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30 mar 2018
El curioso origen de los libros de bolsillo
Por: Alfred López
El
origen de los libros de bolsillo fue en 1935 a raíz del viaje que
efectuó Allen Lane con motivo de la visita que realizó a Agatha Christie en su casa de
verano en Greenway, en el condado de Devon (sudoeste de Inglaterra).
Lane
era, por aquel entonces, director de la editorial The Bodley Head y
estando en la estación de tren decidió comprar algo para leer durante el viaje.
Se encontró con que solo vendía periódicos, revistas y algún pesado y grueso
libro victoriano, muy incómodo de transportar.
De
regreso de su viaje comenzó a idear un tipo de libro que fuese tan fácil de
adquirir y transportar como una cajetilla de tabaco… Ahí nació Penguin Books [libros pingüinos],
una pequeña división dentro de la editorial The Bodley Head que se encargaría
de la edición de libros de bolsillo.
Los
lugares de venta de estos libros no solo serían las típicas librerías, sino que
abarcaría también a los comercios situados en estaciones ferroviarias, estancos
y cadenas de tiendas.
El
verano de 1935 salieron a la venta los primeros ejemplares de libros de
bolsillo de la editorial Penguin Books. Los autores elegidos fueron Ernest
Hemingway, André Maurois y Agatha Christie.
Los
libros iban catalogados por colores (naranja para la ficción, azul para los
biográficos y verde para el suspenso) y el precio de cada ejemplar era solo de
seis peniques, el mismo precio que tenía un paquete de cigarrillos.
Rápidamente
los libros de bolsillo se popularizaron y en 1936 Penguin Books se independizó
como editorial. Al año ya había vendido más de tres millones de ejemplares.
Curiosidad que forma parte del libro “Ya está el listo que todo
lo sabe” (Una curiosidad para cada día del año) de Alfred López
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Fuente bibliográfica
LÓPEZ, ALFRED, [sin fecha]. El curioso origen de los libros de bolsillo. [en línea]. [Consulta: 30 marzo 2018]. Disponible en: https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/el-curioso-origen-de-los-libros-de-bolsillo/.
La tentación del control absoluto
Por: Carlos A. Valle
"La sociedad tecnológica despersonaliza no porque exija, sino porque ofrece dar exactamente aquellas cosas que tornan superfluas la creatividad humana".Paul Tillich
Según
Ignacio Ramonet, “el problema no
está en decir que la televisión nos manipula; el problema está en saber cómo
manipula; y esto no es tan evidente”. ¿Cuál es la gravitación que los medios de
comunicación tienen en la vida de la sociedad y en las personas?
Vivimos una inusitada concentración de
poder que está determinando ciertas estructuras de la sociedad que limitan el
desarrollo de una sociedad plural. Esta
concentración es una combinación de poder económico y de medios de
comunicación. Así establecen, por ejemplo, sus propias reglas de juego sobre el
llamado “libre flujo de la información”.
Se ha dicho que la libertad de información requiere tres condiciones: la oportunidad de acceso a todo tipo de información, una diversidad
de fuentes a las cuales acceder y un sistema que provea acceso a los medios
para todos aquellos que deseen o necesiten comunicarse. Se da por
sentado que una democracia goza, al menos, de la primera de las tres
condiciones. Pero esto bien puede ser una ilusión.
Porque
esta primera condición está limitada por las restricciones que las grandes
compañías imponen sobre las otras dos. Cada
vez más los poderes económicos se van adueñando de medios de comunicación para
controlar el entretenimiento y la información. La constante que mueve
a estos gigantes es obtener el máximo beneficio. Para lograrlo, todo lo demás
se subordina a ese objetivo. Por lo tanto, lo mejor es no dejar ningún eslabón
de la cadena suelto. De manera que el círculo de la producción de
entretenimiento e información se sujete al objetivo económico que debe estar
controlado en todas sus facetas.
El auge
tecnológico ha permitido, además, el desarrollo de un sistema global de
vigilancia, que ha llegado a ser uno de los temas claves de la comunicación
internacional. Sus orígenes se remontan a los primeros años posteriores a la
Segunda Guerra Mundial y hoy, gracias al enorme desarrollo de la tecnología,
una nueva teoría de la seguridad se ha puesto en marcha, del que nuestro país
está asumiendo sin críticas. Es cierto que las fronteras geopolíticas han
perdido su importancia para la seguridad nacional. Por ese motivo la noción de
seguridad nacional se ha extendido del ámbito militar al comercial y penal,
eliminando, peligrosamente, los ámbitos público y privado.
¿Cómo
está afectado el libre compartir de la información, la soberanía de los países,
el contacto directo entre diversos grupos de base en diferentes partes del
mundo? ¿Quién se arrogará el derecho a entrometerse en el ámbito local,
nacional y regional, y manejar la información a su antojo? ¿Cómo atenta contra
los derechos humanos y la democracia participativa? Hay que indagar sobre el
lugar que los seres humanos juegan en todo el desarrollo de la comunicación
global. Porque, en última instancia, son las personas quienes resultan
afectadas por las decisiones tomadas por países hegemónicos o grupos de poder
en el ámbito global.
Al mismo
tiempo deberá tenerse en cuenta cómo las regulaciones en el ámbito
internacional pueden afectar las posibilidades de una comunicación creativa y
saludable. La mayoría de las estructuras
comunicativas de muchas de nuestras sociedades responden a los grandes
conglomerados económicos, ya sea porque son sus propietarios o sus
sostenedores. De manera que los criterios de la información que proveen
están sustentados en la preservación de la propiedad de esos medios y sus
beneficios. ¿Cómo es posible entonces
que el pueblo encuentre un lugar para expresar su voz en el nuevo escenario de
la comunicación?
Para
responder a estas preguntas habrá que pensar cómo se debería trabajar para
estructurar una sociedad cuya autoridad esté al servicio de la gente y el poder
se redistribuya a fin de que una verdadera participación dé lugar a una
auténtica comunicación.
Fuente bibliográfica
VALLE, CARLOS A.,14 de marzo de 2018. La tentación del control absoluto | Medios y comunicación. PAGINA12 [en línea]. [Consulta: 30 marzo 2018]. Disponible en: https://www.pagina12.com.ar/101392-la-tentacion-del-control-absoluto.
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Etiquetas:
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medios de comunicación
El amor puede poner en riesgo tu seguridad en internet
Por: Ricardo E. Ulke
El hecho
de que muchas parejas compartan actividades y dispositivos digitales forma
parte, en gran medida, de construir una relación moderna. Pero esta realidad
también implica una responsabilidad conjunta de mantenerse seguros en el mundo
digital.
Dado que
las parejas comparten tantas actividades y dispositivos conectados, esto puede
provocar la exposición de los datos, daños en el dispositivo, o la pérdida de
dinero, incluso para la persona más cuidadosa de la pareja. Un estudio de
Kaspersky Lab descubrió que 82% de las parejas comparte equipos. Por ejemplo, 8
de cada 10 comparten computadoras con su pareja y la mitad permite que tengan
acceso a sus teléfonos. El 77% también maneja en conjunto con su pareja algún
tipo de cuenta, ya sea para entretenimiento, transacciones bancarias, compras u
otras actividades conjuntas.
Dado que
las parejas comparten tantas actividades y dispositivos conectados, esto puede
provocar la exposición de los datos, daños en el dispositivo, o la pérdida de
dinero, incluso para la persona más cuidadosa de la pareja.
Un
estudio de Kaspersky Lab descubrió que 82% de las parejas comparte equipos. Por
ejemplo, 8 de cada 10 comparten computadoras con su pareja y la mitad permite
que tengan acceso a sus teléfonos. El 77% también maneja en conjunto con su
pareja algún tipo de cuenta, ya sea para entretenimiento, transacciones
bancarias, compras u otras actividades conjuntas. Cuando las personas fueron
encuestadas, la mitad de las personas (57%) que estaban en una relación amorosa
dijeron que creían ser más conocedoras que sus parejas en lo que respecta a
actividades y seguridad en el mundo de Internet, y los hombres (75%) son los
más propensos a pensar que son más conocedores que su otra mitad.
Aquellos
que se clasifican como la persona más conocedora en la relación, a menudo se
encuentran ayudando a la otra –94% dice que siempre está tratando de ayudar a
su otra mitad con preguntas sobre tecnología. Sin embargo, la ayuda a veces no
es deseada y un tercio (31%) de las personas que saben que sus parejas son
mejores en TI, evitan pedir ayuda cuando se encuentran en una situación
complicada en línea. Experimentar estas dificultades es común, ya que muchas
personas, según la encuesta, se comportan de forma insegura en línea.
Por lo
tanto, es importante seguir unos simples pasos ayudarán a las parejas alcanzar
la responsabilidad compartida para su seguridad en Internet:
1. Dialogar: Cuando comience a compartir dispositivos y cuentas, por
ejemplo, computadoras, banca en línea y suscripciones a fuentes de streaming,
establecer reglas básicas sobre lo que está dispuesto a compartir y con qué
propósito.
2. No tener miedo a pedir ayuda al otro: Especialmente si uno de los dos es más conocedor que el
otro. Si vos sos el más conocedor de los dos, asegurate de que tu pareja sienta
que puede hablar contigo sobre la seguridad en Internet; esto significa que
podrá ayudar a proteger mejor a tu pareja y a su mundo digital en conjunto. Y,
si tenés menos conocimiento que tu pareja, pedir ayuda y hablar abiertamente
sobre la seguridad cibernética, no es necesario sufrir solo o sola.
3. Responsabilidad compartida: Establecer pautas de seguridad inteligentes para que ambos
las sigan, como nunca iniciar sesión en una red Wi-Fi insegura, o nunca
descargar archivos de fuentes desconocidas o no verificadas.
4. Utilizar la tecnología para protegerse
mutuamente: Las soluciones de seguridad más
recientes pueden cuidar cada aspecto del mundo digital de una pareja, desde
proteger contraseñas, hasta construir defensas contra las amenazas más
recientes conocidas y también desconocidas.
Fuente bibliográfica
ULKE, RICARDO E., A.B.C., [sin fecha]. El amor puede poner en riesgo tu seguridad en internet - Tecnologia - ABC Color. [en línea]. [Consulta: 30 marzo 2018]. Disponible en: http://www.abc.com.py/tecnologia/el-amor-puede-poner-en-riesgo-tu-seguridad-en-internet-1686928.html.
16 mar 2018
¿Qué diferencia hay entre la ‘reedición’ y la ‘reimpresión’ de un libro?
Por: Alfred López
Es muy
habitual ver como se anuncia, tras el éxito obtenido por un libro, nuevas
ediciones del mismo apareciendo en la portada y de forma visible un
característico sello indicativo (e incluso la inclusión del término ‘Best
Seller’ para señalar el gran volumen de ventas que está obteniendo).
Pero
realmente, en la mayoría de ocasiones, esas nuevas ediciones de un libro no son
tales o, mejor dicho, no deberían calificarse como una ‘nueva
edición’ sino que de llevar algún tipo de indicativo éste debería ser el
de ‘nueva reimpresión’.
Ambas
cosas, aunque parezca que se trata de lo mismo en el mundo editorial tienen
unas sutiles diferencias: por un lado, para poder calificar como ‘nueva
edición’ una nueva tirada de ejemplares de un libro éste debe llevar algunos
cambios sustanciales en el mismo, ya sea con una nueva portada o actualizando,
e incluso corrigiendo, parte del contenido escrito. Además,
esa ‘reedición’, al haber sido modificada al respecto de la anterior,
debería salir con un ISBN diferente con el fin de poder diferenciarse
de las versiones anteriores.
Este
también es el motivo por el cual cuando se realiza una tirada de un libro, esta
vez en ‘edición de bolsillo’, aunque no se le haya cambiado nada del
interior y mantenga la misma portada (como es el caso de muchos de ellos),
lleva un ISBN diferente porque el formato sí que ha sido modificado (de tapa
dura a tapa blanda).
Por su
parte, lo que conocemos como una segunda edición (o el número que corresponda)
y se trata de una nueva tirada de libros pero en la que no se le ha añadido ni
una sola modificación, ésta debe figurar como ‘reimpresión’ (segunda
reimpresión, tercera reimpresión…).
Evidentemente,
aunque lo correcto sería indicar si se trata de una ‘reimpresión’ o una
‘reedición’ de una obra, mayoritariamente las editoriales se inclinan por
indicarlo como nueva edición, a pesar de que el libro no haya tenido cambio
alguno.
Fuente bibliográfica
LÓPEZ , ALFRED, 10 de marzo 2018. ¿Qué diferencia hay entre la ‘reedición’ y la ‘reimpresión’ de un libro? [en línea]. [Consulta: 16 marzo 2018]. Disponible en: https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/que-diferencia-hay-entre-la-reedicion-y-la-reimpresion-de-un-libro/.
14 mar 2018
¿Por categorías o por colores? Es hora de organizar tus libros
Por: Brenda Valverde
A María Gallay le encargaron trasladar una biblioteca de una familia desde Madrid hasta Málaga. La organizadora profesional, que se dedica a ayudar a la gente a resolver el caos que a veces surge cuando tienes muchas cosas en casa, empaquetó y etiquetó cada libro siguiendo escrupulosamente el orden en el que estaban situados en la biblioteca de origen, sin que nadie se lo hubiese pedido: poetas por un lado, dramaturgas en otra caja, los autores de ficción separados del resto… La sorpresa de la dueña de los libros fue tal al descubrirlo que Gallay lo recuerda como una de las anécdotas más gratificantes de su trabajo.
Los libros son esos compañeros de piso que se van apoderando de tu espacio poquito a poco, aunque lleves años sin mirarlos ellos siguen acumulando polvo en cada una de sus páginas. Quizá a ti mismo te pasa lo mismo, almacenas libros y libros sin ningún tipo de criterio, desde tus obras favoritas, a aquel que te regalaron una vez en una promoción y nunca entró en tus planes leer. Tirar libros cuesta mucho, por eso mantener ordenada tu biblioteca es fundamental para dilatar lo máximo posible ese dramático momento.
“Lo mejor de este tipo de encargos es que por lo menos los libros son rectos, son más fáciles de ordenar que otras cosas”, bromea Gallay, que ya suma 15 años dedicándose a esto. La experta asegura que la complicidad con los clientes es clave para llevar a cabo el trabajo: “Las bibliotecas tienen que ser, sobre todo, prácticas, que el dueño reconozca los libros, sepa cómo buscarlos y, lo más importante, cómo devolverlos a su lugar correcto”.
Aunque cada maestrillo tiene sus pautas a la hora de poner orden a las cosas ajenas, Pilar Quintana, organizadora profesional y creadora de la empresa Ordenarte, nos desvela cuatro pasos básicos para crear un sistema de organización duradero y eficaz.
1. Sacar todo
Pero todo, todo. Según la experta, sólo somos conscientes de lo que tenemos cuando lo vemos en conjunto.
2. Hacer montoncitos
Por un lado, agrupamos los libros que queremos tirar, los que estén muy usados y en mal estado.
Quintana recomienda hacer un segundo montón con libros para donar, dice que la gente se siente bien al saber que sus libros tendrán una segunda vida y que además están ayudando con ello (residencias de ancianos, zonas desfavorecidas…).
A un tercer grupo irían los libros que quieres regalar a alguien en concreto (“pon su nombre”, si no, es muy probable que nunca salgan de tu casa, asegura la experta) y en una cuarta división colocarías los que quieres vender.
El quinto montón es el bueno: los libros que te quedas (¡seguimos!).
3. Establecer categorías y asignar espacios
Una vez tengas claras qué lecturas se salvan de las nominaciones y deben continuar en tu biblioteca, debes separar los libros por categorías (géneros, colores...), tal y como recomienda la gurú japonesa Marie Kondo, y a la vez determinar en qué espacios colocarás dichas categorías. “Un estante por categoría es lo mejor”, recomienda Quintana.
4. ¡A colocar!
Ha llegado el momento cumbre, colocar cada libro en el espacio adecuado… pero ¿cómo? ¿Por colores? ¿Por tamaños? ¿Por orden alfabético? ¿Da igual? (¡Cómo va a dar igual!, llevas un minuto leyendo un artículo sobre cómo ordenar tu biblioteca).
Lo primero que hay que pensar es cómo reconoces tú los libros. Hay gente más visual, personas que saben perfectamente en qué librería compraron cada ejemplar, lectores que se niegan a mezclar poesía con novela…
Priorizando la estética. Los colores de los libros pueden ser un criterio a la hora de organizar tu biblioteca. No es una opción muy práctica pero indudablemente es la más efectiva si eres de los que recuerdas que un libro era amarillo pero no el nombre del autor.
Pablo López Navarro, integrante del estudio de decoración Casa Josephine, nos cuenta que nunca hay que utilizar criterios decorativos para organizar una biblioteca, pero que sí se le pueden introducir detalles que hagan de ese espacio un rincón más cálido. “Elementos textiles, fotografías y plantas” son clave para convivir con nuestros libros, afirma.
Por tamaño. Los expertos del orden desvelan que una de las reglas de oro para organizar libros es que los más altos estén a la izquierda y los más bajitos en el lado derecho de la estantería. La sensación de orden es mayor.
Por género. Distribuir tus lecturas por género (no ficción, novelas, libros académicos…) puede ayudarte a encontrar de manera muy rápida ese libro que necesitas. Quintana recomienda etiquetar las estanterías si tenemos muchos libros acumulados.
Dentro de nuestro orden no es necesario situar todos los libros en vertical, alternarlos con montones horizontales puede ser útil si los espacios no son muy altos.
Una mezcla de las tres anteriores. Si quieres aunar el criterio más práctico sin desligarlo de lo atractivo, comienza por organizar tu biblioteca por géneros, y a continuación intenta agrupar los libros por colores y tamaños sin que desentonen demasiado entre ellos, para lograr una armonía estética y práctica.
Y si después de leer todo esto se te ha quitado las ganas de ordenar tus libros, te dejamos unas cuantas fotos de bibliotecas bonitas para que disfrutes de las de los demás.
Fuente bibliográfica
VALVERDE, BRENDA, E.E., 08 de enero 2018. ¿Por categorías o por colores? Es hora de organizar tus libros. Verne [en línea]. [Consulta: 14 marzo 2018]. Disponible en: https://verne.elpais.com/verne/2018/01/04/articulo/1515084906_945000.html.
13 mar 2018
Seguro tú también eres un 'acumulador digital'
Por: José Miguel Ponce de León
¿Ha aparecido en tu celular el molesto aviso de que ya no tienes almacenamiento suficiente? Lo más sencillo en estos casos es recurrir a una tarjeta de memoria, que en algún momento también acabará llena. Pero ¿te has preguntado con qué ocupas todo ese espacio?
Según una encuesta realizada por Western Digital –uno de los principales fabricantes de discos duros–, alrededor del 27% de los usuarios considera que una cuarta parte de la capacidad de sus teléfonos está ocupada con cosas que no les sirven.
Los contenidos que comúnmente saturan el espacio de almacenamiento de los smartphones son fotos, videos y aplicaciones. Y aunque en realidad no necesitan todos estos archivos y apps, las personas no se atreven a eliminarlos por miedo.
A este tipo de usuarios se les ha llamado “acumuladores digitales”, porque guardan todo tipo de contenido, sin importar si es relevante o si lo necesitan realmente.
De acuerdo con el reporte de Western Digital, el 56% de los encuestados ha recibido un mensaje de alerta por haber llenado la memoria de su celular, mientras que dos de cada cinco tienen problemas para administrar los documentos que guardan en él y admiten sentirse atrapados en un caos digital.
Además, casi la mitad confesó que acumulan aplicaciones que no usan y fotos innecesarias. Uno de cada cuatro aceptó tener fotos viejas y archivos que no ha visto o consultado en mucho tiempo.
En tanto, el 13% admite que no ha revisado ni ordenado los archivos por varios meses, y el 7% confiesa que ni siquiera lo ha hecho en un año.
Por otro lado, los resultados del estudio muestran que la relación entre la acumulación y el estrés es cada vez mayor, pues tres de cada cuatro personas que tienen la memoria de sus equipos llena, sienten ansiedad de saber que están por quedarse sin espacio.
Para evitar convertirte en un acumulador digital, pregúntate si realmente quieres y necesitas conservar absolutamente todo el contenido que capturas y recibes. Con base en esto, realiza una limpieza periódica de tus archivos.
Lo mismo aplica para las apps. Revisa cuáles en verdad usas y desinstala las que llevas meses sin abrir.
Checa la siguiente infografía para conocer más datos sobre la acumulación digital.
PONCE DE LEÓN, JOSÉ MIGUEL, 1 de febrero de 2018. Seguro tú también eres un «acumulador digital». Paréntesis [en línea]. [Consulta: 13 marzo 2018]. Disponible en: http://www.parentesis.com/noticias/Informacion/Eres_un_acumulador_digital.
8 mar 2018
Banalización de la cultura
Por: José Manuel López
García
La alta
cultura no va a desaparecer, aunque puede seguir siendo minoritaria.
Denomino
alta cultura a la que no se basa en
lo fácil y expresa contenidos de calidad. A la que no cae en la frivolidad y el
espectáculo para atraer lectores, por ejemplo. Frente a la cultura ligera
también es válida la que pretende ser más profunda y no se conforma con ser un
puro objeto de consumo rápido y sin más repercusiones.
La filosofía, la literatura, el teatro, el periodismo, la cultura
clásica, etcétera., forman parte imprescindible del bagaje cultural de la
humanidad, porque manifiestan ideas, sentimientos y emociones que nos afectan a
través del tiempo.
Afortunadamente,
en el mundo se enseñan todavía Filosofía,
Historia, Literatura, Latín, Griego y otros conocimientos que conforman lo que
se entiende por cultura occidental. De este modo, las nuevas generaciones
pueden saber y disfrutar de la verdadera alta cultura en todas sus dimensiones.
Desde los artículos de Larra hasta la Crítica de la razón pura de Kant pasando
por innumerables escritos de multitud de pensadores o escritores.
Es
entendible que Vargas Llosa realice
una crítica en su libro “La civilización del espectáculo” de la creciente
frivolización de las sociedades contemporáneas. Es la sociedad del entretenimiento. Parece que la cultura escrita tiene
menos valor que lo que sale en los programas de televisión. Es como si lo visual y la telerrealidad fueran
superiores a los contenidos de los libros. Y, si no lo son, lo
parece para mucha gente. Es como si lo escrito fuera algo poco importante o
banal. Y posee un extraordinario valor. Se puede hacer la prueba de escribir,
como lo han hecho grandes escritores y articulistas a lo largo de la historia,
para darse cuenta de lo que digo.
Gran
parte de lo que se emite o publica es
superficial y es lo que el público parece que demanda. De este modo, prima
la cantidad sobre la calidad. La denominada telebasura es la que más
televidentes tiene, ya que mucha gente quiere ver chismorreo en la televisión.
No digo que haya que eliminar este tipo de programas, pero es preciso el
reconocimiento de que existe otro público que prefiere contenidos de más
calidad y profundidad.
Los
índices de audiencia de los programas televisivos marcan las decisiones de las
cadenas respecto al tipo de espacios que mantienen en antena. Los directivos de
los canales de televisión deberían pensar en ofrecer más programas y
documentales con más rigor, calidad y profundidad.
La cultura ligera no puede sustituir a la
cultura de más calidad. Ambas pueden
coexistir. Pero, lo que no es racional es pretender destruir la cultura escrita
propia de la filosofía y la literatura
universales o dejarla al margen. Las obras de Platón, Aristóteles, Descartes,
Hume, Kant, Hegel, Putnam, y otros numerosos filósofos y literatos como
Dante, Bergson, etcétera., son parte esencial de la cultura occidental.
Fuente bibliográfica
LÓPEZ GARCÍA, JOSÉ MANUEL, 16 de febrero de 2018
. Banalización. Eurasia Hoy [en línea]. [Consulta: 9 marzo 2018]. Disponible en: http://eurasiahoy.com/16022018-banalizacion/.
¿Estamos perdiendo nuestro idioma?
Por: Noemí Carrizo
Somerset Maugham sostenía que “el español es
la mayor creación literaria de los españoles”. Personalmente, amo este lenguaje
nuestro con sus inflexiones verbales y sus impactantes sustantivos. A la hora
de escribir, encontrar en un instante un vocablo acorde con la ternura o el
furor, con la pena o la decepción se vuelve un esfuerzo con buenos resultados:
¡es tan copioso su vocabulario que resulta imposible no encontrar la traducción
exacta a cualquier emoción! Por supuesto, es más fácil el inglés, con sus
constantes infinitivos y sus partículas para indicar el tiempo pero, según mi opinión,
no repiquetea igual ni tiene la misma cantidad de inflexiones verbales.
El castellano es una lengua romance del grupo ibérico y, después del chino mandarín, la más hablada en el mundo. La hablan como primera y segunda lengua 500 millones de personas.
Ahora bien, sin máscaras, aceptemos la realidad: ¿la
estamos desdibujando? No solo la introducción de las palabras inglesas en el
habla común, sino la abreviación constante de sus términos, nos inclina a
pensar que su sonido espectacular y brillante, admirado por eruditos, se va
diluyendo.
Al menos
en nuestro país, se evita pronunciar un nombre propio completo (jamás adherí a
las abreviaturas) y apelativos de sonoridad estupenda se reducen al gemido de
una o dos sílabas. La gente se llama Pa, Muni, Vale, Ju. Según un informe de la
Unesco, más del 50% de las 6000 lenguas del mundo corre riesgo de perderse en
unas pocas generaciones, y otros miles están ausentes de los sistemas
educativos y del ciberespacio. Advierte además que las nuevas tecnologías pueden
acelerar la extinción de ciertos idiomas y favorecer la homogeneización en
lugar de la diversidad.
Esto
resulta, al menos, alarmante. Que nuestros chicos no leen es una realidad que
vemos a diario, aparte de que la confirman las encuestas; y que los cuentos de
hadas han perdido vigencia no es una novedad: con el celular no se habrían
extraviado en peligrosas contingencias vitales nuestros héroes infantiles, que
nos ayudaron a formarnos con tesón, inventiva y esperanzas. Además, a medida
que los niños crecen, perdidos en la Play, el televisor o los audios, el
diálogo, de esencial importancia para la potenciación mental y social se va
diluyendo en una comunicación muda: basta con señalar.
La mesa
familiar es tan relevante como la escolaridad: allí se expresan las
experiencias del día, además de ofertarse como muro de los lamentos, momento
ideal de reyertas y aclaraciones. Comer en conjunto acerca; ninguna madre o
abuela consecuente lo ignora. La bandeja en cada cuarto es práctica, pero
separa, amordaza, nos transporta a mundos imaginarios. Y trato de adaptarme a
ese vocativo que reemplazó al che y que no transcribo por su insolencia, pero
que aparece como demostración de cariño, entendimiento y complicidad. Que te lo
dediquen es casi un halago.
No soy políglota, lamentablemente, pero admiro al
rey Carlos I de España cuando afirma: “Hablo en italiano con los embajadores; en francés con las
mujeres; en alemán con los soldados; en inglés con los caballos, y en español
con Dios”.
Fuente bibliográfica
https://www.pressreader.com/argentina/la-nueva-domingo/20170702/283485026162378
3 mar 2018
¿Cuánto rato aguantarías sin abrir Whatsapp?
Por: Inma Flor
¿Es la tecnología hoy en día un intruso en la familia?, ¿de qué manera afecta a las relaciones familiares? “A lo largo de la historia las novedades tecnológicas se ha debido pasar por procesos de asimilación por parte de los usuarios y, en esos periodos, la juventud está predispuesta a investigar e indagar sus posibilidades”.
En esa línea nos cuestionamos, ¿qué ventajas e inconvenientes tiene esta nueva herramienta educativa? ¿Cómo equilibrar su uso, especialmente en el ámbito familiar?
Estas y otras son preguntas sobre las que nos invitan a reflexionar iniciativas como #porunusolovedelatecnologia, puesta en marcha por Orange a con el objetivo de que todos – niños, adolescentes y mayores- dialoguen sobre ello y juntos aprendan a utilizar la tecnología y los dispositivos de forma segura y responsable.
Preguntado por las recomendaciones que daría a una familia a la hora de hacer un uso adecuado, el profesor nos responde que “las referiría al derecho a la intimidad de otros usuarios y al respeto de los canales de comunicación”.
“Todas las novedades tecnológicas necesitan un proceso de asimilación. Es siempre la juventud la que está más predispuesta a indagar sus posibilidades”
Atendiendo a los nuevos contextos que fluyen del uso de las nuevas tecnologías (móviles, tablets, ordenadores, videoconsolas, etc.), surgen proyectos como Empantallados, para padres y madres, en respuesta a una necesidad: acompañar a los hijos en el mundo digital. Se trata de una iniciativa de Fomento de Centros de Enseñanza, que se ha desarrollado en colaboración con numerosos expertos de la tecnología y la educación. “La tecnología está aquí para quedarse, así que aprovechémosla como una oportunidad más para educar”, indica Santiago Atrio Cerezo.
Y sobre todo para educar conociendo sus grandes beneficios y sus ventajas, pero también los riesgos. Si esto ya es relevante para un adulto, qué decir de un colectivo especialmente vulnerable como es el de los menores. Ellos están aún formándose y no siempre son conscientes de dichos peligros, o de las pautas más correctas para integrar de una forma equilibrada y responsable la tecnología en sus vidas, viviendo rodeados de ella.
Los datos hablan por sí solos y exigen medidas al respecto: el 72,7% de los niños menores de 12 años tienen móvil; más del 35% de los perfiles de menores de 14 años en redes sociales son públicos, normalmente por falta de habilidades para configurar la privacidad.
Pero eso no es todo, el tiempo que pasan los jóvenes online es el equivalente a 136,5 días al año y los niños menores de 6 años pasan casi 2 horas al día frente a pantallas (3 veces más tiempo que el que pasan leyendo o escuchando a alguien que les lee).
Si, según el estudio ‘How many times do you check your mobile phone per day?’, elaborado por Oracle Marketing Cloud, los adultos consultamos unas 150 veces al día nuestro smartphone y no podemos estar más de una hora sin abrir Whatsapp, cómo podemos decirles a ellos que pasan demasiado tiempo frente al móvil.
La tecnología influye en muchas facetas de la vida de nuestros hijos, desde su educación hasta su entretenimiento y comunicación con amigos. Es importante empezar a enseñarles desde pequeños un uso responsable y saludable de la tecnología, sin esperar a que sean mayores; y eso empieza dando ejemplo y cumpliendo nosotros mismos las reglas que establecemos para ellos.
Los ámbitos que afectan a las diferentes etapas de la vida, en los que Empantallados aporta ideas para educar, son cuatro.
- Personalidad: la tecnología tiene cada vez más influencia en los más pequeños. Aprovecha para enseñarles sobre cómo tener una autoestima adecuada, hacer un uso emocional y racional de la tecnología, tener confianza en sí mismos, etc.
- Sociabilidad: las pantallas pueden utilizarse para aislarse, pero también para aprender a relacionarse con los demás y desarrollar habilidades sociales. Las nuevas tecnologías pueden ayudar a las relaciones familiares porque son un apoyo en nuestro desarrollo, nos unen y nos ayudan a comunicarnos.
- Seguridad: cuando son pequeños, deberemos acompañarles y protegerles, y poco a poco ir enseñándoles algunas pautas básicas de seguridad, para que cuando lleguen a la adolescencia sepan cómo protegerse solos.
- Creatividad: se puede utilizar toda la potencialidad de la tecnología como herramienta educativa para los menores, desde pequeños hasta la adolescencia, que es la etapa más creativa del ser humano.
La tecnología influye en muchas facetas de la vida de nuestros hijos. Es importante empezar a educarles desde pequeños en un uso responsable y saludable de la tecnología, sin esperar a que sean mayores
Entonces, como ocurre con otras muchas cosas, ¿la tecnología es buena o mala, según del uso que se le da? “Para mí resulta evidente que es así”, afirma Atrio Cerezo. “Inventamos la imprenta, pero si hubiésemos inventado primero una primitiva fotocopiadora, la historia de la humanidad sería distinta, iconográfica en lugar de escrita. La tecnología nos ayuda o entorpece, depende del uso que de ella hagamos”, concluye.
Fuente bibliográfica
FLOR, INMA, 22/01/2018. Whatsapp: ¿Cuánto rato aguantarías sin abrir un mensaje? La Vanguardia [en línea]. [Consulta: 4 marzo 2018]. Disponible en: http://www.lavanguardia.com/vida/20180122/44119443349/cuanto-rato-aguantarias-sin-abrir-whatsapp-brl.html.
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El canto del cisne y la violencia en la escuela
Por: José Tranier José Tranier
Cuando
la ola neoliberal golpea con fuerza los índices de miseria y muerte forman
parte de "lo esperable".
Una
antigua creencia proveniente de la mitología griega suele aludir el cantar del
cisne —ave que permanecía muda durante casi toda su existencia— como
metáfora "última" de intervención antes de que ésta muera. Sin
embargo, si nuestro objetivo fuese intentar señalar o compartir un breve
análisis en torno a las formas de violencia
escolar —mero eufemismo o "espejo" de violencia social y política— dicha metáfora quizás no nos
alcanzaría del todo para abordar los motivos por los cuales la escuela termina
siendo (la mayoría de las veces) como aquel escenario en donde las formas de
violencia social y política se materializan. De esta manera, así como un
terremoto activa la posterior alerta de tsunami como consecuencia
"esperable" en alguna otra parte del mundo; en su correlato social
local, podríamos argumentar algo semejante en relación a que cada vez que una "oleada neoliberal” comienza a
golpear con fuerza, los índices de violencia, miseria, pérdida de fuentes
laborales y muerte también empiezan a formar parte del orden de lo
"esperable".
Aquello
pudimos comprobarlo históricamente, luego del estallido del 2001, con los
primeros casos de asesinatos concretos en nuestras escuelas argentinas como
formas inéditas de violencia institucional por parte de aquellas infancias
resocializadas antes, en los años noventa. (Basta señalar la masacre de
Patagones junto con el caso del adolescente cansado de que lo apodaran
"Pan Triste") entre otros casos también emblemáticos que,
lamentablemente, inauguraron este campo nuevo de inscripción política.
Si
tomáramos entonces como punto de referencia los casos de violencia difundidos
por los medios en el año anterior, incluirían desde suicidios adentro del aula,
amenazas de bombas en diferentes instituciones escolares como nunca antes,
cachetazos a maestras en las escuelas y a médicos en los hospitales; palizas
recibidas a una alumna por parte de sus compañeras, asesinato de un niño de
diez años por un adolescente de catorce y varios bebés arrojados a basurales
como metáfora "magistral" (siguiendo palabras de Bleichmar escritas
allá por el 2002) de "la convicción
que tienen los miserables irredentos de que su prole no tiene ni tendrá otro
destino" (1).
Aquí es
entonces necesario para nosotros retomar la pregunta "clásica" sobre
si una lógica política-económica impacta o no en la lógica de producción de
subjetividad. Y, claro está, si tal respuesta fuese positiva (como
efectivamente la consideramos al menos nosotros), ni los niños que hacen o que
padecen el "bullying"; ni aquellas maestras golpeadas; o los médicos
y enfermeras tratando de salvar vidas amedrentados y mucho menos aquellos bebés
arrojados a la basura deberían ser abordados
socialmente como meros acontecimientos "individuales" —o "particulares"— sino, por
sobre todas las cosas, como síntoma de aquello que viene aconteciendo —y
fundamentalmente vienen padeciendo— ciertos
sectores sociales específicos en la actualidad: esto es, que el desamparo,
cuando está expresado en políticas públicas (independientemente de los
gobiernos que las lleven a cabo) siempre tiene —y tendrá— cara y contracara de
diversas formas de violencia como
respuesta.
Signos
Ahora
bien, a diferencia de la metáfora de aquel canto del cisne, quien permanecía
"mudo" hasta tanto y en cuanto el final se acercara inexorablemente,
las sociedades, históricamente, pueden dar cuenta, tanto de su sufrimiento como
de su propia capacidad de transformar el dolor en lucha y esperanza, mucho
antes de que la intervención "final"
dé lugar a acciones como las aquí antes narradas. La niñez emite signos.
Las infancias y juventudes emiten signos.
Las escuelas emiten signos y las comunidades emiten signos al compás del "latido social" que se va
internalizando o percibiendo como modelo de relacionamiento de vida imperante.
En este sentido, frente a los embates que viene padeciendo el colectivo
docente, quizás sea necesario volver a recordar que la educación es un campo en
donde la teoría, la práctica, la cultura y la política se confunden inevitablemente,
y donde la actividad intelectual debe necesariamente dar paso a la acción
social y política ¿Cómo estar, entonces, lo suficientemente sensibilizados para
poder "captar" esos signos? ¿hacernos
eco de su sufrimiento, interrogar sus orígenes o la de intentar devolverles la
propia historicidad que nos atraviesa y le da sentido con el fin de incluirlos
en un proyecto esperanzador?
Mientras
no podamos reconstruir estas respuestas colectivamente, el basural seguirá
constituyéndose como punto de partida para muchas más vidas. Y mientras no
podamos regenerar condiciones objetivas (que son siempre políticas) que
permitan el reencuentro y la inclusión de aquel que sufre, aquellos signos
permanecerán a su vez desperdigados como pólvora en el aire y haciendo anclaje
en los ámbitos menos pensados o "equivocados". Estos son,
paradójicamente, aquellos que tienen que ver precisamente con proteger y
recuperar la vida: en las escuelas, en las plazas, en los barrios, entre los
niños, con los maestros, en las guardias y en los hospitales.
TRANIER, JOSÉ, 09 de Septiembre de 2017. El canto del cisne y la violencia en la escuela. La Capital [en línea]. [Consulta: 3 marzo 2018]. Disponible en: https://www.lacapital.com.ar/educacion/el-canto-del-cisne-y-la-violencia-la-escuela-n1466486.html.
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