con más de cincuenta voluntarios, algunos de ellos
también refugiados.
Digitalizar a largo plazo
“Será
que el instituto tiene una fuerte influencia prusiana, porque pensamos de acá a
cien años”, dice Peter Altekrüger, director de la biblioteca y subdirector del
Instituto Ibero-Americano de Berlín. Una vez por año, Altekrüger visita
Argentina para comprar distintos materiales e investigar en distintos stands de
las provincias en la Feria del Libro: tiene que ver con las extensas
colecciones que posee el instituto, que incluyen el archivo del antropólogo
Robert Lehmann-Nitsche. Gran conocedor de las librerías porteñas, desde las más
conocidas hasta las de los parques, Altekrüger ha puesto el énfasis en la
digitalización de la colección completa de la mítica revista Radiolandia y de
Tía Vicenta. La motivación es encontrar material relacionado con la cultura
popular que no esté disponible online, y que implique una recuperación. Como
sucede en muchas instituciones, las ansias por digitalizar se topan con un
límite monetario finito. Por lo pronto, la biblioteca del instituto está por
inaugurar una nueva locación, especialmente diseñada para la preservación de
documentos originales, con las temperaturas y niveles de humedad adecuados para
su preservación. El catálogo puede consultarse en www.iaidigital.de.
Fuente bibliográfica
VESPA, MARIANO, [sin fecha]. Los futuros próximos de las bibliotecas públicas | perfil. [en línea]. [Consulta: 20 junio 2017]. Disponible en: http://www.perfil.com/cultura/los-futuros-proximos-de-las-bibliotecas-publicas.phtml.
22 abr 2016
Las bibliotecas se adaptan a las nuevas tecnologías
No son pocos los objetos y lugares que
han perdido parte de su razón de ser a causa de la era digital (los videoclubs,
el correo postal, los SMS...). Muchos, para no desaparecer, han tenido que
reinventarse, dar un paso hacia adelante y usar las nuevas tecnologías como
herramienta para forjar modelos de negocio adaptados al siglo XXI. Este ha sido
el caso de las bibliotecas.
Con ese
gran portal de información que es Internet y la popularización de los libros
digitales, estos antiguos centros de conocimiento se han convertido en algo
mucho más moderno que un almacén de libros raídos y polvorientos. "Durante
siglos, la gente ha pensado en las bibliotecas como lugares en los que
almacenar y usar libros impresos. Cualquier persona que no haya estado en una biblioteca
recientemente se sorprendería de lo que hoy podría encontrar allí.
Las
bibliotecas ofrecen actualmente versiones impresas y digitales de libros y
revistas, música y vídeos digitales, colecciones especiales... Además, algunas
bibliotecas ofrecen lectores de libros electrónicos y tabletas, juegos de
ordenador, material gráfico y mucho más", cuenta Erik Van Lubeek,
vicepresidente de la red mundial de bibliotecas OCLC (Online Computer Library
Center), a 20minutos.
"Las
bibliotecas también utilizan la digitalización y las tecnologías de
investigación online para preservar y promover la historia local y materiales
únicos tales como las publicaciones de las instituciones y gobiernos a los que
sirven", explica.
Las
nuevas tecnologías han hecho posible que los usuarios de bibliotecas para
acceder a recursos electrónicos desde sus propios ordenadores y smartphones,
pero también desde ordenadores facilitados por la biblioteca. De este modo, las
bibliotecas de hoy pueden centrarse en proporcionar acceso a la información y
no sólo en acumularla. "El acceso rápido y fácil a todo tipo de información y a
los medios de comunicación a través de la web ha aumentado las expectativas del
usuario”.
Las
bibliotecas más exitosas son las que cumplen consistentemente con esas
expectativas", asegura Van Lubeek. Las bibliotecas han adoptado las nuevas
tecnologías y se han ajustado a los cambios en la forma en que los usuarios
obtienen información.
Han
hecho que sea fácil para los usuarios acceder a los servicios desde fuera de la
biblioteca, a través de un ordenador o dispositivos móviles, veinticuatro horas
al día y siete días a la semana. "Como un lugar físico, las bibliotecas también han cambiado
para satisfacer las necesidades de los usuarios de hoy en día”.
El
fundamento de una biblioteca sigue siendo el mismo, como un lugar seguro donde
cualquier persona puede venir a aprender acerca de temas nuevos o poco
conocidos, o explorar en profundidad los intereses que les apasionan. Las
bibliotecas son el centro para el aprendizaje en un campus universitario y el
centro cultural de una comunidad en las ciudades y pueblos de todo el
mundo", señala el experto.
"A medida que el ritmo del cambio
tecnológico continúa aumentando, las bibliotecas son también un recurso clave
para el avance de la alfabetización digital y los medios de comunicación",
comenta.
HERRAMIENTAS
DE LAS BIBLIOTECAS DEL SIGLO XXI
Como
parte de esta modernización, la OCLC —entidad que agrupa a más de 72.000
instituciones en 170 países, entre los que se encuentran bibliotecas, archivos
y museos (en España hay 92 centros asociados, incluidos la Biblioteca Nacional
y el Instituto Cervantes, entre otros)— proporciona servicios tecnológicos
compartidos, investigación y programas comunitarios a la comunidad
bibliotecaria.
Su
objetivo es ayudar a las bibliotecas a mantener su relevancia y su competitividad, y apoyar a la sociedad a
mantener vivo el conocimiento y hacerlo más fácil de compartir. Para lograrlo,
el grupo cuenta con un equipo multidisciplinar formado por bibliotecarios,
tecnólogos, investigadores, escritores, gerentes, administradores y personas en
formación que trabajan para construir un nuevo modelo que dé visibilidad a las
bibliotecas.
Ellos
impulsan iniciativas en el uso de las tecnologías de la información dirigidas a
aumentar la eficacia y facilitar la colaboración entre bibliotecas. De todas
estas soluciones destaca WorldCat.Org, un catálogo colectivo con más de 347
millones de registros bibliográficos correspondientes a 2.300 millones de
ejemplares, que es la mejor muestra de cómo las bibliotecas pueden colaborar
para reducir costes y ofrecer un mejor servicio a sus usuarios.
"WorldCat
comenzó en el año 1971 como el primer catálogo online unificado, creado de
forma cooperativa y mantenido por las bibliotecas para compartir los registros
del catálogo y promover el intercambio de recursos. Las bibliotecas han estado
aportando registros del catálogo de sus colecciones a WorldCat desde hace más
de 40 años. Hoy en día, WorldCat es la red mundial más completa sobre las
colecciones y servicios bibliotecarios, con textos en más de 400 idiomas",
cuenta.
"Los
usuarios pueden encontrar material en las bibliotecas cercanas a ellos a través
de WorldCat.org en la web. Libros, libros electrónicos, revistas, revistas
electrónicas, música, mapas, recursos genealógicos, herramientas culturales,
imágenes digitales... Cualquier cosa que usted puede encontrar en una
biblioteca puede ser descubierto a través de WorldCat.org gracias a que las
bibliotecas han aportado documentos de sus colecciones a este maravilloso
recurso", explica.
Por otro
lado, WorldShare Management Services es una plataforma de servicios
bibliotecarios en la nube que gestiona una nueva visión de las tecnologías para
los procesos de trabajo tradicionales de la biblioteca: adquisición,
catalogación, circulación, control de estadísticas, gestión de usuarios, etc.
Con este servicio, todas las aplicaciones necesarias para administrar una
biblioteca se encuentran alojadas en los centros de datos que la OCLC tiene en
todo el mundo, por lo que la biblioteca no tiene que preocuparse por comprar y
actualizar software constantemente.
"Además,
debido a que está basada en la web, toda la funcionalidad del servicio está
disponible en cualquier dispositivo con conexión a Internet, liberando así a
los bibliotecarios para hacer su trabajo cuando tiene sentido y no teniéndolos
atados a un escritorio", aclara OCLC. "Más de 380 bibliotecas en todo
el mundo están utilizando WMS para compartir datos, recursos, innovaciones,
aplicaciones e infraestructura de servicio a sus usuarios", añade.
Sin
embargo, todas estas mejoras no cambian el fin último de la biblioteca. "Las bibliotecas seguirán siendo los lugares donde la gente se
reúne para crear, innovar y aprender", sentencia el
vicepresidente de OCLC.
Fuente bibliográfica:
Las bibliotecas se adaptan a las nuevas tecnologías. MadridPress [en línea], [sin fecha]. [Consulta: 22 abril 2016]. Disponible en: http://madridpress.com/not/202350/las-bibliotecas-se-adaptan-a-las-nuevas-tecnologias/.
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16 ene 2013
Estados Unidos tendrá una biblioteca sin libros
San Antonio, Texas, será el hogar de la primera biblioteca pública sin libros de Estados Unidos. Ok, en realidad sí habrá libros, pero no serán de papel, sino que todo estará disponible en formato digital.
El espacio reemplazará los estantes con libros por mesas con laptops y gadgets, donde las personas podrán sentarse a leer. También habrá 100 lectores digitales para prestar, 50 para niños, 50 estaciones computacionales, 25 laptops y 25 tablets para usar en el lugar.
Quienes asistan a la biblioteca podrán leer el libro que elijan en cualquiera de los dispositivos de la biblioteca, arrendar un e-reader por un periodo de tiempo, o llevar sus propios e-readers y cargar libros en ellos. La instalación realizará alianzas con los distribuidores de libros para poder dar acceso a más de 10.000 títulos, cantidad que iría creciendo en el tiempo.
Se espera que la biblioteca abra en el otoño del hemisferio norte (entre septiembre y noviembre). ¿Será éste el futuro de las bibliotecas?
Fuente: http://www.fayerwayer.com/2013/01/estados-unidos-tendra-una-biblioteca-sin-libros/
Con la llegada de los libros electrónicos, es obvio que se ha dado un cambio significativo en la forma de comercializar y leer libros, sin embargo hablar de bibliotecas ficticias, o bibliotecas sin libros no es tan común, pero es la idea que tienen en mente en un condado del estado de Texas en los Estados Unidos.
Se trata de la primera Biblioteca “sin” libros en dicho país, la cual estaría lista para mediados de Septiembre, en el condado Bexar County, Texas. Según explica Nelson Wolff, principal responsable del proyecto, la biblioteca sería algo así como una Apple Store, es decir, en vez de contar con repisas llenas de libros, se contaría con tablets.
“Ahora mismo, tecnología que puedas tocar, iPads, es lo que los niños quieren”
La idea es que las personas pueden leer desde el local o desde sus casas con sus dispositivos móviles, sin embargo la biblioteca sin libros se estrenará como prototipo en un edificio público por primera vez en los Estados Unidos a mediados de Septiembre.
Fuente: http://www.webadictos.com.mx/2013/01/15/primera-biblioteca-sin-libros/
2 oct 2012
Biblioteca, educación y desarrollo
Por: Juan Bosco Bernal
Una de las herramientas más poderosas para el acceso a la información y el conocimiento ha sido históricamente, sin duda, la biblioteca. Ella existe desde tiempos remotos, mucho antes de la aparición de la imprenta de Gutenberg. Fueron los papiros, los mapas y otros documentos manuscritos los que constituyeron el acervo principal de bibliotecas célebres como la de Alejandría (S. III a.C).
La biblioteca es una institución orgánica que ha sabido desafiar los tiempos, las guerras, invasiones, los desastres y las tecnologías. Jamás existió un imperio, reino o gobierno importante que no se preciara de tener una colección de las más destacadas obras literarias, científicas, jurídicas o artísticas de su territorio y del mundo conocido. Hubo reyes como Don Joao de Portugal, que al escapar de Napoleón con destino a Brasil (1808), se preocupó por que su colección real le acompañara (60,000 volúmenes).
En el mundo contemporáneo las bibliotecas son parte del capital de desarrollo con que cuentan los pueblos. Un país pequeño industrializado como Suiza tiene 2,000 bibliotecas, en tanto que uno inmenso y pobre como Sudán alcanza apenas 13. Por su parte, la Federación Rusa (46,000), China (51,311) y la India (45,000) son las naciones con el mayor número de bibliotecas del mundo. En las Américas, Estados Unidos (16,698), México (7,260) y Brasil (5,097) encabezan los países mejor provistos de este recurso.
Las bibliotecas públicas en Panamá (108), han constituido un espacio para el acceso a la cultura, la ciencia y el aprendizaje desde los primeros años de la República. Estos espacios están dedicados a la lectura, investigaciones, consultas y eventos (reuniones, charlas, obras de teatro, conversatorios, exposiciones, recitales), sobre diversos campos del saber. Además, son claves para promover la salud, la producción, la educación, la cultura y el desarrollo.
La Biblioteca Nacional, creada en 1942, es hoy gracias a su Fundación, una organización dinámica y moderna, con una red de bibliotecas municipales (61), apoyadas por el Ministerio de Educación, que representa el tejido más grande en esta materia en todo el país. A ellas se suman las bibliotecas universitarias, entre ellas, las del el sistema de bibliotecas de la Universidad de Panamá, la Universidad Tecnológica de Panamá y la Universidad Especializada de las Américas, reconocido como el más nutrido en este género.
Al sumarse las bibliotecas de los principales colegios y escuelas (unas 600), así como los centros de información y documentación que poseen los organismos gubernamentales, cívicos y empresariales, se podría observar una capacidad informativa de especial relevancia, que se encuentra insuficientemente conocida y menos aún utilizada por los diversos sectores de población.
La biblioteca debe ser el eje cardinal de una universidad. Representar el corazón del organismo académico para mantenerlo vivo. Un corazón que conserva, genera y exhala energía por el oxígeno intelectual que aporta el conocimiento de la universidad, en virtud de las colecciones y los servicios fundamentales que ésta ofrece.
Debe constituir un instrumento dinámico que sirve al cumplimiento de todas las funciones principales de la universidad: la docencia, la investigación, la extensión y difusión cultural y científica y la gestión de la propia organización. Sirve para aprender a conocer, aprender a aprender, aprender a reducir la dependencia, la brecha entre los que más y menos acceso tienen al conocimiento y aumentar la autonomía en la búsqueda y aplicación del saber.
La misión principal es ofrecer un conjunto de servicios especializados destinados a la recopilación, conservación, acceso, y difusión del conocimiento. Supera el paradigma de almacén de libros y documentos, para situarse en una perspectiva de centro de recursos para el aprendizaje, la docencia, la investigación, la formación continua, la vinculación a la comunidad, la empresa y el Estado. Sirve a diversos actores: estudiantes, docentes, investigadores, funcionarios y empresarios aliados a la universidad, tanto del país como del exterior.
El acelerado proceso de generación y uso creciente de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, ha impactado la vida de las personas, los hogares y también las bibliotecas. La organización y funcionamiento de estos espacios pasa por un momento de transición, de la biblioteca convencional, préstamos y lectura de libros físicos en la sala o a domicilio, a un centro y redes de recursos intangibles mediante servicios virtuales y apoyos digitales, de fácil acceso a los diversos públicos usuarios dentro y fuera de la comunidad local o universitaria.
La biblioteca no muere, se transforma. El reto será integrase a la cultura digital, manteniendo la esencia de servir al desarrollo de la inteligencia, la circulación del conocimiento y a la atención de asuntos importantes para vida de las personas. La biblioteca digital, el Internet, el libro electrónico, la comunicación mediante las redes sociales, cambian y amplían el acceso a la información y el conocimiento. Este proceso de adecuación tecnológico progresivo demandará del Estado y la sociedad inversiones financieras importantes y cambios culturales mediante procesos de alfabetización digital, que representan una fase actualizada e ilimitada de aprender.
23 nov 2011
Error cultural, convertir bibliotecas en espacios digitales
MORELIA, Mich., 22 de noviembre de 2011.- Año 2026: la información decrece su tránsito en moléculas de celulosa, no hay fotocopias, sólo memory stick y almacenamiento robótico; sin embargo, el libro refrenda su misión como el más importante vehículo de transmisión del conocimiento. Así vislumbraron especialistas y académicos, el futuro de los recintos dedicados a la consulta y lectura en el encuentro La Biblioteca del Futuro…15 años después.
En el marco de la IX Conferencia Internacional sobre Bibliotecas Universitarias, se conjugó un ejercicio de proyección sobre lo que viene para estos inmuebles y los servicios que ofrece. En la apertura, Héctor Hernández Bringas, secretario de Desarrollo Institucional de la UNAM, revalidó el compromiso que tiene esta casa de estudios con esos espacios.
En la mesa El sentido humano en la biblioteca del futuro, José Sarukhán, académico del Instituto de Ecología y ex rector de la Universidad Nacional, calificó “de un gran error cultural”, la intención de transformar esos recintos en espacios digitales.
“¿Qué se pretende?, ¿hacer las bibliotecas obsoletas?”, cuestionó. “La digitalización de los libros provoca el uso individual, casi autístico de los textos, que el lector no tenga posibilidad de debatir, de compartir, sin intercambios, ni cruzadas de conocimientos”, opinó.
“Hay un proceso de transición de celulosa a bits, que no será abrupto; los impresos se van a mantener, incluso por sobre los lavaderos electrónicos, porque siempre he dicho que una universidad es un conjunto de edificios alrededor de una biblioteca”.
En su oportunidad, Gloria Villegas, directora de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), se pronunció por la construcción de un espacio con mayor énfasis humanista, “no sólo con vocación de servicio por parte del bibliotecario, sino con la posibilidad de formar y educar a los usuarios”.
La universitaria indicó que la entidad que encabeza ha puesto en marcha el programa “Digitalización de las Humanidades”, abocado a textos del siglo XVI.
Lope de Vega en iPad
Gary J. Brown, investigador estadounidense y especialista en el Siglo de Oro español, ha dado accesibilidad digital a uno de los más importantes poetas y dramaturgos de la literatura universal: Lope de Vega, que a más de cinco siglos de distancia puede leerse en el formato más avanzado. Lo relevante de esta modalidad es que no haya intermediarios entre el autor y el deseante.
Hoy en día, destacó, “existen más de 20 millones de libros en Google; además, las grandes empresas editoriales se han convertido en distribuidores digitales”. Al realizar un flashforward sobre el bibliotecario del futuro, auguró que “brindará asesoría personalizada y lo hará a través de memory stick”.
No existen las bibliotecas digitales
Adolfo Rodríguez Gallardo, director de Bibliotecas de la UNAM, se refirió a los agoreros que, en la víspera, habían sentenciado no sólo la vida de las bibliotecas, sino del libro.
“Se pensaba que con Internet las bibliotecas desaparecerían; había dudas y comentarios apocalípticos de cuál sería su papel y el de sus operantes, pero el futuro no se limita a nuevos programas de computadoras, sino a valores como profesionales de la información”, explicó.
En la conferencia magistral La Biblioteca del futuro, Rodríguez Gallardo, consideró equivocada la referencia de bibliotecas sin paredes. “No existen esos espacios digitales, sólo formatos distintos de presentar la información”.
El investigador emérito de la UNAM consideró que los retos en este ámbito son dotarlos de nuevos servicios y reorientarlos de manera humanista y no rutinaria.
¿Bibliotecas sin libros?
Anders Dahlgren parece traer colgado todo el tiempo un letrero con la leyenda open library. El arquitecto estadounidense, que ha planeado más de 150 de estos recintos en América, Europa y África, intervino en la mesa Espacio físico y virtual, donde dejó en claro que la del futuro aún no se construye, pero ya existen tendencias, y el libro físico, no es el huésped principal.
“Las del siglo XXI deben privilegiar las conexiones por encima de las colecciones, deben ser más flexibles, menos solemnes y más lúdicas”, propuso.
“La primera se halla en la Biblioteca Universidad de Missouri-Kansas City, donde el almacenamiento es de tipo robótico; no existe el aroma a texto, pero ganamos mayor cantidad de material que ahora está digitalizado”.
Asimismo, detalló que universidades en Estados Unidos, Inglaterra, Suecia y Canadá, han optado por los recintos sin libros. “Son teatros de intercambio de información, no hay bibliotecarios, sino estudiantes-asistentes, con mesas redondeadas en forma de ocho. Los escritorios empezarán a desaparecer”.
En contraste, el también arquitecto José Ignacio Nuño, quien diseñó los repositorios del Palacio Legislativo de San Lázaro, subrayó que deben existir en el futuro como lugares de lectura, pues “más del 50 por ciento de la población urbana en el país vive en departamentos de 50 metros cuadrados, que resultan imposibles para leer de manera prolongada”.
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