7 oct 2013
El tamaño de las personas
Por: Hanna Arranz
Los tamaños varían conforme el grado de compromiso.
Una persona es enorme para uno, cuando habla de frente y
vive de acuerdo con lo que habla, cuando trata con cariño y respeto, cuando
mira a los ojos y sonríe inocente.
Es pequeña cuando sólo piensa en sí misma y le hace creer
a los demás que piensa en ellos, cuando se comporta de una manera poco genial,
cuando no apoya, cuando abandona a alguien justamente en el momento en que
tendría que demostrar lo que es más importante entre dos personas: la amistad,
el compañerismo, el cariño, el respeto y el amor.
Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida,
cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo.
Cuando trata de entenderte aunque no piense igual.
Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende,
cuando se coloca en lugar del otro, cuando obra no de acuerdo con lo que
esperan de ella, sino de acuerdo con lo que se espera de sí misma.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por
comportamientos clichés. Cuando quiere quedar bien con todos, cuando maneja a
la gente como un titiritero y lamentablemente siempre hay gente que no tiene
convicciones y se deja manejar...
Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez
dentro de una relación, puede crecer o disminuir, en un corto espacio de
tiempo.
Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía
grande.
Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que
parecía ser infinito.
Una decepción puede terminar con el respeto por alguien.
Una acción correcta puede enaltecer a otros.
Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se
agigantan y se encojen a nuestros ojos. Ya que nosotros no juzgamos a través de
centímetros o metros, sino de acciones y reacciones, de verdades o falsedades,
de expectativas y frustraciones.
Una persona es única al extender la mano y al recogerla inesperadamente,
se torna otra.
El egoísmo unifica a los insignificantes, a los
perdedores, a los falsamente llamados diplomáticos.
No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un título
o mucho dinero lo que convierte a una persona en grande...es su honestidad, su
decencia, su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los
demás.
Por su sensibilidad sin tamaño.
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4 comentarios :
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo, hay gente así!!!
Después de leer "el tamaño de las personas" esto reviso la lista... y reflexiono...
¡Cuántos hipócritas alcahuetes me rodean! Pero lo bueno es que hay de los otros, esos que dan la cara, son humildes, sencillos y de distintas formas luchan por la justicia y la verdad. ¡EXCELENTE!
Alberto
Muy cierto lo dicho en el artículo "El tamaño de las personas", pero lo bueno es que entre tanta gente pequeña, encontramos también gente grande que nos enseña a ser mejores personas. Es bueno leerlo también para mirarnos en nuestro propio espejo. Muy bueno!!!!
Graciela
Es cierto hay gente pequeña de éspiritud, pero hay q saber "ver" y "distinguir" a las verdaderamente grandes!!! Silvia
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