2 feb 2016
¿Es licito espiar la computadora de su hijo?
“Tengo que conocer las claves del email de
mis hijos: no es cotillear, es protegerles", argumentan muchos padres.
"No se debe espiar: es mejor hablar en confianza", responden otros.
Los expertos y la ley tampoco se ponen de acuerdo.
La
tentación fue más fuerte que Estefanía. Empujada por el sentido de protección y
el miedo ante los casos de ciberacoso y todo tipo de delitos informáticos con
menores, decidió espiar qué hacía su hijo David, de 15 años, durante las horas
que pasaba en Internet.
No le
valió con registrar el historial del ordenador. Como madre preocupada, quería
más. Así que no lo dudó: decidió abrirse cuentas falsas en las redes sociales
bajo el nombre de Sara, una amiga del colegio de David y, además, probó durante
días una y mil contraseñas hasta que logró acceder a su cuenta de correo
electrónico. "No estoy fisgando, le estoy protegiendo", se repetía
Estefanía.
David
picó en el anzuelo y tampoco dudó en aceptar la invitación en Facebook de la
falsa Sara, ese perfil de apariencia amistosa pero piel de madre. Estefanía no
tardó ni un segundo en lanzarse a inspeccionar las fotos y comentarios de su
hijo, mientras comprobaba de vez en cuando qué emails intercambiaba con otros
amigos. Sólo entonces pudo respirar tranquila y asegurarse de que David era un
niño normal y que nadie acechaba su integridad.
Pero el
daño ya estaba hecho. Porque David, que en cuestiones de tecnología domina
mucho más que su madre, se dio pronto cuenta del engaño. De esto hace casi un
año, pero aún hoy le dura el enojo, la desconfianza y la impresión de que no
tiene intimidad en su propia casa.
¿Tiene
fundamento el enfado de David?¿O hizo bien Estefanía en asegurarse de que su
hijo hacía un uso correcto de Internet? ¿Es fisgoneo o protección de los
menores?
EL DEBATE
Las
respuestas están divididas, tanto entre padres como entre expertos. Entre los
primeros, Irene, otra madre que podría replicar el caso de muchas otras en
España, recuerda que, si bien primero optó por abrirse un perfil falso para
cotillear la actividad de su hija en Internet, finalmente decidió decirle la
verdad. Le explicó que necesitaba estar segura de que no corría peligros en el
universo online y su hija, confiando en ella, le hizo amiga en las redes
sociales.
Esa
confianza es la clave para muchos expertos. "El papel de detective no
compagina bien con el de padre o madre", advierte Luis Rojas Marcos,
psiquiatra y profesor en New York University. Entiende que fisgar es
"contraproducente", pues mina la confianza y la comunicación abierta.
"Si la forma de saber con quién anda nuestro hijo es espiar su ordenador y
teléfono, debemos cuestionarnos la calidad de nuestras relaciones, comunicación
y convivencia", añade.
¿Su
consejo? "Alertar desde los 8 ó 9 años de que si bien la web y las redes
sociales permiten disfrutar de las relaciones con la gente que está lejos y
aprender, todo lo que comunicamos a través de las redes se convierte en un acto
público que se graba en la web para siempre".
Para
Larry D.Rosen, doctor y profesor de Psicología en la Universidad Estatal de
California Dominguez Hills e investigador en tecnología, la confianza "es
una parte crucial de la crianza sana". "El espionaje online sería
similar a seguir antiguamente a un hijo hasta un centro comercial y escuchar a
escondidas las conversaciones con sus amigos". "Eso demuestra que
usted no confía en su hijo y, si eso sucede, lo que se debe hacer es establecer
límites y fronteras en el uso de Internet de sus hijos".
Su
recomendación es "permitir a los adolescentes un cierto tiempo cada día para
usar Internet, con un acuerdo previo, de forma que un buen comportamiento puede
ser recompensado con tiempo extra".
Al igual
que Rojas Marcos, cree que optar por lo contrario, por el espionaje, es
contraproducente, pues entiende que para un adolescente es muy fácil encontrar
vías alternativas para escapar del control de sus padres, bien abriendo cuentas
con otros perfiles o bien usando Internet en casa de un amigo.
CONTROL
No sigue
la misma línea Bryan Vartabedian, pediatra en Baylor College of Medicine (en
Texas) y una de las voces influyentes en EEUU sobre tecnología y medicina, que
aboga por instalar un software para controlar las redes sociales. Entiende que
es una responsabilidad de los padres vigilar el uso de estas herramientas.
También
al otro lado del Atlántico, Randi Zuckerberg, una experta reconocida a nivel
mundial en estas cuestiones y hermana del fundador de Facebook, Mark
Zuckerberg, explica que "no reconocemos que tenemos derechos como padres
en las cuentas de nuestros hijos". La directiva, que pilota la consultora
Zuckerberg Media, aboga por un pacto con los hijos para tener acceso a todas
sus contraseñas. "Con el ciberacoso y los depredadores en línea y el
riesgo de problemas de salud moral debido a un mal uso de Internet, navegar por
las aguas de la red pueden ser la mayor pesadilla para un padre... Por eso es
importante tener sus contraseñas, para prevenir el desastre y
organizarse".
QUÉ DICE LA LEY
Aunque
estas prácticas pueden chocar con el ámbito legal. "No se puede
espiar", alertan desde el equipo de expertos en informática y protección
de menores de S2 Grupo, especializado en la seguridad de los procesos de
negocio. "Los menores tienen derecho a la intimidad personal, así como a
la inviolabilidad de la correspondencia y al secreto en las comunicaciones, lo
que quiere decir que sus Whatsapp, sus mensajes de Facebook o sus correos
electrónicos son suyos y no se pueden espiar libremente, tal y como indica la
Ley Orgánica 1/1996 de protección jurídica del menor", indica este equipo
en un completo blog.
"Si
has obligado a tu hijo a que te dé la contraseña del correo electrónico, si
quiere hacer algo malo nada le impide crearse una nueva cuenta secreta desde la
que hará y deshará a su voluntad, mientras papá y mamá están entretenidos revisando
el correo equivocado", alertan.
Pero
incluso el ámbito jurídico presenta controversias. El Instituto Nacional de
Ciberseguridad de España avisa de que "las herramientas de control
parental, que sirven para restringir y monitorizar el uso que hace el menor de
Internet, suponen una intrusión en la intimidad del menor". "Pero son
perfectamente legales".
La
afirmación no está libre de matices, porque el Código Civil también tiene algo
que decir al respecto. Lo hace en los artículos 154 y 155, donde, entre otras
cuestiones, dicta que los hijos no emancipados están bajo la potestad de los
padres. "La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos,
de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y
psicológica", sentencia. "Esta potestad comprende los siguientes
deberes y facultades: 1.º Velar por ellos, tenerlos en su compañía,
alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral. 2.º
Representarlos y administrar sus bienes (...). Los padres podrán, en el ejercicio
de su potestad, recabar el auxilio de la autoridad".
EL SENTIDO COMÚN, LA CLAVE
"Los
menores tienen derecho a la intimidad aun cuando no están emancipados, otra
cuestión es si los padres pueden espiar o exigir una contraseña", explica.
Su conclusión: "No está demasiado claro, al final manda el sentido común y
lo mejor es poner normas a la hora de darle un dispositivo", agrega.
El
abogado entiende que no hay problemas si la supervisión entra dentro de lo
razonable y necesario para una finalidad concreta. Recuerda la jurisprudencia
al respecto en el ámbito laboral y señala que se puede supervisar al menor
"si la finalidad es velar por la seguridad y no la mera inspección".
SÍNTOMAS DE UN NIÑO ADICTO A LA TECNOLOGÍA
"La
adicción se manifiesta en una obvia y persistente incapacidad para
desconectarse de la web en al menos 3 meses", explica Luis Rojas Marcos.
Como consecuencia, la dependencia interfiere en las actividades escolares,
físicas o emocionales propias de la edad, sufriendo además alteraciones del
sueño y del apetito. Otros motivos de alarma son "el aislamiento
social, desasosiego, irritabilidad y decaimiento del vigor físico e
intelectual".
Si
detecta que esto sucede, el psiquiatra aconseja "sentarse y compartir con
tranquilidad y comprensión con el pequeño sus observaciones y cómo su
dependencia está afectando negativamente su vida". "Los padres deben
considerar la adicción como un problema a tratar y no como una conducta a
castigar y deberán evitar acusaciones que resulten en discusiones desagradables
y en la negación del problema por parte del menor".
Después,
una vez que el pequeño ha reconocido que tiene un problema de dependencia, el
paso siguiente, según el experto, consiste en llegar a un acuerdo verbal y
escrito sobre un plan razonable que el menor acepte para disminuir
progresivamente el tiempo que dedica a la web. "El plan deberá de ser
controlado por el hijo y los padres semanalmente", apunta, "y si
después de un periodo de seis meses no hay mejora, aconsejo consultar
con un psicólogo con experiencia en este tema, cada día más frecuente".
RECETAS DESDE FACEBOOK Y TWITTER
Para
mediar en este debate, las redes sociales están desplegando sus propias
recetas para fomentar la seguridad en Internet. Facebook ha diseñado
"muchas herramientas para recordar a los menores con quién están
compartiendo y limitar la interacción con extraños". Por ejemplo,
"facilitamos información educativa sobre qué significa publicar para una
audiencia pública y protegemos información sensible para que no aparezca en las
búsquedas de contenido público, como datos de contacto, colegio, fecha de
cumpleaños...", explican fuentes de la red social.
Al
tiempo, si alguien sabe que un perfil corresponde a un menor de 14
años (la edad mínima legal), "le pedimos que denuncie la cuenta para
que podamos eliminarla". "Hemos oído que en muchas ocasiones los
padres registran a sus hijos menores y eso supone un problema de difícil
solución", añaden. La educación y el conocimiento son asimismo
las claves para Twitter, que fija la edad mínima en 13 años y también cierra
una cuenta si no se cumple ese requisito. Su último esfuerzo es el Centro
de Seguridad, donde "cualquier persona puede aprender acerca de la
seguridad online, en Twitter y más allá", apuntan fuentes de la firma.
Este centro
se organiza de acuerdo a las herramientas y políticas de Twitter destinadas a
seguridad, con secciones especialmente creadas para adolescentes, padres y
educadores. Además, desde hace un año colaboran con Pantallas Amigas
en Peter y Twitter, un programa educativo en formato videojuego que,
usando la red social como eje conductor, "procura la formación de una
ciudadanía digital responsable, con énfasis en la prevención del ciberbulling,
el fomento de la cultura de privacidad y la eliminación de conductas sexistas u
homófobas".
Fuentebibliográfica
¿Es lícito fisgar en el ordenador de su hijo? Expansión.com [en línea], 2015. [Consulta: 2 febrero 2016]. Disponible en: http://www.expansion.com/economia-digital/2015/12/08/5661993746163f6b258b45e2.html.
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