28 sept 2014
Los 347 amigos virtuales de la red social, ni son virtuales, ni son amigos, ni son 347
27 may 2009
Retos en la educación virtual
Las tecnologías de información y comunicaciones han impactado todo tipo de negocios, industria y en general el transcurrir diario. La educación no es ajena a estos cambios, ayudándole a pasar de un ambiente físico a un ambiente virtual.
El propósito principal de la educación es crear competencias en el alumno. Esto no aplica solo en la educación formal escolarizada, mediante colegios o universidades, sino también en los seminarios, conferencias y prácticamente cualquier evento donde la transmisión del conocimiento sea parte integral del proceso.
No soy maestro de profesión, profesión a la que le tengo mucho respeto por el impacto y responsabilidad que tienen en la formación de los líderes del futuro. El curso de mi trabajo me ha dado la oportunidad de oficiar de maestro en varias temáticas en varias universidades de América Latina, pudiendo validar esa satisfacción que se siente cuando el alumno supera al maestro.
Las primeras conferencias o clases que tuve oportunidad de dictar se soportaban en “acetatos” que se debían quemar en la fotocopiadora, de papeles impresos. Los colores se los agregaba uno con marcadores de tinta indeleble. Nos obligaba a tener muy claro qué se iba a decir ya que modificar estos acetatos requería volverlos a elaborar.
Hoy gozamos de un sinnúmero de herramientas que permiten cumplir con el mayor reto de generar competencias en el alumno. Estas competencias están divididas en tres rubros importantes que debe desarrollar el alumno: el saber conocer, el saber hacer, y el saber ser. La primera vez que leí sobre esto, me sentía en clase de sicología, sin embargo la aplicación del concepto de formación por competencias permite garantizar que el esfuerzo que se realiza desde el punto de vista del tutor y las herramientas que conforme para ello, tendrán el efecto deseado en el alumno en alguna de las tres áreas o en varias a la vez.
Con la virtualización de la educación, también tenemos que cumplir con los mismos retos de formación en el alumno, pero prácticamente sin contar con la presencial física del tutor. Esta virtualizacion se puede dividir en dos escenarios distintos, dependiendo de la presencia del tutor, si es en vivo (así sea a través de una videoconferencia, estaría ahí, por lo menos para responder preguntas), o si no está presente en vivo.
Los escenarios anteriores no son mejores ni peores el uno comparado con el otro. Son distintos y tienen ventajas y desventajas por si mismos. Para ambos escenarios se cuenta con plataformas informáticas que permiten llevar a cabo el proceso formativo.
Pero depende del tutor saber explotar estas tecnologías para cumplir con el cometido discutido arriba. La construcción de competencias no es sencilla, por lo tanto se deben estructurar los cursos, y las intervenciones tanto del tutor como de los alumnos de tal manera que se pueda ir evaluando la adquisición o no de estas competencias, para hacer los ajustes pertinentes y lograr el cometido.
La tarea está en poder combinar todas las herramientas disponibles entonces para construir estas competencias. Hoy las plataformas para educación virtual o educación electrónica, o e-learning, van desde las gratuitas como Moodle y Dokeos, hasta las que se distribuyen comercialmente.
Hoy todas soportan la posibilidad de hacer conferencias en vivo, conferencias en diferido, incrustar voz y video en las diferentes páginas, manejar foros, hacer y calificar en forma automática los exámenes, poner tareas, corregirlas y comentar sobre el desarrollo de las mismas.
El hecho que las herramientas estén, no implican que el logro del objetivo se dé solamente por el uso de la herramienta. La “virtualizacion” pone una carga adicional sobre el tutor para lograr transmitir y crear competencias sin necesariamente poder “ver” el desempeño y desarrollo del alumno.
Técnicas sencillas como considerar el foro como el aula de clases por ejemplo, permiten estructurar hilos de discusión como si se estuviera participando en una clase física. Las tareas deberían estructurarse como un “laboratorio” donde se pueda medir, en el resultado de la tarea, la correcta aplicación de los conceptos adquiridos. Las evaluaciones no deben ser solo como medida de adquisición de conocimiento, como tomando la lección sobre lo leído, sino indagando sobre la aplicación de lo leído a preguntas que exijan la utilización de dos o mas conceptos en conjunto.
Las herramientas están disponibles, el reto es poder utilizar las herramientas para crear competencias, reto que se puede cumplir con aplicación juiciosa hacia el logro de las competencias más que a la transmisión de conocimiento.
Fuente: http://www.deltaasesores.com/articulos/negocios-electronicos/3595-retos-en-la-educacion-virtual?utm_source=PRODia&utm_medium=Egrupos
3 mar 2009
Sobre el uso inadecuado de la palabra virtual
Ricardo Soca El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) presenta la definición mostrada más arriba de la palabra virtual, que viene haciendo una carrera tan exitosa desde la explosión del auge de las computadoras y de la internet. El vocablo fue adoptado en el terreno de la informática pensando en su primera acepción y también en la tercera, usada en la Física, más precisamente en la Óptica, para referirse a algo "que tiene existencia aparente y no real" y en la Mecánica para definir el concepto de "velocidad virtual". En las lentes convergentes, por ejemplo, los rayos provenientes de un objeto cualquiera convergen hacia un punto en el cual se forma una imagen de ese objeto. Es el principio utilizado en las cámaras fotográficas, en las cuales los rayos provenientes del objeto fotografiado convergen y forman una imagen real e invertida de ese objeto sobre la superficie sensible. En el caso de las lentes divergentes esto no ocurre, los rayos divergen y no se forma ninguna imagen real. Sin embargo, los ópticos encontraron conveniente para algunos de sus cálculos considerar la idea de que a partir de que a partir de un determinado punto, las prolongaciones de los rayos divergentes convergen hacia un punto anterior al lente, donde se formaría una imagen que no existe más que en el cálculo matemático, una imagen virtual. En la analogía creada en el mundo de las computadoras, cuando se habla de una "reunión" de personas que se encuentran en lugares distantes, pero que se comunican entre sí mediante cámaras de televisión, parece adecuado que se hable de reunión virtual. Y cuando queremos referirnos a uno de esos sitios de la internet en los que se ofrecen mercaderías que podemos adquirir sin levantarnos de nuestra silla, enviando por la computadora el número de nuestra tarjeta de crédito, parece perfectamente correcto que se hable de tienda virtual. Tampoco cabe disentir de la expresión realidad virtual, que designa el efecto producido por programas informáticos que suministran al usuario estímulos visuales, auditivos e incluso táctiles que le dan la sensación de vivir en una realidad diferente, como ocurre en los simuladores de vuelo o en algunos programas para arquitectos que permiten visitar una casa que está a la venta desde su propia computadora. Se trata de artificios que nos permiten dirigir aviones que no existen o visitar casas que no están allí. No son reales, son virtuales, como nos indica la definición del diccionario. Sin embargo, muchos usuarios de computadoras que no saben de dónde proviene este término ni por qué se lo usa al hablar de reuniones, de tiendas o de otras entidades virtuales, han adoptado este adjetivo para referirse incorrectamente a todo lo que tenga que ver con informática o con la Internet. Hace algunos días, un amigo que acababa de comprarse unos libros a través de la Red me comentó que había hecho "unas compras virtuales". Aunque las hubiera hecho vía Internet, sus adquisiciones no tenían nada de virtual, eran bien reales, como mostraban los gruesos y pesados volúmenes que mi amigo se disponía a leer. Millones de personas hoy hacen amigos a través de sus conexiones electrónicas, pero no importa cuál haya sido la forma de establecer estas relaciones se trata siempre de personas reales, con pasiones y sentimientos, no son amigos virtuales, como muchos suelen decir. Una amiga que se pasa muchas horas por día sentada ante su computadora suele quejarse de que tanto tiempo virtual no le deja un momento libre para, por ejemplo, leer un libro. No creo que haya sido un consuelo, pero tuve que explicarle que el tiempo que se pasa sentada ante su computadora es bien real. Todavía no he podido entender qué son las comunicaciones virtuales ni por qué son llamadas de esa manera. Cuando enviamos por la Internet un mensaje, éste no tiene nada de virtual; por más que circule por un cable o por el espacio en forma de bits es una comunicación bien real y perfectamente de acuerdo con la definición de comunicación, pues alguien va a leerla en el algún lugar. Si quisiéramos comunicarnos en forma virtual no podríamos hacerlo, pues cada vez que una señal de cualquier tipo es trasmitida entre dos personas se establece una comunicación real. Resumiendo, debemos tener en cuenta que si un fenómeno se refiere a los números dígitos, del uno al diez, o a los instrumentos que cuentan estos números podemos calificarlo como digital, pero no siempre como virtual. Y si un fenómeno ocurre merced al uso de la tecnología electrónica, podremos calificarlo como electrónico, pero no siempre como digital ni como virtual. |
Fuente: http://www.elcastellano.org/artic/virtual.htm |
24 feb 2009
El Diccionario Histórico "colgará" este año en Internet su primer material
Madrid. (EFE).- La primera fase del nuevo Diccionario Histórico que prepara la Real Academia Española tardará aún diez años en estar terminada, pero en 2009 se podrán consultar ya en Internet materiales previos de este gran proyecto que, una vez finalizado, sólo estará disponible en la red.
"Ya no tiene sentido pretender que se compren diccionarios de decenas de volúmenes", asegura el académico José Antonio Pascual, director del Diccionario Histórico, en una entrevista en la que explica la situación actual de esta obra, que en su primera etapa reconstruirá el pasado de las 50.000 palabras más usuales del español.
Si en otros países se estima que para desarrollar un proyecto de esta envergadura "se necesitan 45 años y 140 lexicógrafos", los avances tecnológicos van a permitir, en el caso de España, realizarlo por fases. Para la primera etapa del "Nuevo Diccionario Histórico de la Lengua Española", que recibe 1,2 millones de euros al año de financiación estatal, se han calculado unos quince años. Pero de ningún modo habrá que esperar tanto para que filólogos y estudiosos se beneficien de lo que vaya haciendo el equipo de Pascual, formado por una veintena de expertos, a los que habría que sumar la colaboración de especialistas de numerosas universidades e instituciones.
Así, a lo largo de 2009 se "colgará" en la red el corpus elaborado ex profeso para el Diccionario Histórico, formado por 52 millones de registros extraídos de 800 textos de autores españoles de todas las épocas (los de escritores americanos quedan para una segunda fase), y se podrán consultar también las más de 140.000 fichas de bibliografía relacionada con este proyecto.
La intención de Pascual, vicedirector de la RAE, es que, además, esté pronto en Internet el antiguo fichero en papel de la Academia, ya digitalizado y de unos diez millones de palabras, aunque será preciso que esta institución dé antes el visto bueno.
También tendrá acceso electrónico el antiguo Diccionario Histórico que comenzó a hacer después de la Guerra Civil Rafael Lapesa (hubo un primer intento antes de la Guerra a cargo de Menéndez Pidal) y del que sólo pudo completar la letra A y parte de la B. "Es muy importante que esté en Internet porque está agotadísimo", subraya Pascual, coautor, junto con Joan Corominas, del gran "Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico".
Y, por supuesto, a medida que la historia de cada palabra esté completa, se pondrá en la red. Entre ellas se presentará pronto el verbo "hacer", en el que un equipo de expertos ha estado trabajando "durante tres meses". "Ha habido que analizar unos 50.000 ejemplos", dice abrumado Pascual.
Cuando esté completo, el Diccionario Histórico ofrecerá la evolución de más de 100.000 palabras, pero de momento se centrará en las 50.000 más frecuentes.
Voces como "mesa", "silla", "aderezar", "alambrera", "muralla" o "tapia" figurarán en la fase inicial, pero no estarán otras como "antojuno", que sólo aparece "en el Quijote y en dos imitadores de esta obra, ni tampoco algunos términos gongorinos. Esas palabras pueden esperar".
¿Cuándo la voz "talento" adquiere el significado de inteligencia y no de voluntad? ¿En qué siglo el galicismo "duela" se usa para referirse a las tablas de las cubas de las bodegas? Si las imágenes eran de "palo" en el XVI y en la época de Galdós se hablaba de "escalera de palo", ¿cuándo esa voz ha dejado de ser sinónimo de madera, salvo en expresiones como "en casa del herrero, cuchillo de palo"?
Esas preguntas encontrarán debida respuesta en el Diccionario Histórico, en el que también se verá que si ahora se "despegan los labios", en el Quijote "se desplegaban" porque, recuerda Pascual, "desplegar significaba desclavar", y se comprobará que la expresión "tener lugar", tan frecuente hoy día, ha ido sustituyendo a verbos como "suceder", "ocurrir", "acontecer" o "acaecer".
Aunque en principio se barajó la posibilidad de publicar esta gran obra en papel (sólo para la primera fase se hablaba de doce volúmenes), Pascual asegura que en ese formato "no se podría hacer el Diccionario, porque habrá cuestiones que ofrezcan dudas y en Internet figurarán con nuestras vacilaciones". El soporte magnético permitirá incorporar la solución de inmediato.
"El 'Oxford English Dictionary' ya no se hace en papel; sólo es accesible a través de Internet", añade.