Un adicto a Internet sufre la imperiosa necesidad de conectarse a la red, concretar una cita a través de un chat o a un foro de discusión.
El anonimato, la empatía con otros cibernautas y la rapidez con la que fluye la información, son algunos de los elementos en los que se basa la seducción que millones de personas experimentan, sin embargo, cuando se pierde el autocontrol sobre ese mundo virtual se puede caer en una adicción, advirtió.
La experta en casos de ciberadicciones destacó en entrevista con Notimex que dichos síntomas se reflejan en un desgaste paulatino de las relaciones personales y todo ello no es exclusivo de los adolescentes, como se podría suponer, sino que pueden presentarse también en niños y adultos sin importar su nivel socioeconómico.
"Cuando se pierde el control se genera una problemática igual a la que trae cualquier adicción, como el alcohol o las drogas, que crea en el individuo una satisfacción pasajera que es percibida como placer, pero cuando desaparece surge el displacer que pide una dosis mayor y tiene cada vez períodos más cortos de satisfacción", explicó.
De acuerdo con el estudio "Hábitos de los usuarios de Internet en México" de la Asociación Mexicana de Internet, 13% de los internautas consultados aseguró que no podría vivir sin esta herramienta, en tanto que 41% respondió que su vida se vería muy afectada sin el uso de este servicio.
Borbolla aclaró que el exceso de cualquier actividad siempre será perjudicial y por ello, para considerar a una persona adicta a Internet, se deben tomar en cuenta comportamientos que impliquen la sustitución de actividades fundamentales para el desarrollo humano y que alimenten la incapacidad de expresarse sólo cuando se está detrás del anonimato.
"Hemos tenido casos de padres adictos a la pornografía a través de internet descubiertos por su propios hijos, esto tiene una repercusión nefasta en la estructura familiar y puede ser que el hijo imite esta conducta".
La adicción a Internet conlleva a otras situaciones que ponen en riesgo la integridad física y emocional de quien la padece, como el acoso sexual, la intimidación, los fraudes y la pederastia, por lo cual es importante que una vez detectado alguno de los síntomas descritos se acuda con un especialista para someterse a un tratamiento.
"En internet, como en cualquier lugar existen personas que ejercen su poder de seducción en quienes encuentran un cierto grado de vulnerabilidad, suelen tener una impresionante paciencia patológica para ocuparse de su víctima por tres o cuatro meses haciéndose pasar por un niño o por alguien con buenas intenciones".
Los niños y adolescentes son en especial vulnerables a caer en una ciberadicción y a sufrir sus consecuencias, por lo que es fundamental que los adultos a su cargo limiten el tiempo que pasan en Internet, evitar tener la computadora en recámaras o estudios en donde no se puedan monitorear sus actividades y mantenerse informados sobre las relaciones personales que entablan en línea.
"Los papás somos la mejor policía, pero tenemos que capacitarnos para conocer qué pasa en la red... una adicción puede evitarse si la combatimos con información, no se trata de vigilarlos o perseguirlos sino de que aprovechen el potencial de la red sin arriesgarse en ningún sentido", señaló.
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