29 jul 2017
Los papiros, testimonios del difícil camino del conocimiento en la antigüedad
Solo
existen fragmentos de libros antiguos en papiro, por lo que en la mayor parte
de los casos se trata "de una copia de una copia de una copia. Es algo que pasa por generaciones"
Una
pequeña parte se ha salvado y se ha convertido en la base del conocimiento
universal, pero el 90% de la literatura de la antigüedad se perdió para siempre
durante épocas en las que la información solo transitaba por complicados y
difíciles caminos.
La
muestra "Papiros y Manuscritos. Caminos del conocimiento", expuesta
en la Biblioteca Nacional de Austria, intenta reconstruir algunos de
esos trayectos y destaca que el acceso al conocimiento era en el
pasado tan importante como ahora, aunque los problemas fueran distintos.
Mientras
que en la era de internet abunda la desinformación y la divulgación
de noticias falsas ("fake news"), en el pasado, cuando el
conocimiento se conservaba en papiros y códices de pergamino, cualquier error
de los copistas también podía desvirtuar un texto, aunque no parece haber pruebas
de manipulaciones intencionadas.
Además,
la decisión de qué documentos se copiaban, y cuáles no, dependía de las más
diversas circunstancias, desde preferencias personales de algún abad de
monasterio o un aristócrata hasta las exigencias y prohibiciones de la Iglesia
católica.
"¿De
dónde conocemos los escritos de Aristóteles, de dónde tenemos los discursos de
Cicerón? Ello pasa por la larga tradición de las copias manuscritas y eso
quiere decir que los libros eran caros, valiosos y raros", explica
Bernhard Palme, director del Museo del Papiro de Viena.
"Muchos
de los textos de la antigüedad los tenemos por primera vez en una copia
manuscrita de la plena Edad Media", cuenta.
"No
tenemos prácticamente autógrafos de ningún autor de la
Antigüedad", prosigue este catedrático de papirología.
Explica
que solo existen fragmentos de libros antiguos en papiro, por lo que en la
mayor parte de los casos se trata "de una copia de una copia de una copia.
Es algo que pasa por generaciones".
"Cuando
da tanto trabajo, entonces se copia lo que se considera más interesante y eso
es exactamente el gran peligro, porque con el tiempo varía el gusto, el
concepto del mundo", detalla.
Eso
pasó, por ejemplo, con la cosmovisión del "Cristianismo en la Edad Media
tardía, una actitud totalmente ascética" que sustituyó al espíritu del
"goce de la vida del paganismo antiguo", y mucho de lo que los
griegos escribieron 700 años antes se dejó de copiar.
"Así
se perdió una gran parte de la literatura antigua, pero todo lo que tenemos se
lo debemos al laborioso trabajo de los copistas, que en la Edad Media eran
monjes en los monasterios", indica Palme.
"Estimamos
que cerca del 90 % de la literatura de la antigüedad se ha perdido",
afirma el experto y recuerda que de algunos autores se conocen índices de
obras, lo que permite cuantificar lo perdido.
Así, por
ejemplo, de Amiano Marcelino, "el historiador romano más importante de la
antigüedad tardía, solo se ha salvado la mitad de su obra en una sola
copia", cuenta.
En
cambio, el texto "De Trinitate" de Hilario de Poitiers (siglo IV),
que trata sobre el dogma trinitario y del que en la exposición se puede admirar
una copia del siglo VI, se copió muchas veces.
Ello ha
permitido a los expertos reconstruir diversas estaciones por la que pasó la
obra, quiénes la adquirieron, y también descubrir que es probable que en el
siglo XVIII algunas de sus páginas fueron arrancadas y atribuidas a san
Agustín.
"Todo
lo que tenemos de literatura antigua pasa por los manuscritos de la Edad Media.
Y completando eso tenemos un número relativamente pequeño de fragmentos de
libros de papiros", resume.
Eso sí,
el experto destaca la importancia que tienen los antiguos papiros al estar más
cerca del original.
"No
suele significar que tengamos el texto completo, pero con pequeños fragmentos
de papiro se puede reconstruir algo del texto original y deducir qué
manuscritos, o de qué copista, son de fiar y cuáles son más erróneos",
explica.
Otro
aspecto que también se ilumina en esta exposición es que la difusión de un
libro era un problema hace varios siglos.
No
solamente porque los tomos eran muy escasos, sino además porque había que saber
en qué monasterio había un ejemplar y conseguir que lo copiasen.
La
exposición en el Museo del Papiro, situada en el sótano de la Biblioteca
Nacional de Austria, en el antiguo Palacio Imperial de los Habsburgo, puede
visitarse hasta el 14 de enero de 2018.
Sus
piezas pertenecen a la Colección de Papiros de Viena, una de las mayores del
mundo.
Consta
de 180,000 objetos que abarcan tres milenios -desde 1,500 antes de Cristo hasta
1,500 después de Cristo- y de los que, en 130 años de trabajos continuos de
investigación, solo 8.000 textos han sido editados hasta ahora.
Fuente bibliográfica
MSOLANO, 2017. [VIDEO] Los papiros, testimonios del difícil camino del conocimiento en la antigüedad. Panamá América [en línea]. [Consulta: 28 julio 2017]. Disponible en: http://www.panamaamerica.com.pa/mundo/video-los-papiros-testimonios-del-dificil-camino-del-conocimiento-en-la-antiguedad-1076257.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario