4 feb 2011
El Biblioparque
Por: Esperanza Dávila Sota
El alcalde Jericó Abramo Masso está a punto de entregar a la ciudad el Biblioparque Saltillo Sur, una suerte de combinación de biblioteca y parque deportivo que la autoridad municipal ideó tratando de ofrecer a los saltillenses, sobre todo a niños y jóvenes, dos actividades diferentes en un mismo lugar: el deporte para el sustento del cuerpo y el conocimiento para nutrir su inteligencia. Lo anterior nos remite al viejo refrán: “la ociosidad es la madre de todos los vicios”. La intención, muy clara, es ofrecer alternativas a las familias, otros caminos por los cuales puedan transitar sus hijos y alejarse de la tentación de los vicios y actividades que corrompen el cuerpo y el alma y acaban en la delincuencia.
La idea y la intención del concepto aplicados al gran proyecto no están a discusión, los salva su propia nobleza. Seguramente, la construcción de las canchas deportivas respetó los estándares y medidas marcadas por asociaciones y confederaciones internacionales del deporte. Asimismo, la terminación de suelos y el equipamiento de campos y canchas debieron realizarse conforme a las normas de cada una de las disciplinas a practicar. Pero, ¿y la biblioteca?
En el espacio destinado para su alojamiento se construyó un edificio atractivo a la vista, en forma de libro abierto y de varios pisos. Sin embargo, y aun cuando sabemos que de la vista nace el amor, la estructura externa y la forma arquitectónica del edificio no serán suficientes para atraer usuarios a su interior y mucho menos invitarlos a que hagan uso de lo que contiene. Esto, el contenido y su administración, constituyen, precisamente, el meollo del asunto, si se quiere evitar que en un futuro el edificio se vuelva sede administrativa y de juntas y festejos de los distintos clubes deportivos que entrenarán y sostendrán sus encuentros en las canchas y campos aledaños. O, lo que es peor, que se convierta en un mero almacén de libros que nadie lee ni consulta. Ante un balón y un libro, la probabilidad mayor es que el niño prefiera el balón. El asunto importa, hoy que todavía no inicia sus actividades el Biblioparque.
Las grandes bibliotecas son el orgullo de las naciones civilizadas. El avance tecnológico de las últimas décadas, con el relativamente fácil acceso a la información a través de Internet, la excesiva acumulación de la misma en las redes y la migración de los soportes físicos tradicionales del papel a los formatos electrónicos y digitales, impactan y afectan profundamente el quehacer y los objetivos de la bibliotecas como centros de consulta y manejo de información. Las bibliotecas van transformando su campo de acción. “El almacén de libros y revistas”, como algunos ven a las bibliotecas, debe convivir hoy necesariamente con las colecciones audiovisuales, las publicaciones electrónicas y digitales y las secciones de consulta remota.
Las bibliotecas virtuales son ya una realidad. Los Biblioparques saltillenses —ya inicia construcción el del norte— pueden ser el detonante de una nueva era para las bibliotecas estatales. Si se les dota de todos los avances tecnológicos y académicos, el personal capacitado y, muy importante, el presupuesto necesario para la actualización y la renovación frecuente de su equipamiento informático, los Biblioparques abrirán cada día nuevos y prometedores horizontes para la niñez y la juventud coahuilenses.
Claro, siempre y cuando se sumen al nuevo concepto de la biblioteca dinámica y global, sin fronteras, que acopia, alberga y organiza el conocimiento y lo recupera rápidamente, sin importar el soporte en el que esté depositado, para ponerlo en manos de sus usuarios.
Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/elbiblioparque-643945-columna.html
El alcalde Jericó Abramo Masso está a punto de entregar a la ciudad el Biblioparque Saltillo Sur, una suerte de combinación de biblioteca y parque deportivo que la autoridad municipal ideó tratando de ofrecer a los saltillenses, sobre todo a niños y jóvenes, dos actividades diferentes en un mismo lugar: el deporte para el sustento del cuerpo y el conocimiento para nutrir su inteligencia. Lo anterior nos remite al viejo refrán: “la ociosidad es la madre de todos los vicios”. La intención, muy clara, es ofrecer alternativas a las familias, otros caminos por los cuales puedan transitar sus hijos y alejarse de la tentación de los vicios y actividades que corrompen el cuerpo y el alma y acaban en la delincuencia.
La idea y la intención del concepto aplicados al gran proyecto no están a discusión, los salva su propia nobleza. Seguramente, la construcción de las canchas deportivas respetó los estándares y medidas marcadas por asociaciones y confederaciones internacionales del deporte. Asimismo, la terminación de suelos y el equipamiento de campos y canchas debieron realizarse conforme a las normas de cada una de las disciplinas a practicar. Pero, ¿y la biblioteca?
En el espacio destinado para su alojamiento se construyó un edificio atractivo a la vista, en forma de libro abierto y de varios pisos. Sin embargo, y aun cuando sabemos que de la vista nace el amor, la estructura externa y la forma arquitectónica del edificio no serán suficientes para atraer usuarios a su interior y mucho menos invitarlos a que hagan uso de lo que contiene. Esto, el contenido y su administración, constituyen, precisamente, el meollo del asunto, si se quiere evitar que en un futuro el edificio se vuelva sede administrativa y de juntas y festejos de los distintos clubes deportivos que entrenarán y sostendrán sus encuentros en las canchas y campos aledaños. O, lo que es peor, que se convierta en un mero almacén de libros que nadie lee ni consulta. Ante un balón y un libro, la probabilidad mayor es que el niño prefiera el balón. El asunto importa, hoy que todavía no inicia sus actividades el Biblioparque.
Las grandes bibliotecas son el orgullo de las naciones civilizadas. El avance tecnológico de las últimas décadas, con el relativamente fácil acceso a la información a través de Internet, la excesiva acumulación de la misma en las redes y la migración de los soportes físicos tradicionales del papel a los formatos electrónicos y digitales, impactan y afectan profundamente el quehacer y los objetivos de la bibliotecas como centros de consulta y manejo de información. Las bibliotecas van transformando su campo de acción. “El almacén de libros y revistas”, como algunos ven a las bibliotecas, debe convivir hoy necesariamente con las colecciones audiovisuales, las publicaciones electrónicas y digitales y las secciones de consulta remota.
Las bibliotecas virtuales son ya una realidad. Los Biblioparques saltillenses —ya inicia construcción el del norte— pueden ser el detonante de una nueva era para las bibliotecas estatales. Si se les dota de todos los avances tecnológicos y académicos, el personal capacitado y, muy importante, el presupuesto necesario para la actualización y la renovación frecuente de su equipamiento informático, los Biblioparques abrirán cada día nuevos y prometedores horizontes para la niñez y la juventud coahuilenses.
Claro, siempre y cuando se sumen al nuevo concepto de la biblioteca dinámica y global, sin fronteras, que acopia, alberga y organiza el conocimiento y lo recupera rápidamente, sin importar el soporte en el que esté depositado, para ponerlo en manos de sus usuarios.
Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/elbiblioparque-643945-columna.html
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1 comentario :
Por cuestiones de trabajo estuve en la Ciudad de Saltillo y me inquieto mucho pasar cerca del mencionado edificio en forma de libro abierto, gracias por el post de la colega Dávila, como bibliotecólogo de profesión, se me hacen atractivas este tipo de iniciativas, sin embargo se esperaría encontrar en este recinto, un proyecto de Alfabetización informativa o un proyecto de difusión de lectura, diseñado con base en el "target" de los niños y jóvenes...
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