28 sept 2018
¿Cuántas veces «anónimo» fue una mujer?: las escritoras anónimas o con seudónimos masculinos más célebres
Por: Abril Caminos
El
Lazarillo de Tormes, La epopeya de Gilgamesh, el Cantar de Mío Cid,
el Romancero viejo o la mayoría de la literatura medieval artúrica.
Todos estos libros comparten con otros muchos una misma característica:
desconocemos el nombre de su autor. Han pasado a la historia como «anónimo», pero ¿cuántas veces «anónimo»
fue una mujer?
La más
célebre defensora de esta tesis fue Virginia Woolf, quien en su obra Una
habitación propia afirmaba: «Me
atrevería a aventurar que Anónimo, que tantas obras ha escrito sin firmar, era
a menudo una mujer». Si una de las razones por las que los autores
ocultaban su identidad era el miedo a enfrentarse a prejuicios o a no ser
tomados en serio, resulta verosímil pensar que las mujeres lo tenían más
complicado en épocas pasadas que los hombres.
Las anónimas que
conocemos
Hay
varias obras literarias, algunas de ellas muy conocidas, en las que sabemos que
«Anónimo» era una mujer. Y las
razones para permanecer en el anonimato son variadas. En algunos casos, se
trata de manuscritos encontrados y publicados tras la muerte de sus autoras y
cuyos editores deciden respetar su intimidad.
Es el
caso de Una mujer en Berlín, el estremecedor relato de los últimos días de
la Segunda Guerra Mundial y los primeros de la entrada del Ejército Rojo en la
ciudad. Se publicó de forma anónima
por respeto a la privacidad de una mujer que cuenta en primera persona las
violaciones sufridas por parte de los soldados rusos. Hoy se sabe que su autora
se llamaba Marta Hillers.
También ocurre con cierta frecuencia en la
literatura erótica, como en La pasión de Mademoiselle S, una
recopilación de cartas encontradas de forma casual y escritas en los años
veinte en Francia. No habría sido difícil averiguar su identidad (se puede
deducir incluso de la lectura), pero se publicó como anónima por respeto a la
intimidad de la autora.
Pregúntale
a Alicia, el diario de una adolescente en los años setenta, se ha convertido en
un long-seller a lo largo de los años y, a pesar de que se presentó
originalmente como un diario verdadero, las dudas sobre su autenticidad han
hecho que desde los años ochenta se catalogue como obra de ficción. Lo que sí
se ha mantenido es su carácter anónimo, a pesar de que es conocido que su autora es Beatrice
Sparks.
Uno de
los casos de anonimato desvelado más conocidos de la historia es el de Jane Austen, que publicó en 1861 Sentido y
sensibilidad con la autoría de «by
a Lady» (por una mujer). Se trataría de un caso a medio camino entre
el anonimato y el reconocimiento explícito de la autoría femenina.
Mujeres
que se hacen pasar por hombres
Además
de la anonimia, otro método por el que la autoría femenina ha pasado
desapercibida es el uso de
seudónimos masculinos para la publicación. Las hermanas Brontë (Charlotte, Emily y Anne) escribieron sus
primeras obras, incluida la mítica Cumbres borrascosas, bajo los seudónimos de Currer, Ellis y Acton Bell,
para evitar los prejuicios de la época sobre la narrativa femenina.
Portada original de «Cumbres borrascosas», firmado por Ellis
Bell
También Louisa May Alcott, autora de Mujercitas, escribió
otras de sus obras con el ambiguo seudónimo A.M. Barnard. Pero ella, como ocurrió con las Brontë, ha recibido
el reconocimiento posterior a su verdadera identidad. No es ese el caso
de George Sand o George Eliot, que han pasado a la
historia de la literatura por sus seudónimos masculinos, e incluso muchos
lectores siguen acercándose a su obra desconociendo que fueron mujeres.
La escritora George Sand
Una
novela muy conocida del siglo XX, gracias en parte a la película basada en
ella, fue Memorias de África, obra de Isak
Dinesen. Aunque Isak Dinesen, en realidad, no era más que el seudónimo de
la baronesa Karen von Blixen-Finecke,
protagonista del libro. Se ha especulado mucho sobre las razones por las que eligió un seudónimo masculino,
pero la teoría más aceptada es que fue para ocultar en la medida de lo posible
el carácter autobiográfico de la novela.
Un caso
especialmente curioso es el de la escritora francesa Colette, quien alcanzó el éxito a comienzos del siglo
XX con la serie de novelas Claudine... claro que no se publicaron a
su nombre. Fue su marido, Henry
Gauthier-Villars, apodado «Willy», quien suplantó
su autoría, y tuvieron que pasar décadas antes de que ella tuviera el
reconocimiento merecido.
La escritora francesa Colette
La
literatura española no es tampoco ajena a este fenómeno. El ejemplo más
conocido es el de Fernán Caballero,
que en realidad era Cecilia Böhl de Faber.
Escribió diferentes novelas de carácter costumbrista e ideología
conservadora, entre las que destaca La gaviota (1849). Tomó su nombre
de una localidad de la provincia de Ciudad Real, pero lo hizo para evitar que se identificara su autoría femenina:
«[...] trocando para el público, modestas faldas de Cecilia por los castizos
calzones de Fernán Caballero».
Pero el
uso de seudónimos masculinos por parte de mujeres no es algo que nos remita
solo a épocas pasadas. La autora más vendida de las últimas décadas, J.K. Rowling, autora de Harry Potter, se vio obligada
por sus primeros editores a utilizar sus iniciales, en lugar de su verdadero
nombre, Joanne. ¿La razón? Que el manuscrito
de Harry Potter parecía estar dirigido principalmente a lectores
jóvenes y masculinos, que podrían tener prejuicios a la hora de leer una obra
de ese estilo escrita por una mujer. Eran finales de los años noventa.
Pero la
propia Rowling tomó también la decisión
de escribir con seudónimo masculino para sus novelas policíacas de
la serie Cormoran Strike. Su intención fue desmarcarse lo máximo posible
del universo Harry Potter y que su autoría no eclipsase a las novelas
en sí (aunque poco tardó en saberse que ella era la autora), pero eso no evitó
que recibiera críticas por masculinizar su
obra, cuando en su caso no era necesario, como sí lo había sido para muchas autoras a lo
largo de la historia de la literatura.
Imágenes
| Amazon.
Fuente bibliográfica
CAMINOS, ABRIL, [sin fecha]. ¿Cuántas veces «anónimo» fue una mujer?: las escritoras anónimas o con seudónimos masculinos más célebres. [en línea]. [Consulta: 28 septiembre 2018]. Disponible en: https://www.trendencias.com/libros-y-literatura/cuantas-veces-anonimo-fue-mujer-escritoras-anonimas-seudonimos-masculinos-celebres.
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