25 feb 2018
La revolucionaria tecnología que revela las historias invisibles escondidas en los libros
Por:
Delia Ventura
Los libros guardan historias que no están escritas en
sus páginas: más bien quedaron impregnadas en ellas. Y ahora, una nueva
tecnología promete revelarlas.
Los
historiadores usualmente exploran los manuscritos antiguos o modernos para
desentrañar el significado de lo que está escrito y para comprender el contexto
en el que se escribieron.
Pero un
equipo de especialistas está estudiando lo que los autores dejaron en los tomos
más allá de las palabras.
"Apenas
empiezas a escribir en tu libreta de notas, tu cuerpo empieza a interactuar con el papel, pues la piel de todos
los seres humanos tiene sudor, saliva, diferentes aceites, microbios,
etcétera", le explica a BBC Mundo el físico e inventor Gleb Zilberstein,
uno de los desarrolladores de la tecnología.
"Dejas
(en el papel) una especie de huella digital repleta de información".
Es por
eso que lo que su equipo estudia no es lo escrito, sino el medio en el que el
texto fue grabado —ya sea papel, pergamino, panel de madera, tela, lienzo y
similares—, para extraer datos invisibles.
La
sorpresa del maestro y Margarita
Fue
cuando el equipo de Zilberstein trataba de eliminar los ácidos del manuscrito
original de "El maestro y Margarita",
una de las novelas más destacadas del siglo XX que cuenta la visita del diablo
a la Unión Soviética.
En esa
época se usaba papel de pulpa de celulosa, que con el tiempo se torna amarillo
y quebradizo, y puede llegar a quedar reducido a polvo.
Para
evitar la degradación estaban usando unos discos hechos de acetato de
etilvinilo, un polímero, originalmente destinados a la conservación de
manuscritos.
Al
extraerlos, notaron que los discos
estaban llenos de proteínas.
Y éstas
pueden ser una mejor fuente de información que el ADN del entorno en el que
vivían los autores, pues, como explicó Zilberstein, los péptidos de las
proteínas son más estables.
Con el
hallazgo se abrió la posibilidad de extraer información novedosa, desde la
presencia de medicamentos y los patógenos en el ambiente hasta de qué se
alimentaban quienes habían escrito las páginas.
En este
caso, el autor era el ruso Mikhail Bulgakov, quien aunque terminó de
escribir "El maestro y Margarita"
en 1936, como no la podía publicar siguió haciendo revisiones y reescribiéndola
hasta cuatro semanas antes de su muerte en 1940.
Como la causa de la muerte de Bulgakov es conocida, usar la tecnología en la páginas de su último manuscrito servía de prueba.
Su
fallecimiento se debió a una enfermedad renal y eso les dio a los expertos que
analizaban su manuscrito la posibilidad de poner a prueba la técnica recién
descubierta y ver si efectivamente era capaz de detectar los biomarcadores de
esa patología en los márgenes de las páginas. Y,
efectivamente, los identificó.
Con
ello, los científicos entendieron que habían dado con una técnica que podía
ampliar los horizontes de la investigación del patrimonio cultural, ya que
tiene la ventaja de que no es
invasiva y no causa ninguna degradación.
Una
tragedia inimaginable
Hay
situaciones difíciles de comprender si no las has vivido en carne propia.
Entre
1629 y 1630 Milán fue víctima de una serie de brotes de peste bubónica que se
conoció como la Peste italiana.
Como
consecuencia murieron 60.000 de sus 130.000 habitantes. Casi una de
cada dos personas desaparecieron para siempre en cuestión de un año.
Tal
calamidad dejó una marca indeleble en los milaneses, recogida en la magistral
obra del escritor italiano Alessandro Manzoni "Los novios".
"Los novios", de Alessandro Manzoni
Pasaba bajo el umbral de una de
aquellas puertas y venía hacia el convoy una mujer cuyo aspecto denunciaba
una juventud avanzada, pero no pasada; y dejaba traslucir una belleza velada y
ofuscada, mas no destruida por una gran pasión, por una languidez mortal: esa
belleza suave y a la vez majestuosa que brilla en la sangre lombarda. (...)
Pero no era sólo su aspecto lo que, entre
tantas miserias, la hacía señalado objeto de piedad y reavivaba para ella aquel
sentimiento ya exangüe y apagado en los corazones. Llevaba ésta en sus brazos a
un niña de unos nueve años, muerta; pero toda ella muy bien arreglada, con los
cabellos partidos en la frente, con un vestido blanquísimo, como si aquellas
manos la hubiesen engalanado para un fiesta prometida hacía mucho tiempo
y dada como premio.
"Los
novios". Extracto del capítulo XXXIV.
Los
escribas apuntaron los nombres y edades de cada uno de los individuos que
perecieron en meticulosos registros
de muerte.
Ahora,
casi cuatro siglos después, esta tecnología de vanguardia le permitió al equipo
de científicos descubrir mucho más sobre uno de los peores momentos de la
historia de Milán.
En los
márgenes inferiores de 11 páginas escritas durante los meses de mayor
mortalidad de los registros de defunción de la epidemia, guardados en el
Archivo del Estado de Milán, los científicos pusieron discos de EVA, el
nombre que se le dio a esta tecnología por las siglas en inglés de ethyl
vinyl acetate o acetato de vinilo etílico.
Ahí donde ves las estrellas rojas, está los discos EVA puestos en los valiosos documentos históricos: parece tan sencillo y revela tanta información. (Imágenes cortesía de Gleb Zilberstein)
Los
dejaron allí entre 60 y 90 minutos, los retiraron y los analizaron mediante
espectrometría de masas, una técnica de análisis que permite determinar la
distribución de las moléculas de una sustancia en función de su masa.
Los
resultados revelaron desde qué comían los escribas hasta con cuáles animales
compartían sus vidas.
No
siempre es agradable enterarse
Para los
estudiosos de ese período que han escudriñado esos registros de defunción, unos
documentos fundamentales, es probable algunas de esas revelaciones no sean muy
bienvenidas.
Y es que
en las páginas que tantas veces han acariciado se encontraron 22 queratinas de
ratón y 130 proteínas de ratones y
ratas.
Además
había unos 400 péptidos de diferentes cepas
bacterianas.
Y 17
proteínas eran de la familia Yersinia, la bacteria responsable de la peste bubónica.
Lazaretto era como una fortaleza invertida, que guardaba al enemigo entre sus muros: la peste.
Pero
también encontraron 60 proteínas de plantas que indican que los escribas comían
principalmente maíz, papas,
garbanzos, arroz y zanahorias.
La
investigación arrojó que en el lugar en el que albergaban a los enfermos, el
famoso Lazaretto —una construcción en forma de cuadrilátero erigida entre
finales del siglo XV e inicios del XVI para albergar afectados durante
epidemias— había ovejas y cabras.
La
próxima misión
Los
hallazgos fruto de la experiencia en Italia fueron recogidos en un documento
publicado recientemente en la revista especializada Journal of
Proteomics bajo el título "De ratones y hombres: rastros de la
vida en los registros de la muerte de la plaga de 1630 en Milán".
Para los
historiadores, datos como esos ayudan a completar el panorama de eventos.
Y a
veces, podrían llevar a resolver
antiguos misterios.
La próxima misión: investigar de qué murió el gran matemático Johannes Kepler.
Es el
caso de la nueva misión del equipo de Zilberstein, como le cuenta entusiasmado
a BBC Mundo.
"Nos
dieron acceso a los archivos de Johannes Kepler, quien no sólo era un gran
astrónomo y matemático sino también astrólogo", dice.
"Le
hacía los horóscopos a Albrecht Wenzel Eusebius von Wallenstein, duque de
Friedland, y al emperador Rodolfo II, horóscopos que los motivaron a irse a la
guerra contra Italia en 1630", agregó.
"Kepler
murió ese año a causa de una enfermedad desconocida. Y hay muchas indicaciones de que fue por ántrax".
"Vamos a
analizar sus últimos manuscritos para identificar la causa de su muerte".
Fuente bibliográfica
VENTURA, D., 2018. La revolucionaria tecnología que revela las historias invisibles escondidas en los libros. BBC Mundo [en línea]. 24 febrero 2018. [Consulta: 25 febrero 2018]. Disponible en: http://www.bbc.com/mundo/noticias-42726462.
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