¿Libros malditos?

Por: Zsuzsanna Varga

No tengo ni idea a qué publicistas incultos se les ocurrió esa idea. No conozco, ni quiero conocer a los directivos de Bavaria que la han emprendido patrocinando de manera tan grotesca semejante campaña contra la lectura de libros.

¿Libros malditos?

Al observar comerciales de la televisión que es un medio masivo de la comunicación que nos transmite muchos mensajes que crean ideas y comportamientos especialmente para vender, que nos maneja, controla y manipula nuestras acciones. Para un adulto ya maduro y definido eso entra en su libre albedrío pero para los niños, grandes televidentes, el panorama es diferente.

El niño es sensible y fácil de manipular, y si recibe malos ejemplos de la educación aprende a tenerle poca importancia hacia su aprendizaje y formación cultural.

Mi vida que transcurrió entre libros desde mi casa materna, hasta los espacios de estudio, siempre acompañados de bibliotecas bien dotadas, culminando mi vocación y función laboral hace más de treinta años.

Me abruma el libro-fobia que estoy experimentando en mí alrededor, y eso me empuja a actuar. No me puedo quedar callada ante la tristeza que me invade al ver publicidad en la televisión contra los libros como portadores de algo pasado de moda, algo tedioso y aburrido.

El libro es solo soporte del conocimiento para algunos, argumentando que hoy hay otros formatos más atractivos, más actualizados. Sin duda, tienen parte de la razón. Pero el libro es más que eso: el libro en su momento era accesible sólo para la Iglesia y para los portadores del poder político-económico. La imprenta revolucionó el acceso al conocimiento, y su divulgación; también hizo una explosión de creación de nuevo conocimiento.

Por algo existió listado de libros prohibidos, por algo consideraron dictadores importante la quema de libros como portadores potenciales de ideas inconvenientes para ellos. A través del libro enamoramos de la lectura, y ese hábito nos acompaña durante nuestra vida ayudándonos en nuestra superación profesional, y en nuestros momentos críticos de incertidumbre. Hoy, gracias a la tecnología podemos tener un tablet u otro soporte para tener archivada información de muchos libros. ¿Se detuvieron pensar porqué el formato que utilizan es del libro en físico?

Fomentar el libro-fobia a través de publicidad como la venta de servicio de acceso a Internet mostrando un estudiante doblando la espalda cargando enciclopedias pesadas versus otro joven que en su celular del último modelo se burla de él por la cantidad de información almacenada allí, o la promoción de una bebida alcohólica con mensaje que ridiculiza el uso del libro, presentando como símbolo de lo aburrido, ¿hacia dónde nos conduce?

Queremos manifestar nuestra inconformidad hacia estos comerciales, e invitar a la sociedad a reflexionar sobre la orientación que damos o permitimos que otros les den a nuestros hijos, y finalmente invocar a los creadores que desborden su talento pero no a costa de los libros.