26 oct 2012
Individuos estresados y sin poder se infartan más
Por: Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian
Las personas que tienen una carga laboral muy exigente y poca libertad para tomar decisiones presentan un mayor riesgo de desarrollar infarto de miocardio, en comparación con los individuos que presentan un nivel bajo de estrés en el trabajo.
Así lo señala un estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet, en su edición en línea del 14 de septiembre de 2012, realizado por un grupo de investigadores británicos del departamento de Epidemiología y Salud Pública de la University College London (UCL).
Los autores analizaron los datos de 13 estudios europeos realizados entre 1985 y 2006 que habían evaluado la incidencia y las características del estrés laboral en 197.473 hombres y mujeres, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular. Los trabajadores procedían de Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Países Bajos, Suecia y el Reino Unido.
Al inicio del estudio los participantes respondieron una serie de preguntas relacionadas con las demandas que les imponía el trabajo, la carga laboral que tenían que afrontar, el tiempo del que disponían para completar sus tareas y el grado de libertad para tomar decisiones.
De todos los participantes, 30.214 (15%) reportaron sentirse estresados en sus trabajos, debido a una carga laboral excesiva y poca libertad en la toma de decisiones.
El estudio reveló que cerca de 2.400 participantes presentaron su primer infarto de miocardio (no mortal) en el transcurso de los primeros siete años y medio de seguimiento.
Los autores observaron que después de hacer los ajustes estadísticos para otros factores como edad, sexo, estilo de vida y estatus socioeconómico, los participantes que reportaron poca libertad en la toma de decisiones y exceso de estrés laboral presentaron un incremento de 23% del riesgo de presentar el primer evento de infarto de miocardio, versus los participantes que no reportaron estrés laboral.
El estudio no demostró que el estrés laboral causaba infarto de miocardio, solo señaló una asociación entre ambos parámetros.
El riesgo atribuible a la población general de desarrollar infarto de miocardio asociado al estrés laboral fue de 3,4%, por lo tanto, si la relación fuera causal la tensión laboral sería responsable de una proporción importante de los casos de infarto de miocardio entre los trabajadores.
Sin embargo, el impacto del estrés laboral en la salud cardiovascular parece ser de menor relevancia si se compara con otros factores de riesgo de enfermedad de las arterias coronarias como el hábito de fumar y la inactividad física, que son responsables de 36% y 20%, respectivamente, de los casos de infarto de miocardio.
Los autores concluyeron que la tensión laboral está asociada con un pequeño, pero consistente incremento del riesgo de presentar el primer evento de infarto de miocardio.
Otro estudio publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academies of Sciencesdemostró que los líderes que ocupaban posiciones de alto nivel en las organizaciones presentaban una mayor sensación de control y menos manifestaciones de estrés y ansiedad, en comparación con los individuos que trabajaban en los niveles intermedios y bajos de la escala laboral.
Por ejemplo, un alto ejecutivo que tiene que tomar con frecuencia decisiones importantes tendría una mayor percepción de control y estaría menos expuesto a presentar estrés laboral crónico, en comparación con un individuo que trabaja como operario en una línea de montaje que no tiene la atribución de tomar decisiones y, por lo tanto, experimenta poca o ninguna sensación de control.
Lidiar con el estrés laboral es un asunto de responsabilidad compartida
La tensión laboral puede contribuir indirectamente a aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad de las arterias coronarias a través de respuestas conductuales como la depresión, consumo de cigarrillos, aumento de la ingesta de alimentos de alto contenido calórico, abuso del café y de las bebidas energéticas con concentraciones elevadas de cafeína, además del uso de drogas recreacionales como la cocaína.
Por otra parte, el estrés laboral sostenido conduce a la activación crónica de la respuesta fisiológica al estrés, lo cual incrementa la producción de diversas hormonas, entre ellas el cortisol (hormona del estrés), y puede ocasionar una serie de alteraciones hemodinámicas como el aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, además de producir trastornos metabólicos y alteraciones de la función vascular.
No podemos deshacernos del estrés laboral y, por otra parte, tampoco podemos prescindir de nuestros empleos, así que tenemos que encontrar la manera de lidiar y neutralizar los efectos de la tensión excesiva en el trabajo.
• Realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico vigoroso.
• La práctica del yoga y las técnicas de relajación son altamente recomendables.
• Apartar tiempo de ocio para las actividades de recreación.
• No permitir que el trabajo interfiera con la vida privada y de la familia.
• Evitar, en lo posible, el uso exagerado de los dispositivos electrónicos “fuera de horario”.
• No fumar.
• Consumir alimentos saludables y no saltarse las comidas.
• Las personas que laboran en posiciones de nivel intermedio pueden disminuir sus niveles de estrés si logran establecer límites en ciertas áreas de su trabajo, para no sentirse abrumados
• Contar con una red de apoyo social.
Por otra parte, las empresas también deben asumir cierta responsabilidad para asegurar que sus empleados no estén sobrecargados de trabajo, ya que la productividad decae si las personas se sienten abrumadas y estresadas.
Las organizaciones deberían ofrecerle a su personal espacios apropiados para realizar ejercicio. Actualmente, muchas corporaciones tienen gimnasios y motivan a sus empleados, a través de ciertos beneficios laborales, a usar de modo regular esas instalaciones.
Los médicos tratantes, igualmente, deberían interesarse por el grado de estrés laboral que experimentan sus pacientes y evaluar la capacidad que estos tienen para afrontarlo y, en caso de ser necesario, referirlos a los profesionales del área de salud mental.
En otras palabras, el control del estrés laboral es un asunto complejo que compete a empleados, empleadores y profesionales de la salud.
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