5 feb 2018
«Mis alumnos me insultan»
Por: Rocío Ruiz
Nueve de cada diez docentes convive con situaciones de violencia en su centro. El 75% cree que tiene muy poca o ninguna autoridad.
Juanjo
llega dispuesto a dar clase y se encuentra a Berta sentada encima de la mesa,
con los pies en la silla y de espaldas al profesor. «¿Te quieres sentar bien?», exige Juanjo. Ni caso... Juanjo insiste.
«¿Me quieres dejar en paz? ¿A qué has venido? ¿A dar clase? Pues hazlo y
olvídame», replica, displicente, la alumna manteniendo la postura. Situaciones
como esta a la que se enfrentan los profesores «son más habituales de lo que
parece en los institutos españoles. No es tanto que nos agredan como que
recibamos insultos, provocaciones de los alumnos y faltas de respeto... Los
estudiantes te ponen a prueba todos los días», explica Juanjo, profesor de FP
Básica en un instituto toledano. «A mi clase vienen alumnos sin libro,
cuadernos ni bolígrafo. Y cuando les pregunto “¿por qué no sacas el material?”
la respuesta es: “Mira, a mí déjame en paz. No estoy aquí porque quiera venir a
verte la cara, sino porque mi padre me obliga, así que vengo, me siento y
punto. ¿Comprendes?”».
Juanjo
comenzó a trabajar como profesor interino con este grupo y, a medida que fueron
pasando los días, empezó a
comprender por qué habían sufrido una baja psicológica las tres compañeras que
anteriormente habían ocupado su puesto. «Un día reñí a un alumno que no
estaba haciendo absolutamente nada. Le dije: “Oye Alberto, aquí se viene a
trabajar, no a pasar la mañana. Inmediatamente el chico se levantó de la silla
y se marchó de la clase dando un portazo no sin antes decirme: “eres un
gilipollas”». Casos como este «no es que ocurran con el cien por cien de los
alumnos pero, aunque sean sólo unos
pocos los que provocan estas situaciones, te generan mucha tensión, interrupciones en la clase y pérdidas de
tiempo. No sólo hay un perjuicio psicológico para el profesor, sino que
también tiene un perjuicio académico para el resto de los estudiantes. Y no son
actitudes que se aprenden durante un solo verano, sino que vienen de atrás»,
añade.
La
situación de este docente no es más que un ejemplo de lo que vive la mayoría ya
que, según un estudio realizado sobre un total de 2.000 cuestionarios en todas
las comunidades, el 90 por ciento de los docentes convive con situaciones de violencia en su centro escolar. «Peleas, insultos, vejaciones entre
compañeros y compañeras, amenazas al profesorado por parte del alumnado y
familias son las situaciones más habituales», expone el sindicato. Las
situaciones de violencia más habituales que describen los profesionales de la
educación son amenazas por parte del alumnado y familias, la falta de respeto y
reconocimiento de la autoridad docente, violencia psicológica y situaciones de
indefensión. Así, según el sindicato, más de la cuarta parte de los encuestados
considera que la vida en el centro donde
imparten clase no es agradable y que la disciplina es insuficiente. Y no
sólo eso, el 75 por ciento cree que el docente tiene muy poca autoridad o
ninguna pese a que las comunidades ya disponen de leyes de autoridad que los
profesores entienden que para lo único que han servido, hasta la fecha, es para
reconocerles el principio de veracidad en el caso de una disputa.
La violencia no procede solo del alumnado,
en muchas ocasiones son los padres los protagonistas. Marcelo es director de un centro público y un día recibió la
llamada de otra directora–a la que no conocía– para advertirle de una alumna de
nueve años que se incorporaba a su colegio a mitad de curso: «Cuidado con la madre. Es muy conflictiva».
Pasados unos meses, Marcelo pudo comprobarlo... «Llamamos a la madre
porque había habido disputas en el patio y la niña había tenido faltas de
asistencia sin justificar. La madre explicó que a su hija le pegaban. Vimos que
se trataba de disputas normales de patio... Un día la madre acudió exigiendo
ver a la profesora en hora de clase. “No puede atenderla”, le repliqué. La mujer empezó a gritarme. Yo la pedí que
abandonara el centro y que cuando se tranquilizase regresara para hablar. Eso
no hizo más que enervarla más hasta el punto de que acabó propinándome un
bofetón y un par de empujones. Llamé a la Policía.
Lo que
más me dolió es que todo esto lo hiciera delante de su hija».
Fuente bibliográfica
RUIZ, ROCÍO, L., [sin fecha]. «Mis alumnos me insultan». www.larazon.es [en línea]. [Consulta: 6 febrero 2018]. Disponible en: https://www.larazon.es/sociedad/nueve-de-cada-10-profesores-convive-con-situaciones-de-violencia-en-clase-DA17422001.
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