24 feb 2011
Documentan “bullying” en contra de maestros
La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) documentó los primeros casos de una nueva modalidad de bullying que se registra en la zona metropolitana del Valle de México, en los cuales las víctimas no son estudiantes, sino el profesor mismo.
Antonia Lagunas Ruiz, experta en psicología del organismo, dijo que se trata de una reciente “variación” de esta expresión de violencia escolar, en la cual las agresiones y acosos continuos se centran en los maestros frente a grupo y los victimarios son los alumnos.
Aseguró que de los 50 casos de bullying que se atendieron entre 2010 y enero del presente año al menos media docena se relacionaban con este tipo de agresión en particular, en la que inusitadamente participa todo el salón de clase o su gran mayoría.
Un diagnóstico realizado por la Codhem al atender los casos reportados por los maestros o autoridades educativas de las escuelas permitió establecer algunos puntos de conexión, como el hecho de que los profesores-víctimas habían perdido “autoridad” frente a su grupo, por distintas circunstancias.
Sin embargo hubo otro factor atribuible quizás a la “mala suerte”, ya que en los grupos donde los estudiantes se convirtieron en hostigadores se descubrió que el azar reunió en una misma clase a “los peores alumnos” de un mismo centro educativo.
Los casos estudiados determinaron que los “agresores” tenían una personalidad altamente agresiva, contrastante con profesores tranquilos, profesionales y con poca experiencia, lo cual los convirtió en blancos vulnerables.
Los maestros a su vez, al llegar a un punto sin retorno y con alumnos totalmente fuera de control, se vieron obligados a pedir ayuda y en algunos casos fueron enviados directamente al servicio siquíatrico, ya que algunos presentaron severos cuadros de depresión, estress, insomnio, ansiedad, pánico e incluso accesos de terror.
Lagunas Ruiz destacó que los agredidos no sólo estuvieron a punto de renunciar a su vocación académica, sino que también enfrentaron una “alteración generalizada de su vida personal” y tuvieron que lidiar con una profunda sensación de fracaso personal, a consecuencia del bullyng que sufrieron.
Mis “inolvidables” niños
Camino a la escuela, a la profesora Norma la asaltaba un súbito miedo, las manos comenzaban a sudarle, su corazón se aceleraba y en ocasiones hasta le faltaba el aire… era la emoción de ver a “sus niños”. A las 9:10 horas, después de la formación, ahí estaba de nuevo, cómo olvidarlo. La clásica bienvenida de “Buenos días querido profesor” estallaba en un súbito ataque de proyectiles, abucheos, groserías e insultos.
Las amenazas de castigo, los “siéntense”, “callénse” y los “te voy a llevar a la dirección”, sólo provocaban más abucheos, remedos y carcajadas.
Después vinieron las bromas pesadas, como esconderle su bolsa, tirar su lunch a la basura y ver a uno de sus niños orinando frente a todos. En ese momento supo que necesitaba ayuda.
Personal del organismo se trasladó a la escuela. “Les pedimos a los alumnos que se comportaran como si estuviera presente el maestro y nos sorprendimos que todos comenzaron a lanzar papeles y proyectiles de todo tipo, comenzaron a gritar groserías e ignorar toda instrucción”, relata la funcionaria.
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