10 jun 2018
Las 11 virtudes que llevan al florecimiento del ser humano (no según un gurú posmoderno; según un filósofo eterno)
Estas 11
virtudes éticas tienen más de 2 mil 300 años y resultan hoy una excelente guía
para tomar un camino medio: sabiduría que comparten tanto Aristóteles como el
Buda.
En el
constante brote de literatura superacional y autoayuda surgen gurús que prometen revelar los secretos de la felicidad, el
éxito o incluso la iluminación. Muchos de ellos lo único que hacen es
recrear, cambiar de nombre o intentar traducir conceptos de otros maestros. Al
hacerlo, suelen diluirlos y banalizarlos. Como es sabido, el agua de un río es
más pura entre más cerca está de su fuente. Es por ello que recomendamos,
antes de tomar un gurú posmoderno, familiarizarse primero con una tradición
milenaria, al menos para poder cotejar las palabras de un aparente innovador.
A continuación
compartimos las 11 virtudes que Aristóteles, sin duda una de las mentes más
brillantes en la historia de la humanidad, expuso en su Ética como constitutivas de la eudaimonía, que es el término que Aristóteles
usa para referirse a una vida buena, feliz
y, sobre todo, con significado. No es la felicidad hedonista; es la
felicidad que está en armonía con el entorno, con los otros hombres, con el
universo e incluso con lo divino. Debe notarse que el filósofo recalca que cada
una de estas virtudes es un justo medio, es decir, enseña la moderación. Por
ejemplo, la templanza es el medio entre el exceso (o la sobreindulgencia) y la
deficiencia (o la insensibilidad). Así, una persona no beberá en exceso, pero
podrá disfrutar de un vaso de vino cuando la ocasión lo amerita. Al igual que
el Buda, Aristóteles enseñó un camino medio, y estas virtudes pueden
compararse con las paramitas o perfecciones que enseña el budismo. Traducimos
esta lista de una publicada en el sitio Big Think.
1. Valentía: El punto medio entre la cobardía y la
imprudencia.
2. Templanza: El punto medio entre la sobreindulgencia y la
insensibilidad.
3. Liberalidad o caridad: El justo medio entre la tacañería
y la dadivosidad irresponsable.
4. Magnificencia: Esta es la virtud de vivir con abundancia.
Yace en el medio entre el recato y la vulgaridad. El filósofo está en contra de
la mortificación ascética, pero no gusta de lo ostentoso.
5. Magnanimidad: Esta es la virtud que regula el orgullo y
está en el medio entre la falsa modestia y el delirio de grandeza. Tiene la
función de desarrollar también la autoconfianza y el amor propio.
6. Paciencia: Esta es la virtud que controla el
temperamento y permite que una persona no sea víctima de excesos emocionales.
Sin embargo, debe tenerse cuidado de no caer en la pasividad. Hay momentos que
merecen el enojo.
7. Honestidad: Aquí, el justo medio yace entre el vicio de
la mentira y el vicio de no tener tacto para saber cuando es mejor no hablar.
8. Ingenio: El punto medio entre la bufonería y el aburrimiento.
9. Amigabilidad: Para Aristóteles, la amistad es parte
central del sentido de la vida. No obstante, se debe evitar ser demasiado
amistoso, de tal forma que no nos dediquemos a otras cosas importantes.
10. Vergüenza: Aunque hoy la vergüenza está devaluada, de
hecho puede ser una importante virtud moral, no en el sentido de que nos
avergüence ser quienes somos o hacer lo que queremos hacer, sino en el sentido
de que sintamos verdadera pena y arrepentimiento por nuestros errores. El
punto medio entre ser miedosos y demasiado osados.
11. Justicia: La virtud de ser equitativos yace en el medio
entre el egoísmo y la falta de amor propio.
Fuente bibliográfica
PIJAMASURF, [sin fecha]. Las 11 virtudes que llevan al florecimiento del ser humano (no según un gurú posmoderno; según un filósofo eterno). PIJAMASURF.COM [en línea]. [Consulta: 10 junio 2018]. Disponible en: https://pijamasurf.com/2018/06/las_11_virtudes_que_llevan_al_florecimiento_del_ser_humano_no_segun_un_guru_posmoderno_segun_un_filosofo_eterno/.
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