18 sept 2016
Seis consejos para aprovechar y organizar el tiempo en el aula
Al
margen de la metodología que utilizas, tu forma de dar clase, el tipo de
alumnos que integran tu aula, el nivel educativo o la materia que
impartes, la organización del tiempo resulta fundamental para conseguir un
aprendizaje eficaz y lograr los objetivos que persigues.
En
ocasiones, la rapidez del día a día en el aula y las exigencias del currículo
no dejan espacio para la reflexión ni la
preparación, lo que en último término acaba empeorando los resultados y
ralentizando tu avance y el de tus alumnos.
Te
animamos a que te detengas un momento en la rutina diaria y te damos algunos
consejos sencillos para que organices el tiempo lectivo y saques el máximo
partido a tus clases.
SEIS ESTRATEGIAS PARA APROVECHAR LA CLASE
1. Establece
objetivos, metas y tiempos. Igual que los recomiendas a tus
alumnos cuando les enseñas técnicas de estudio, tú también debes trazar tu
propio plan de trabajo en el aula y tu programación, evitando limitarte a
avanzar en el temario y en las asignaturas que impartes lo más rápido posible.
Para ello, selecciona cuáles son los objetivos y metas a corto, medio y largo
plazo y establece cómo vas a alcanzarlos y un tiempo para lograrlo. De este
modo tendrás siempre claro qué quieres conseguir y, en consecuencia, podrás
desarrollar las estrategias necesarias para llevarlo a
cabo. Aquí y aquí tienes algunas ideas y modelos para
planificar la clase.
2. Decide
primero las metodologías y formas de trabajo. La organización
del tiempo en clase dependerá no solo de lo que quieres lograr sino también de
la forma de trabajar. El planteamiento de una sesión varía si se va a aplicar
la pedagogía inversa o flipped classroom, el trabajo por
proyectos o el aprendizaje cooperativo, o si vas a desarrollar una
explicación magistral tradicional. Ten la metodología siempre presente para
programar los tiempos en el aula y sacarles el máximo partido.
3. Da
prioridad a lo más importante. Es el consejo más sencillo pero
en ocasiones nos olvidamos de él. Lo más importante es lo esencial: lo que tus
alumnos tienen que dominar de un tema o materia, esa actividad que quieres
realizar a toda costa para que aprendan de forma activa y práctica o esa
destreza que deseas trabajar con tus estudiantes. Lo importante, como explica
Santiago Moll en esta entrada de su blog, no debe confundirse con lo
urgente, y tampoco es lo más difícil ni lo más fácil. No es necesario que
cubras cada mínima parte del temario ni que lo hagas tal cual está planteado en
el libro o los materiales; párate a pensar y decide qué es lo fundamental que
quieres transmitir.
4. Soluciona
cuanto antes dudas y errores. Entre tus prioridades esenciales
en el aula debe estar siempre la de evitar que tus alumnos se queden con dudas
o afiancen conocimientos erróneos. Con ello evitarás que el problema se
arrastre y contribuya a ralentizar tus clases más adelante. Por eso, establece
un tiempo para resolver aquello que tus estudiantes no han entendido o no han
sabido resolver por sí mismos. No es necesario que seas tú quien lo solucione;
de hecho, es recomendable que animes a otros estudiantes a que den la respuesta
o aporten su experiencia, o también podéis tratar de averiguarlo investigando y
buscando información. Así les enseñarás a aprender a aprender y detectarás,
además, si existen problemas de comprensión generalizados o dificultades en
algunos alumnos.
5. Haz
partícipes a tus alumnos de la organización de la clase. La
implicación de los estudiantes en el plan de clase es importante para que se
desarrolle de forma más fluida y conforme a tus objetivos. Cuéntales cómo
funcionará la sesión, avísales del tiempo que tienen para terminar una tarea y
anuncia el siguiente paso o actividad antes de comenzar con ella. De este modo
les estarás mostrando las ventajas de una buena organización y les acostumbrarás
a un orden que interiorizarán, convertirán en rutina y, en muchos casos,
aplicarán sin necesidad de que se lo recuerdes constantemente, un tiempo que ya
habrás ganado.
6. Permite
cierta flexibilidad. Aun teniendo en cuenta todos los consejos
anteriores, siempre hay excepciones y momentos en los que puedes y debes romper
la estructura y las reglas autoimpuestas. El horario y la organización son una
referencia importante para el profesor y es fundamental que existan, pero no
tienen por qué ser inamovibles ni presentarse como obligatorios y fijos para el
alumnado. Puedes redistribuir el tiempo según las necesidades de tus
estudiantes en cierto momento, para atender a la diversidad del aula o
dependiendo del tema que vayas a tratar, cuando detectes que es necesario.
Escucha a tus alumnos, presta atención a sus reacciones y a su forma de
afrontar la lección o las actividades, y redirige la clase en consecuencia.
¿Qué
estrategias pones en práctica para mejorar la organización del tiempo en clase?
Anímate y compártelas con nosotros.
Fuente bibliográfica
Seis consejos para aprovechar y organizar el tiempo en el aula. aulaPlaneta [en línea], 2016. [Consulta: 18 septiembre 2016]. Disponible en: index.html.
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