Por: Mónica De Haro
Mantener
el cerebro sano hasta la vejez es un reto difícil. Por ello, las Asociaciones
Americanas del Corazón y de Ictus nos proponen siete sencillos pasos para
prevenir el ataque al corazón y el accidente cerebrovascular
Un
estilo de vida saludable beneficia al cerebro tanto como al resto del cuerpo y
puede disminuir el riesgo de deterioro cognitivo a medida que se envejece.
El
cerebro es muy dependiente de un corazón y un sistema circulatorio sanos para
funcionar bien, así que tiene sentido que una vida saludable para el corazón
resulte en un cerebro más sano.
Y tanto
el corazón como el cerebro necesitan un flujo sanguíneo adecuado, pero en
muchas personas, los vasos sanguíneos lentamente se estrechan o se bloquean a
lo largo de la vida, un proceso de enfermedad conocido como aterosclerosis, el
estrechamiento de las arterias que causa muchos ataques al corazón y
accidentes cerebrovasculares.
Sin
embargo, un estilo de vida saludable beneficia al cerebro tanto como al resto
del cuerpo y puede disminuir el riesgo de deterioro cognitivo a medida que se
envejece según algunas de las recomendaciones ofrecidas por las Asociaciones
Americanas del Corazón y de Ictus.
De
hecho, muchos factores de riesgo para la aterosclerosis pueden modificarse
siguiendo una dieta saludable, realizando suficiente actividad física, evitando
el consumo de productos de tabaco y otras estrategias.
Seguir
las recomendaciones sobre el estilo de vida cuando se es un adulto joven da sus
frutos más tarde
“Los
mismos factores de riesgo que causan aterosclerosis son también los principales
contribuyentes al deterioro cognitivo en la vida tardía y la enfermedad de
Alzheimer. Al seguir siete sencillos pasos -‘Life’s Simple 7’–, no sólo podemos
prevenir el ataque al corazón y el accidente cerebrovascular, sino que también
podemos ser capaces de prevenir el deterioro cognitivo”, afirma el
neurólogo vascular Philip Gorelick, presidente del grupo de recomendaciones y
director médico ejecutivo de ‘Mercy Health Hauenstein Neurosciences’, en Grand
Rapids, Michigan, Estados Unidos.
El
programa ‘Life’s Simple 7’ nos anima a:
1.
Controlar la presión arterial,
2.
Controlar el colesterol,
3.
Mantener el azúcar en la sangre normal,
4. Ser
físicamente activo,
5.
Ingerir una dieta saludable,
6.
Perder peso extra y
7. No
empezar a fumar o dejar de fumar.
Tener un
cerebro sano se define como alguien que puede prestar atención, recibir y
reconocer información de nuestros sentidos; aprender y recordar; comunicar;
resolver problemas y tomar decisiones; mantener la movilidad y regular las
emociones. El deterioro cognitivo puede afectar a cualquiera o todas esas
funciones.
La
recomendación, que se publica en la revista de la Asociación Americana del
Corazón‘Stroke’, destaca la importancia de tomar medidas para mantener el cerebro
sano tan pronto como sea posible, porque la aterosclerosis puede comenzar en la
infancia.
Si la
gente es obesa pero se mantiene sana -de otra manera-, no fumando ni bebiendo,
todavía sigue teniendo un alto riesgo de sufrir un ataque del corazón.
“Hay
estudios en curso para aprender cómo las estrategias saludables para el corazón
pueden afectar a la salud del cerebro, incluso a una temprana edad”, dice
Gorelick, quien tras reconocer que se necesita más investigación, califica la
perspectiva de“prometedora”.
Factores
que influyen
El
incremento de la presión arterial, el colesterol y azúcar en la sangre pueden
causar deterioro de los vasos sanguíneos grandes y pequeños, activando una
cascada de complicaciones que reducen el flujo sanguíneo cerebral.
Por
ejemplo, la presión arterial alta –que afecta a aproximadamente uno de cada
tres adultos estadounidenses- es famosa por dañar los vasos sanguíneos que
suministran oxígeno y nutrientes al corazón y al cerebro, destaca Gorelick.
El daño
puede llevar a una acumulación de depósitos grasos, o aterosclerosis,
así como la coagulación asociada. Esto estrecha los vasos, puede reducir el
flujo sanguíneo al cerebro, y puede causar accidente cerebrovascular
o “mini-accidentes cerebrovasculares”. El declive mental resultante
se denomina deterioro cognitivo vascular, o demencia vascular.
Anteriormente,
los expertos creían que los problemas con el pensamiento causados por la
enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades similares eran totalmente
independientes del accidente cerebrovascular, pero con el tiempo los
investigadores han aprendido que los mismos factores de riesgo para el
accidente cerebrovascular que se mencionan en ‘Life’s Simple 7’ son también
factores de riesgo para Alzheimer enfermedad y, posiblemente, para algunos de
los otros trastornos neurodegenerativos.
La
recomendación también reconoce que es importante seguir las directrices
publicadas anteriormente por la Asociación Americana del Corazón, el
Instituto de Medicina y la Asociación de Alzheimer, que incluyen el control de
los riesgos cardiovasculares y sugieren el compromiso social y otras
estrategias relacionadas para mantener la salud del cerebro.
Los
puntos de acción de ‘Life’s Simple 7’, que se basan en hallazgos de múltiples
estudios científicos, cumplen tres reglas prácticas que el panel desarrolló
para identificar maneras de mejorar la salud del cerebro, que podrían ser
medidas, modificadas y monitorizadas, señala Gorelick.
Estos
tres criterios permiten traducir el conocimiento en acción, ya que los
proveedores de atención médica pueden evaluar fácilmente los elementos simples
de la vida, como la presión arterial; pueden fomentar medidas probadas que
promueven la salud y pueden medir los cambios con el tiempo.
El
asesoramiento de la AHA proporciona una base sobre la cual construir una
definición más amplia de la salud del cerebro que incluye otros factores
influyentes, dice Gorelick, como la presencia de fibrilación auricular, un tipo
de latido cardiaco irregular que se ha relacionado con problemas
cognitivos; educación y alfabetización; estatus social y económico; la región
geográfica donde vive una persona; otras enfermedades cerebrales y daños en el
corazón.
“En
algún momento de nuestras vidas, un ‘interruptor’ puede estar preparándose para
‘girarse’ o activarse, lo que nos sitúa en una dirección de riesgo de deterioro
cognitivo y demencia”, explica.
La
demencia es costosa de tratar. Los gastos de atención directa son más altos que
para el cáncer y casi lo mismo para las enfermedades del corazón, según
estimaciones. Además, el valor de los cuidados no pagados para los pacientes
con demencia puede superar los 200.000 millones de dólares al año. A medida que
las vidas se alargan más en Estados Unidos y otros lugares, alrededor de 75
millones de personas en todo el mundo podrían tener demencia en 2030.
Los
autores de estas recomendaciones revisaron 182 estudios científicos publicados
para formular sus conclusiones de que seguir ‘Life’s Simple 7’ tiene
el potencial de ayudar a las personas a mantener un cerebro saludable a lo
largo de la vida.
Fuente bibliográfica
DE HARO, MÓNICA, [sin fecha]. 7 pasos para evitar que el «interruptor» de la demencia se active. [en línea]. [Consulta: 15 septiembre 2017]. Disponible en: https://es-us.vida-estilo.yahoo.com/7-pasos-para-evitar-que-el-interruptor-de-la-demencia-se-active-085609179.html.
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