El mouse y el teclado parecen tener fecha de vencimiento. La llegada del touchscreen lucha por hacer invisible los clicks y el sonido de las teclas.
Instintivamente estamos diseñados para utilizar nuestras manos para diferentes actividades. Comer y trabajar son los ejemplos más clásicos, pero la tecnología ha hecho de nuestras extremidades un pilar para el desarrollo de la informática del siglo XX.
El iPhone es el símbolo de esta nueva industria. Pero el cambio ha empezado desde abajo: teléfonos celulares, mp3, mp4, radios para el auto y equipos de música. De a poco avanza la familiarización con esta tecnología. A partir de equipos relativamente más baratos, de uso cada más masivo, el touchscreen se traslada hacia televisores, computadores y el dominio del hogar.
En la actualidad, la "joya" de esta generación touch es "Surface", el computador multitáctil de Microsoft que ya se encuentra en algunas empresas de Estados Unidos, aunque su costo ?diez mil dólares- aún lo hace inaccesible al público general, por lo que el gigante de la informática ya se encuentra trabajando en disminuirlo.
Pero las aplicaciones de esta tecnología dan para mucho. AT&T la incorporó para entregar más información a sus clientes y un casino de la ciudad de Las Vegas permite jugar, enviar mensajes a mesas vecinas y pedir tragos usando el sistema touch.
Para los usuarios comunes, este avance permite tener al alcance de un dedo la reproducción y creación de carpetas de música, disponer del clima de cualquier parte del mundo, subir automáticamente videos a YouTube o incluso ver televisión.
Pero la tecnología touchscreen tiene un gran problema desde su génesis: como en sus inicios se trató de una tecnología desarrollada y utilizada en Oriente, estaba configurada para dedos más delgados. Una vez que Occidente incorporó el sistema táctil hubo que reconfigurar para ampliar el radio de sensibilidad.
Científicos y diseñadores trabajan en perfeccionar la calidad de las pantallas, hacerlas cada vez más resistentes y flexibles, permitiendo alargar la vida útil del producto, por ejemplo, a través del uso de la fibra de carbono.El camino parece ser claro: dispositivos cada vez más pequeños, inalámbricos, táctiles, que apuntan a alejarnos cada vez más de los equipos. Y es desde allí que se piensa el futuro.
Fuente: http://teletrece.canal13.cl/t13/html/Secciones/Reporteros/347619.html
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