Luciano Andreychuk
landreychuk@ellitoral.com
Ejercitemos la imaginación: pensemos en un/a docente -de secundaria, pongamos por caso- que prepara su clase para el día siguiente. Sobre la mesa de trabajo hay fichas, recortes de revistas educativas, fotocopias con actividades, libros de gramática y ciencias sociales, y un viejo tomo de la enciclopedia universal Salvat que el tiempo ha dejado amarillento. Pero hay, además, un elemento moderno que se incorpora a esta postal tradicional: un pequeño ordenador portátil -o netbook- con conexión a Internet.
Este docente imaginario prepara sus actividades escolares desde una perspectiva múltiple: revuelve los papeles, garabatea apuntes e ideas en forma manual, organiza fichas de trabajo; pero también recurre a la computadora y prepara una actividad multimedia para los alumnos, con audios, fotos y videos; está conectado a Internet, así que discute on-line con otros docentes sobre la producción de una actividad conjunta; poco después, responde consultas a sus alumnos, guiándolos en un informe de lectura, y acepta de ellos que agreguen entradas -posteen- con sugerencias. También, por si acaso, actualiza su blog personal para que los chicos estén al tanto de la prueba que se aproxima.
¿Ésta es la educación que se avecina? Parece que sí: las prácticas tradicionales de enseñanza se van integrando a una nueva concepción de la pedagogía apoyada en la comunicación digital de última generación. Y la Web 2.0 -versión superadora de la Internet- otorga más aplicaciones orientadas a la interactividad entre usuarios, consolida el concepto de web participativa en la producción de contenidos conjuntos -entre muchos usuarios colaborativos-, entre otras características. Y, con esto, el acto de enseñar y aprender dispondrá de nuevas herramientas.
Interacción/colaboración
Para el Dr. Julio Cabero Almenara -catedrático de la Universidad de Sevilla, España-, quien recientemente ofreció una videoconferencia sobre estos temas en el Paraninfo de la UNL, “las nuevas tecnologías no son la panacea que resolverá todos los problemas educativos y pedagógicos que nos aquejan. Pero sí abren escenarios de comunicación muy atractivos donde los profesores -de cualquier nivel- podremos conseguir instancias facilitadoras para una educación mas dinámica y participativa, con mayor interactividad entre docentes y alumnos.
“El uso de la tecnología 2.0 implica pensar que podemos reelaborar contenidos educativos de una nueva forma, pero sin perder el objetivo de nuestra misión, que es enseñar. Ahora, con la educación 2.0, alumnos y profesores (de los distintos niveles) ya no somos meros receptores de información, sino coproductores de información; podemos crear colaborativamente contenidos educativos”, dijo Cabero Almenara. “Al dejar de ser receptores pasivos y al volvernos sujetos activos de los contenidos, se le va dando forma a lo que se conoce como inteligencia colectiva”.
Conocimiento significativo
Según el especialista, éste es el destino -la tecnología digital- de la educación para los tiempos que vienen. Lo cual no quiere decir dejar de lado ni mucho menos negar otros soportes educativos: “La mejor tecnología es la que nos permite resolver un problema en el proceso pedagógico, pero en ocasiones ese problema se podrá resolver con apenas una simple fotocopia”, señaló. El aporte educativo de una tecnología no estará, entonces, en sus características técnico-instrumentales, sino en cómo esta tecnología puede resolver problemas de comunicación”, subrayó el catedrático.
El docente y un nuevo rol
La web 2.0 da una nueva arquitectura del intercambio participativo entre docentes y alumnos. “Estas herramientas 2.0 (interactividad, intercambio y colaboración on line) nos llevarán (a los docentes) no ya a reproducir meramente información, sino a producir y co-producir colaborativamente materiales educativamente significativos. El rol del docente será eminentemente activo”, señaló el Dr. Julio Cabero Almenara.
Todo esto implica trabajar con más herramientas de comunicación (e-mail, blogs, redes sociales, etc.). “Esta cultura de la colaboración, entendida totalmente por fuera del ocio y del entretenimiento social, se volverá una pieza clave en el desarrollo del proceso pedagógico”, concluyó.
/// una síntesis
La web 2.0 implica el pasaje de una Internet más estática a una web más dinámica. Esto, en lo que respecta a procesos educativos, significará mayor interactividad entre alumnos y sus profesores. Es el pasaje a un modelo de información centralizado a otro distributivo.
No es una “revolución” tecnológica, sino una actitud social, interactiva, colaborativa y participativa frente al uso de las nuevas tecnologías en educación.
El usuario tendrá más capacidad de gestionar, qué, cuándo y cómo publicar. El ciudadano como creador activo de conocimiento. Esto consolidará la inteligencia colectiva.
/// LA CLAVE
Los riesgos
“Cuidado, que a manos de estas nuevas herramientas se puede caer en el pensamiento débil, repetitivo y no constructivo. Muchas veces, la interactividad se vuelve ruido y confusión”, advirtió el catedrático español.
Web 2.0
es definida como
la segunda generación en la historia del desarrollo de tecnología web, basada en una amplia gama de servicios y aplicaciones, como las redes sociales, los blogs, etc., que fomentan la colaboración y el intercambio de información.
Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/08/15/educacion/EDUC-01.html
1 comentario :
Indiscutiblemente, el aporte de la tecnología ha sido maravilloso, como bien lo señala es un abrir las puertas hacia el dinamismo y la participación en la cual requiere un mayor profesionalismo para el profesor para el desarrollo de las actividades, además es un una actitud distinta hacia un horizonte de compartir e interactuar siempre centrado con un propósito claro, que determine lo que se quier lograr
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