Durante mucho tiempo hemos vivido con la creencia de que el nivel de inteligencia era algo con lo que se nacía, y nos adaptábamos para desarrollar nuestro día a día a la altura del potencial que creíamos que nos venía dado.
Pero ahora los científicos han comprobado que esta inteligencia se puede incrementar mediante una serie de actividades que crean nuevas secuencias neuronales que hacen que nuestro cerebro trabaje mejor y más rápido, y además podemos disfrutar del camino.
Leer cualquier cosa
Los beneficios de leer son los mismos independientemente de lo que leas: da igual si estás disfrutando del último bestseller o si estás leyendo el periódico. Leer reduce el estrés, lo que hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos, y aumenta los tres tipos de inteligencia (emocional, fluida y cristalizada).
Esto influye en nuestra capacidad para la resolución de problemas, para poner diferentes piezas del conocimiento juntas para vivir mejor la vida cotidiana, para detectar patrones, para comprender procesos, y para interpretar con precisión y para saber responder ante los sentimientos de otras personas.
En el trabajo esto se traduce en una mejor comprensión de por qué suceden las cosas, y en una mejor capacidad de gestión.
Aprender un nuevo idioma
Olvida los puzzles para mejorar tu memoria y ponte a aprender una nueva lengua en su lugar. La investigación científica ha mostrado que las personas bilingües son mejores con los puzzles que la gente que sólo habla un idioma. Aprender una nueva lengua de manera exitosa permite a nuestro cerebro desarrollar mejor las tareas mentalmente exigentes. Esto incluye las capacidades típicamente ejecutivas como la planificación y la resolución de problemas.
Además, hablar al menos dos lenguas influye positivamente en tu habilidad para monitorizar tu entorno y mejora directamente tu atención ante los procesos.
A mucha gente se le dice que esto es por lo que los ejecutivos hablan idiomas: ellos deben aprender inglés o francés para ascender en sus puestos.
Meditar
En 1992, el Dalai Lama invitó al científico Richard Davidson para estudiar las ondas cerebrales durante la meditación y así descubrir si se podían generar ondas cerebrales específicas. Y cuando el Dalai Lama y otros monjes comenzaron a meditar y pusieron su atención en la compasión, sus ondas cerebrales mostraron que su mente estaba en un estado profundamente compasivo.
Los resultados completos de la investigación fueron publicados por la Academia Nacional de Ciencias en 2004 y por el Wall Street Journal, donde recibió una gran atención.
La meditación comenzó a interesar a la gente ambiciosa porque el estudio decía que podemos controlar nuestras propias ondas cerebrales y sentir lo que queramos cuando queramos. Esto significa que podemos sentirnos más seguros antes de una negociación, más confiados cuando pedimos un aumento de sueldo o más convencidos durante una llamada con la que queremos cerrar una venta.
Los sudokus, los puzzles, los acertijos, los vídeojuegos, los juegos de cartas y los juegos de mesa aumentan la plasticidad neuronal. Esto envuelve una gran variedad de cambios en las secuencias neuronales y sinapsis, que es básicamente la habilidad del cerebro para reorganizarse.
Cuando las células nerviosas responden de manera nueva, esto aumenta la neuroplasticidad, lo que nos permite ver las cosas desde diferentes puntos de vista y entender las causas y efectos de los comportamientos y las emociones. Nos damos cuenta de los nuevos patrones y las habilidades cognitivas mejoran.
Considerando que la deficiencia de plasticidad neuronal está involucrada en el tinnitus (sensación de golpeteo dentro del oído), una mayor cantidad de la misma puede prevenir estas condiciones. Por ejemplo, la gente con alta neuroplasticidad es menos propensa a la ansiedad y la depresión, y además tienen más facilidad para aprender y memorizar.
Poner a prueba tus conocimientos
Muchos estudiantes 'embuten' sus conocimientos para el día del examen, y parece que los dominan. El problema de hacer esto es que tendemos a olvidar rápidamente porque es algo que no vamos a necesitar demostrar de nuevo con tanta presión.
Una de las razones para estudiar un nuevo idioma es que nos hace más inteligentes porque requiere acumular los conocimientos para poder seguir utilizándolos: la gramática y el vocabulario que ya nos sabemos se repite incontables veces, y así pueden mejorar nuestros conocimientos.
Es bueno aplicar el concepto de conocimiento acumulado a nuestro día a día y a nuestro trabajo mediante el seguimiento de pequeñas competencias que vas adquiriendo. Una buena idea es integrar el aprendizaje acumulado en el programa de auto-mejora, observando los detalles en las negociaciones importantes, consigue nuevos libros o llevando un pequeño diario con todo lo que afecta a tu atención.
Hacer ejercicio regularmente
Practicar deporte de manera ocasional con entrenamientos duros no es efectivo, lo ideal es hacerlo con asiduidad para que las células se inunden con FNDC, una proteína que ayuda con la memoria, la atención, el aprendizaje, la concentración y la comprensión, lo que en conjunto se conoce como agudeza mental.
Algunos científicos especulan con que permanecer sentado durante un tiempo prolongado tiene el efecto opuesto, y pone obstáculos a nuestro cerebro para funcionar al 100%.
Tocar un instrumento musical
Tocar música nos ayuda con la creatividad, con las habilidades analíticas, el lenguaje, las matemáticas, y mejora la motricidad fina. Algunas personas argumentan que practicar deportes de equipo también fomenta todas estas ventajas, pero la música además consigue fortalecer el cuerpo calloso que une ambos hemisferios cerebrales mediante la creación de nuevas conexiones.
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