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11 nov 2017

Seguridad y autoestima: cómo potenciarlas




Creemos que la seguridad de una persona pasa por llevarse el mundo por delante, por no tener miedos, no dar entidad a heridas emocionales. No dejarse doblegar por situaciones intensas. Una creencia que linda con la idea de perfección. Sin embargo la verdadera seguridad, radica en estar dispuestos a sentirnos vulnerables sin perder el eje ni la estima.

Una persona segura no necesariamente es la que se "devora el mundo" (aunque pueda), una persona segura de sí misma es aquella capaz de reconocer sus propias inseguridades y dar el espacio, así como la marea que sube y baja, para que con ellas pueda suceder lo mismo. La sabiduría se anida en dejar de identificarse con las mismas.

Reconocer que están y forman parte de nuestro paisaje, sin ser nosotros el paisaje y sí los observadores del mismo. Suena paradójico tal vez, pero la seguridad tiene que ver, entre otras cosas, con el buen manejo de la inseguridad.

Sabernos seres únicos
Dejar de fijarnos en el del al lado. Una persona segura es la que reconoce cabalmente que tanto ella como los demás son únicos. No hay mejores, no hay peores. Hay solo seres únicos que actúan de formas diferentes. Así, centrados en lo propio, dejan de resultar interesantes las comparaciones. Dejamos de estar pendientes de lo que hace o no el vecino, comprendemos que dicha actitud nos hace perder el equilibrio. Al estar centrados en nosotros, al intentar dar lo mejor para sentirnos bien con nosotros, dejamos de distraernos con lo que suele traernos dolores de cabeza y utilizamos toda esa energía para mejorar nuestro desempeño en la vida, incluso desde ese lugar es posible cooperar.

Compasión
Poco a poco y velozmente, va desapareciendo la drástica división antes imperante entre ciencia y espíritu, en la actualidad existen datos científicos sobre cuestiones que antes tenían que ver sólo con lo “espiritual”. La novedad es que estados como la compasión y la benevolencia, inciden directamente en nuestro bienestar emocional, por ende en la seguridad en nosotros mismos y en nuestra autoestima.

La compasión comprende a la empatía. La mirada compasiva consiste, no sólo en intentar ponernos en el lugar del otro (empatía), sino en permitirnos el impulso de buscar aliviar su sufrimiento. No es lástima ni pena. Tampoco es ser buenos. Es ser compasivos.


Cuando nos damos cuenta de que aunque sea mínimamente podemos contribuir con el prójimo, nos sentimos realmente bien. Un estado benevolente tiene que ver con tratar a los demás como nos gustaría que nos traten. Por ende, no hacer a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran. Tal vez sea este el mejor precepto para una sociedad organizada.

Vale la pena repetir, la intención que subyace no tiene que ver con ser buenas personas. Tiene que ver con sentirnos en paz con nuestro comportamiento en la vida.

Un propósito
La palabra Dharma en sánscrito tiene diversas definiciones, pero todas comparten la idea de tener un propósito en la vida. La pregunta sobre el ¿a qué vinimos? refiere a lo que está impreso en el corazón de cada persona. Cada uno tiene una misión, por llamarle de alguna manera. Una forma única de desarrollar un cometido.

Es necesario reconocer y focalizar los propios dones y talentos como parte de una observación interior, potenciarlos y explotarlos al máximo, en vez de pasar la vida lamentándonos de los dones que no poseemos.

Es una inyección directa a la autoestima. Sabernos capaces y a su vez reconocernos falibles. Sabernos dignos de lo mejor de la vida, por el hecho de haber nacido, es de personas sanas emocionalmente. Y no solo ello, también de personas que cooperan con un mundo mejor, más allá de lo utópico que puede resultarnos a muchos. Esto es así, ya que no podemos tratar al prójimo de una forma diferente a la que nos tratamos a nosotros mismos.


Cuando nos entrenamos en poner el foco de atención en nuestro ser, es cuando la vida comienza a cobrar otro sentido. No está de más recordar que donde está la atención, está la vida.




Fuente bibliográfica
CLARIN.COM, 07/11/2017 . Seguridad y autoestima: cómo potenciarlas. [en línea]. [Consulta: 12 noviembre 2017]. Disponible en: https://www.clarin.com/buena-vida/seguridad-autoestima-potenciarlas_0_ByGGhCdAb.html. 

10 jul 2017

10 consejos para que no te amargues con rencores

Por: Francisco Jódar


El psicoterapeuta Luis Muiño nos da las claves para que nos evitemos las tentaciones de la venganza, un arma de doble filo.

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1. Aumenta tu tolerancia a la frustración

Esta habilidad puede desarrollarse con los años, cuando comprobamos que todo lo que pasa, bueno o malo, cambia con el tiempo: nada permanece. Si encaramos la vida con esa serenidad interior, entendemos los reveses como parte de nuestra experiencia vital.

2. Cultiva el humor

Reír nos saca de la reiteración con que les damos vueltas a los temas trascendentales. La ironía nos libera y nos da otra perspectiva. Además de ser clarificador, el sentido del humor cambia nuestro ánimo y nos sitúa en una condición en la que resulta más fácil afrontar los problemas. El resentimiento tiene que ver con la parálisis vital: si nos ponemos manos a la obra, la necesidad de resarcirse se diluye.  

3. ¿Autocompasión?

Jamás. La lástima por nosotros mismos nos hunde más en los momentos negativos y aumenta nuestro apetito de venganza. Lucir sin pudor nuestra mala suerte y nuestras culpas para dar lástima o regodearnos en el fatalismo de pensar que las cosas no pueden cambiar es una estrategia pésima. El victimismo dificulta la solución de  problemas.  

4. Cambia culpabilidad por responsabilidad

La primera paraliza y nos ancla a lo que deberíamos haber hecho. La segunda mira al futuro y a lo que puedes hacer para cambiar el presente. Nuestro cerebro está hecho para pensar durante un 90?% del tiempo en lo que tiene que hacer y el resto en lo que tendría que haber hecho: respetemos esos porcentajes.

5. Distánciate de ti mismo

Tendemos a creernos demasiado a nosotros mismos. Si llegamos irritables al trabajo, es fácil que pasemos un buen rato rumiando nuestros problemas laborales y concluyamos que estamos hartos de ese empleo. Pero quizá lo único que ocurre es que hemos dormido mal o hace mucho calor. La interpretación de lo que pasa nos amarga más que los propios sucesos negativos. Nuestra vida y nuestra psique no van unidas inevitablemente: podemos estar resentidos sin que nadie nos haya hecho nada, y también podemos sufrir agresiones y perdonar. 

6. Libera tu ira 

Es normal que la sientas cuando no logras lo que deseas. Pero si se acumula, ese rencor se convierte en amargura: contra los demás (mal carácter) o contra nosotros mismos (depresión). Busca espacios para canalizar el resentimiento: practica un deporte duro, rebélate contra una injusticia, grita cuando abusan de ti... Pero elige la ocasión: si exteriorizas la furia en un momento inadecuado, sumarás más pesar.

7. No te contagies de la furia ajena

Personas con poder sobre nosotros (jefes, profesores, clientes…) que lo usan para desahogarse; individuos que se dejan llevar por sus impulsos a la mínima; agoreros a los que encanta que las cosas vayan mal porque eso ratifica sus ideas… Nos rodean propagadores del mal humor que nos incitan a la venganza. Evítalos.

8. Perdónate 

Ojo con las expectativas demasiado altas. Muchos amargados son muy autoexigentes y a menudo comprueban que no pueden dar tanto o que no se recompensan sus esfuerzos. Necesitas autoestima incondicional, que te permite quererte aunque hagas mal algunas cosas. 

9. Sé más asertivo 

La capacidad de mantener una comunicación igualitaria (sabiendo decir no, poniendo nuestros derechos a la misma altura que los ajenos, comunicando nuestros deseos y opiniones...) ayuda a no acumular afrentas que nos llevan al resentimiento. Esta aptitud se cultiva afrontando las situaciones interpersonales que nos tensan: en vez de evitarlas, es útil enfrentarnos a ellas tratando de comunicarnos de la forma más asertiva posible.

10. Cuenta tu pasado sin rencor 

No puedes cambiar lo que te ha pasado, pero sí contarlo de otra forma. Si hablas –y te hablas– sin victimismo, transmites que llevas las riendas de tu vida y que solo miras al pasado para aprender de sus enseñanzas. Hazlo y eliminarás gran parte del resentimiento.

Fuente bibliográfica
JÓDAR, FRANCISCO, [sin fecha]. 10 consejos para que no te amargues con rencores. MuyInteresante.es [en línea]. [Consulta: 11 julio 2017]. Disponible en: https://www.muyinteresante.es/revista-muy/noticias-muy/articulo/10-consejos-para-que-no-te-amargues-con-rencores-531458289132. 

19 jun 2017

¿Llegás tarde a todas partes y sos poco organizado? 13 claves para organizar tu tiempo


Con la vertiginosidad de esta época el mundo avanza muy rápido, y se multiplican los compromisos, tareas y responsabilidades tanto en el ámbito personal como en el profesional; así que mejor poner un poco de orden con estos sencillos consejos


El mayor activo que tienes como ser humano, es tu tiempo. ¿Te has dado cuenta de eso? No es infinito: se termina. Muchas veces no se le da la importancia que merece, y así les cuesta enfocarse en lo realmente importante y de valor.

Con la vertiginosidad de esta época, el mundo avanza muy rápido, y se multiplican los compromisos, tareas y responsabilidades en el ámbito personal como profesional.

En lugar de ponerte de mal humor y que se acumulen los compromisos, estas trece claves pueden ayudarte a gerenciar tu día de una manera efectiva. Son sencillas, aunque, como en cualquier ejercitación, se requiere de la constancia y la persistencia.


* Lleva tu agenda al día. Cuando está por cambiar el año muchos compran una nueva agenda en papel, o bien utilizan las electrónicas y dispositivos en los móviles y en los programas de Internet. A no confundirse: el sistema que utilices, si bien es importante, no es lo único: hay que ponerlo en acción. Debes volcar todos los compromisos en ella; colocar las alarmas respectivas y agendar en forma inteligente. Por ejemplo, las citas deben contener las referencias mínimas, teléfono y mail (que pueden estar enlazados en el caso de usar el mundo digital), para que no pierdas tiempo buscando esos datos. También agrega una breve referencia al tema a abordar en cada momento.

* Cierra los círculos. Cuando dices algo y no lo haces, el inconsciente deja de creerte y te vuelves menos fiable, no sólo para él, sino para tu interlocutor o las personas con las que te habías comprometido. Sé responsable abriendo y cerrando los temas. No dejes aspectos sin abordar, ya que, al final del día, conformarán una carga muy pesada. Esto redunda en tu energía, que se desgasta mucho más de lo habitual.

* Mantén limpia y ordenada tu bandeja de entrada de correos electrónicos. Hoy es uno de los mayores problemas con que se enfrentan casi todos los trabajadores. La acumulación de mensajes sin procesar es un dolor de cabeza. La solución es sencilla: organízalos de tal forma que, los prioritarios, ocupen determinado lugar; las respuestas inmediatas: procésalas en el momento. Los temas a revisar: agéndalos. Los spam: a la basura. De esta forma, tu catarata de correos estará más controlada. Responde todo, sí o sí, de forma tal que tus interlocutores estén al tanto que has recibido su mensaje.

* Evita sobre-copiar en los emails. Un problema en las organizaciones es que se copia a cualquier cantidad de personas, sin mediar un criterio inteligente de selección. Esto hace más compleja la operatoria del manejo del tiempo de todos. Elige cuidadosamente aquellas personas que, sí o sí, deben estar al tanto de los contenidos.


* Limpia y ordena tu espacio de trabajo. Ya sea que tengas un escritorio en casa, un box en la oficina o un espacio físico temporal, necesitas mantenerlo completamente aseado y en orden. Descarta papeles que ya no utilizas. Haz archivadores inteligentes para conservar sólo lo imprescindible, y bien clasificados. Haz una limpieza general cada seis meses, o menos para mantener todo al día.

* La limpieza, también en tu computador. El orden de los archivos sobre tu disco rígido, o en la carpeta de un servidor corporativo, o en la Nube, requiere de la misma dedicación que tu espacio físico. Lo virtual es como lo real: si accedes y allí adentro es un caos, eso será lo que obtendrás también en tu mente y en tu cuerpo. Sé meticuloso y prolijo con estos procedimientos, y ahorrarás más de un 15 por ciento de tu tiempo laboral.

* Distingue entre lo urgente y lo importante. Hay muchas cosas que pueden esperar, o ser delegadas a otras personas. Haz tu mayor esfuerzo por no confundir lo urgente, y céntrate en lo importante. Completa las 3 cosas de este rango con prioridad sobre todo lo demás; luego, encara lo que sigue.

* Acciones de menos de un minuto, hazlas en el momento. No te demores en aquellas cosas que requieren 60 segundos en completarlas. Responder un correo con “Gracias”, enviar una mensajería por celular, felicitar por un cumpleaños, derivar una correspondencia, llevan apenas segundos. La sumatoria de estos instantes hace una gran diferencia al final del día: verás que no estarás atrapado por la rutina y las obligaciones, sino que habrás podido completar mayor cantidad de cosas en la misma jornada laboral.
* Crea bloques de tiempo. Como no puedes hacerlo todo a la vez, y no dispondrás de tu espacio a tu gusto si compartes reuniones o proyectos con otras personas, necesitas ser muy organizado marcando en tu agenda diaria, franjas para ponerte al día con los pendientes. Estos bloques serán inamovibles, salvo situaciones extremas. Por ejemplo, recoger a tus hijos de la escuela, ocuparte de coordinar una reunión semanal, son cosas que puedes tener sistematizadas dentro de este sistema.

* Planifica tus descansos. Si estás en momentos con mucho trabajo, necesitas incluir en tu agenda los tiempos de descanso. Serán recreos de hasta media hora, para permitirte airearte, despejarte y luego retomar las áreas. ¿Por qué hay que programarlos? Porque de esta forma evitarás el exceso de estrés, y podrás administrar mejor tus recursos internos.

* Mantén tu enfoque. La capacidad “multitasking” (hacer muchas cosas al mismo tiempo) era muy apreciada en el mundo laboral hasta hace algunos años. Hoy, se privilegia la calidad por sobre la cantidad, sobre todo en organizaciones que piensan en el bienestar de los colaboradores. Si hablas por teléfono mientras respondes un email y a la vez, revisas la correspondencia y tomas un café, hay un alto porcentaje de error en tu procesamiento cerebral, al estar agotando la capacidad mental. Es preferible hacer las cosas por separado, y no agotarte. De lo contrario, es camino seguro al síndrome de Burnout (del quemado).

* Haz reuniones productivas. Necesitas ser muy organizado para coordinar encuentros de trabajo con colegas y colaboradores. Como cada quien tiene su personalidad y estilo, es tu responsabilidad llevar la delantera del temario del día, encontrar la dinámica consensuada y, sobre todo, que se cumplan los objetivos. Esto servirá para evitar correr sobre último minuto, a la vez que permitirá que tengas la evidencia de una mejor organización de tu tiempo.


* Revisa los procesos. Cada tres meses, junto a tu equipo o con quienes cooperas diariamente, deberán tomar un tiempo para conversar y revisar cómo están haciendo las cosas y si están logrando los objetivos. Este paso es fundamental para no dar por sentado que viven apagando incendios o sobrellevando desvíos. Además, así podrán corregir fugas de energía, problemas al haber tomado inconvenientes demasiado tarde, y con la energía por el piso. Re-pactar los acuerdos, dejarlos por escrito, no confiar en la memoria y lograr el compromiso individual para el resultado del equipo, son las otras condiciones indispensables para una efectiva gestión del tiempo.


GIRABSAS.COM, 02 de junio 2017. girabsas.com. girabsas.com [en línea]. [Consulta: 20 junio 2017]. Disponible en: http://www.girabsas.com/nota/2017-6-2-10-4-10--llegas-tarde-a-todas-partes-y-sos-poco-organizado-13-claves-para-organizar-tu-tiempo. 


http://www.girabsas.com/nota/2017-6-2-10-4-10--llegas-tarde-a-todas-partes-y-sos-poco-organizado-13-claves-para-organizar-tu-tiempo

25 abr 2017

Cómo y para qué quieres ser buena persona



¿Para qué quieres ser buena persona? ¿Quieres construir relaciones fuertes y vivir a gusto contigo mismo?

¿O quieres dar gusto a los demás, como una “buena persona”, para quedar bien con ellos?
En esta entrada procuraremos hacer un retrato realista de la buena persona y reflexionaremos sobre si compensa (o no) ser buena gente.

1. ¿Cómo es una buena persona?

Todos tenemos un conocimiento intuitivo de la buena persona.
Desde que somos pequeños, hemos escuchado: “Juan es buena persona.” Y hemos asociado la cualidad de “bueno” a acciones amables y bondadosas en favor de los demás.
Utilicemos ese conocimiento para describir a la buena persona. Quizás, en el retrato mental que tú haces, la asocies a unas cuantas acciones como estas.

➜ ¿Qué hace una buena persona para ser “buena”?

  • Respeta la Regla de Oro. Es esa que dice: Trata a los demás como querrías que te trataran a ti.
  • Respeta la Regla de Plata, que es como la anterior, pero al revés: No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.
  • Escucha a los demás con paciencia.
  • Muestra un interés sincero por la gente. Les hace preguntas. Intenta ver las cosas desde su perspectiva (eso es empatía).
  • Es amable. Se le nota, además, en esos pequeños gestos que todos recibimos con agrado: saludar con una sonrisa, decir “gracias”, utilizar el “por favor”, etc.
  • Cuida de sus relaciones importantes. Las valora. Las fortalece con pequeños gestos cotidianos y con acciones mayores, cuando los suyos la necesitan.
  • Muestra consideración ante las necesidades de otras personas. Es sensible ante tales necesidades. Incluso, a la hora de tomar sus decisiones, la buena persona trata de que otros no salgan perjudicados.
  • Ofrece su opinión sin imponerla como la más acertada.
  • Otorga el beneficio de la duda.
  • Apoya y ayuda a los demás, en lo que esté en su mano. Coopera para hacer del mundo un lugar mejor.
  • Anima a la gente. Comparte y extiende la alegría. Hace cumplidos a los demás. Celebra sus buenas noticias.
  • Habla bien de los demás, cuando tiene algo positivo que contar.
  • Muestra tolerancia a las diferencias. Trata a las personas con respeto, independientemente de su edad, género, nacionalidad, estatus social, etc.
  • Siembra paz, en lugar de conflicto y discordia.
  • Perdona. Incluso cuando la ofensa es grande, trata de dejar atrás el resentimiento cuando está lista para hacerlo.
  • Comparte. La buena persona da porque le nace hacerlo y también recibe con generosidad.
  • Practica la honestidad. Sus palabras son de fiar.
  • Practica la lealtad, hacia sus valores y hacia la gente que es importante para ella.
  • Asume su responsabilidad, en los errores que cometa o en las situaciones en las que se vea envuelta. Opción preferible a quejarse, culpar a otros… y acciones similares que conoces.
  • Se acepta. Se respeta. Se quiere. Es buena persona también para sí misma.
  • Etc.

➜ ¿Qué esperas tú de una buena persona?

Seguramente te reconozcas a ti mismo en unas cuantas acciones de esa lista, porque el mundo está lleno de personas que hacen cosas buenas. Pero no de personas perfectas.
1. Una buena persona comete errores.
Se equivoca, como cualquiera. A veces es amable u honesto con quien no debe. Otras, desconfía de los suyos. Le falla la paciencia. Etc.
2. Una buena persona hace cosas malas.
De tanto en tanto, toma decisiones que se apartan de lo virtuoso.
Porque no es una santa, sino una persona que trata de tomar decisiones que van en la línea de la bondad. Y, como a la mayoría nos pasa, puede desviarse del camino que elige.
3. Una buena persona NO es la que dice que sí a todo.
Decir que NO puede ser bueno para ella, pero es malo para ti, porque no es lo que esperas.
También es malo para mí, si espero que esté ahí siempre que la necesite y no estoy dispuesta a hacer lo mismo. La buena persona no tiene porqué tolerar ese abuso.


➜ Oooohh… Las expectativas…

Esperamos que los demás sean buenos. Que no nos juzguen. Que nos traten con respeto y consideración. Y, si puede ser, con cariño y algodoncitos.
Mientras tanto, nosotros decimos: “la gente es mala” (porque no hace lo que nos gusta). Y nos quedamos tan anchos. Juicio rápido. Consideración, cero. Y de cariño, ni hablemos.
Hay expectativas sobre los demás que son muy poco realistas. Cada cual tiene sus valores, sus preferencias y sus prioridades. Y no van a encajar con las nuestras todo el tiempo.
Eso no quita que las buenas personas sí existan. Tú eres una de ellas cuando eliges comportarte bien con los demás y contigo mismo.
Y seguirás siendo buena persona si te equivocas, si das algún mal paso o si no le das a la gente todo lo que espera.

2. ¿De qué sirve ser buena persona?

Hay buenas personas que eligen serlo para ganar la aprobación de los demás. También esperan que tratando a los demás con “algodoncitos”, ellos se comporten de un modo similar.
Naturalmente, sufrirán decepciones a sacos.
La buena persona que no sufre decepciones es la que elige hacer el bien porque eso va de acuerdo con su forma de entender las relaciones. Es buena por convencimiento propio. Y, sí, le beneficia.
  • Primero, porque actúa de acuerdo con lo que piensa. Así se siente bien consigo misma.
  • Y segundo, porque construye vínculos sanos y fuertes con los demás.
Muchos preferimos estar cerca de personas que practican en la línea de las acciones que hay en la lista de arriba.
Preferimos estar en compañía de buenas personas, que nos traten con respeto y consideración, antes que al lado de alguien que acostumbra a tratarnos con la punta del pie.
Afortunadamente, no nos faltarán las buenas compañías.
En las relaciones, lo similar atrae a lo similar. Y, quienes queremos practicar la bondad, encontramos buena gente de quien aprender.


3. ¿Quieres unirte a quienes intentamos ser buena gente?

Si te unes a la práctica de la bondad…
1) Te vas a sentir mejor, en general.
Compruébalo. Piensa ahora mismo en una buena persona que conozcas. Recuerda las cosas que hace y que dice.
Acto seguido, piensa en una persona “mala”, de esas que tienen por costumbre destruir, usar o pisotear a otros.
Contrasta las dos sensaciones. ¿Con cuál te sientes mejor?
Cuando estás pendiente de las buenas personas y no le das toda tu atención a la violencia, la traición, la corrupción, etc., te sientes mejor.
Y no estás despegando los pies de la realidad, ya que lo bueno también existe y es muy abundante.
2) Te vas a sentir mejor contigo mismo.
Prestar atención a la gente buena y a sus acciones, te ayuda a prestar atención a lo bueno que hay en ti y a sacarlo a la luz.
Gracias a eso, mejorarán tus relaciones y, también, la forma en la que ves el mundo. Dejará de ser una cloaca infesta, si ahora la ves así. Y todo ello redundará en que vivas más a gusto.
No, no me creas. Compruébalo. Aunque este punto va a llevar un poquito más de tiempo que el primero.
3) Vas a inspirar a la gente.
Serás una de esas personas en quienes se fijan tus amigos, tus hermanos, tus hijos… toda la gente con la que tengas contacto.
Otros aprenderán a ser buenas personas y a hacer del mundo un lugar más amable gracias a que tú eres un ejemplo vivo de ello. También es una ganancia a considerar, ¿no?
Eso es lo que te espera si decides practicar la bondad. A mí me parece que sale bastante rentable. Queda que tú lo experimentes por ti mismo y veas si los beneficios te convencen o no.

Fuente bibliográfica
CASANDRA, 2017. Cómo y para qué quieres ser buena persona. Tus Buenos Momentos [en línea]. [Consulta: 25 abril 2017]. Disponible en: https://tusbuenosmomentos.com/buena-persona/. 

18 ene 2017

10 secretos para incrementar tu autoestima

Por: Hugo Landolfi



La clave para se felices en esta vida reside en el amor hacia nosotros mismos. No caigamos en la arrogancia, pero tampoco en la ausencia. Olvídate por un momento del mundo exterior, desconéctate y pregúntate: ¿Realmente me amo tal y como soy? Responde de manera sincera y, si realmente sientes que sí lo haces, entonces bien por ti, pero en caso de que respondas con un no, no hay que desesperarse: existe una salida y a lo mejor la puedes encontrar con estos consejos.

Una baja autoestima puede causar a nuestra vida un sin número de problemas, entre ellos encontramos la falta de confianza en uno mismo, lo que al mismo tiempo origina una carencia de determinación y empeño. En general, una baja autoestima nos pone más en un estado de sobrevivencia en lugar de vivir plenamente, haciéndonos ver el vaso siempre medio vacío.
Ahora dejemos de hablar de problemas y vayamos directo al grano, es decir, a las soluciones.

Aquí tienes a tu disposición un listado con 10 estrategias que intentarán ayudarte a mejorar tu autoestima, devolviéndote las ganas de vivir y superarte día a día.


1. Empieza a conocerte en serio

¿Cómo saber lo que quieres si no te conoces a tí mismo? Esta estrategia toma como centro y punto de partida el autoconocimiento. Empieza a sumergirte poco a poco en las profundidades de tu propio ser, para encontrar las respuestas que tanto buscas.

Penetraremos en lo más profundo de tu ser con las siguientes preguntas, que darán de poco en poco, luces sobre quién eres en realidad y lo que quieres lograr en tu vida:

* ¿Qué es ese algo que te hace especial y único? Deja de lado por un instante lo que no eres o los deseos de lo que quieres ser, y concéntrate en explicarte a ti mismo ese factor que te hace un ser diferente. Una vez lo encuentres, abrázalo y aprécialo. Al hacerlo te estará conociendo más a ti mismo.

* Si el día de tu muerte fuera mañana, ¿estarías contento con la vida que has vivido? Esta pregunta puede resultar dura para algunos o muchos, pero hemos de tomarla por el lado positivo. Empieza a evaluar todo lo que has hecho en tu vida hasta el momento, y sinceramente considera si hasta el momento has podido si quiera alcanzar una parte de la felicidad que anhelas. Esta pregunta nos hace también apreciar más el paso del tiempo y ser conscientes de que todo tiene un final y que el tiempo nunca se detiene. Que el mejor momento para tomar las riendas de nuestras vidas es hoy y en este preciso instante.

Siguiendo este sencillo mecanismo podrás tener una mejor visión de tu ser, pero tienes que poner de tu parte, dado que tu fuerza de voluntad será la que determine tu éxito.

Una vez tengas entre tus manos este retrato vivo de lo que eres, te ayudará a conocer mejor tus emociones más frecuentes, los pensamientos que transitan más por tu cabeza, tus puntos fuertes y también los débiles, etc. Teniendo esta imagen de tí mismo, puedes utilizarla ingeniosamente como una referencia para edificar en ti más confianza y por ende elevar tu autoestima.

 Recuerda, una autoestima saludable es esencial para una vida feliz.

2. No intentes complacer a todo el mundo

Una de las cosas que en repetidas ocasiones hace mucho daño a nuestra autoestima es el intentar agradar a todo el mundo. Entiéndelo: no puedes agradar o complacer a todos, dado que esa es una regla inquebrantable de la vida, porque todos somos diferentes, con diferentes metas y gustos.
Esta estrategia es simple y directa, consiste en solamente ser tú mismo (pero primero debes saber quién eres). Deja de preocuparte por los demás y desenvuélvete tal y como eres, así te sentirás cómodo y verdaderamente libre.

Debes intentar lograr que las personas que te rodean no sean el eje de tu vida, entendido esto como que no debes realizar tus obras cotidianas fundamentado en agradarles sino en desarrollar a la persona que estás llamada a ser, independientemente que esto sea del agrado o no de otros.

El mero hecho de complacer a otros por el simple hecho de complacerlos es, muchas veces, un camino para erosionar la imagen que tienes de ti mismo pues no lograr actuar en función de lo que genuinamente quieres o deseas sino en función de lo que otros esperan de ti. Y ese a veces es un camino para perderse a uno mismo.

3. Aprende a decir que NO

Existe el sí, pero también el NO. Aprende a decirlo: Un campo de fútbol tiene límites fijos, lo mismo debes hacer tú contigo mismo. Esto lo conseguirás al aprender a decir que NO. Al negarle algo a alguien (con fundamento) fijamos los límites, tanto para ti como para las personas de tu alrededor. Al decir, como he mencionado recientemente, que debemos decir NO “con fundamento”, me refiero principalmente a evaluar si te sientes cómodo con tal o cual situación y, basado en eso, podrás decidir con un FUNDAMENTO adecuado, si dirás que SÍ o que NO.

Dale este pequeño cambio a tu actitud y sentirás más control sobre tu vida, lo cual generará un incremento muy bueno en tu autoestima. Quiero aclarar que no se trata, lo recomendado en este punto, de un simple decir NO por el mero hecho de decirlo sino en oponernos a aquellas cosas que nos conducen por caminos que no son los nuestros.

4. Lleva un diario personal

Todos llevamos dentro de nosotros la capacidad de expresar con palabras nuestros sentimientos y sueños. Usa esa capacidad para elevar tu autoestima y enrumbar hacia mejores aguas tu vida. ¿Cómo? Descubre cómo hacerlo con los consejos que siguen:
Escoge un cuaderno para que sea tu diario. Diariamente escribe en él tus metas, creencias y sentimientos, hazlo en aquellos momentos del día donde te sientas más libre y con mayor ligereza para dejar las ideas fluir. Trata de mantener esta costumbre contigo para siempre, pero hablaremos más específicamente sobre cómo el diario y su análisis ayudan a combatir la baja autoestima.

¿A qué horas vas usualmente a dormir? Tómate unos 10-15 minutos antes para leer lo que has escrito en tu diario a lo largo del transcurso del día. Verás frecuentemente que tus ideas son limitantes y tus sentimientos tienden al pesimismo. Más no debemos desanimarnos, dado que esto es un fiel reflejo de una realidad y hemos de recordar que somos nosotros los arquitectos y constructores de nuestra concepción de dicha realidad. Usa este poder para cambiar tu actitud hacia la vida.

Para llegar a usar este poder sabiamente, cuestiona tus ideas plasmadas en el diario, critica tus metas y analiza tus emociones. Elimina esas ideas que solo cortan las alas de un futuro prometedor, y nos dejes que los sentimientos actuales te repriman y, además de poner énfasis en las metas escritas en tu diario, analiza si de verdad son lo que quieres para tu vida, sí es así, imagínate en un futuro donde ya has concretado tus más importantes metas. Solamente, no olvides tomar acción.

Usa tu diario como una manera de desahogarte y al mismo tiempo como un espejo de tu interior, úsalo inteligentemente: tú puedes hacerlo.


5. ¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío?

¿Vaso medio lleno o medio vacío? Mejor corre y llénalo: Una de las cosas que caracterizan a la baja autoestima es su fuerte tendencia al pesimismo y la desconfianza en uno mismo, originando esta última un gran obstáculo a la hora de tomar acción, puesto que no creemos en nosotros mismos, y esto apaga la llama de la motivación. Esta estrategia para enfrentar tu problema de autoestima se basa en dejar de ser tan negativo y, más importante aún, tomar una actitud de acción y determinación. Esto lo conseguiremos primero definiendo nuestras metas más importantes y, una vez teniéndolas, procederemos a categorizarlas por su grado de importancia (he aquí la importancia de conocernos a nosotros mismos).

Ya debes tener una lista organizada de tus metas y ahora es momento de dividir cada una en “pedazos”, con esto quiero decir que debes hacer de tu meta un conjunto de “sub-metas”, siendo una parte de ellas de corto plazo, otra parte de mediano plazo y otro pedazo corresponde al largo plazo.

¿Por qué usar esta estructura? Normalmente la falta de paciencia es la responsable de acabar con nuestros proyectos, pero al usar esta técnica para segmentar tus metas, estas se vuelven más fáciles de alcanzar. Ten presente que podremos reducir el estrés que esto genera manipulando la idea del tiempo que tengamos (lo cual es un pensamiento limitante), y hecho esto, nuestra determinación y motivación empiezarán a arder más vivamente. Somos en mayoría seres impacientes y, al ver que nuestros esfuerzos empiezan a dar resultados (aunque estos sean mínimos), sin duda alguna nos alegrarán y motivarán a seguir empujando, pero esto también depende de ti.

Puedes acompañar esta estrategia con un simple truco que consiste en tratar de sonreír más a lo largo del día. Pero no se trata simplemente hacerlo por hacerlo: trata de encontrar en tus memorias algún momento agradable, recréalo en tu mente, siéntelo y sonríe para hacer renacer en tu rostro la magia de ese feliz recuerdo. Parece simple, pero ayuda mucho a la hora de levantar nuestra autoestima dado que nos abrirá la puerta a apreciar más nuestra vida y a disfrutar de las pequeñas cosas que esta ofrece.

Por último, recuerda: “Uno no nace sabiendo caminar, primero se gatea.”

6. El fracaso tiene un lado positivo

El fracaso es un triunfo: ¿Eres de los que creen que solo hay dos caminos en la vida, uno que lleva al triunfo y otro al fracaso? Pues la realidad de las cosas es otra: para llegar al triunfo indudablemente te encontrarás con varios fracasos en el camino, pero es tu decisión hacerlos un obstáculo o aprender de ellos.

El error no está en fracasar, sino que el error se encuentra en no aprender de los mismos. Tómalos (a los errores) como experiencias que te nutren para seguir adelante, úsalos como alertas para hacer cambios a ciertos aspectos de tu plan. Y lo más importante, no te rindas. Los fracasos son una fuente de conocimiento impresionante, y son estos los que nos permiten encontrar el verdadero camino hacia el logro de nuestra meta.

¿Cómo ayuda esto a nuestra autoestima? Muchas veces nos criticamos demasiado y ponemos sobre nuestros hombros una carga muy pesada que a la larga daña nuestra autoestima y crea una imagen apática y distorsionada de lo que somos. Al aceptar al fracaso como una herramienta para el éxito, dejas esa pesada carga atrás, lo cual te permitirá lograr de ti una nueva imagen, mucho más viva y buena.

7. Haz cosas que te inspiren

Todos necesitamos algo que nos mueva, algo que nos lleve a hacer grandes cosas, que nutra nuestras ganas de hacer algo en esta vida. Una baja autoestima es, en números ocasiones, una señal de falta de inspiración en nuestra vida.

Afortunadamente, esto es fácilmente solucionable, sobre todo teniendo en nuestras manos el poder del internet.
Busca lecturas, frases, videos, audios o cualquier material que pueda inspirarte. No envidies los logros de otros, mejor alégrate y úsalos como una guía e inspiración para tus propios fines porque en fin: si él o ella pudo, ¿por qué yo no?

Los libros de autoayuda pueden también ser una fuente importante de inspiración. Solamente recuerda usar estos elementos como complementos, para concretar algo tienes sí o sí que tomar acción. Mas con la ayuda de material que te ayude a inspirarte, tomar acción se volverá más sencillo.

8. No te compares con otros

Mucha gente tiene la predisposición a compararse con otros. Esta conducta puede dañar nuestra autoestima, en especial si estamos muy lejos de nuestro modelo a seguir. Es decir, el error no está en tener un modelo a seguir, sino en querer ser como esa persona y compararse constantemente. Eres único, no existe la necesidad de compararte con otros. Tu única tarea es superarte a ti mismo a través del tiempo. Toma a otras personas como ejemplos, pero no como competidores. Al entender y aplicar esto, nuestra autoestima dará un agradable salto debido a que dejamos ese afán de compararnos y nos enfocamos más en desarrollar a nuestra propia persona.

9. Libérate

Los factores externos afectan nuestra autoestima. El sentirse un fracasado por no llegar a las expectativas de los padres, sentir que uno no encaja en el grupo o sociedad, ser víctima del peso ejercido para seguir ciertas conductas. Son estos y muchos otros factores los que pueden hacer a nuestra autoestima ir en un viaje profundo a los abismos del desprecio de uno mismo.

Para corregir esto, hay que aprender a amarnos tal y como somos, y aceptarnos. Pero cuidado, no hay que ser conformistas. Si hay algo que puedes arreglar, hazlo. No te dejes engañar que aceptarte y quererte a ti mismo es quedarte únicamente con tu situación actual. El amor hacia nosotros mismos se hace notar cuando tomamos en nuestras manos la responsabilidad por mejorar en todo aspecto de nuestra vida.

¿Tienes sobrepeso? Acéptalo y trata de que ese amor por ti mismo te impulse a mejorar tu situación, en caso una de tus metas sea el tener un mejor cuerpo y salud (estos dos deben siempre ir juntos). Este es un simple ejemplo ilustrativo. Deja de lado el qué dirán y empieza a desenvolverte tal y como eres, sin ninguna máscara más que tu propio rostro.

10. Celébrate a ti mismo

Tendemos a ser muy duros con nosotros mismos y a no celebrarnos. No te digo que te construyan un altar o algo por el estilo, simplemente marca los eventos más importantes de tu vida, es decir los logros que más orgullo te han hecho brotar del corazón.

Eres un ser maravilloso, viniste desnudo a este mundo y ya llevas ropa: eso es un logro. Celebra cada cosa buena que hagas en tu día a día, pero no olvides hacer también un balance con tus errores cometidos, más no los tomes de la manera negativa, aprende de ellos (¡celebra esto también!).

Siéntete feliz de seguir con vida, tienes más oportunidades de lograr tantas cosas que tu corazón anhela. Date pequeños obsequios, un poco de chocolate puede dibujarte una sonrisa, más aún al saber que lo hemos ganado al hacer algo bueno: un regalo de nosotros para nosotros.

Conclusiones

Una autoestima estable y saludable es una carta segura a la felicidad personal. Llevará trabajo y tiempo repararla, pero realmente vale la pena. Hay un mundo externo y uno interno, y es este último el más importante para tu felicidad, dado que es tu realidad, la que vives dentro de ti día a día, segundo a segundo.

Toma estas 10 estrategias y combínalas, cada una tiene algo importante que aportar. Acomódalas inteligentemente de acuerdo a tus necesidades. Y solo me queda decirte:

¡Empieza a amarte y se feliz!




Referencias adicionales:
1) Dumb Little Man.
2) Causas de la baja autoestima en Tus buenos momentos.
3) Extractos de “De la autoestima al egoísmo” de Jorge Bucay.



Fuente bibliográfica
LANDOLFI, HUGO, 2015. 10 secretos para incrementar tu autoestima :: VictimaProtagonista.com. Libro de autoayuda «De víctima a protagonista» [en línea]. [Consulta: 19 enero 2017]. Disponible en: http://victimaprotagonista.com/10-secretos-incrementar-autoestima/. 
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