4 feb 2017
Se preparan para el Apocalipsis
Por: Miguel Ángel Ossorio Vega
Una tormenta perfecta amenaza la supervivencia de… ¿los multimillonarios?
Una parte de la élite estadounidense
cree que será necesario huir del país. Algunos compran búnkeres en territorio
americano, pero muchos otros se han hecho con propiedades a miles de kilómetros
de distancia. Este es el relato de quienes ven el fin del mundo (o de los
Estados Unidos) más cerca que nunca…
Extraterrestres,
zombis, guerra nuclear, catástrofes naturales, epidemias, escasez de agua y
alimentos, disturbios, dictadores, saqueos… El fin del mundo es una
idea que ronda nuestras cabezas desde siempre, y las historias de ficción
(desde ‘Armageddon’ hasta ‘The Walking Dead’) no han ayudado mucho. Ante una
amenaza de tal calibre, un sector de la población ha reaccionado con resignación (tal
vez por la imposibilidad de hacer nada al respecto). Otra parte ha reaccionado
con miedo, pero se mantiene en estado latente y continúan su vida
con resignación, en una curiosa mezcla de ambas posibilidades. Sin embargo, hay
otra parte de la sociedad que ni se resigna ni tiene miedo: se ha preparado
para defenderse. Y para ello han puesto al servicio de esta causa su bien
más preciado: el dinero. Son los multimillonarios, sobre todo estadounidenses,
que se están armando para sobrevivir al Apocalipsis.
“Mantengo
un helicóptero con combustible todo el rato y tengo un búnker subterráneo con
un sistema de filtración de aire”, explica el jefe de una empresa de
inversión a The New Yorker. Lo hace en un grupo de
Facebook copado con multimillonarios estadounidenses que intercambian consejos sobre
máscaras de gas, búnkeres y lugares seguros para protegerse de un variopinto
abanico de posibles causas del fin del mundo: desde la guerra nuclear hasta el
cambio climático.
El hecho
de que los millonarios se estén armando para sobrevivir en caso de colapso
generalizado del mundo que conocemos no es extraño. A fin de cuentas, ¿hay
alguien que no invertiría una pequeña fracción de su riqueza en procurarse un
refugio, reservas de agua y comida o equipamiento para poder presenciar cómo es
la Tierra después de su final? En las películas no parece tan
complicado sobrevivir al fin del mundo. ¿Lo será en la vida real? Habrá que
verlo en su momento. Pero esta idea, la de sobrevivir, ha calado con más fuerza
si cabe entre un selecto grupo de personas caracterizadas por no ver imposibles
ante sus ojos: Silicon Valley.
“Los
expertos en tecnología no piensan necesariamente que un colapso sea probable”,
explica Yishan Wong, uno de los primeros empleados de Facebook y CEO de Reddit
entre 2012 y 2014. “Lo consideran un evento remoto, pero uno con un
inconveniente muy grave, así que, dada la cantidad de dinero que tienen, el
gasto de una fracción de su patrimonio para protegerse contra esto es lógico”.
No nos cansamos de llamar ‘visionarios’ a estas personas porque ellos han
‘descubierto’ cosas que nos ayudan en nuestro día a día y que a nadie se le
había ocurrido antes. Bueno, tal vez a ellos se les ha ocurrido antes
que nadie que el fin del mundo es probable y, fieles a su tenacidad, se pueda
esquivar. Como dice Wong, “la mayoría de la gente simplemente asume que los
eventos improbables no suceden, pero los técnicos tienden a ver el riesgo de
una manera muy matemática”.
Asumamos
que el fin del mundo es posible y evitable (sobre todo si tienes dinero). Pero,
¿por qué son los estadounidenses – y no los franceses, ingleses, alemanes o
chinos- quienes se están preparando para ello? La respuesta no es sencilla:
bien porque la prensa ha decidido centrarse únicamente en estadounidenses, bien
porque la población americana está más acostumbrada (o expuesta, o atemorizada,
o concienciada…) a este tipo de posibles calamidades… o bien porque se trata de
algo mucho más terrenal. ¿Y si el fin del mundo es terrenal? ¿Y si no
es lo que estábamos imaginando?
Descartemos
por un momento la idea de naves espaciales aterrizando en Nueva York para
destruir la Humanidad. Imaginemos que no habrá ningún virus mortífero e
imparable que barrerá a toda la población.
Imaginemos
otro fin del mundo: el de su mundo. El de las élites.
“Cualquiera
que está en esta comunidad conoce gente que está preocupada de que Estados
Unidos se esté dirigiendo hacia algo parecido a la Revolución Rusa”,
explica Robert H. Dugger, quien se convirtiera en socio del fondo de cobertura
Tudor Investment Corporation. El problema no son los extraterrestres.
El problema parece ser la desigualdad, utilizada por populistas como arma
política que ha demostrado funcionar.
“El 20 de
enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo volvió a ser el
gobernante de esta nación. Los olvidados hombres y mujeres de nuestro país ya
no lo serán más. Todo el mundo les está escuchando ahora", expresó Donald Trump durante su
discurso de investidura como 45º Presidente de los Estados
Unidos. “Hoy no estamos meramente transfiriendo el poder de una
administración a otra, o de un partido a otro, sino que lo transferimos de
Washington DC y se lo devolvemos a ustedes, al pueblo". Y lo hizo
porque mientras las élites políticas y económicas (entre las cuales se
encuentra el propio Trump) “prosperaban”, las familias trabajadoras “tenían
poco que celebrar”, algo que “cambia aquí y ahora”.
Contra
todo pronóstico, parece que en esto Trump sí tiene razón: 117 millones
de estadounidenses ganan, en promedio, lo mismo que en 1980, mientras que los
ingresos del 1% más rico se han triplicado desde entonces, según explicaron
en diciembre del año pasado Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman,
economistas que durante los crudos años de crisis han demostrado con datos la
realidad de la misma: los ricos se hicieron más ricos y los pobres se hicieron
más pobres. “Veinticinco gestores de fondos de cobertura ganan más
dinero que todos los profesores de guardería de Estados Unidos juntos”,
explica Robert A. Johson, doctor en Economía por la Universidad de Princeton
que trabaja en finanzas. “Ser uno de esos veinticinco no hace sentirse bien,
creo que han desarrollado una mayor sensibilidad”, añade. Hay más: “Si
tuviéramos una distribución más equitativa de los ingresos y mucho más dinero y
energía para las escuelas públicas, los parques, el ocio, la cultura y la
salud, se podría eliminar mucho de lo que crispa a la sociedad. En gran medida hemos
desmantelado esas cosas”.
La élite
tiene miedo no a seres con tres ojos quieren comerse a las personas: tiene
miedo a otros humanos que, simplemente, quieren comer. Y que han identificado,
a veces con ayuda, a los culpables de sus males. De su pobreza. De su situación. De la desigualdad. Quieren hacer
justicia porque ahora han visto que es posible. Y más cuando en la Casa Blanca
ya habita el adalid del cambio de tornas. Una persona que ya ha puesto nombre
(de ahí la ayuda del pueblo) a algunos culpables. A saber: los ricos, los extranjeros, los
políticos, la prensa, el sistema judicial. Un discurso que
ha calado en la sociedad, especialmente entre una parte de la población que
cree que “hay un movimiento deliberado por parte de la gente del Congreso para
abatir a América” porque “no quieren que la gente sea inteligente para ver lo
que está pasando en la política” y que, incluso, leyó acerca de una
investigación que lleva en marcha 20 años hará que hasta el 40% de los miembros
del Congreso de los Estados Unidos sea arrestado por un plan que involucra a
los Papeles de Panamá, la Iglesia Católica y la Fundación Clinton. Lo dice
Larry Hall, CEO del Survival Condo Project, una promoción
inmobiliaria de búnkeres de lujo que ha construido (con bastante éxito entre la
élite) en diversos lugares de los Estados Unidos.
Lo de la ‘investigación’ suena a posverdad,
palabra del año 2016 para el Diccionario de Oxford. Pero la élite, por si
acaso, ha decidido armarse. Sobre todo porque ellos serían el objetivo
de ese fin del mundo basado en turbas enfurecidas de gente dispuesta a hacer
justicia. Aunque no todo, ni mucho menos, comienza con Trump: algunos
llevan años preparándose para ello. Tal vez desde que la caída de Lehman
Brothers, en 2008, demostró que el statu quo era tan frágil como los negocios
que lo sustentaban.
Claro, que
no todo son búnkeres en esta defensa: en muchas películas han sido asaltados,
demostrando cierta vulnerabilidad. Además, dile a un multimillonario
acostumbrado a una mansión que se pase el resto de sus días bajo tierra a pesar
de seguir vivo. ¿Hay alternativas? Sí, Nueva Zelanda.
Aunque en
los primeros siete días después de la elección de Donald Trump 13.041
estadounidenses se registraron ante las Autoridades de inmigración de Nueva
Zelanda (17 veces más de lo normal), en los primeros diez meses de 2016
se compraron casi 1.400 kilómetros cuadrados de tierras en el país oceánico, el
cuádrupe que en todo el año anterior. Los compradores estadounidenses
superaron en número a los australianos. Y muchos de ellos construyen pistas de
aterrizaje en sus nuevas casas, a 13.000 kilómetros de distancia de Silicon
Valley, donde las élites que diseñan el futuro de la
tecnología tienen miedo de ser aplastados por quienes instalan en sus móviles
sus aplicaciones, leen noticias en sus plataformas y clican en
publicidad que ellos gestionan.
Curiosamente, las mismas herramientas
que los han colocado a lo largo de la lista de Forbes son las que podrían
acabar con su modelo de vida. “Internet ha facilitado que las personas
estén juntas”, pero “es más fácil para la gente entrar en pánico cuando están
juntos”, explica Steve Huffman, cofundador de Reddit. Se operó la miopía en
2015 para aumentar sus posibilidades de sobrevivir al fin del mundo. Ya sea
nuclear, extraterrestre o humano: “Sin ellos estoy jodido”.
Fuente Bibliográfica
OSSORIO VEGA, MIGUEL ÁNGEL, 2017. Silicon Valley se prepara para el Apocalipsis. media-tics.com [en línea]. [Consulta: 5 febrero 2017]. Disponible en: http://www.media-tics.com/noticia/7203/economia-y-sociedad/silicon-valley-se-prepara-para-el-apocalipsis.html.
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2 comentarios :
Es evidente que la acumulación desmedida de dinero y otras riquezas, no ayuda a vivir feliz, mucho menos tranquilos, han creado un fantástico monstruo, que les roerá los ojos.
Los grandes cambios en la historia del mundo que conocemos, se dió cuando los mas desfavorecidos se cansaron de ser execrados, por los poderosos de turno.
Comiencen a temblar, millonarios, tal vez no pase nada, pero el miedo les sopla en el cuello Esta gente ¿tendrá conciencia de lo que le hacen a nuestro mundo?
Me dan risa los estúpidos hombres ricos, muy ricos.
"El hombre feliz no usaba camisa"
Gracias por permitirme expresarme.
Esther löpez, Ciudad de la COsta, Canelones, Uruguay.
Los mismos que se pagan sus costosísimos bunkers o su protección en Nueva Zelanda son los primeros responsables por hacer que este mundo sea horriblemente desigual, cruel, con millones de miserables, violento, devastado...Supongo que también son los que ahora impulsan irse a otros planetas. Sí tienen conciencia de lo que hacen a este mundo y la humanidad pero no están dispuestos a resignar nada de sus absurdas riquezas y de su poder
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