Fuente bibliográfica
16 oct 2018
Magia, sectas y maldiciones: historias de ocultismo en la literatura
Por: Gonzalo León
Desde
William Blake y Yeats hasta Burroughs y Pessoa, un repaso por los escritores
que formaron parte de sociedades secretas o indagaron en la temática en su
obra. Las influencias de Madame Blavatsky y Aleister Crowley
La relación entre ocultismo y literatura
puede rastrearse con intensidad a partir del siglo XIX. Como bien señala Rosa
Sala Rose en la introducción del Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo, la
segunda mitad de ese siglo fue una época propicia para movimientos teosóficos,
ariosóficos, satanistas que desembocaron, según ella, en la cosmovisión nazi.
Puede que su tesis sea muy arriesgada, pero lo cierto es que no es difícil
encontrar escritores fascinados por el ocultismo o determinadas sectas.
El
poeta William Blake (1757-1827)
perteneció a la Chosen Chief de la Ancient Druid Order y
transcurridos años de su muerte la Ecclesia Gnostica Catholica lo
declaró santo. Esta última secta era parte, junto a la Aurora Dorada, de la
Orden de los Templarios Orientales. Sus primeros líderes fueron Theodor Russ y el poeta Aleister Crowley (1875-1947). En
el Diccionario, Sala Rose señala que Crowley describió a la Atlántida como
"un infierno habitado por una raza de magos que puebla las montañas y
obliga a trabajar hasta morir a unos esclavos de raza inferior".
Madame Blavatsky y
Aleister Crowley
Otro
poeta que ingresó en una secta fue el poeta dublinés Willam Butler Yeats (1865-1939), quien, como cuenta Matías Battistón en el prólogo
de Magia (Interzona,
2018), los escritos sobre ocultismo de Yeats, después de haber fundado muy
joven la Sociedad Hermética de Dublín y de renunciar a la Sociedad
Teosófica de Madame Blavatsky, ingresó a la Aurora Dorada, donde también
participaba Aleister Crowley.
La verdad es que el líder de la secta, MacGregor Mathers, que a la sazón era cuñado del filósofo francés Henri Bergson, invitó a ambos poetas a
participar.
Sin
embargo, lo que pudo haber sido una sociedad literario-metafísica se transformó
en una disputa en varios niveles. Crowley, si bien tenía talento para la magia
negra y había aprendido rápidamente el uso de las drogas con fines
narcomágicos, no se llevaba bien con el resto de la secta. Con Yeats la
desconfianza llegó a su punto más elevado, cuando le llevó su libro de
poesía, Jephthah, y
Yeats demostró poco interés, Crowley entonces interpretó como que él estaba
dispuesto a hacer cualquier cosa para "socavar su creciente poder".
Lo que
debió haber sido una complicidad se convirtió en una conspiración mágica, que
"llega a su punto más peligroso cuando Yeats recluta a Althea Gyles, diseñadora gráfica y
miembro de la Aurora Dorada, para ayudarlo a perpetrar el magicidio".
Acorralado, Crowley tomó por asalto el templo de Isis-Uranis, que era un
departamento de siete habitaciones, y le cambió la cerradura. Al final fue
expulsado de la secta, y Yeats declarado Imperator.
“Diccionario crítico de mitos y símbolos
del nazismo”, de Sala Rose; “Magia” de Yeats e “Himnos de la noche”, de Novalis
No sólo
Rosa Sala Rose se ha referido a la presencia del ocultismo en el siglo XIX,
también lo ha hecho Glenn Everett,
profesor de la Universidad de Tennessee. Él afirma que el espiritualismo, o la
creencia de que los muertos se comunican con los vivos, "se puso de moda
por toda América y Europa durante la década de 1850", y esto se debió a
que muchos victorianos en Gran Bretaña abandonaron la religión convencional
buscando otras creencias a las que aferrarse. En esa época cuando un ya
adulto Robert Browning (1812-1889)
se enteró de que su esposa, Elizabeth Barrett Browning, adhería al
espiritualismo, sufrió una gran consternación. Como bien cuenta Borges, "su mujer era más famosa
que él". De hecho fue ella la que afirmó: "Los escépticos han dicho: 'Dejadme que vea
una mesa moverse y creeré cualquier cosa'. Ahora que la mesa se mueve, toda
Europa es testigo".
G.K. Chesterton escribió una biografía sobre Browning, y durante una época
él mismo se acercó al ocultismo, interesándose por la teosofía y teniendo
habituales sesiones con la ouija. También Yeats, que fue Premio Nobel de
Literatura en 1923, escribió sobre Browning, específicamente sobre Parecelsus, su poema dramático en el que describió cómo
la gente del pasado continuaba viviendo en la memoria de la naturaleza, "pensando lo que pensaron y haciendo lo
que hicieron".
Para
Yeats, esta memoria "revela hechos o
símbolos de siglos remotos. Místicos de muchos países y de muchos siglos han
hablado de esta memoria". El autor dublinés complementa esta
apreciación con la que le provoca William Blake, para quien Los era
el dios de la imaginación y para quien también existía la memoria de la
naturaleza, y las imágenes literarias provenían de allí. Blake dice, según Yeats,
"que todos los acontecimientos, 'todas las historias de amor', se renuevan
a partir de esas imágenes".
Blake, Yeats y
Browning, tres autores obsesionados con el ocultismo
William
Butler Yeats observa que en la práctica y en la filosofía
"magia" es tanto la "evocación de los espíritus" como
"las visiones de aquella verdad que reside en las profundidades de la
mente". Precisamente en Magia relata
su iniciación en la Aurora Dorada. Por esa época vivía cerca de Londres y
MacGregor Mathers lo invita a él y a un amigo a presenciar una sesión de magia.
Este amigo, después de leer una novela de Bulwer Lytton, había quedado tan obsesionado por ella que en ese
momento estaba desesperado por creer, además había estudiado geomancia,
astrología, quiromancia y simbolismo cabalístico.
La
sesión funcionó con Mathers en el papel de evocador de espíritus y Mina Bergson en el papel de
vidente. "Llevó a cabo su ritual en un largo salón con una elevación en un
extremo, una suerte de tarima, pero con un mobiliario escaso y barato". El
evocador se sentó en la tarima, Yeats y su acompañante en medio del salón y su
esposa al medio. Mathers, con un cetro de madera, se dirigió hacia una de las
tablas de Enoc, que los miembros de la secta usaban para caer en trance, y
repitió una fórmula que parecía un conjuro. Yeats entonces empezó a ver
imágenes: "Recuerdo haber visto figuras blancas, y haberme preguntado si
la mitra que llevaban en la cabeza habría sido sugerida por la mitra en la
cabeza del cetro".
Yeats
vio las vidas pasadas de su acompañante, pero éste no las vio, porque al
tratarse de sus propias vidas no tenía permitido verlas. Pero no sólo estaba lo
que conseguía ver el Premio Nobel, sino lo que la vidente le iba contando.
Llegó su turno y luego de ver un par de visiones, le pareció que más que ser
algo en concreto se trataba de "sombras simbólicas de los impulsos que los
causaron". Eran en definitiva "una
prueba del poder absoluto de la imaginación, de la capacidad que tenían varias
mentes de convertirse en una sola". Y es que él indagaba en el
ocultismo los poderes y alcances de la imaginación, porque, decía, "¿acaso la poesía y la música no
surgieron de los sonidos que los hechiceros emitían para ayudar a su
imaginación a hechizar…?". Sin embargo, no todo estaba al servicio de
la poesía, ya que con los años se casó con Georgie Hyde-Lees, que era médium.
“El gran dragón rojo
y las bestias del mar”, de William Blake
Obviamente,
antes del siglo XIX también hubo escritores vinculados no tanto al ocultismo,
pero sí a la metafísica, como el poeta alemán Novalis (1772-1801). En el prólogo de la nueva traducción de
su célebre Himnos a la noche (Interzona,
2017), Pablo Gianera lo describe como alguien para quien se había vuelto algo
natural contemplar lo más próximo como maravilloso, "y lo extraño,
sobrenatural, como algo de todos los días". El arranque del poema es la
muerte de la amada: "Esa pérdida le sugiera a Novalis una aventura poética
que es a la vez filosófica, religiosa y musical". Himnos, en el fondo, es
la experiencia de alguien que "respiró el aire de otros mundos".
Durante
el siglo XX hay una línea de continuidad con las épocas pasadas. William S. Burroughs (1914-1997)
fue otro escritor que practicó el ocultismo, aunque de un modo menos serio que
Yeats y Crowley. Le gustaba tirar maldiciones a otros colegas: Truman
Capote fue uno de sus blancos habituales. En una ocasión sentenció: "Tu talento acaba de ser oficialmente
anulado". Pero también le tiró maldiciones a los propios beatniks, que
lo habían acogido como uno de los suyos. En vista de que Tánger se había
llenado de beatniks lanzó una maldicioncita: "No quiero matarlos, sólo que enfermen un poco".
Crowley y Fernando
Pessoa jugando al ajedrez
El
portugués Fernando Pessoa fue
bastante particular, ya que demostró ser un gran estudioso tanto de las
ciencias ocultas como de la astrología, esto lo llevó a escribirle a Crowley
cuando vio las imprecisiones que cometió en su horóscopo personal incluido en
sus Confessions. Fue
así como se estableció un vínculo de amistad. Pessoa tradujo poemas de Crowley,
le ayudó a fingir su suicidio, y pese a compartir su afición por la magia
blanca con Yeats, le tuvo animadversión y lo atacó públicamente con uno de sus
heterónimos.
El
italiano Giulio Evola (1898-1974)
fue un artista dadaísta, filósofo y escritor, que también se sintió seducido
por la obra de Aleister Crowley. Partidario del esclavismo, la tortura y el
nazismo, fue juzgado después de la Segunda Guerra por, como cuenta Rosa Sala
Rose, "glorificación del fascismo, aunque no llegó a perder la
libertad", porque estaba paralítico desde 1945. Margarite Yourcenar admiró uno de los libros de Evola. El
escritor chileno Miguel Serrano se
sintió seducido por él, y en su obra hay mucho de esoterismo y trabajo con los
mitos; de hecho, algunos de sus libros sólo pueden entenderse si el lector está
iniciado en el tema que abordan. Otros escritores que no se fueron por la línea
de Evola o Serrano, pero sí se vieron influenciados por el teosofismo de Madame Blavatsky fueron los Premio
Nobel Boris Pasternak y Gabriela
Mistral.
“Las ciencias
ocultas en la ciudad de Buenos Aires”, de Arlt y “Las fuerzas extrañas”, de
Lugones
En
Argentina no son pocos los escritores que han escrito o trabajado con el
ocultismo. Leopoldo Lugones publicó
los cuentos de Las fuerzas extrañas,
donde se verifica el choque entre el discurso científico y el no científico
interpretado por el ocultismo. Otro fue Roberto
Arlt, quien publicó el libro de ensayos Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires, en el
que da cuenta de los centros teosóficos que pululaban por ese entonces. El más
contemporáneo fue Alberto Laiseca quien,
como se consigna en Magia, "tenía su propio catálogo de precauciones
gualichofilácticas, de medidas y alertas contra posibles daños mágicos".
*Magia, de William Butler Yeats,
traducción de Matías Battistón (Interzona, 2018).
Las
ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires, de Roberto Arlt.
Diccionario crítico de mitos y símbolos del
nazismo, de Rosa Sala Rose (Acantilado, 2003).
Himnos
a la noche, de Novalis,
traducción de Pablo Gianera (Interzona, 2017).
Las
fuerzas extrañas, de
Leopoldo Lugones.
Fuente bibliográfica
León, Gonzalo 10 de octubre, [sin fecha]. Magia, sectas y maldiciones: historias de ocultismo en la literatura. Infobae [en línea]. [Consulta: 16 octubre 2018]. Disponible en: https://www.infobae.com/america/cultura-america/2018/10/10/magia-sectas-y-maldiciones-historias-de-ocultismo-en-la-literatura/.
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1 comentario :
FUERTE ORACION PARA QUE SIENTA AMOR Y CELOS
Llamado fuerte en su cabeza.!!
Me hago fuerte en su cabeza.!!
Porque yo creo que ( nombre de la persona amada ) siente mucho Amor, Amor, Amor, Amor, Celos, Celos, Celos, Celos por mí. ( Tú nombre )
Traiga a ella ( nombre de la persona amada )
Para mí, ahora, gracias.
Yo creo, yo soy, ( tu nombre ) soy admirador de las falanges de luz de la fuerza suprema cósmica.
Ante mí está el Arcangel Rafael, detras de mí está el Arcangel Gabriel, en mi mano derecha está el Arcangel Miguel y en mi mano izquierda está el Arcangel Uriel.
Por mi cuerpo protegido por la luz de las llamas de los Arcángeles.
Por el sagrado y divino poder de los siete reinos por respeto y admiración por todas las falanges, pido por el poder y el honor que me ayuden a traer y mantener el amor de ( nombre de la persona amada ) para mí ( tu nombre ) y para siempre agradecido.
Pido a cada falange del universo para insertar mi imagen ( tu nombre )
Al corazón y la mente de ( nombre de la persona amada )
Clarea deja aclarar, traigan para mí a ( nombre de la persona amada )
Que su deseo aumente por mí ( tu nombre )
De hoy en adelante ( fecha de hoy ) el corazón, el cuerpo, el deseo de ( nombre de la persona amada ) es solo para mí ( tu nombre )
Que ninguna otra persona despierte el deseo y el interés en ( nombre de la persona amada )
Que su amor sea cada día más fuerte por amor de mí ( tu nombre )
Que ( nombre de la persona amada ) me trate siempre con mucho amor, con cariño y respeto a mí ( tu nombre )
Que ( nombre de la persona amada ) no me haga sufrir y que me ame a mí ( tu nombre )
Así como la fuerza que tiene entre la tierra y el cielo, así también apartir de ahora el deseo, el cariño de ( nombre de la persona amada ) sea solo mío ( tu nombre )
Que solo se sienta feliz y plena a mi lado.
Que nada, que nadie que ningún poder pueda cambiar esto.
Confío en esta oración y en la fuerza del universo.
No voy a romper está cadena, está oración será publicada ahora en homenaje a su poder.
Vaya hasta donde ( nombre de la persona amada ) está en este momento, e iluminen su alrededor y soplen su oído cuatro veces mi nombre ( tu nombre )
Que sienta que le hago falta y que me extrañe.
Que me llame todos los días.
Confío y creo en este poder.
Que así sea,
Así está hecho.
Amén
Tienes que compartir minimo tres veces.
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