3 may 2013
Las bibliotecas, ¿condenadas?
En apoyo a las Bibliotecas
Populares no solo de Gualeguaychú sino de todo el país transcribo el presente
artículo publicado en el diario El Argentino de la ciudad de Gualeguaychú,
Entre Ríos
A pesar de ser populares, la
situación que atraviesan las bibliotecas, al menos en Gualeguaychú, es por
demás preocupante.
Por eso sus directivos apelan a
la comunidad en un intento de no tener que cerrar las puertas.
Las puertas de un tesoro, aún a
riesgo de que alguien piense por allí que lo que afirmamos es propio de una
mente bucólica.
Porque vaya paradoja: cada una
es un tesoro que a diferencia de lo que ocurre con los que conocemos -de la
vida real o la ficcional- lejos de agotare con el uso, se multiplica por
cientos cada día.
En cada persona que lleva un
libro, ese tesoro hecha raíces y crece algo nuevo.
En cada respuesta que dan, un
interrogante deja de serlo para volverse conocimiento.
Con las actividades que se
organizan dentro de ellas, hay regocijo, aprendizaje y esparcimiento.
Por eso vale afirmar lo dicho
hasta este punto.
También por esto no se entiende
la razón por la que deban mantenerse al límite de sus posibilidades.
¿Alguien podrá creer que no son
necesarias?
La respuesta es simple: más que
necesarias, son imprescindibles para la educación y el crecimiento de una
comunidad.
Y si bien ésta contribuye mes a
mes, está vigente la Ley
provincial por la que es obligación el aporte estatal.
Menos palabras entonces, de las que se
dicen por obligación y más hechos concretos en coherencia con lo que se afirma.
Ese será sin dudas, el mejor discurso.
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