26 ago 2009
Bibliotecas deben digitalizarse para sobrevivir
MILAN. Si las bibliotecas quieren evitar transformarse en instituciones desiertas y polvorientas en las que dormita un saber inaccesible, la única solución está en la digitalización de su patrimonio, coincidieron expertos internacionales, reunidos en Milán en ocasión del 75to. congreso mundial de la International Federation of Libreries Associations (IFLA) .
La transferencia a formatos digitales de las obras custodiadas en las bibliotecas de hecho ya forma parte del presente, como subrayó el presidente de la asociación italiana de bibliotecarios, Mauro Guerrini.
“Muchas bibliotecas municipales y locales ya han digitalizado y vuelto accesibles a través de Internet a libros y otros documentos, y lo mismo sucede en las universidades, donde algunos ateneos han logrado un nivel de servicio comparable con las mejores experiencias en el exterior”, dijo Guerrini.
Pero más allá de las iniciativas locales -regionales o nacionales- la tendencia que se va imponiendo en el mundo de las bibliotecas es la de definir acuerdos con operadores en Internet, que se ocupen técnicamente de la digitalización de las obras, una tarea larga y delicada, así como de su ordenación sucesiva, para permitir búsquedas en base a parámetros variables de parte de estudiantes, investigadores o simples lectores.
En este campo, se está perfilando una competencia entre algunos de los mayores actores en la red: por una parte el motor de búsqueda Google, con su proyecto Google Books, y por la otra la alianza entre Microsoft, Yahoo y Amazon para la rival Open Book Alliance. Google Books está actualmente en ventaja en esta competencia, luego de que la semana pasada se informó de sus tratativas con la Biblioteca Nacional francesa para colaborar en la digitalización de su catálogo de obras, como reconoció en Milán su responsable para Europa, Santiago de la Mora.
“Estamos muy satisfechos del interés que ha suscitado nuestra actividad: estamos ya colaborando con éxito con bibliotecas de muchos países, entre los cuales Francia, Bélgica, Gran Bretaña, Suiza, Alemania y España”, subrayó de la Mora, y precisó que “nuestra biblioteca digital cuenta ya con material en más de 100 idiomas”.
También Italia podría agregarse a esta lista, según dijo el director general de la oficina de valorización de los bienes culturales, Mario Resca, quien afirmó que el gobierno está conversando con Google Books sobre la posibilidad de transferir en Internet el contenido de las 47 bibliotecas administradas por el ministerio de Bienes Culturales.
Esto significaría unas 16 mil obras literarias que, como dijo Resca, el gobierno “se siente en deber de poner a disposición de todo el mundo”, ya que “esta maravillosa colección de obras maestras servirá para difundir la cultura y el idioma italianos”.
Aún así, muchos apuntan que existen serias dificultades en la digitalización de obras impresas, como el director de la Biblioteca Nacional Central de Roma, Osvaldo Avallone, quien subrayó que “la digitalización de un patrimonio de unos cinco millones de libros podría costar entre 40 y 50 centavos de euro por página”.
Además, advirtió, “no podemos dejar en manos de Google el monopolio de las bibliotecas digitales: después de todo, existen también proyectos europeos del mismo tipo”.
El éxito de Google Books, en efecto, nació de la adhesión al proyecto de una serie de bibliotecas de importantes universidades estadounidenses -Columbia, Princeton, Cornell, UCLA, Austin, etc- a la que fueron sumándose otros ateneos del mundo, como el de Ghent, en los Países Bajos, la japonesa Keio y la de Lausana (Suiza) .
Queda además por resolver el espinoso tema de los derechos de autor, que no afecta las obras más antiguas pero podría causar dificultades con las más recientes, ya que por definición el patrimonio de la bibliotecas debe pertenecer al dominio público.
Y a esto se suma el hecho de que, como subrayó la presidenta de IFLA, la alemana Claudia Lux, aunque la digitalización “puede servir para asegurar un acceso más amplio a nuestro patrimonio”, por otra parte la gente seguirá concurriendo personalmente a las bibliotecas para consultar las obras que allí se encuentran.
“Es que hay algunos documentos, algunos archivos, que sólo pueden ser consultados de ese modo, a lo que se suma la emoción de los lugares, el placer del encuentro con otros lectores e investigadores, o el simple gusto de poder estudiar en un ambiente que invita a la concentración”, dijo Lux.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
1 comentario :
Vaya todo un tema, muy interesante y para reflexionar. Personalmente creo que hay que aprovechar al máximo las ventajas de esta revolución tecnológica, para así dar a conocer las obras que las bibliotecas tenemos. Por otra parte, en "libro electrónico vs libro en papel", no deberíamos generar oposición, que cada quien elija lo que más le convenga, no?
Muy buenos post
Saludos!
Publicar un comentario