18 jun 2008
"Los jóvenes nunca han escrito ni se han comunicado más que ahora"
Ana María Vigara, investigadora del lenguaje juvenil
El catastrofismo es una tendencia que genera numerosas adhesiones, más cuando se aborda el binomio juventud y lenguaje. Los garantes de la pulcritud se rasgan las vestiduras ante la forma en la que los adolescentes perpetran, más que hablan, la lengua. No es el caso, sin embargo, de Ana María Vigara, una de las pocas investigadoras que ha estudiado el fenómeno comunicativo en los adolescentes. Sus impresiones son distintas y distantes de la corriente predominante. Aboga, con optimismo y con hechos, por huir de prejuicios y de predicciones apocalípticas, y resalta que "los jóvenes nunca han escrito ni se han comunicado más que ahora".
¿El lenguaje de los jóvenes mola mazo?
A mí sí, pero a todos los adultos no les mola mazo porque probablemente no entiendan casi nada. Pero yo no creo que los jóvenes de ahora hablen así para que no les entiendan los padres. Ellos hablan así porque así es como necesitan hablar, como se relacionan con otros jóvenes. No quiere decir que todos usen las mismas palabras ni las mismas expresiones. Los procedimientos de lenguaje propio, sin embargo, sí son muy similares.
¿Cuáles son esos procedimientos?
Dentro de su jerga paralela, uno de los rasgos lingüísticos más notables es el desarrollo de sinónimos y sustitutos léxicos, en especial en los campos que son de su especial interés: el ocio, el ligue, el sexo, la bebida, los juicios de valor, el trato con otras personas. Otra característica esencial es la creación de sufijos peculiares. Ellos tienen sufijos muy curiosos, como '-eto', '-eta': novieta, bareto, camarata, segurata, broncata, ordenata... todo esto se considera típico juvenil. 'Vaya gepeto-careto que traes hoy'... Hay otros característicamente lúdicos: 'estar de soliplás' por 'estar solo', 'qué peich' por 'qué pasa'... 'me voy de marchuqui', 'bacaluti', 'dabuti'... no es que pretendan ser ni más listos ni que no les entiendan... lo que pretenden es disfrutar usando su lenguaje con sus iguales. Otro procedimiento es la deformación característica de las palabras. Por ejemplo, al perro le pueden llamar 'puerro', a los travestis 'travelos', el 'sinsen' es el sin sentido, 'qué paisa' en lugar de qué pasa, los gominolos, los corbatos, te joribias... Además alteran y hacen derivadas de sus propias palabras, con el verbo cantar por ejemplo. Una palabra que proviene del mundo del teatro y que de ahí deriva cantoso, canteo, incluso escrito con "k".
Este lenguaje, ¿lo utilizan en todos los ámbitos?
Lo utilizan sólo con jóvenes, sólo con los que sienten sus iguales y por lo general en situaciones no formales de comunicación y casi orales. Sin embargo, los chat y el Messenger nos hacen matizar esta afirmación que hasta ahora era cierta.
Los jóvenes hablan diferente, pero ¿hablan peor?
Su estándar lingüístico está menos desarrollado que el de los adultos, pero porque son jóvenes. No tienen la experiencia comunicativa de un adulto ni han contado con la posibilidad de adaptarse a tantas experiencias distintas ni han desarrollado su competencia comunicativa. Pero esto es lógico. Por tanto, ¿es más pobre respecto al adulto? Sí, pero con estos importantes matices.
¿Y si lo comparamos entre jóvenes de distintas generaciones?
No. La parte de la escuela es muy importante. Sí es verdad que se mantiene una queja generalizada acerca de cómo han progresado los planes de estudio, de cómo se han dejado de hacer dictados y se ha primado el aprendizaje teórico. Eso puede ser cierto, y quizá tengamos que rectificar. No lo sé.Supongo que los expertos tendrán que reflexionar sobre ello porque todo el mundo está descontento. Yo tengo 52 años y en mi generación y en los colegios públicos, que es donde yo estudié, todos hacíamos lo mismo: dictados todos los días.
Parte del Quijote lo escribí en dictados porque todos los días me hacían uno. La realidad en la que nos encontramos merece una reflexión, pero, en contra de los agoreros, la lengua no se va a pique, la lengua evoluciona. Y lo que hoy nos parece muy incorrecto dentro de un tiempo puede ser la norma. La lengua está viva y evoluciona, y contra eso no podemos hacer nada.
"En contra de lo que dicen los agoreros, la lengua no se va a pique, la lengua evoluciona"
No se puede, y no se debe, ¿no?
Podemos intentar hacer algunas cosas. Por ejemplo yo siempre les digo a mis alumnos que si hay algo que no quiero dejar de corregirles es aquello que los marca como hablantes vulgares.
¿En qué se concreta el concepto de hablante vulgar?
Un caso prototípico es el 'me se', 'me se ha caído'. Ese se lo tendría que corregir siempre. Pero hay uno que durante mucho tiempo aparecía en los libros como vulgar y que yo oigo en personas cultas, y lo oigo bastante. Hace referencia a la segunda persona del verbo en pasado, 'fuistes', 'dijistes', 'cantastes' en lugar de 'fuiste', 'dijiste', 'cantaste'. Es probable que este fenómeno acabe triunfando en la lengua. Y luego hay muchísimas cosas que parecen incorrectas ahora y pasado mañana ya son correctas. Yo me he pasado la vida diciéndole a mis alumnos que élite no era élite sino elite cuando se escribe, aunque se pronuncia élite. Y ya están admitidas las dos y ahora se da el caso que en muchos periódicos la vemos sin acento.
¿Cómo está al loro de lo que dice la peña, es decir, cómo está al tanto de lo que hablan los jóvenes?,
No, no me invitan. Los jóvenes están a gusto con otros jóvenes. Yo estoy al loro porque me interesa. El problema es que los jóvenes no se dedican a estudiar su lenguaje, lo hacemos los adultos y con numerosos prejuicios. Tú lo primero que lees es que el lenguaje de los jóvenes es muy pobre. Sin embargo, desarrollan sinónimos y sus propios sufijos, intentan adaptarse al modo de hablar de los mayores cuando se relacionan con ellos... Por tanto, el lenguaje juvenil no es pobre.
Por cierto, dentro del estudio del lenguaje de los jóvenes, ha dedicado especial atención al de los niños bien, al lenguaje pijo.
Sí, sí. Lo que yo comprobé en los diez meses de mi vida en los que me dediqué a su estudio es que el de los niños bien, en contra del prejuicio que tenemos, es quizá el grupo juvenil de vanguardia en el lenguaje, como lo es también en la ropa. Ponen una ropa de moda y cuando acabamos utilizándola los demás ya han cambiado, y poniendo otra de moda. No sé si es tan supermegaguay, pero es muy interesante.
¿Algunos tesoros lingüísticos obtenidos del lenguaje de este grupo?
Una de las cosas que más ha extendido el lenguaje de los niños bien es el prefijo 'super' y eso sí que es verdad que está contribuyendo a empobrecer el estándar, porque llega un momento en que no sabemos decir más que 'super'. Ya ni siquiera se es normal, se es supernormal... Está el 'o sea', tú si buscas el 'o sea' en el lenguaje escrito periodístico verás que ha desaparecido del mapa, y es un conector interesantísimo para el lenguaje escrito. Se ha identificado del todo con el lenguaje de los niños bien y ha desaparecido del periodismo.
¿No peca de exceso de frivolidad?
A veces sí, pero cualquier lenguaje juvenil te puede parecer frívolo porque es lúdico. Lo cierto es que los niños bien tienen poco vulgarismos, el 'que te cagas' es uno de los pocos que han extendido. 'Lo tuyo es demasiado'; 'te mola mogollón', '¿me das un piti?', 'genial' e 'ideal'... son algunos. Por ejemplo, uno le dice a otro: '¿me das un chicle?' y cuando se lo da le responde: 'me haces feliz', 'me has salvado la vida'. A esto se añaden expresiones ya muy extendidas dentro de toda la sociedad como 'el finde' (el fin de semana), 'los compis' (los compañeros)...
Usted conoce al dedillo el lenguaje de los jóvenes. ¿Qué puede decir del de los adultos?
Se puede decir que la escuela se ha democratizado desde hace muchísimo tiempo. Yo soy de clase baja, por ejemplo, y éramos pocos los compañeros de clase baja, la mayoría eran personas de clase media, media-alta. En la actualidad, la inmensa mayoría de los padres puede llevar a sus hijos a la universidad, los medios de comunicación actúan también positivamente en el uso del lenguaje... Los adultos de hoy deberíamos hablar mejor que los de ayer y peor que los de mañana.
¿Deberíamos o lo hacemos?
Yo creo que lo hacemos incluso sin quererlo y sin saberlo. El temor de que los sms empobrezcan la lengua escrita me parece todavía infundado porque todas las personas que conocemos han escrito su primer sms cuando ya sabían qué palabras se escribían con 'b', con 'v', que una cosa es escribir y otra hablar y lo que han hecho es adaptarse de manera extraordinaria a la herramienta del teléfono móvil, al manejo de los dedos. Sólo hay que ver la rapidez para generar abreviaturas con las que se entienden. Naturalmente, necesitan un contexto, el suyo, para entenderse. Pero es un proceso de adaptación que a mí me parece extraordinario y muy positivo. De momento estamos alarmándonos por algo que no ha ocurrido y que no sabemos si va a ocurrir.
¿Debe preocupar a los padres el hecho de que no entiendan cuando hablan sus hijos?
A mí me gustaría entender lo que dice mi hijo, por lo menos lo básico. Si es muy críptico lo que dice, debería intentar saber lo que está diciendo, de la misma manera que quiero saber en qué páginas de Internet se mete, me gustaría saber con qué amigos sale, si se enamora o no, si es sensible o no, me gustaría entender lo que dice mi hijo. ¿Es motivo de alarma? No necesariamente. Puedo no entender nada y que mi hijo sea maravilloso. Pero claro, eso nos mosquea mucho a los adultos.
¿Y cómo puede saberlo?
Yo les daría un consejo: intenta escucharle sin prejuicios. Si a tu hijo le preguntas, "¿tanto te cuesta escribir por el Messenger de una forma que se te entienda?", el hijo te responde: "es que se me entiende". Los jóvenes sí comprenden lo que nosotros decimos y nosotros no entendemos lo que dicen ellos, así que el esfuerzo nos a tocar hacerlo a nosotros. ¿Cómo? Abriendo los oídos y la mente.
Una persona que no lee, ¿puede hablar de manera correcta?
Puede hacerlo, sí, pero seguro que de forma más limitada respecto de una persona que lea más y tenga mayores experiencias comunicativas.
¿La lectura es la panacea para enriquecer la competencia comunicativa?
No sé si es la panacea... yo conozco a personas que no leen nada, ni periódicos siquiera, y son felices. Pero si hablamos de desarrollo del lenguaje, la lectura es muy importante. La lectura engloba a los medios de comunicación.
¿El lenguaje que se utiliza en ellos es para echarse a temblar?
Para tanto no, pero cada vez tienden más a fenómenos que consideran específicos propios y que no quieren renunciar. Donde más se nota es en el lenguaje deportivo, con términos que no se utilizarían de ninguna manera. De todas formas, cuando hablamos de los problemas de los medios de comunicación, hablamos de los problemas del lenguaje escrito. Somos hipersensibles a la escritura porque nos permite tomar conciencia de lo que estamos leyendo o interpretando, lo que ocurre en mucha menor medida cuando hablamos.
¿Cómo calificaría el nivel medio del dominio del lenguaje de los periodistas?
Medio. No es tan alarmante como se suele decir. Lo que sí es verdad, y no sé muy bien la razón, es que muchos periodistas tienen graves problemas con la puntuación, lo que dificulta una buena comunicación con el lector, más incluso que una falta de ortografía.
Muchos periodistas tienen graves problemas con la puntuación, lo que dificulta una buena comunicación con el lector
¿Internet es una oportunidad o una catástrofe para la lengua?
Internet es una maravilla. Ha revolucionado el mundo de la comunicación en todos los terrenos, también en el personal. Si hablamos de jóvenes, nuestros jóvenes no han escrito más en su vida que ahora, sólo que ya no escriben ni en los mismos medios, ni de la misma manera, ni con el mismo soporte que antes. Esto es lo que hay que aprender a distinguir, que escribir un correo electrónico formal no es lo mismo que hacerlo con un amigo, que escribir un correo electrónico no es lo mismo que un Messenger, que escribir un correo electrónico no es lo mismo que un examen, y que escribir no es lo mismo que hablar. Si logramos que eso lo tengan claro, cómo no van a disponer de capacidad para adaptarse a ello.
¿Con los sms tampoco hay motivo de alarma?
Los sms son una muestra extraordinaria de adaptación de los chavales a un modo de escritura en un soporte complicado que no conocían, que les ha entusiasmado y que les sale rentabilísimo. Si ellos distinguen bien que una cosa es el sms, otra el Messenger, otra el examen y otra un escrito periodístico, no sólo no arrastrarán problemas sino que enriquecerán nuestra perspectiva de comunicación. Nunca han escrito ni se han comunicado más los jóvenes que ahora.
¿Usted escribe sms?
Claro. No muchos porque se me dan muy mal.
¿Y correctamente?
Uff, no, si no tengo el modo de escritura predictiva los escribo abreviados, porque el medio es lo que pide. Pero es que además hay una cosa muy importante de la que no se suele hablar. Si tú le mandas un sms a un amigo puedes abreviar todo lo que te dé la gana con tal de que él te entienda. Pero si tú mandas un sms del tipo: "Concentración en la plaza mayor ... para protestar por la subida de .." lo escribes sin una abreviatura. ¿Por qué? Porque es imprescindible que ese mensaje lo entienda todo el mundo y no sólo mi amiguete.
Fuente: http://revista.consumer.es/web/es/20080601/entrevista/72658.php
El catastrofismo es una tendencia que genera numerosas adhesiones, más cuando se aborda el binomio juventud y lenguaje. Los garantes de la pulcritud se rasgan las vestiduras ante la forma en la que los adolescentes perpetran, más que hablan, la lengua. No es el caso, sin embargo, de Ana María Vigara, una de las pocas investigadoras que ha estudiado el fenómeno comunicativo en los adolescentes. Sus impresiones son distintas y distantes de la corriente predominante. Aboga, con optimismo y con hechos, por huir de prejuicios y de predicciones apocalípticas, y resalta que "los jóvenes nunca han escrito ni se han comunicado más que ahora".
¿El lenguaje de los jóvenes mola mazo?
A mí sí, pero a todos los adultos no les mola mazo porque probablemente no entiendan casi nada. Pero yo no creo que los jóvenes de ahora hablen así para que no les entiendan los padres. Ellos hablan así porque así es como necesitan hablar, como se relacionan con otros jóvenes. No quiere decir que todos usen las mismas palabras ni las mismas expresiones. Los procedimientos de lenguaje propio, sin embargo, sí son muy similares.
¿Cuáles son esos procedimientos?
Dentro de su jerga paralela, uno de los rasgos lingüísticos más notables es el desarrollo de sinónimos y sustitutos léxicos, en especial en los campos que son de su especial interés: el ocio, el ligue, el sexo, la bebida, los juicios de valor, el trato con otras personas. Otra característica esencial es la creación de sufijos peculiares. Ellos tienen sufijos muy curiosos, como '-eto', '-eta': novieta, bareto, camarata, segurata, broncata, ordenata... todo esto se considera típico juvenil. 'Vaya gepeto-careto que traes hoy'... Hay otros característicamente lúdicos: 'estar de soliplás' por 'estar solo', 'qué peich' por 'qué pasa'... 'me voy de marchuqui', 'bacaluti', 'dabuti'... no es que pretendan ser ni más listos ni que no les entiendan... lo que pretenden es disfrutar usando su lenguaje con sus iguales. Otro procedimiento es la deformación característica de las palabras. Por ejemplo, al perro le pueden llamar 'puerro', a los travestis 'travelos', el 'sinsen' es el sin sentido, 'qué paisa' en lugar de qué pasa, los gominolos, los corbatos, te joribias... Además alteran y hacen derivadas de sus propias palabras, con el verbo cantar por ejemplo. Una palabra que proviene del mundo del teatro y que de ahí deriva cantoso, canteo, incluso escrito con "k".
Este lenguaje, ¿lo utilizan en todos los ámbitos?
Lo utilizan sólo con jóvenes, sólo con los que sienten sus iguales y por lo general en situaciones no formales de comunicación y casi orales. Sin embargo, los chat y el Messenger nos hacen matizar esta afirmación que hasta ahora era cierta.
Los jóvenes hablan diferente, pero ¿hablan peor?
Su estándar lingüístico está menos desarrollado que el de los adultos, pero porque son jóvenes. No tienen la experiencia comunicativa de un adulto ni han contado con la posibilidad de adaptarse a tantas experiencias distintas ni han desarrollado su competencia comunicativa. Pero esto es lógico. Por tanto, ¿es más pobre respecto al adulto? Sí, pero con estos importantes matices.
¿Y si lo comparamos entre jóvenes de distintas generaciones?
No. La parte de la escuela es muy importante. Sí es verdad que se mantiene una queja generalizada acerca de cómo han progresado los planes de estudio, de cómo se han dejado de hacer dictados y se ha primado el aprendizaje teórico. Eso puede ser cierto, y quizá tengamos que rectificar. No lo sé.Supongo que los expertos tendrán que reflexionar sobre ello porque todo el mundo está descontento. Yo tengo 52 años y en mi generación y en los colegios públicos, que es donde yo estudié, todos hacíamos lo mismo: dictados todos los días.
Parte del Quijote lo escribí en dictados porque todos los días me hacían uno. La realidad en la que nos encontramos merece una reflexión, pero, en contra de los agoreros, la lengua no se va a pique, la lengua evoluciona. Y lo que hoy nos parece muy incorrecto dentro de un tiempo puede ser la norma. La lengua está viva y evoluciona, y contra eso no podemos hacer nada.
"En contra de lo que dicen los agoreros, la lengua no se va a pique, la lengua evoluciona"
No se puede, y no se debe, ¿no?
Podemos intentar hacer algunas cosas. Por ejemplo yo siempre les digo a mis alumnos que si hay algo que no quiero dejar de corregirles es aquello que los marca como hablantes vulgares.
¿En qué se concreta el concepto de hablante vulgar?
Un caso prototípico es el 'me se', 'me se ha caído'. Ese se lo tendría que corregir siempre. Pero hay uno que durante mucho tiempo aparecía en los libros como vulgar y que yo oigo en personas cultas, y lo oigo bastante. Hace referencia a la segunda persona del verbo en pasado, 'fuistes', 'dijistes', 'cantastes' en lugar de 'fuiste', 'dijiste', 'cantaste'. Es probable que este fenómeno acabe triunfando en la lengua. Y luego hay muchísimas cosas que parecen incorrectas ahora y pasado mañana ya son correctas. Yo me he pasado la vida diciéndole a mis alumnos que élite no era élite sino elite cuando se escribe, aunque se pronuncia élite. Y ya están admitidas las dos y ahora se da el caso que en muchos periódicos la vemos sin acento.
¿Cómo está al loro de lo que dice la peña, es decir, cómo está al tanto de lo que hablan los jóvenes?,
No, no me invitan. Los jóvenes están a gusto con otros jóvenes. Yo estoy al loro porque me interesa. El problema es que los jóvenes no se dedican a estudiar su lenguaje, lo hacemos los adultos y con numerosos prejuicios. Tú lo primero que lees es que el lenguaje de los jóvenes es muy pobre. Sin embargo, desarrollan sinónimos y sus propios sufijos, intentan adaptarse al modo de hablar de los mayores cuando se relacionan con ellos... Por tanto, el lenguaje juvenil no es pobre.
Por cierto, dentro del estudio del lenguaje de los jóvenes, ha dedicado especial atención al de los niños bien, al lenguaje pijo.
Sí, sí. Lo que yo comprobé en los diez meses de mi vida en los que me dediqué a su estudio es que el de los niños bien, en contra del prejuicio que tenemos, es quizá el grupo juvenil de vanguardia en el lenguaje, como lo es también en la ropa. Ponen una ropa de moda y cuando acabamos utilizándola los demás ya han cambiado, y poniendo otra de moda. No sé si es tan supermegaguay, pero es muy interesante.
¿Algunos tesoros lingüísticos obtenidos del lenguaje de este grupo?
Una de las cosas que más ha extendido el lenguaje de los niños bien es el prefijo 'super' y eso sí que es verdad que está contribuyendo a empobrecer el estándar, porque llega un momento en que no sabemos decir más que 'super'. Ya ni siquiera se es normal, se es supernormal... Está el 'o sea', tú si buscas el 'o sea' en el lenguaje escrito periodístico verás que ha desaparecido del mapa, y es un conector interesantísimo para el lenguaje escrito. Se ha identificado del todo con el lenguaje de los niños bien y ha desaparecido del periodismo.
¿No peca de exceso de frivolidad?
A veces sí, pero cualquier lenguaje juvenil te puede parecer frívolo porque es lúdico. Lo cierto es que los niños bien tienen poco vulgarismos, el 'que te cagas' es uno de los pocos que han extendido. 'Lo tuyo es demasiado'; 'te mola mogollón', '¿me das un piti?', 'genial' e 'ideal'... son algunos. Por ejemplo, uno le dice a otro: '¿me das un chicle?' y cuando se lo da le responde: 'me haces feliz', 'me has salvado la vida'. A esto se añaden expresiones ya muy extendidas dentro de toda la sociedad como 'el finde' (el fin de semana), 'los compis' (los compañeros)...
Usted conoce al dedillo el lenguaje de los jóvenes. ¿Qué puede decir del de los adultos?
Se puede decir que la escuela se ha democratizado desde hace muchísimo tiempo. Yo soy de clase baja, por ejemplo, y éramos pocos los compañeros de clase baja, la mayoría eran personas de clase media, media-alta. En la actualidad, la inmensa mayoría de los padres puede llevar a sus hijos a la universidad, los medios de comunicación actúan también positivamente en el uso del lenguaje... Los adultos de hoy deberíamos hablar mejor que los de ayer y peor que los de mañana.
¿Deberíamos o lo hacemos?
Yo creo que lo hacemos incluso sin quererlo y sin saberlo. El temor de que los sms empobrezcan la lengua escrita me parece todavía infundado porque todas las personas que conocemos han escrito su primer sms cuando ya sabían qué palabras se escribían con 'b', con 'v', que una cosa es escribir y otra hablar y lo que han hecho es adaptarse de manera extraordinaria a la herramienta del teléfono móvil, al manejo de los dedos. Sólo hay que ver la rapidez para generar abreviaturas con las que se entienden. Naturalmente, necesitan un contexto, el suyo, para entenderse. Pero es un proceso de adaptación que a mí me parece extraordinario y muy positivo. De momento estamos alarmándonos por algo que no ha ocurrido y que no sabemos si va a ocurrir.
¿Debe preocupar a los padres el hecho de que no entiendan cuando hablan sus hijos?
A mí me gustaría entender lo que dice mi hijo, por lo menos lo básico. Si es muy críptico lo que dice, debería intentar saber lo que está diciendo, de la misma manera que quiero saber en qué páginas de Internet se mete, me gustaría saber con qué amigos sale, si se enamora o no, si es sensible o no, me gustaría entender lo que dice mi hijo. ¿Es motivo de alarma? No necesariamente. Puedo no entender nada y que mi hijo sea maravilloso. Pero claro, eso nos mosquea mucho a los adultos.
¿Y cómo puede saberlo?
Yo les daría un consejo: intenta escucharle sin prejuicios. Si a tu hijo le preguntas, "¿tanto te cuesta escribir por el Messenger de una forma que se te entienda?", el hijo te responde: "es que se me entiende". Los jóvenes sí comprenden lo que nosotros decimos y nosotros no entendemos lo que dicen ellos, así que el esfuerzo nos a tocar hacerlo a nosotros. ¿Cómo? Abriendo los oídos y la mente.
Una persona que no lee, ¿puede hablar de manera correcta?
Puede hacerlo, sí, pero seguro que de forma más limitada respecto de una persona que lea más y tenga mayores experiencias comunicativas.
¿La lectura es la panacea para enriquecer la competencia comunicativa?
No sé si es la panacea... yo conozco a personas que no leen nada, ni periódicos siquiera, y son felices. Pero si hablamos de desarrollo del lenguaje, la lectura es muy importante. La lectura engloba a los medios de comunicación.
¿El lenguaje que se utiliza en ellos es para echarse a temblar?
Para tanto no, pero cada vez tienden más a fenómenos que consideran específicos propios y que no quieren renunciar. Donde más se nota es en el lenguaje deportivo, con términos que no se utilizarían de ninguna manera. De todas formas, cuando hablamos de los problemas de los medios de comunicación, hablamos de los problemas del lenguaje escrito. Somos hipersensibles a la escritura porque nos permite tomar conciencia de lo que estamos leyendo o interpretando, lo que ocurre en mucha menor medida cuando hablamos.
¿Cómo calificaría el nivel medio del dominio del lenguaje de los periodistas?
Medio. No es tan alarmante como se suele decir. Lo que sí es verdad, y no sé muy bien la razón, es que muchos periodistas tienen graves problemas con la puntuación, lo que dificulta una buena comunicación con el lector, más incluso que una falta de ortografía.
Muchos periodistas tienen graves problemas con la puntuación, lo que dificulta una buena comunicación con el lector
¿Internet es una oportunidad o una catástrofe para la lengua?
Internet es una maravilla. Ha revolucionado el mundo de la comunicación en todos los terrenos, también en el personal. Si hablamos de jóvenes, nuestros jóvenes no han escrito más en su vida que ahora, sólo que ya no escriben ni en los mismos medios, ni de la misma manera, ni con el mismo soporte que antes. Esto es lo que hay que aprender a distinguir, que escribir un correo electrónico formal no es lo mismo que hacerlo con un amigo, que escribir un correo electrónico no es lo mismo que un Messenger, que escribir un correo electrónico no es lo mismo que un examen, y que escribir no es lo mismo que hablar. Si logramos que eso lo tengan claro, cómo no van a disponer de capacidad para adaptarse a ello.
¿Con los sms tampoco hay motivo de alarma?
Los sms son una muestra extraordinaria de adaptación de los chavales a un modo de escritura en un soporte complicado que no conocían, que les ha entusiasmado y que les sale rentabilísimo. Si ellos distinguen bien que una cosa es el sms, otra el Messenger, otra el examen y otra un escrito periodístico, no sólo no arrastrarán problemas sino que enriquecerán nuestra perspectiva de comunicación. Nunca han escrito ni se han comunicado más los jóvenes que ahora.
¿Usted escribe sms?
Claro. No muchos porque se me dan muy mal.
¿Y correctamente?
Uff, no, si no tengo el modo de escritura predictiva los escribo abreviados, porque el medio es lo que pide. Pero es que además hay una cosa muy importante de la que no se suele hablar. Si tú le mandas un sms a un amigo puedes abreviar todo lo que te dé la gana con tal de que él te entienda. Pero si tú mandas un sms del tipo: "Concentración en la plaza mayor ... para protestar por la subida de .." lo escribes sin una abreviatura. ¿Por qué? Porque es imprescindible que ese mensaje lo entienda todo el mundo y no sólo mi amiguete.
Fuente: http://revista.consumer.es/web/es/20080601/entrevista/72658.php
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