Por: Roberto Mendez
No es la primera ocasión que hablamos sobre la relación que
pueden tener las redes sociales con nuestra salud, concretamente nuestra salud
mental y emocional.
¿Facebook puede hacer que te sientas triste?
Seguramente en muchísimas ocasiones haréis como yo: Mirar Facebook por puro aburrimiento.
No tengo nada que hacer, pum,
a echar un ojo a Facebook, y mirar cualquier cosa (muros o fotos de amistades,
noticias, páginas, fotos graciosas, charlar con amigos por pasar el rato…). Y,
en otras ocasiones, usamos Facebook para compartir nuestros pensamientos,
fotografiar nuestra actividad (¿postureo?),
y demás. La realidad es que, si lo pensamos en frío (al menos según mi propia
experiencia y la de mis amistades), solemos
usar Facebook más de forma pasiva, por rutina más que por
un afán determinado.
Y justamente este uso pasivo (el de observador) puede
acarrearnos una
distorsión de nuestra realidad y llegar a hacernos infelices, según algunos estudios,
pues tendemos a
pensar que el resto del
mundo es más feliz que nosotros solo por leer estados y ver sus
fotos. Por ello, acabamos sintiendonos miserables por la
comparación. Por tanto, según algunos estudios,Facebook nos provocaría psicologicamente soledad y
tristeza, más que compañía y felicidad como podría ser
lógico (ya que usar un medio para comunicarnos con nuestros amigos, en teoría,
nos facilita las cosas para disfrutar de nuestro ocio).
A esto lo han denominado “paradoja de la amistad” (según
Justin Mullins, autor de “Is
there social capital in a social network site?: Facebook use and college
studens’ life satisfaction, trust and participation”):
“No solo tus amigos tienen más amigos que tu, sino que es probable que también tengan más parejas sexuales. Algo que es altamente contrario a la lógica, pero hay una razón matemática sencilla que lo explica: La gente con muchos amigos es probable que se encuentren entre tus mejores amigos. Y, al encontrarse en este lugar, elevan el número medio de amigos que tienen sus respectivos amigos. Así, los demás tienen más amigos que tú simplemente porque la media está sesgada, no porque sea real”
Además, Mullins añade
que aunque nuestros amigos
tienden a ser parecidos a nosotros(lógico), siempre habrá alguno que sea más feliz o más
rico que nosotros (lógico
también).
El uso pasivo o activo de Facebook marca la diferencia
En dicho estudio, los investigadores hicieron un seguimiento de la felicidad de los participantes mediante electromiografía facial (medían la expresión de los participantes). Por lo visto, si los sujetos se dedicaban activamente a Facebook (por un afán determinado), su respuesta fisiológica media un repunte significativo de la felicidad. Sin embargo, si navegaban pasivamente (por aburrimiento), dicha felicidad desaparecia.
Y, como ya hemos apuntado al principio, nuestro uso de Facebook suele ser más pasivo que activo. Por tanto, podemos afirmar que dicha predominancia de una experiencia pasiva es la que crea el sentimiento de infelicidad delante del uso de Facebbook.
La adicción a Facebook
Finalmente, podemos plantear una última hipótesis: ¿Es Facebook adictivo? Lo sé, lo sé. Últimamente todo es adictivo si le dedicamos mucho tiempo. Pero pongamonos en situación: Usar Facebook es más fácil que consumir muchas drogas legales actuales (tabaco, alcohol), su uso se apodera de nuestra atención y de gran parte de nuestras horas de vida, pero no nos provoca un daño evidente. Eso si, como cualquier adicción, gasta tiempo y energía, un tiempo que le restamos a otras actividades, y no usarlo puede irritarnos en ocasiones (o incluso usándolo, como hemos comentado por el hecho de la navegación pasiva y la tristeza).
Como curiosidad, en 2012 hubo un grupo de investigadores noruegos que desarrollaron unaescala de Likert para medir la adicción a Facebook basándose en 6 criterios:
1. Pasar mucho tiempo pensando en Facebook o planeando como usarlo.
2. Sentir impulsos para usar Facebook cada vez más.
3. Utilizar Facebook para olvidar nuestros problemas personales.
4. Tratar de reducir el uso de Facebook sin éxito.
5. Inquietarse o irritarse cuando se nos prohíbe usar Facebook.
6. Utilizar tanto Facebook que has sentido un impacto negativo en tu trabajo / estudios
De momento aún no podemos hablar de Facebook como una adicción, pues cabe estudiarlo más, pero no podréis negarme que conocéis gente (o incluso detectáis en vosotr@s mism@s) alguno de de estos criterios.
Visto en g+ por: Rosa Mária Merino
Fuente:http://www.medciencia.com/esta-facebook-distorsionando-nuestra-vision-de-la-realidad/
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