1. El precio de los eReaders: el eReader más barato cuesta actualmente unos 135 euros, aunque se espera que este precio baje hasta los 100 dólares (67 euros) para las navidades del año que viene, y que incluso se quede en 50 dólares (unos 35 euros) en 2015. Lógicamente, esta rebaja, junto con otras mejoras técnicas de los aparatos, provocaría el aumento de las ventas.
Si es cierto que en 2015 un eReader costará 35 euros, ¿dónde se supone que está el problema? Será más caro llevar una tarde a la familia al cine que comprarse un dispositivo de lectura.
2. El precio de los libros digitales. Según Computerworld, muchos libros electrónicos cuestan en su lanzamiento alrededor de 10 dólares (6,73 euros).
Y los hay mucho más caros. No vamos a entrar aquí en el tema del precio, porque da para muchos posts, pero posiblemente el valor añadido que aporten los editores a los libros digitales justifique un sobre precio. Otra cosa es que pretendan vendernos libros digitales sólo un 10% más baratos que en la versión en papel.
3. Los smartphones, teléfonos inteligentes, cuya tecnología de presentación de textos podría llegar a mejorar hasta el punto de que los usuarios no necesiten comprar un dispositivo específico de lectura electrónica.
Por ejemplo, la compañía Verizon ha lanzado recientemente el Droid smartphone, con una pantalla de 10 centímetros con alta resolución que podría competir con los e-readers. Por otro lado, actualmente ya la tienda de aplicaciones Apple suministra libros para descarga y lectura a través del iPhone, de manera gratuita.
En este punto estamos totalmente de acuerdo: los smartphones sí pueden llegar a ser una seria amenaza para los eReaders. De hecho, los libros son la aplicación más descargada en la Apple Store, y las cifras de lectura a través de Stanza son impresionantes.
4. La tablet computer de Apple, un ordenador a medio camino entre ordenador portátil y PDA que podría llegar al mercado a principios de 2010. En ella se podrá escribir a través de una pantalla táctil, pero también leer textos de libros, periódicos y revistas, posiblemente todo en color. Aunque no será de bolsillo, esta computadora ligera permitiría una lectura cómoda que podría hacer olvidar la posibilidad de un eReader.
A pesar de no utilizar tinta electrónica, es cierto que la tablet de Apple se presenta como un serio competidor para todos los eReaders, y eso que su existencia no ha pasado de ser un rumor. Si las previsiones se cumplen, y la rumorología acierta, antes de seis meses la tablet saldrá al mercado, y son muchos los adictos a mac que están deseosos de adquirirla.
5. Los escritores más conocidos. El autor de best-sellers John Grisham, así como J.K. Rowling, autora de las novelas de Harry Potter, ya han prohibido que sus obras aparezcan en versiones digitales, a pesar del éxito obtenido por Dan Brown con la versión digital de su novela El símbolo perdido (Planeta, 2009).
Si los usuarios de la tecnología e-reader no pueden acceder a todos los libros más populares con ella, sin duda el mercado de esta tecnología decaerá, afirman los expertos.
Así es. Sin embargo, tenemos seria dudas de que los autores se mantengan mucho tiempo en su negativa a la digitalización. Dos serán las razones que les harán cambiar de opinión: por una parte, que al estar fuera de catálogo digital, sus libros serán pirateados por aquellos que no desean la versión en papel; por otra, que sus editores se ocuparán de convencerlos cuando vean la porción del pastel que están perdiendo (Money makes the World go arround)
6. Los derechos digitales. Cuanto más crezca el mercado de libros electrónicos, esta cuestión se volverá cada vez más importante, y pueden surgir problemas relacionados con el derecho de copyright de sus autores.
Ya están surgiendo problemas con los derechos de autor. Sin embargo, también es cierto que los editores ya han espabilado y están incorporando la digitalización a todos los nuevos contratos.
Otra historia es la de los derechos por países, un problema para las librerías online, que no pueden vender todos los libros en todas partes. La única solución sería que la contratación de los derechos sea global, es decir, deslocalizada geográficamente.
7. Los contenidos abiertos: si los libros electrónicos están protegidos por diversas leyes de copyright y formatos de publicación electrónica, resulta obvio que los lectores de libros digitales no podrán sustituir su librería física por una digital, al menos de momento.
El problema de los formatos está prácticamente solucionado gracias a dispositivos que lo leen prácticamente todo y a que se aprecia cierta ventaja del ePub frente a MobiPocket.
Lo que puede suponer un problema grave, lejos de ser apreciado por los editores y los autores, es la protección del texto a través de DRM (digital rights management). No se puede poner puertas al campo, señores.
8. Bibliotecas y pequeñas librerías: aunque se cree que el e-reader y los libros digitales pueden potenciar la lectura, también son percibidos por muchos bibliotecarios y libreros con reticencia, por considerar esta tecnología como una amenaza para lo que ellos ofrecen.
Esta afirmación es válida para los libreros, que en su mayoría ven el libro digital como una enorme amenaza, pero no para los bibliotecarios, que llevan años trabajando con catálogos digitales (libros científicos y académicos) y conocen la situación. De hecho, a través de la Fundación Sánchez Ruipérez se ha lanzado el proyecto “Territorio e-book”, que estudia una fórmula de préstamos bibliotecario de libros digitales.
Por nuestra parte, añadiríamos:
9. La imposibilidad de reproducir color es uno de los problemas más graves que por el momento tienen los eReaders. La tecnología de tinta electrónica que usan los actuales modelos es en blanco y negro, lo que la hace válida únicamente para la lectura de libros basados sólo en el texto.
Probablemente este problema quede subsanado en poco tiempo, pero mientras tanto hará que dispositivos multifunción como la tablet de Apple ganen terreno.
10. La conectividad wi-fi. Aquí queda un largo camino por recorrer, al menos mientras las empresas de telefonía y los fabricantes de dispositivos no lleguen a un acuerdo. Y si hay que echar la culpa a alguien del retraso que supone el no poder hipervincular los textos ni sincronizar lecturas ni bajar libros sin conexión al pc, nosotros la cargamos contra las empresas de telefonía móvil, que no ven negocio suficiente para justificar las tarifas planas y demás medidas necesarias. Así que, de momento, habrá que conformare con la ventaja ofrecida por Kindle.
Algunas ventajas
A pesar de todos estos obstáculos, a los que habría que añadir el amor al papel de aquellas personas a las que les encanta leer, lo cierto es que los e-readers tienen sus ventajas.
La más notable es que en ellos se pueden guardar miles de páginas. Además, no resulta difícil encontrar obras literarias gratuitas en Internet.
Hasta hace muy poco, las pantallas TFT y LCD cansaban los ojos, dificultando la lectura de textos en formato digital. Pero la creación de la eink (tinta electrónica) ha permitido visualizar caracteres en una pantalla con la misma calidad que en papel y resolver el problema de los reflejos y de la inestabilidad de la imagen, lo que ha potenciado el desarrollo de estos dispositivos, cuyo futuro aún está por ver.
Fuente: http://blog.ediciona.com/
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