Por: Sergio Asenjo
La palabra asertivo, de aserto, proviene del latín assertus y quiere decir“afirmación de la certeza de una cosa”, por lo que podemos decir que una persona asertiva es aquella que afirma las cosas con certeza. La asertividad es tanto una estrategia como una forma de comunicación, y podríamos definirla como la capacidad que tiene una persona en concreto para expresar de forma firme sus ideales, decisiones y opiniones personales, sin despertar en la otra persona sentimientos de ira o enfado, y todo ello mostrando respeto hacia su interlocutor. Es por tanto el modo correcto de defender nuestros derechos sin dejar por ello de respetar los de la otra persona.
Para ejemplificar la explicación, podríamos decir que la asertividad está situada entre la pasividad y la agresividad. Mientras que una persona pasiva no defenderá con el suficiente tesón sus propias ideas a la hora de intentar convencer a los demás y a la mínima crítica de sus compañeros optará por permancer callado, una persona agresiva defenderá su punto de vista a capa y espada, pero frecuentemente de un modo autoritario y elevando la voz, llegando en muchas ocasiones a enfadarse si no se le da la razón. Como vemos, el primer sujeto es demasiado suave y comunmente tendrá miedo a sus interlocutores, mientras que la otra persona tenderá a expresarse utilizando amenazas o el miedo para convencer al resto. Seguro que alguna vez has escuchado que los extremos nunca fueron buenos, y como no iba a ser menos, en este caso tampoco lo son.
En el término medio está la virtud y por ello lo ideal es ese punto entre la pasividad y la agresividad, al que conocemos como asertividad, ya que una persona asertiva tendrá las cualidades necesarias que le permitirán defender sus derechos y respaldar sus opiniones sin por ello atropellar las ideas de los demás. Como ya imaginaréis, esta técnica de comunicación es realmente útil en el mundo laboral, ya que lo ideal es poder convencer a la otra persona de que nuestro punto de vista u opinión es el correcto desde el respeto, pero sin tener que renunciar a nuestros derechos por ello.
Seguro que en más de una ocasión te habrás encontrado con el típico jefe malhumorado que tan solo por elevar el tono de voz piensa que tiene toda la razón del mundo y que por ello nos va a convencer de que sus ideas son las correctas. Es un error común entre mucha gente el pensar que cuanto más alto hablemos y más agresividad desprendamos, más éxito lograremos, cuando realmente lo único que estaremos logrando es generar un clima de tensión en el que el resto de la gente no se atreva a participar y mostrar sus diferentes puntos de vista, con los inconvenientes que esto conlleva.
Estamos de acuerdo en que la asertividad es una cualidad a destacar, pero ¿que podemos hacer para lograr comunicarnos de una forma más asertiva? Lo más importante para lograrlo es tener una buena autoestima y confianza en uno mismo, ya que de otro modo no nos encontraremos del todo a gusto en nuestra piel a la hora de exponer nuestros puntos de vista sobre algún tema poco agradable, lo que nos hará dudar y temer las reacciones y posibles críticas de nuestros compañeros de trabajo.
Otros consejos a destacar son el mostrar educación al hablar con nuestros compañeros, pedir perdón siempre que sea necesario, prestar toda nuestra atención cuando nos hablan, aceptar nuestros propios errores y por supuesto, no ofender con nuestros puntos de vista. No hay que olvidar también el poder de decir no, aspecto clave en la comunicación asertiva.
Tanto por exceso como por defecto, la falta de asertividad genera en ocasiones graves problemas de relaciones en las empresas, donde se suele crear un clima tenso que lo único que hará será aumentar los niveles de estrés de los trabajadores. Por todo esto, una persona asertiva estará muy bien valorada en la empresa, ya que será capaz hacerse escuchar y lograr convencer al resto sin crear tensiones.
http://managersmagazine.com/index.php/2014/04/la-importancia-de-la-asertividad-en-el-mundo-laboral/
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