10 may 2009

¿La biblioteca absoluta?


Por: Diego Otero

En esa inquietante metáfora de las relaciones entre el conocimiento humano y el infinito que es “La biblioteca de Babel”, Borges imaginó un espacio que contenía todos los libros posibles. En muchos sentidos, Internet es la realización de ese espacio imaginado, solo que acá no hay bibliotecarios. Es decir, no hay quien se ocupe de administrar con pasión esos volúmenes e intuir un orden en el desorden. En el 2004 la corporación Google empezó a desarrollar su programa Google Books, con el que pretende construir el más vasto campo de divulgación digital de la palabra escrita. Cinco años después, un tumulto de protestas y cuestionamientos pone en jaque las ambiciones del más célebre de los buscadores informáticos. ¿Qué está sucediendo exactamente?

Jugar o no jugar monopolio La historia es más o menos así. El 2004 Google realiza una serie de contratos con algunas de las más grandes bibliotecas públicas del mundo. El buscador informático se compromete a escanear y digitalizar los libros gratuitamente, y a devolverle a cada biblioteca una copia digital de su archivo. Hasta ahí todo bien. El 2005 el gremio de autores y la asociación de editores americanos se unen y abren una demanda a la corporación por copiar material bajo derechos de autor (fragmentos, no libros enteros) y ofrecerlo en línea. Luego de una serie de negociaciones, en octubre del año pasado, finalmente, se llega a un acuerdo. Entre otras cosas, Google destinaría una cantidad inicial de 125 millones de dólares para indemnizar a los autores cuyos derechos hayan sido violados.

Ese acuerdo debería ser ratificado por un juez en junio de este año, pero es tal la cantidad de objeciones que la decisión ha sido pospuesta hasta octubre (la idea es que el juez reciba nuevas objeciones hasta setiembre, y pueda llegar a una conclusión más justa o equilibrada). Una de las objeciones más sólidas incide en el peligro de que Google sea la única empresa con una licencia explícita para ofrecer por vía digital los libros del siglo XX; libros que, por un lado, gozan de derechos de autor pero que no están en circulación; y, por el otro, los llamados libros huérfanos, es decir, aquellos protegidos por derechos de autor pero cuyos titulares no han sido identificados. La pregunta obvia es: ¿cómo así una corte permite a una empresa tener el monopolio de todos esos libros?

Otras objeciones En declaraciones a la prensa, Brewster Kahle, representante de Internet Archive, una de las más importantes instituciones sin fines de lucro dedicadas a construir una biblioteca virtual, afirmó que el gremio de autores y la asociación de editores americanos convocaron una demanda colectiva. Es decir, una demanda que pretendía representar a “todos aquellos involucrados en los libros del siglo XX”. El problema, claro, es que no solo entablaron esa demanda por daños ya infligidos, sino que plantearon las reglas para negociar en el futuro. Lo que significaría, en otras palabras, que se pretende establecer todo un nuevo régimen de derechos de autor definido en relación con las necesidades y los proyectos de Google. ¿Estaríamos, entonces, no solo frente un monopolio sino a un sistema legal prácticamente hecho a medida?

El escritor peruano Iván Thays, a través de su blog (notasmoleskine.blogspot.com), subrayó en su momento otra de las objeciones. Una que atañe directamente a los autores. En los últimos meses, luego del acuerdo ya mencionado, Google lanzó una enorme y curiosa campaña internacional —a través de los más diversos medios de prensa, invirtiendo varios millones de dólares— en la que solicitan a todos los escritores que se contacten con ellos (y no al revés, como sería lo habitual y lógico) para evitar ser digitalizados y colgados en línea. Pero eso no es lo más raro. “Si no lo hace en un plazo relativamente breve”, comenta Thays, “dan por “sentado” que el autor está conforme en ser digitalizado y pueden hacerlo libremente y, además, no tienen ningún reparo en hacer negocio luego con esa versión”.

¿Book stars on tour? El futuro de los libros es digital y en línea. Eso está claro. Pero suena más que peligrosa la posibilidad de que exista una sola gran biblioteca de bibliotecas en la red, controlada por una sola gran corporación. Como dice Kahle: “Si ellos van a ser la biblioteca con la que crecerá la siguiente generación, entonces podrán decidir quién tendrá acceso a los trabajos, y si sucede que uno está leyendo un libro, entonces ellos necesariamente lo sabrán”. ¿Alguien mencionó a Orwell? El “affaire” de Google es, finalmente, una cuestión de poder y posibilidades de competencia. Pero lo más probable es que con los libros suceda lo mismo que con la industria musical. Con la salvedad de un detalle: el escritor y el editor no podrán hacer exitosos conciertos para promocionar el libro que correrá, como los discos, por los programas para compartir información que ya hoy ofrece Internet. ¿De qué comerán entonces?

ARCHIVOS DEL FUTURO El programa de búsqueda de libros de Google —books.google.com— viene creando desde hace algunos años un gran archivo, a la manera de una biblioteca virtual. Para construir este archivo, Google se ha asociado con varias bibliotecas del mundo, y ha planteado un programa de afiliación para autores. De aprobarse finalmente el acuerdo entre la corporación y los demandantes (ver artículo), Google podrá mostrar ya no solo fragmentos de los más de siete millones de libros descatalogados con que hoy cuenta su archivo, sino ofrecer a la venta versiones digitales de esos mismos libros. Pero no solo eso. Google Books servirá también como una base de datos para los libros que circulan hoy día: a través del buscador uno podrá acceder a una vista previa del libro y, eventualmente, podrá adquirirlo.

Fuente: http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/biblioteca-absoluta/20090510/284460


7 may 2009

Leer: ¿Cosa de ayer o falta de motivación?





“Había una vez, hace ya varios años, una población que leía”.
 
Esta frase podría ser el principio de un cuento, pero –por desgracia- no hay nada de fantasía en ella, es la realidad. Antes de que la vida de la gente se convirtiera en una carrera contra el tiempo, antes de que la computadora copase la vida de las personas, existía el hermoso y sano hábito de la lectura. El libro era no sólo una compañía, sino, además, un amigo que enseñaba, abría mundos fantásticos, nos ayudaba a crecer, a imaginar, a abrir nuestra mente.

Había una vez, también, unos papás que leían cuentos a sus hijos y –desde que eran chiquitos- los hacían disfrutar de este mágico mundo que es la lectura. Había tiempo, se vivía diferente y se leía. Obviamente que existían muchas menos formas de entretenimiento que ahora, eso ayudaba también a que el libro ocupara un papel protagónico en la historia de las personas.
 
La vida cambió para todos, incluso para los niños, se ha convertido en una vorágine de actividades que no deja tiempo suficiente para sentarse a disfrutar de un libro. Tal vez, este fenómeno se observa más en los niños y jóvenes que en los adultos. La mayoría de los niños no disfruta del hecho de sentarse a leer. Imaginen: ¿a cuántos les podría gustar recibir como regalo un libro? No creo que a muchos, sinceramente. Utilizan sus horas libres para chatear, jugar con la computadora, entre otras cosas. Incluso, cuando deben buscar el significado de una palabra, ya no acuden al diccionario “clásico” (entiéndase el libro que se tomaba entre las manos), ahora se encuentra en la computadora.
 
Y sí, los libros parecieran estar “en baja”, cotizan mal en la bolsa, por decirlo de alguna manera. Es una verdadera pena perder este hermosísimo hábito de sostener un libro con las manos y disponernos a descubrir lo que tiene para decirnos, para enseñarnos, incluso para dejarnos llevar adonde él quiera.
Repito, este fenómeno se ve más en nuestros niños y jóvenes, y es realmente preocupante:

La escuela quiere que los alumnos lean, pero no logra que quieran leer. Teniendo en cuenta los últimos resultados del ONE (Operativo Nacional de Evaluación 2005), en Lengua, especialmente en competencias lectoras, puede observarse el alto porcentaje de alumnos que se encuentran en el nivel más bajo; del mismo modo, puede comprobarse que esos resultados son proporcionales con el nivel socioeconómico del alumnado.
También de la evaluación de PISA 2006 (Program for internacional students assesment), la Argentina detenta, sobre los seis países latinoamericanos que participaron de la muestra, el nivel más bajo en lectura.
Es necesario, entonces, repensar nuevas estrategias para lograr una mejor enseñanza de la lectura en la escuela, que logre lo que la verdadera pedagogía de la lectura persigue: sembrar el deseo de leer (1).
 
El Ministerio de Educacion de la Nación, consciente del lugar que NO ocupa la lectura en nuestros niños, ha lanzado el llamado PLAN LECTURA, que se lleva a cabo en las escuelas, con el fin de que los chicos retomen este hábito. Más allá de que este plan sea por demás interesante y necesario, y que el gobierno se haga cargo de sus niños, algo tenemos que hacer nosotros.
La familia es siempre la primera formadora. Tal vez los papás tampoco tengamos la costumbre de leer, pero ello no implica que no les inculquemos a nuestros hijos que lo hagan.
 
Leer es mucho más que tener un libro en las manos. Es tomarse un tiempo para uno, es detener la vorágine de la vida para “alimentarse por dentro”, es asombrarse, divertirse, aprender, elevarse, abrir nuestros horizontes. Somos el libro y nosotros, nadie más. Leer a nuestros hijos, cuando todavía no pueden hacerlo por sí solos, es también un momento mágico, un acto de amor, donde no sólo los ayudemos a dormir con una linda historia, sino que, compartiendo un espacio de intimidad, les enseñemos a amar la lectura.
 
Quizá la más gratificante y eficaz estrategia para transmitir el gusto por leer es la lectura en voz alta. La voz de quien lee acerca a los otros, vence la distancia que a veces separa de la página, del libro cerrado, a un niño que aún no sabe leer o a un adulto que hace mucho o nunca ha leído por gusto. Así, la voz abre el libro e inaugura el camino de la lectura. Es una fuerza que trasciende, quizá porque al leer todo lo que somos llega a la voz: la lectura está cargada de nuestra intimidad. De ahí que la lectura en voz alta, además, fortalezca los vínculos entre quienes escuchan y quienes leen, expresa Carmen Bravo, de Fundalectura, Colombia (2).
 
Cuando abandonamos el hábito de leer o no lo adquirimos, perdemos mucho más de lo que creemos. Reflexionemos sobre este tema, que no es un tema menor, contribuye al crecimiento del ser humano y a su desarrollo. Comencé la nota como quien comienza un cuento. Me gustaría terminarla también como si fuera un cuento y pensar que tendrá un final feliz. Un final, donde el libro y el lector (tenga la edad que éste tenga) se reencuentran y son felices por siempre.

Desenroscando la información


Por Mela Bosch y Carlos Rojas *

Dos enfoques sobre Internet. Uno acerca de la labor periodística, el acceso a las fuentes de información y los resguardos que deben tomarse en tal sentido. Otro sobre los peligros que la Web encierra para los niños y niñas y las medidas para prevenirlos. Ambos hablan de aperturas y posibilidades. También de nuevas preguntas, desafíos y riesgos.

Periodismo es transmitir amenamente información basada en hechos ocurridos o a través de inferencia de datos, acontecimientos no acaecidos. Producida por seres humanos, la información siempre tendrá el sesgo subjetivo del informador que, a su vez, debe “encajar” dentro de una línea editorial y es incontrolable un atisbo de autocensura.

La aparición de la Web ha impuesto cambios en el hacer periodístico y en la actitud de los lectores ahora más activos. Los estereotipos de las fuentes de información cambiaron. Antes requerían un trabajo de campo riesgoso, a veces infructuoso. Los periodistas de ayer como los de hoy escriben contenidos y organizan información amena y legible, pero al interactuar en un medio tecnológico deben dejar en manos de diagramadores la parte visual específica. El público en la Web exige implementar aspectos de software y de comunicación visual: contraste, tipografía, colores y optimización de recursos Web como navegabilidad, accesibilidad, usabilidad.

También el seguimiento informativo cambió: para confirmar datos era necesario consultar con especialistas. Hoy el experto sigue siendo una fuente, pero no única. Es más sencillo entender y acceder a sitios que muestran datos estadísticos importantísimos. Lo que se definía como fuentes primarias cambió, una conversación en un chat, un foro, un blog, es una fuente de primera mano o la guía para saber dónde encontrar información fiel.

Ahora la duda es no sólo para los periodistas, sino para los lectores: ¿A quién creer en la jungla de la información?

En el clima electoral en EE.UU. de 2008, Brooks Jackson, con experiencia como enviado de Associated Press, Wall Street Journal y CNN, y Kathleen Hall Jamieson, docente de Comunicación y directora de la Annenberg Public Policy Center de la Universidad de Pennsylvania, publicaron un libro aún no traducido en español titulado Unspun. Algo así como desenroscar o destapar. El subtítulo es sugestivo: encontrando los hechos en el mundo de la desinformación.

Este trabajo que reúne la experiencia de un periodista y el enfoque teórico de una académica fue definido como manual para orientarse en el mundo de la información, pero para otros es un panfleto. Lo “panfletístico” está en la pasión del texto, la variedad de ejemplos cotidianos y, sobre todo, en la denuncia sin piedad de las manipulaciones realizadas, ya sea por las empresas de publicidad, los políticos y hasta a los críticos del sistema como Michael Moore.

El trabajo tiene la organización propia de un manual: una lista de señales que nos deben alertar respecto de la fidelidad de una información, sea periodística o publicidad, indica con ejemplos un repertorio de los trucos que se usan para manipular y concluye con una lista de reglas de oro para moverse en el mundo “desinformado”.

Los autores aplican estas reglas en su organización Fact check,http://www.factcheck.org, donde realizan seguimientos, cruces y denuncias en forma constante.

Las ocho reglas para informarse correctamente son, según Jackson y Hall:

1. No se puede estar nunca completamente seguro de lo que se lee.

2. Pero se puede estar bastante seguro, si se toman los recaudos suficientes.

3. Busque siempre la opinión compartida por los expertos.

4. Controle siempre las fuentes primarias.

5. Aprenda qué cosa cuenta realmente y aprenda a leer los datos.

6. Preste atención a quien habla y por qué habla.

7. Ver no quiere decir siempre creer (desconfíe de las imágenes).

8. Realice siempre controles cruzados para valorar la credibilidad de las fuentes.

La regla más uno: sea escéptico, no cínico.

Poseer instantaneidad y diversidad de información choca con el hecho de que puede provocar el derrumbe –ya sea del trabajo del periodista o de la sincera voluntad de saber del lector– si no somos críticos y metódicos. Lo que antes era el elixir periodístico –la abundancia de fuentes de información–, ahora requiere precaución.

La construcción de sentido en el periodismo siempre fue discursivo. Hoy una nota podría tener congruencia simplemente enlazando “links” en Internet, con algunos párrafos o frases encadenantes, y haciendo hincapié en lo visual. Las noticias podrían interpretarse, como hicieron los antiguos astrónomos con las galaxias, a través de su forma, color y contenido y este universo es un espacio inexplorado por muchos lectores y manipulado por tantos medios.

* Mela Bosch es lingüista y consultora en Milán. Carlos Rojas es periodista. Ambos son docentes de la Cátedra Tecnologías en Comunicación Social de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-122433-2009-04-01.html

Los malos están también en Internet y saben utilizarlo


La precaución como escudo. Este es el consejo que el presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo, da a los padres, además de los dispositivos que la tecnología pueda ofrecer, para evitar que los menores sean víctimas de los abusos en la Red.

Carmen Tapia - Diario de León.- | Entrevista a Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas en el Diario de León.

La Asociación de Internautas ha lanzado una campaña en Internet para proteger a los menores de contenidos inapropiados y situaciones de acoso, y evitar la difusión de sus datos personales y los fraudes en línea. Bajo el lema «Protección para tus hijos, confianza en línea para tod@s», la campaña incluye consejos y recomendaciones para padres e hijos, además de la distribución del software necesario para la seguridad básica.

-”¿Por qué esta campaña ahora?

-”Desde la asociación venimos haciendo distintas campañas desde el año 2001 y todas en la línea de ofrecer confianza y tapar un hueco que ahora mismo está abierto y es que nadie enseña a la gente a conectarse, navegar con confianza y las medidas mínimas de protección. Primero hicimos una campaña antivirus, luego los cortafuegos y ahora hay que hacer frente al fraude on line. Hay un déficit en cuanto a seguridad y protección de los datos, pese a que los niños están a la última en la cultura del clik, pero los padres no tanto. Hay mucha gente en Internet suplantando identidades, acosando y abusando de los menores. Hemos dado charlas a los padres para explicarles de qué va todo esto y transmitirles la idea de que sus hijos tienen que utilizar Internet con prudencia e información. Los menores son menores y cuando están conectados es como si estuvieran en la calle, sometidos a peligros.

-”¿Cómo puede la familia evitar esos peligros?

-”Hay que informar a los padres y a los tutores, que es donde vemos mayores carencias. Los padres identifican Internet como si fuera la televisión o la radio y no piensan que los menores son sujetos activos de la información. La familia tiene que asesorarse de los peligros que existen, de la legislación y como hacer un uso positivo de Internet.

-”¿Cuántos menores se conectan cada día a la Red?

-”Según distintas fuentes, hay 25 millones de usuarios y se calcula que el 40% son menores.

-”Internet es una puerta abierta al mundo, las 24 horas, ¿cómo poner puertas al campo?

-”Aquí hay dos cuestiones; una es la residencia y otra las escuelas. Nosotros vemos un déficit parecido en el conocimiento de maestros y maestras que en la familia. Tanto unos como otros minimizan los peligros y los beneficios de Internet. Esto es una herramienta y hay que utilizarla y muchos, por desconocimiento, van de un extremo a otro: o cortan Internet o dejan a los menores sin control. Lo que intentamos es ir por el camino de en medio, que es el más largo. Lo que recomendamos es que no dejen a los niños solos con el ordenador en la habitación, sino que los aparatos y los puntos de acceso a Internet en los domicilios tienen que estar en los sitios públicos, como salones, al lado del televisor, donde se pueda tener un cierto control. No estamos diciendo que sea como un estado policial, pero tiene que haber un control de las redes sociales y las mensajerías que maneja el menor.

-”¿Cuál es el camino largo?

-”La educación. El estar más con los niños y saber en todo momento lo que están haciendo. Puedes quitarte el problema de encima y poner filtros para que no accedan a determinadas páginas. Ese es el camino corto. Otro más corto todavía es cortar Internet, y eso podría ser la guerra total, es como invitarle a que se vaya de casa. El camino largo es controlar los contenidos a los que accede tu hijo.

-”Usted es padre y, además, conoce bien el mundo de Internet ¿cuál es su método?

-”Sentarme más con mi hija. Tener una idea de con quién habla por el menssenger, si son amigos y si los conoce físicamente o son otro tipo de personas. Hay que saber con quién está hablando, lo que hable son cosas suyas. Otro problema importante es la utilización de la imagen pública. Son los casos en los que llegan al extremo de grabar palizas y colgarlas. Ahora es muy fácil colgar una foto en Internet y se difumina la privacidad, incluso la legalidad. Si dejas a un menor solo ante ésto es como si lo abandonas en medio de la calle con una tarjeta de crédito. Internet es como la vida misma. Les explicamos a los niños que tengan precaución en la calle y que hay que echar la llave cuando se salen de casa. Pues aquí es lo mismo. Tenemos que organizar esta convivencia porque, de momento, estamos aprendiendo.

-”¿Cuáles son los aspectos positivos de Internet?

-”El sistema no es un fin, es una herramienta que permite la comunicación y el acceso a la información. Todos tenemos que poner de nuestra parte para utilizar esta herramienta correctamente, porque los malos están ahí, están cogiendo carrerilla, ya saben utilizarla, están todo el día dándole vueltas al fraude on line y a los acosos. Conviene que la sociedad, las instituciones y los jueces aporten ideas para la convivencia.

-”Cómo van a conseguir sus objetivos?

-”La campaña es on line. Ya nos ha mandado el primer artículo el presidente de la Agencia de Protección de Datos. Vamos a hacer asesoramiento on line, complementándolo con encuentros presenciales en las escuelas y en todos los sitios donde podamos hablar con las familias y los profesores. Los padres tienen que estar en alerta. En la campaña contaremos con las opiniones de los psicólogos, educadores y gente con experiencia. Esta semana incorporaremos nuevos artículos a la página de la asociación. Queremos que sea un punto de encuentro, participativo, con aportación de experiencias.

-”¿De qué alertan exactamente?

-”De los contenidos inapropiados a los que puede acceder un menor. También vamos a trabajar sobre la privacidad. Esto es muy importante porque aquí están involucrados todos los asuntos de las redes sociales, el messenger, los abusos y acosos.

Fuente: http://www.internautas.org/html/5344.html

6 may 2009

¿Hay democracia en Internet?


¿Más información equivale a más desarrollo? ¿Internet es un recurso que aporta a la democratización de los sistemas de información? ¿Es relevante la información que circula en Internet? ¿Quiénes pueden acceder a ella? ¿En qué condiciones? Son todas preguntas que contribuyen a interrogarnos acerca de si realmente hay democracia en Internet. Alfonso Gumucio Dagron aporta sus reflexiones para buscar respuestas.


Por Alfonso Gumucio Dagron *

Todavía estamos viviendo esa euforia de quienes piensan que Internet es la panacea para el subdesarrollo. Su influencia ha sido tan grande en el mundo que ha creado expectativas tan falsas como las que conocimos en los años sesenta cuando se alardeaba sobre los efectos de la “aguja hipodérmica” de la información y sobre la “difusión de innovaciones”.

La tesis subyacente es la misma hoy que ayer: más información permite más desarrollo. Se argumenta que las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación son instrumentos que permiten acceder a “toda” la información del mundo instantáneamente, así como también comunicarse en redes y crear espacios democráticos virtuales.


¿Más información, más desarrollo?
Detrás de la suposición de “a mayor información, mayor desarrollo”, hay un pensamiento que tiende a simplificar los problemas sociales, políticos, económicos y culturales del desarrollo. Pretender que la abundancia de información resuelve la pobreza o la achica es una ilusión, pues pasa por alto el hecho objetivo de que la pobreza es producto de la desigualdad social y de la negación de los derechos humanos elementales. El campesino de Guatemala es pobre no porque carezca de información sobre los más modernos métodos de agricultura o las nuevas semillas sino porque no tiene tierra. El niño trabajador en una maquila en Tailandia no permanece allí explotado y abusado porque no conoce otras opciones, sino porque no tiene otras opciones. Sus derechos elementales están violados porque la situación económica así lo determina. A él no le sirve de mucho obtener más información.

También es equivocada la idea de que Internet puede “transmitir conocimiento”, ya que el conocimiento no se transmite, solamente la información se puede trasladar. El conocimiento se adquiere mediante un proceso de reflexión individual y colectiva, en el cual la información externa es solamente una parte complementaria a la cultura, el contexto propio, la experiencia vivida, las relaciones sociales y el propio conocimiento local.
Pero además, ¿de qué información estamos hablando en Internet y cuánta de esta información es útil y fácil de obtener? En varias ocasiones he escrito que el 90 por ciento de lo que hay en la red (www) es irrelevante para el 90 por ciento de la población mundial. Hay quienes opinan que ese porcentaje es aún mayor. Es irrelevante no solamente por su contenido, sino porque, como sabemos, la gran mayoría de la información que existe en la red está en inglés.

Pero, además, hay un tema de acceso que va más allá del idioma y del interés del contenido potencial: quienes tienen la posibilidad de acceder a una conexión de banda ancha que les permite buscar información en Internet no son los más pobres y necesitados. Según varios estudios, en los “telecentros” de diversa índole que la cooperación internacional se esfuerza en instalar en los países más pobres, son los jóvenes estudiantes los que ocupan las computadoras, y no precisamente para satisfacer su sed de información sino para usar los programas de chat o los juegos. Aun en el Tercer Mundo, hay un usuario “típico” de los telecentros, cuyo perfil no corresponde al que imaginamos cuando hacemos esos proyectos.


Las redes virtuales y la democracia
Si bien el potencial de Internet para formar redes virtuales es inmenso, éstas no pueden sustituir las redes reales entre personas. Dice Jesús Martín Barbero: “Estamos ante la más tramposa de las idealizaciones, ya que en su celebración de la inmediatez y la transparencia de las redes cibernéticas lo que se está minando son los fundamentos mismos de ‘lo público’, esto es, los procesos de deliberación y de crítica, al mismo tiempo que se crea la ilusión de un proceso sin interpretación ni jerarquía, se fortalece la creencia de que el individuo puede comunicarse prescindiendo de toda mediación social, y se acrecienta la desconfianza hacia cualquier figura de delegación y representación” (Martín Barbero, Jesús (2001), “Reconfiguraciones comunicativas de lo público” en Análisis, 26. Barcelona).


Las redes virtuales son redes de convocatoria pero no redes de compromiso a largo plazo. No existe en ellas el mismo grado de construcción de capital social y humano. Pueden ser redes detonantes de procesos, pero también redes que neutralizan procesos porque muchas veces no convocan a la acción sino a la pasividad y el facilismo de la comunicación virtual. En la mayoría de los casos, las redes actuales son simplemente una suma de individualidades, en lugar de una articulación de personas que dinamizan los cambios sociales. Y muchas redes son simplemente espacios de intercambio de información, a veces tan saturados de ella que es imposible hacer un seguimiento eficaz. En Internet, la abundancia de información se ha convertido en algo similar a la carencia absoluta, pues no hay prioridades ni jerarquías, la masividad esconde la búsqueda de calidad y pertinencia.

Los espacios democráticos virtuales son útiles como espacios de intercambio sin censura, pero también pueden tener una función catártica y desmovilizadora. La conquista del espacio público no debe empezar y/o morir en Internet. El único espacio público real es el de la sociedad sobre la que hay que actuar a través de mediaciones sociales, no tecnológicas. Internet no puede sustituir el espacio público de las expresiones colectivas porque tiende a perder en el camino la perspectiva de nación para reducirla a la de grupos de interés y porque devalúa la representación de la diversidad y de las diferencias.



¿Qué Internet se necesita?
No cabe duda de que las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación son parte de nuestro presente y futuro inmediato. No se trata de rechazarlas, en absoluto, sino de diseñarlas desde abajo para que promuevan las necesidades del desarrollo, de la cultura, de la comunicación intercultural y de la defensa de los derechos fundamentales (y no a la inversa).


La tecnología está allí, al alcance de todos, y se transforma permanentemente: es más accesible por su facilidad de uso y tiene un costo cada vez menor. El problema está en el contenido. En lugar de un gran océano de información “salada”, necesitamos lagunas de agua fresca para alimentar las necesidades específicas de las comunidades geográficas, culturales o de interés. Esto significa que de la misma manera que la planificación para el desarrollo no puede generarse de manera ajena a los interesados, tampoco la información o la estructura de las redes debe ser impuesta desde afuera.

En Internet, como en cualquier proceso de comunicación, con cualquier instrumento o tecnología, valen las mismas condiciones indispensables de apropiación del proceso comunicativo. Estas condiciones mínimas y esenciales son: 1) la generación de contenidos locales útiles a la comunidad específica, que tome en cuenta el conocimiento local; 2) la pertinencia lingüística y cultural; 3) la apropiación del proceso comunicacional a través de una participación en la toma de decisiones (es decir, que no se limite al “acceso” de los usuarios); 4) el uso de tecnologías apropiadas, suficientes y adaptadas a las necesidades reales (y no sobredimensionadas, como sucede con tanta frecuencia); y finalmente, 5) la convergencia tecnológica y social (rescatando la experiencia ya existente).

Este último punto es importante subrayarlo, porque al no ser tomado en cuenta, es una de las principales razones para el fracaso de cientos de proyectos de nuevas TIC (tecnologías de información y comunicación) en el Tercer Mundo. La convergencia tecnológica, con la radio comunitaria por ejemplo, es fundamental. Las nuevas TIC tienen todavía muchísimo que aprender de los 60 años de historia de las radios comunitarias de América latina, que son ejemplos de participación y de sostenibilidad.

La convergencia social, organizativa e institucional se refiere a la necesidad de que los proyectos de nuevas TIC no aterricen en paracaídas sobre las comunidades, como iniciativas dispersas y ajenas a la vida cotidiana, sino que se inserten en otras iniciativas ya existentes de las que se puede aprender y a las que se puede potenciar. Organizaciones sociales (un sindicato, una agrupación de mujeres o jóvenes) o una institución (una biblioteca pública, un proyecto de educación no formal o de salud), son espacios lógicos para la convergencia social.

* Comunicador e investigador boliviano, especialista en comunicación y desarrollo.

Una nueva forma de sociedad


Por: PILAR REGO

Estamos inmersos en una nueva forma de sociedad, la llamada sociedad red, que posibilita nuevos procesos sociales a través del desarrollo de nuevas formas de relación que transforman la virtualidad en realidad.
Internet es un fenómeno de extraordinaria importancia; es mucho más que un medio de comunicación, de interacción y de organización social; es un eficaz instrumento de participación ciudadana.

La mayor parte de movimientos sociales y políticos utilizan Internet como herramienta para la movilización social.

¿Se puede hablar de una cultura propia de Internet?
No se puede negar que Internet forma parte de los usos y costumbres del denominado “primer mundo” y que en el momento actual nos enfrentamos a un nuevo reto: la cultura en Internet.

En el ámbito de la antropología, donde todo forma parte de la cultura, se le da un lugar importante como instrumento de difusión y como objeto cultural.

Internet es fuente de creación, de nuevos modos de participación interactiva, donde ya podemos encontrar obras literarias que presentan rasgos específicos de la cultura multimedia.

En la actualidad numerosos artistas trabajan directamente en la Web donde se produce un estallido creativo, hay producciones cinematográficas hechas para Internet, literatura específica, festivales de cine on-line...

La alfabetización digital
Estamos ante un nuevo tipo de analfabeto, ya no es suficiente saber leer y escribir para comprender la realidad, es necesario disponer de los instrumentos necesarios para decodificar los mensajes de los medios,


Términos como educomunicación, ciberespacio, son actualmente de uso cotidiano; manejamos bases de datos electrónicas en las que intercambiamos y distribuimos documentos que integran texto, imagen y sonido, lo que nos obliga a utilizar un lenguaje específico que sirva de punto de encuentro entre el lenguaje verbal y el audiovisual y que implique la capacidad de decodificar, evaluar y comunicarse en diversos medios: vídeo, ordenadores, radio, prensa, televisión…

La interactividad es un concepto inseparable del entorno multimedia que nos conduce a una imprescindible alfabetización digital que capacite para leer y escribir multimedia.

Es necesario adquirir la formación audiovisual suficiente para analizar de forma crítica lo que se ve. En palabras de Agustín García Matilla:“Al igual que sucede con la lecto - escritura, saber leer y escribir con imágenes, saber leer y escribir con las tecnologías multimedia, nos hace ciudadanos más libres. Estas nuevas competencias comunicativas amplían el horizonte de libertad”

Las TIC y sus implicaciones educativas
A las TIC se les atribuyen unos recursos didácticos que es posible que no sean del todo reales, no podemos asumir sin más que favorecen el aprendizaje con sólo integrarlas curricularmente porque para alcanzar la alfabetización digital, parte integrante de la educación multimedia, es necesario aprender tecnología digital y lenguajes multimedia.

La enseñanza que prima el aprendizaje de contenidos es una enseñanza incompleta; es necesario potenciar la selección, clasificación y valoración de la información con la incorporación a la educación formal de los nuevos lenguajes.

Se plantea la necesidad de una alfabetización audiovisual y de una educación para los medios para interpretar correctamente los mensajes de la comunicación audiovisual que no puede reducirse a la incorporación de nuevos instrumentos tecnológicos ya que ya que el lenguaje verbal y el lenguaje audiovisual son sustancialmente diferentes.

La administración educativa española apuesta por la inclusión de la educación en medios de comunicación en los diseños curriculares. En los objetivos de etapas y ciclos, así como en las distintas áreas se recoge el uso de los medios de comunicación como nuevos contenidos relevantes, como instrumentos de conocimiento e interpretación del mundo y como nuevos medios tecnológicos accesibles a todos.

Agentes educadores
Los medios de comunicación son agentes educadores y entre ellos la televisión ocupa un lugar importante, es un componente esencial de la vida humana moderna, es una ventana abierta al mundo. La televisión actúa sobre los espectadores pero también sobre los otros medios. La televisión es hoy uno de los factores más influyentes en la socialización del individuo junto con la escuela y la familia; está presente en todos los ámbitos de nuestra realidad, resulta imprescindible saber ver, seleccionar e interpretar contenidos para que pueda cumplir su papel como medio de apoyo a la comunicación.

Podemos diferenciar tres tipos de programas relacionados con le televisión educativa: programas instructivos, experiencias de carácter no formal que incorporan objetivos educativos y programas que no tienen intencionalidad educativa explícita. En sus orígenes la televisión educativa fue heredera de la radio educativa.

Se llegó incluso a pensar que la televisión podría suplir el trabajo de aula. En los orígenes de la televisión en España hubo una cierta inclinación a los contenidos educativos en su programación. Incluso se llevó a cabo una experiencia de televisión escolar que fue sustituida por una nueva programación destinada a la educación de adultos.

El actual marco normativo de la televisión se ve afectado por la digitalización, la convergencia de tecnologías y servicios. La tendencia legislativa tanto a nivel comunitario como nacional es la de poner orden en el caos normativo del sector audiovisual. Los cambios que se van a operar en los próximos años en la tecnología de la televisión van a ser decisivos también para los contenidos. Las nuevas posibilidades que se abren, a través de las nuevas tecnologías hacen necesaria una reflexión sobre el futuro de la televisión.

El impacto educativo de la imagen
Las imágenes o archivos gráficos están incorporados al entorno gráfico de las aplicaciones informáticas. Las imágenes ofrecidas por la tecnología audiovisual resultan atractivas por su rapidez de transmisión y comunicación. Desde su presencia en todos los ámbitos de la sociedad, la representación se convierte en una constante en nuestra forma de relacionarnos y en un medio que cautiva nuestra atención. La imagen tiene un poder de fascinación muy útil en el ámbito educativo. Sus estímulos refuerzan cualquier tipo de aprendizaje. Los medios audiovisuales ayudan a comprender, a reforzar la información y a motivar al alumno pero a la vez modifica el papel y las funciones del docente. Desde las nuevas tecnologías se puede mejorar la práctica del medio educativo porque educar para la comunicación significa desarrollar el pensamiento crítico.

Los medios como recursos para la mejora de la calidad educativa
Los medios de comunicación social son ya parte de nuestro “universo cotidiano”: trabajo, relaciones familiares, tiempo de ocio... En la sociedad contemporánea hay que preparar a los ciudadanos a ser críticos y reflexivos con las actividades a las que más horas dedican durante el día: televisión y medios de comunicación. La escuela hasta ahora ha vivido de espaldas a los medios. Muchos docentes todavía utilizan la pizarra y los libros de texto como únicos medios y recursos para el aprendizaje, mientras que sus alumnos están inmersos en la revolución tecnológica. Ha llegado la hora de la implementación en el aula de la educación en medios de comunicación. Los medios son una fuente inagotable de motivación, de información, de conocimiento…

La escuela tiene que asumir el nuevo reto que supone la educación en medios de comunicación como un eje transversal, presente en todo el currículum escolar en todos los niveles educativos. Tiene que fomentar la cultura comunicativa necesaria para fomentar lectores, receptores y telespectadores críticos, capaces de conocer los nuevos lenguajes audiovisuales y capaces de expresarse de forma autónoma y creativa.

Pilar Rego es Educadora Social y bloggera

5 may 2009

Las bibliotecas escolares



Por: Moncho Ramos Requejo

Son muchos los factores que intervienen en la llamada ‘calidad de la educación’. Las bibliotecas escolares, aunque ha cambiado radicalmente en su organización a través de la historia, siguen siendo uno de los elementos más decisivos de la ‘pedagogía activa’.





Los promotores clásicos de la pedagogía activa, del autoaprendizaje, encontraron en las bibliotecas escolares y en los centros de recursos pedagógicos el actor principal para el desarrollo y la modernización. La correcta dotación y la inteligente utilización de las bibliotecas suponen un desarrollo importante de una pedagogía cuyas características afectan al maestro, alumno y al medio social. El maestro pasa a ser el ‘organizador’ de las formas y contenidos del aprendizaje y adecuarlo a la identidad de cada persona.

El estudiante orienta su vitalidad a la creación de su personalidad mediante el autoaprendizaje. El medio ecológico debe ser el ‘libro’ que estudien los escolares y de mañana. Todo ello supone un cambio profundo en el comportamiento de los docentes y de los estudiantes. La experiencia ha enriquecido aquellas primeras intuiciones de los clásicos.

Las bibliotecas escolares, la concepción del mundo como el libro de la vida, requiere algunos presupuestos; destaca una dimensión del aprendizaje como ‘aprender a aprender’. Se refuerza así la autoridad del profesor al promocionar la autonomía del alumno. No de otra manera el alumno podrá avanzar tutorizado, sin olvidos ni abandonos, al ritmo que le exigen los avances sociales. Sólo cuando una sociedad, tomando conciencia de la transición, pasa a promoverla y no sólo a tolerarla, es cuando comienza a presentar las características de lo que legítimamente se llama desarrollo.

Las bibliotecas escolares han de ser instrumentos de modernización. En casi todas las situaciones históricas concretas se realizó la modernización como un proceso de rotación de información, de circulación de conocimientos e ideas en la sociedad humana.





Fuente: http://www.laregion.es/noticia/89147/cartas/director/
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