28 sept 2016
Los bebés de hoy, ¿son más inteligentes que los de antes?
Por: Cristian Vázquez
Imagen: coffeemill
Los niños de la actualidad desarrollan
habilidades que antes tardaban más en adquirir, porque crecen rodeados de gran
cantidad de estímulos
Muchas
personas tienen la sensación de que los niños de hoy en día son más
inteligentes que los del pasado. ¿Hay algo de cierto en ello? Los cambios
evolutivos necesitan muchas generaciones para producir efectos notorios en una
especie, pero la gran cantidad de
estímulos que los pequeños reciben en la actualidad los lleva a
aprender las cosas con mayor rapidez. En este artículo se abordan distintos estudios acerca de los factores que
favorecen o no la inteligencia de los niños y ofrece datos sobre los modos de
entender la inteligencia.
Los niños de hoy son más listos, una
sensación generalizada.
La idea de que los bebés y los niños de la actualidad son más
inteligentes que los de antes se repite a menudo. No solo cuando se observa a
un pequeño manejar con gran habilidad dispositivos electrónicos, sino también
en relación con muchos otros comportamientos. Los adultos tienen la sensación
de que, cuando ellos tenían esas edades, eran mucho más "lentos" para aprender las cosas.
La
psicóloga Rocío Ramos-Paúl, conocida por su programa de televisión
'Supernanny', aseguró en una entrevista con EROSKI CONSUMER que
"ahora los niños son más listos. Les hemos hecho más inteligentes: son capaces de contestar o
razonar cuestiones que antes no podían y tienen más capacidad de entender las
cosas". Según la especialista, esto se debe a que "hemos aprendido a darle mayor importancia a la infancia y
hemos estimulado más a los niños".
Hablar con los niños promueve su
inteligencia
Hay estudios que revelan que aspectos bastante elementales de la
relación entre padres e hijos influyen en su inteligencia. El modo en que los progenitores hablan a sus bebés es
uno de ellos. Betty Hard y Todd Risley, investigadores de la Universidad de
Kansas (EE.UU.), analizaron a 42 familias de diversos estratos socioeconómicos,
de tal forma que siguieron el desarrollo de sus niños desde los siete meses
hasta los tres años de edad.
Las
conclusiones de la investigación -que duró una década- apuntaron que,
a los tres años, los hijos de
profesionales de buena situación económica habían oído 30 millones de palabras
más que los niños de menos recursos y que esto ejercía una influencia notoria
en el desarrollo intelectual y cognitivo de los pequeños. Basada en
este trabajo, la cirujana pediátrica Dana Suskind, experta de la Universidad de
Chicago, lanzó la iniciativa "Thirty Million Words" (30 millones de
palabras), para promover que los padres hablen más -y mejor- a sus hijos.
Elementos de la vida moderna que no
estimulan la inteligencia del bebé
Otras investigaciones, en cambio, indican que la modernidad
también trae consigo algunas prácticas que perjudican la inteligencia de los
pequeños. Isabel Gentil García, experta en podología de la Universidad
Complutense de Madrid, destaca en un artículo las consecuencias negativas de la tendencia de calzar a los niños antes
de lo necesario, con prendas llamadas "calzado para
preandantes" o "para gateo". Al hacerlo, se "reprime la
sensibilidad táctil de los pies", la cual es "un factor de
aceleración de maduración, del desarrollo propioceptivo y del desarrollo
intelectual". El título del artículo es elocuente: 'Niños descalzos igual
a niños más inteligentes'.
En este
sentido, un factor más contundente es la afirmación -sostenida por muchos
especialistas, aunque no existe un consenso generalizado- de que los bebés que se alimentan con lactancia materna son más
listos que quienes no lo hacen. El vínculo madre-hijo, tan
estrecho y con mayor interacción verbal durante la lactancia, sería la clave
para el mejor desarrollo intelectual y motor del pequeño, junto con otros como
los factores genéticos y los estímulos educativos que se ofrecen al bebé
durante su crecimiento. La reducción en la cantidad de madres que dan el pecho
a sus hijos y del tiempo durante el cual lo hacen también es un fenómeno
moderno.
¿Qué es la inteligencia?
Un elemento que no siempre se tiene en cuenta cuando se habla de
estas cuestiones es definir el concepto clave: qué se entiende por
inteligencia.
Si se
piensa como algo que va más allá de lo intelectual y del rendimiento académico,
como lo hace la teoría de las inteligencias múltiples de
Howard Gardner (que reconoce ocho tipos de inteligencias: lógica, lingüística,
corporal, musical, espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal),
también la mirada sobre los menores y su comparación con los "de
antes" puede variar.
En este
sentido, existe el riesgo de que los niños sean más ágiles mentalmente, que
dominen la tecnología con habilidad e incluso que obtengan buenos rendimientos
escolares, pero que al mismo tiempo se resientan otras
habilidades. El contacto con la naturaleza, la educación de las
emociones, el desarrollo de la empatía, las relaciones saludables con las otras
personas, el afianzamiento de la autoestima, la tolerancia a la frustración y
muchos otros aspectos también favorecen la inteligencia de las personas. Es algo
que no se debe descuidar, sobre todo en una época en la cual la vida en la
ciudad parece conducir cada vez más al encierro y al poco contacto con la
naturaleza y los demás.
Además,
otro riesgo del uso excesivo de la tecnología es el de la "atención fragmentada" que generan los
dispositivos como ordenadores, teléfonos móviles y tabletas. Esto puede tener
consecuencias importantes, no solo en los niños con una propensión a los
trastornos de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), sino que en general
dificulta la capacidad de concentración. Como consecuencia, también el
rendimiento académico se vería perjudicado.
No son más inteligentes, pero van más
rápido
Quizá lo más acertado no sea
decir que los bebés y niños de la actualidad son más inteligentes,
sino que van un poco más rápido,
en buena medida gracias a la mayor cantidad de estímulos que reciben y al mayor
conocimiento sobre las formas de promover su desarrollo.
Para que
se produzcan cambios estructurales que hagan que, por factores innatos,
las personas sean más inteligentes que las del pasado, deben pasar muchas
generaciones, y no las pocas que nos separan de los niños con los cuales se
compara a los de hoy.
Como
apunta en su blog el experto en tecnología Lito Ibarra, si se
tiene en cuenta que los dispositivos electrónicos son cada vez más baratos,
pequeños y eficientes, y que además sus diseñadores conocen cada vez mejor las
"reacciones humanas intuitivas", se puede concluir que "no es necesariamente verdad que nuestros niños sean más
capaces e inteligentes que lo que fueron las generaciones pasadas, sino que en
realidad están rodeados de más tecnología, que a su vez es de más fácil
uso". Ibarra añade que ese mayor acceso a la cultura digital ha
permitido acelerar el aprendizaje, tanto en los niños como en los
adolescentes.
Fuente bibliográfica
VÁZQUEZ, CRISTIAN, E.C., 2016. Los bebés de hoy, ¿son más inteligentes que los de antes? EROSKI CONSUMER [en línea]. [Consulta: 28 septiembre 2016]. Disponible en: http://www.consumer.es/web/es/bebe/bebes/1-2-anos/2016/05/25/223702.php.
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