22 jul 2016

Los "Googles humanos" - Su consulta no molesta

Por: Lidia C. Bertolin


La Biblioteca Pública de Nueva York contesta en forma personal y verificada todo tipo de preguntas




Hoy resulta muy sencillo resolver una duda urgente con sólo tomar el smartphone y googlear la respuesta en pocos instantes.

·         ¿Cuántos soberanos ingleses eran zurdos?
·         ¿Quién es el dueño de los derechos de autor de la Biblia?
·         ¿Cuántos neuróticos hay en los Estados Unidos?
·         ¿Para ser "papable" es obligatorio ser virgen? (la respuesta es no).

Cual una suerte de oráculo de Delfos del siglo XXI, la red devela todos (o casi todos) los interrogantes.

Sin embargo, en Nueva York se puede hacer algo mejor. Llamando al número 217-ASK-NYPL se puede plantear la pregunta directamente a un bibliotecario de la prestigiosa Biblioteca Pública de Nueva York, la icónica institución ubicada en la Quinta Avenida que pudo verse en numerosos filmes, desde el romántico Desayuno en Tiffany?s hasta el catastrófico El día después de mañana. Aquí, en efecto, un ejército de colaboradores se ocupa de brindar respuestas rigurosamente humanas y verificadas sobre la base de un vasto archivo bibliográfico, así como de un poderoso acervo de interrogantes y respuestas que los bibliotecarios reunieron en 120 años de actividad.

De hecho, la Question Office, es decir la oficina de consultas, es un baluarte del sistema bibliotecario neoyorquino. Se remonta a fines del 1800; fue abierta en 1896 y, para ser precisos, un año después de la inauguración de la célebre biblioteca.

Desde 1960, las consultas se pueden formular telefónicamente, pero ahora el servicio se relanza como alternativa a las respuestas todólogas de Google que explican los bibliotecarios a menudo son irreales y no verificadas.

Por el contrario, los bibliotecarios de Nueva York se esfuerzan por suministrar en pocas horas repuestas chequeadas gracias al extraordinario auxilio de una colección que cuenta con 16 millones de libros y 80 millones de artículos, brindando respuestas no sólo por teléfono (se registran unos trescientos llamados diarios), sino también vía correo electrónico, whatsapp, sms e inclusive a través del chat en vivo del sitio web de la biblioteca.

Los neoyorquinos, según parece, utilizan el servicio con intensidad, y desde que el nuevo equipo de respuestas ha sido reforzado y relanzado hace menos de un año, la biblioteca pública ya ha respondido 60.000 consultas telefónicas, 20.000 por e-mail, 17.000 por chat e inclusive 500 preguntas que llegaron a través del whatsapp.


Desde 1896, el servicio responde a todo tipo deinterrogantes, y ahora a través de las tecnologías

El equipo de estudiosos está integrado por nueve expertos bibliotecarios encabezados por Rosa Caballero-Li. Justamente, la especialista quiso subrayar el aspecto humano del servicio, contando al sitio Quartz.com que publicó la historia que hay al menos cinco personas que llaman todos los días. "Les reconocemos la voz, conocemos sus historias, sus gustos e intereses. Nos consideran su línea directa con la historia, la ciencia, inclusive la medicina, pero también con las noticias del día".

"A menudo", cuenta Caballero-Li, "llaman justamente para verificar una noticia que vieron online: no confían en los medios, sí confían en la biblioteca".

Dado que se trata de un servicio instituido hace más de un siglo, los investigadores no basan sus respuestas sólo en la extraordinaria colección bibliográfica, cuentan también con un archivo histórico que además de ser un universo de respuestas, constituye también una verdadera enciclopedia cultural.


Alrededor de las décadas del 40 y el 50, por ejemplo, muchísimas preguntas se referían a cuestiones de etiqueta. En 1957 una mujer llamó para saber cómo tenía que comportarse con los anfitriones de una fiesta a la cual no había sido invitada. "¿Tengo que mandar de todos modos una esquela de agradecimiento? ¿Y cómo puedo ubicar al joven atractivo con el que charlé toda la velada?". La respuesta se basó en el sentido común del bibliotecario: tomando como modelo un manual de protocolo y buenos modales, le aconsejó escribir sin dudar una esquela. Y agregó una sugerencia personal: preguntar directamente a los dueños de casa el nombre del simpático huésped. Una respuesta "humana", que los actuales expertos de la oficina de consultas aún toman como ejemplo de la especificidad del servicio: "Ningún motor de búsqueda les ofrecerá una respuesta que reúna cultura y sentimientos".

Fuente bibliográfica
BORTOLIN, LIDIA C., [sin fecha]. Los «Googles humanos» - Su consulta no molesta. Bae [en línea]. [Consulta: 22 julio 2016]. Disponible en: http://www.diariobae.com/article/details/76918/los-googles-humanos---su-consulta-no-molesta. 

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